Otra Manera

Juliana despertó algo tarde. Damián ya llevaba rato despierto y estaba preparando unos huevos de desayuno. Se tomaron su tiempo para desayunar y después pusieron rumbo a Ciudad Leudal. La ciudad de luces no eran tan impresionante de día. Aún así, a Juliana le hacía bastante ilusión poder visitar aquel lugar, sobre todo con la posibilidad de ver a e-Nigma combatir en directo. Pocos eran los que conseguían vencerla al primer intento, así que en sus streams se veían estrategias muy interesantes para intentar vencerla. No fue ninguna sorpresa encontrarse los alrededores de la cancha llenos de gente.

Juliana: Pues vaya.

Damián: ¿Qué esperabas? Esta es una de las épocas en la que más aspirantes vienen.

La joven entonces comenzó a vagar sin rumbo, mientras que Damián solo la seguía pensando que se dirigían a algún sitio. Dieron vueltas y vueltas, aburriéndose bastante. A ella no le quedaba casi dinero, así que no podían ir a ninguna tienda o restaurante. Al final, acabaron sentados en un banco a las afueras de la ciudad con vistas al mar. Por lo menos tenían una bonita vista. Dejó salir a sus pokémon y rápidamente se acomodaron a lo largo del banco, con Eve sobre las piernas de Juliana y Spring a su lado, apoyando la cabeza en su hombro. Nieve se tuvo que quedar fuera porque era demasiado largo.

Juliana: Hoy descansamos, pero mañana, a entrenar. Nos lo hemos tomado con demasiada calma. Henzo casi nos vence y se supone que los otros dos son todavía más fuertes...

???: ¿Ya has vencido a Henzo?

Del susto, Juliana volteó con mucha brusquedad, haciendo que Spring casi se caiga al estar apoyada en su hombro. Era un alumno de la Academia Naranja, como mucho un año menor que ella.

Juliana: ¿T-te conozco?

???: - Dejó escapar una ligera risa, poniendo a Juliana todavía más incómoda - ¿No te acuerdas de mí? Soy Miguel, del Escuadrón Segin del Team Star y también soy de tu curso.

Juliana: Oh...

Damián: ¿Cómo es que no te acuerdas de alguien de tu clase?

Miguel: Supongo que será porque iba a otra clase. Yo casi no la reconozco así tan... tímida.

Juliana: ¿E-en serio?

Miguel: No te preocupes, es mejor así. Te vi hace un rato, pero me daba miedo acercarme, ¿sabes?

Juliana: - Vio de refilón como Damián soltaba una risilla por el comentario - N-no exageres.

Miguel: Deberías pasarte más a menudo por la base. No te he visto allí ni una sola vez, jefa.

Juliana: ...

Miguel: Se supone que los jefes no pueden ir a clases.

Juliana: T-técnicamente, no he ido a ninguna clase.

Miguel: ¿Por la búsqueda del tesoro?

Juliana: - Solo asintió levemente - ¿Q-qué haces por aquí? ¿No habrás e-estado buscándome?

Miguel: Claro que no. Estoy aquí para enfrentar a e-Nigma. ¡Ya tengo dos medallas de gimnasio y presiento que esta vez conseguiré la tercera!

Damián: ¿Esta vez?

Miguel: La semana pasada perdí, pero con Sandile seguro que gano.

Juliana: B-bien...

Miguel: Oye, Juliana, ¿puedo hacerte una pregunta? - Su respuesta fue un leve asentimiento - ¿Por qué sigues atacando al Team Star? Ya sabes que no tenemos tu pokémon.

Juliana: - Pensando - Si le digo la verdad, podría avisar al director o a la Liga Pokémon y entonces Casiopea...

Juliana: P-por mi pokémon no te preocupes, pero...

No supo como continuar la frase. No se le ocurría ninguna buena escusa. Damián quiso ayudarla, pero tampoco sabía que decir. Miguel solo vio como ella observaba el horizonte callada, sin atreverse a terminar.

Miguel: ¡P-perdón! Debería haber sabido que no querrías hablar del tema... En fin, tengo que irme. Mi turno contra e-Nigma llegará pronto. ¡Buena suerte! - Empezó a caminar con bastante prisa - ¡¿Podrías pasarte por la base del Escuadrón Segin algún día de estos?! ¡Me encantaría enfrentarme a ti por la medalla!

