Entrenamiento, Diversión Y Aventuras

Un día de tantos en la semana, el Charcadet de Juliana salió de la pokeball y empezó a desordenar por completo la habitación de su entrenadora sin que ella fuese capaz de regresarlo a su pokeball.

Juliana: ¡¿Se puede saber qué te pasa?!

El pokémon tiró una de sus pociones caseras y la botella se abrió, derramando todo el líquido en el suelo.

Juliana: ¡Suficiente!

Intentó atrapar a Charcadet con sus propias manos, pero esta fácilmente la esquivó e intentó salir de la habitación, pero Spring salió de su pokeball y se lo impidió.

Juliana: ¡Bien hecho! Charcadet, ¿vas a contarme que te pasa?

El pokémon se preparó para pelear.

Juliana: ¿Quieres combatir? - Ella asintió - ¿Por qué no convencí a Noa de que se lo quedase?

Spring usó afilagarras y después recibió un potente giro fuego. Ahora Spring atacó con mordisco, provocando que Charcadet retrocediese, aunque recibiendo daño del giro fuego anterior. Spring volvió a usar mordisco, pero otro giro fuego le derrotó.

Juliana: - Regresó a Spring a su pokeball molesta - ¿Contenta? - Charcadet negó con la cabeza y salió de la habitación corriendo - ¡Vuelve aquí, desgraciada!

Juliana comenzó a correr detrás de su propio pokémon por los pasillos de la escuela. Tanto ella como el pokémon se las apañaban para esquivar a los estudiantes y poco a poco Charcadet empezó a tomar distancia.

Juliana: - pensando - ¿Cómo puede correr tan rápido con esas piernas tan cortas? Luego me van a llamar la atención por esto. ¡Maldito pokémon, ya verás cuando te alcance!

La persecución siguió escaleras arriba. Charcadet literalmente saltaba los escalones, mientras que Juliana iba rápido, pero con cuidado de no caerse. Subieron y subieron hasta llegar a lo más alto, el área recreativa. Allí unos pocos estudiantes pasaban el rato y Charcadet se acercó peligrosamente a ellos.

Juliana: - pensando - ¡Oh, no! ¡Va a atacar a los estudiantes! ¿Quiere molestarles para que combatan contra él? Creo que este Charcadet estaría mucho mejor con Mencía que conmigo.

Antes de que Charcadet pudiese hacer nada, una niebla clara lo golpeó desde la distancia, provocando que tanto él como Juliana mirasen en aquella dirección para ver de quien se trataba. Resultó ser otro Charcadet, que rápidamente entabló combate con el pokémon de Juliana.

Juliana: - Pensando - ¿De dónde narices ha salido? No parece que nadie de aquí sea su entrenador. Pues menos mal que ha aparecido, sino la bronca que me hubiese caído sería monumental.

Florian: ¡Juliana!

Juliana: - Se giró y vio a su hermano entrar al área recreativa junto al director - ¿Florian? ¿Director Clavel? ¿Qué hacéis aquí?

Clavel: Lo lamento si la importunamos, no es nuestra intención. Venimos para buscar a Charmelo.

Juliana: - pensando - ¿Quién es ese?

Florian: Como es tan ansioso por las batallas, fui a preguntarle al director si permitía que me quedase con él, pero no ha habido manera.

Clavel: Ese pokémon está a la espera de alguien especial y tú deberías respetarlo.

Florian: No, si por mí no hay problema. Sólo fui a consultarte porque pensé que tal vez le iría bien salir más allá de la academia y combatir contra nuevos oponentes.

Juliana: ¿No será ese Charcadet que está combatiendo contra el mío?

Clavel: Ha dado en el clavo, jovencita.

Florian: ¿Desde cuando tienes un Charcadet?

Juliana: Lo capturé esta semana durante una teraincursión. ¿Vosotros aún no habéis hecho una en clase de combates?

Florian: Sí, pero yo capturé a un Meowth que, aunque se defiende combatiendo, suele dormirse cuando lo saco en clase de combates. Ojalá fuese tan energético como tu Charcadet.

Juliana: Pues yo lo odio. Me ha desordenado toda la habitación. Daría lo que sea para que fuese tan tranquilo como tu Meowth. Además, ¿no te dan ganas de acariciar a un Meowth en cuanto lo ves? ¡Son supermonos!

Los hermanos se miraron entre sí durante un rato en silencio y el director permaneció junto a ellos mientras veía a los Charcadet combatir.

Florian: ¿Estás pensando lo mismo que yo?

Juliana: Por como lo dices, estoy convencida de que sí.

Ambos: ¡Hagamos un intercambio!

Los hermanos sonrieron y empezaron a caminar hacia otro lugar para realizar el intercambio, pero Clavel les interrumpió.

Clavel: ¿Tenéis un segundo? No tardaré demasiado - los hermanos se giraron hacia él y le miraron en silencio, expectantes -. Muy bien. Quiero hablaros sobre vuestra compañera y amiga Mencía.

Florian: ¿Le ha pasado algo?

Juliana: - Pensando - Cállate y deja que nos lo cuente.

Clavel: Resulta que desde que empezó el curso apenas sale de su cuarto. Si fuese otra persona no me preocuparía, pero tratándose de Mencía... No es usual. También he de añadir que tiene demasiada prisa siempre por retornar a su habitación. Me gustaría pediros que intentaseis ver que pasa y que la animéis un poco. Sé que puede resultar una ardua tarea, pero vosotros dos sois sus amigos más cercanos y, sin duda, la conocéis mucho mejor que yo.

Florian: Descuide, director. Nosotros nos encargamos.

Juliana asintió con decisión.

Clavel: Me alegra oírlo. Estoy convencido de que ella apreciará vuestro generoso gesto. Buena suerte.

El director se marchó y los hermanos hicieron el intercambio, quedándose Juliana con Meowth y Florian con Charcadet. Ambos se sentaron para ver como Charmelo y Charcadet se enfrentaron. Ella sacó a su nuevo pokémon y empezó a acariciarle, lo que provocó celos en Sprigatito y este también salió de su pokeball para recibir caricias.

Juliana: Por cierto. Ese Charcadet es de teratipo acero.

Florian: Interesante. Seguro que se me ocurre alguna estrategia con eso. Oh, Meowth es de teratipo hielo.

Juliana: - Pensando - Es de teratipo hielo y su color es un amarillo muy claro... Tengo una idea.

Juliana: ¿Qué te parece si te llamo Nieve?

Juliana: - Pensando - No es especialmente original, pero mejor que sea simple.

Meowth no parecía disgustado con su nuevo nombre. Él sólo se acomodó y se dejó acariciar.

Florian: Juliana, no le pongas un mote ridículo, por favor.

Juliana: No te preguntaba a ti. Nieve parece contento con su nombre. Bueno, hay que pensar como ayudar a Mencía.

Florian: Sí. No sé que le pasa. El otro día incluso fui a su habitación para retarla a un combate y se negó porque, según ella, estaba muy ocupada con unos trabajos.

Juliana: - Pensando - ¿¡Rechazó un combate contra Florian?! Esto