Antes de que pudiera responder, el chico dobló la esquina, y para Juliana levantarse y seguirlo no era una opción. Volvió a acomodarse en el banco y Spring a apoyar la cabeza en su hombro.

Juliana: ¿Me ha deseado suerte en acabar con su equipo?

Damián: Creo que se refería más bien a encontrar a Sprigatito.

Juliana: El Team Star está lleno de gente extraña. Ha sido bastante majo, se merece que acepte su desafío. Me pregunto si me dejarán usar el Autostar.

Sin mucho más que hacer, Juliana sacó su SmartRotom y empezó a ver el directo de e-Nigma. Pasaron varios entrenadores, con estrategias bastante curiosas. Más de uno probó a utilizar un monotype de tierra o, en su defecto, el movimiento chapoteo lodo. Casi todos llevaban a un Clodsire, ya sea por lo fácil que conseguir uno o porque ya se ha demostrado que funciona muy bien contra la electrostreamer. En el rato que estuvo viendo, solo un joven consiguió ganarle gracias a su Donphan con rodar. El último que vio fue a Miguel, cuyo Sandile fue derrotado por la pistola agua de Bellibolt y no pudo remontar el combate.

Quitó su SmartRotom y sacó algunas bayas para comer junto a sus pokémon por el camino. Salieron de Ciudad Leudal por el sur, hacia el Área 2 del Este. Juliana aprovechó y empezó a recolectar bayas para sus pociones caseras, ayudada por su compañero. La zona estaba bastante llena, así que hicieron una gran recolecta mientras avanzaban hacia su destino. Era la primera vez que iban allí, pero las banderas hacían imposible perderse. Y allí estaba ella, frente a la base del Escuadrón Schedar sin saber muy bien que decir o que hacer. Irónicamente, se sentía casi más nerviosa que el día anterior cuando fue a la del Escuadrón Tsih. Entonces solo tenía que entrar, enfrentarse a todo el mundo, conseguir la medalla y largarse. Esta vez se enfrentaba a un reto todavía mayor: tendría que preguntarle por su hermano a gente de un grupo con el que está intentando acabar. Para su mala fortuna, los guardias ya la habían notado cuando se acercó. Ya no tenía escapatoria, pues huir lo haría más vergonzoso aún.

Juliana: - Pensando - Tranquilízate, Juliana. Solo tienes que preguntar por Florian e irte.

Tenía que prepararse mentalmente para aquello. De repente, Spring salió de su pokeball y se colocó justo detrás de ella. Cuando se giró, pudo ver a un pequeño Charcadet entusiasmado por el desafío. Detrás de él, una chica la observaba con rabia. Su pelo era rojo, pero con raíces rubias, y un largo mechón iba desde encima de su cabeza a su oreja derecha. Llevaba un traje de cuero con decoración de llamas, junto a unas enormes botas que le quedaban por encima de la rodilla.

Melo: ¡Mira quién se digna a aparecer por fin en su propia base! ¡¿Qué se supone que haces aquí?!

Juliana: - Pensando - Actitud agresiva y ropa distinta a los reclutas; sí, esta es Melo. ¿Cómo hace para caminar con esas botas?

Melo: ¡Te estoy hablando!

Juliana: ¡P-p-perdón!

Damián: ¡Oye, ten un poco más de respeto!

Melo estaba bastante sorprendida de la actitud de Juliana. Grita para intimidar a la gente, pero no esperaba que funcionara tan bien en la chica que derrotó a Anán y a Henzo. Juliana no estaba acostumbrada a que le griten de esa manera; su única reacción fue achicarse más. Ya hasta se le había olvidado lo de las botas.

Melo: ¡¿Estás sorda o qué?! ¡¿A qué has venido?!

Juliana: ¡V-venía a hablar c-con Florian! M-me han dicho que pasa por aquí a menudo y...

Melo: ¡¿Y para qué quieres hablar con él?!

Juliana: ¡E-es privado!

Melo: ...Más te vale que sea algo importante. Seguidme adentro.

Juliana: ¿Él está a-aquí?

Melo: No. Cállate y sígueme. Es muy molesto que te hagan tantas preguntas.

Juliana no replicó. Los tres avanzaron por la base y evidentemente los reclutas la observaban cuando pasaba a su lado, salvo por un grupo que estaba muy concentrado entrenando. También escuchaba conversaciones de fondo que solo la ponían más nerviosa. Le ayudó bastante que Damián colocara una mano en su hombro. Terminaron en la carpa más grande de todas, con una cortina tapando su interior. Dentro estaba el Autostar Schedar, pero en un estado bastante deplorable. Ninguno de los pokémon que lo movían estaban presentes. Lo que más resaltaba era una enorme marca de tajo en la parte frontal. Sea lo que fuere, casi logró perforar una gruesa capa de acero.

Juliana: - Pensando - ¿Si los jefes van encima, quienes están dentro del Autostar?

No se atrevió a hacer la pregunta en voz alta. Melo continúo hasta en fondo de la sala, donde tenía un baúl. No tenía candado ni nada, pero aún así Melo solo lo abrió lo justo para poder meter la mano, no dejando a Juliana ver nada de su interior. Buscó a tientas hasta sacar una pequeña libreta. Ésta estaba abierta y llegó a reconocer en ella la letra de su hermano. Confusa, lo único que se le ocurrió fue intentar tomarla, pero le fue negado con un rápido movimiento de brazo.

Juliana: ¿Q-qué es eso?

Melo: ¿De verdad has venido a buscar a tu hermano?

Damián: Ella ha preguntado primero.

Melo: ¡Tú te callas! ¡Esto no tiene nada que ver contigo! ¡Si no quieres que Charmelo incinere esta libreta, relájate y responde!

Estaba empezando a enfadarse, pero le daba mucha curiosidad saber que había en la libreta. Se le hacía muy raro que su hermano tuviera una libretita de anotaciones y más aún que la tuviera Melo.

Juliana: ¿Cuál era la pregunta?

Melo: Vaya memoria. ¿Qué si de verdad has venido a buscar a tu hermano?

Juliana: Pues... ¿sí? Ya te lo dije antes. No entiendo la pregunta.

Melo: ¿Y para qué quieres verle?

Juliana: ...

Melo: ¡Deja de hacer de niña tímida de una vez! ¡Sé de sobra como eres!

Juliana: N-no...

Melo: ¡¿A qué has venido?!

Juliana: ¡S-solo quería disculparme!

Melo: ¿Por qué ahora quieres disculparte? La última vez lo mandaste a la mierda.

Juliana: ¡Fui una idiota, ¿vale?! - La sala se quedó en silencio mientras ella intentaba controlarse - N-no quiero que me odie, eso es todo...

Melo: Después de como le hablaste, no te mereces su ayuda - le arrojó la libretita y terminó por golpearle en la cara -. Tienes suerte de que él también sea un gran idiota. Debe ser algo de familia.

En silencio, abandonó la carpa, dejándolos solos. Él se agachó para recoger la libretita y se la entregó a Juliana, que empezó a hojearla. Lo primero que notó fue que en algunas páginas tenían escrito en grande distintos nombres: Juliana, Noa, Cael, Anán (la cual estaba escrita con una letra mucho más cuidada), Damián, Istvan y Casiopea; en dicho orden. Cada una de esas páginas poseían una descripción bastante completa de las personas, con su personalidad, capacidades y datos variados relacionados con el secuestro de Sprigatito. Además, iban acompañadas de dibujos minimalistas de las caras de cada uno.

Juliana: ¿Qué es todo esto?

Detrás de cada una de esas páginas, se describía que estuvieron haciendo el día que ocurrió la tragedia. La suya, por algún motivo, estaba vacía, aunque en la de Damián se explicaba básicamente lo que les pasó.

Juliana: ¿Esto son... coartadas?

Damián: Así que para esto me hizo aquellas preguntas.

Noa dice que dormía en Ciudad Cántara cuando sucedió. Estaba allí porque fue a apoyar a Juliana cuando fue a aclarar las cosas con Anán y ya que estaba se quedó en la ciudad haciendo turismo. No llevaba mucho despierta para cuando recibió una llamada de Juliana pidiéndole que le pasara con Casiopea. Ni siquiera le explicó bien la situación, solo le dijo que habían secuestrado a Sprigatito. Después de eso, fue hasta la base del Escuadrón Segin en taxi volador, llegando después de que Juliana se hiciera con la medalla. Más tarde, ella y Anán fueron a la academia juntos y entonces estuvieron compartiendo información y demás.

Debajo había una anotación de Florian: Istvan investigó en su habitación y no encontró ningún rastro de Sprigatito. La habitación estaba sucísima, así que no puede haberla limpiado para evitar que encuentre algún pelo. No podemos descartar que sí haya sido ella y Sprigatito nunca haya estado en su habitación, pero no es de Paldea, así que no tiene ningún otro sitio donde esconderla sin arriesgarse a que lo descubran, por lo que es improbable que ese sea el caso. Eso no la deja libre de sospechas, pues su coartada tiene un agujero importante: dice que en cuanto Juliana le colgó, fue hacia la base del Escuadrón Segin. Koraidon es una pokemontura prodigiosa y acababa de conseguir la capacidad de nadar, es fácil que Juliana llegara antes que ella a la base, pero, según Anán y la propia Noa, cuando ella llegó Damián ya se había llevado a Juliana a la academia. La Lluvia de Estrellas no es algo que se complete precisamente rápido, lo sé por experiencia, y todavía quedaba la batalla contra el jefe. Solo suponiendo que Koraidon tuviera la velocidad de un Ninjask, que a Noa le tocara el taxi más lento y que Juliana consiguiera invadir la base en menos de diez minutos, podría haberse dado dicha situación. Por desgracia para Noa, la hora de la llamada que me hizo Juliana justo después de que venciera a Anán demuestra que acabó demasiado tarde como para que Noa todavía no hubiera llegado. Jamás pensé que sacaría algo buena de esa llamada. Por suerte para Juliana, hay otras pruebas que parecen demostrar que ella no pudo haber sido. Estaba con nosotros en Pueblo Altamía cuando el presunto Casiopea nos espiaba y carece de las cualidades físicas y sigilo que demostró. También ha estado presente mientras Casiopea hablaba por teléfono. No es la principal sospechosa, pero le he pedido a Istvan que no le quite el ojo de encima, solo para estar seguros.

Damián: Juliana, puede que debas prepararte para...

Juliana: Damián, ella es mi amiga, así que no te preocupes.

Damián: No deberías confiar tan ciegamente en ella. Ya has visto que te ha mentido.

Juliana: No me has entendido. Digo que no tienes que preocuparte porque si se atreve a traicionarme de esa forma, le haré probar un veneno tan potente que sufrirá en un momento todo lo que yo he sufrido por no estar con Sprigatito. Lo mismo aplica para ti.

Damián: ...Sigamos leyendo.

Cael dice que estaba durmiendo en la academia cuando ocurrió el secuestro. Por la mañana de ese mismo día consiguió que Melo le contara varias cosas sobre el Team Star y al mediodía comió conmigo. Según él, más tarde estuvo viendo el directo de e-Nigma y como luchaban los aspirantes, pero nadie estaba con él para confirmarlo. Al día siguiente, lo vi por la mañana, pero podría perfectamente haber ido a la montaña donde estaba Juliana y volver por la noche. Le pedí a Istvan que lo investigara, pero me dijo que Cael era conocido suyo y que no me preocupara por él. Dice que es un exalumno de la academia y que se tuvo que ir por problemas con el Team Star. Eso explicaría porqué está tan interesado en entenderlo y me ayudó a atacar la base, pero no termino de fiarme de Istvan en esto. No dudó en vigilar cuidadosamente a Noa cuando se lo pedí, pero con Cael me dijo que no me preocupara. Contarle a Cael lo sucedido ayudaría a la investigación, pero eso a Casiopea no le gustaría nada y a saber como reacciona. Por su coartada inexistente y por participar directamente en la Operación Stardust, él es nuestro principal sospechoso de ser la autoridad suprema.

Juliana: ¡Te dije que no era de fiar!

Damián: No te adelantes. No hay nada que demuestre su inocencia, pero tampoco hay nada que demuestre su culpabilidad.

La página de Anán no decía nada nuevo. Trataba del día que Juliana llegó a aclarar las cosas. La describía como una chica tímida y se llevó una gran sorpresa al verla tan enfadada. De Juliana solo escuchó que se habían llevado a su Sprigatito. Más tarde, Noa llegó a la base y se fueron a la Academia Naranja.

La página de Istvan si explicaba más cosas: Según él, estuvo en la academia el día del secuestro. Le he preguntado a Kendra y no miente, pero eso no quita que podría haber ido por la noche a la montaña y cometer el crimen. También es bastante sospechoso que justo se encontrara con Juliana y Damián cuando llegaron a Ciudad Meseta. De todos los sospechosos, es el que más calza con lo que sabemos de Casiopea. Tiene una buena condición física que le ayudaría a escapar de Koraidon en Pueblo Altamía y es lo bastante sigiloso como para observarnos sin que nos demos cuenta. Pero no lo tengo principal sospechoso porque, bueno, es mi informante y podría fácilmente haber incriminado a Noa, cosa que no ha hecho. Además de que la única relación que tiene con el Team Star es a través de Juliana y no tiene un móvil para cometer la acción.

Damián: ¿Istvan te ha dicho algo de esto?

Juliana: No, no sabía nada de esto.

Damián: ¿Y qué opinas? Tú eres la que más ha interactuado con Casiopea.

Juliana: ... Aún queda la página de Casiopea.

Damián: Es verdad. Vamos a leerla.

¿Quién es Casiopea? Es curioso todas las vueltas que hay que dar para una solución de una única palabra. Pero es imposible encontrar la respuesta cuando la propia pregunta está mal formulada. El verdadero enigma es: ¿Quiénes son Casiopea?

Damián leía más rápido que Juliana, así que frenó en ese punto para mirarlo. Ella no supo porque hasta que le alcanzó, abriendo los ojos como platos y observando a su compañero. No se dijeron ni una palabra y retomaron la lectura.

Claro que esto no nos lo hemos sacado de la nada. Cuando Juliana, Anán, Istvan y Noa se reunieron para hablar del secuestro de Sprigatito, Casiopea les llamó y sabía de lo que estaban hablando. Era imposible que fuera un mensaje pregrabado. Eso significa que alguien tuvo que dejar un micro en la habitación de Damián, pero era imposible saber que estarían allí. En resumen, hay como mínimo dos Casiopeas; la persona que colocó el micro y la persona de la llamada.

Damián: Buena deducción.

Juliana: Se equivoca. El micrófono lo llevaba yo en la ropa, Casiopea podría habérmelo puesto allí mientras dormía. Lo usaría para vigilarme y, al ver su momento de actuar, nos llamaría dejándonos a todos todavía más confusos - con sus esperanzas apagadas, cerró la libretita y la dejó sobre el Autostar.

Damián: ¿Qué haces?

Juliana: Una base equivocada llevará a una conclusión equivocada. No tiene sentido seguir leyendo.

Damián: No seas tan pesimista. Seguro que algo podemos sacar - tomó la la pequeña libreta y comenzó a leerla solo.

Juliana: - Pensando - Supongo que esto era la otra manera a la que se refería. Le he subestimado. Se ha esforzado muchísimo en todo esto; casi o más que yo. Pero él también se ha quedado estancado. Hay tantas pruebas en contra de todos y otras que prueban su inocencia que ya es imposible saber quien ha sido. Aún así, se ha ganado la disculpa con creces, y también la armadura. Espero que me perdone.

Damián: Creo que Florian no ha desaparecido únicamente para entrenar.

Juliana: ¿Hum?

Damián: Seguramente fue a darse un descanso y despejar la mente. La última parte está escrita con rabia y explica varias contradicciones.

Juliana: ¿Cómo cuáles?

Damián: En Pueblo Altamía solo os distéis cuenta de que había alguien espiándoos porque Casiopea lo vio a través del SmartRotom, ¿no?

Juliana: Sí, era bastante sigiloso.

Damián: Pero después te despertó mientras se llevaba a Sprigatito. Además, le habría venido muy bien utilizar al Oricorio para escapar, como la primera vez que le perseguiste, pero en vez de eso se fue corriendo.

Juliana: Sí, había pensado en eso antes. Además, en la montaña casi lo alcanzo corriendo, pero en Pueblo Altamía se las apañó para evadirme mientras montaba a Koraidon.

Damián: Aquí no pone nada de eso, que raro.

Juliana: ¿Tú lo sabías?

Damián: No.

Juliana: Pues entonces Florian tampoco. Parece que son dos personas distintas.

Damián: ¿Crees que el de la montaña es un imitador?

Juliana: No podemos descartarlo, pero si son compañeros no sería raro que compartiesen trucos de secuestro. ¿Qué más dice?

Damián: La tarjeta firmada por los líderes demuestra que Casiopea es la autoridad suprema del Team Star.

Juliana: Eso no es un misterio. Hasta él nos lo dijo.

Damián: Precisamente por eso deberíamos desconfiar. La autoridad suprema se mostró muy amigable con los jefes cuando se formó el Team Star y todos le guardan un aprecio increíble.

Juliana: Es verdad. Henzo ayer negaba que pudiera ser la misma persona, y creo que dijo que otro de los jefes también.

Damián: Y bueno, contigo no ha sido tan cariñosa.

Juliana: Un cambio de actitud no nos dice nada. Podría haber estado actuando.

Damián: También hay una página que se supone que es para conclusiones.

Juliana: ¿Se supone?

Damián: Florian no llegaría a nada preciso, porque todo está rayado y es ilegible. ¡Oh! También ha arrancado páginas.

Juliana: En cuanto le encontremos, le contaré todo lo que sé y tal vez podamos desenmascarar a ese desgraciado.

Damián: Primero discúlpate con él.

Juliana: Sí, sí, eso primero. Sinceramente, no creo que lleguemos a nada, pero vale la pena intentarlo.

Damián: Mejor le devolvemos esto a Melo antes de que se enfade con nosotros...

Melo: ¡¿Todavía estáis con eso?! - Acababa de entrar a la carpa.

Juliana: N-no...

Damián le extendió la libretita y ella la tomó de mala manera para después guardarla en el cofre.

Melo: Ya habéis visto todo lo que teníais que ver. Ahora, largo.

Juliana: E-espera - se quitó su mochila para sacar la armadura maldita -. Si Florian vuelve a pasar por aquí, dásela, por favor.

Melo: - No pudo evitar sonreír ligeramente, sorprendiendo a Juliana - Odio tener que darle la razón a ese idiota - Volvió a abrir el baúl, esta vez sacando un SmartRotom -. Si lo estás buscando, lo encontrarás antes de que vuelva aquí. Quédate la armadura y dale esto de mi parte. Se le olvidó la última vez que vino.

Juliana: V-vale...

Melo: ¡No seas tan tímida! ¡No puedes ir por ahí amenazando a la gente y después hacerte la niña tímida!

Juliana: ¡P-perdón!

Damián: Oye, ¿tú sabes dónde podría estar Florian?

Melo: Donde sea que pueda entrenar bien. Se fue a despejar la mente después de tanto pensar en toda esta movida.

Damián: Nos habían dicho que estaba entrenando.

Melo: Bueno, sí. Cada uno tiene su propia manera de relajarse. La gente como él despeja la mente concentrándose al máximo en el entrenamiento. Probad en el Desierto Rostiz. Hay un pokémon super fuerte por allí.

Juliana: - Pensando - ¿El Temblor de la Tierra? Eso sería demasiado para él.

Damián: He escuchado rumores de eso.

Melo: ¿Rumores? Hay muchas imágenes rondando por internet y la Liga Pokémon ha dado un comunicado diciendo que se encargarán de eso pronto.

Damián: ¡¿La Liga Pokémon va a intervenir?! ¡No, no, esto es malo!

Juliana: Tranquilízate, no es para tanto. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Damián: ¡Qué se lleven toda la especia oculta!

Juliana: ¿Por qué harían eso?

Damián: Para investigarla, o cultivarla y venderla, o vete tú a saber. ¡Lo siento, Juliana, pero tenemos que irnos ya!

Juliana: P-pero dijiste que no estamos preparados para esto.

Damián: ¡Y no lo estamos, pero no tenemos tiempo! ¡Nos va a tocar apañárnoslas como podamos!

Juliana: ¿No podríamos esperar a mañana?

Damián: Seguramente ellos ya estén allí. Por favor, Juliana, tenemos que ir, lo digo en serio.

Era difícil no notar la desesperación en sus palabras. Si perdían esta especia oculta, tal vez no podrían curar a Mabostiff. Si estuviera en la misma situación con Sprigatito, habría tomado la misma decisión, así que no podía quejarse.

Juliana: ¡Vale, vale, vamos para allá! Adiós, Melo, y gracias por todo.

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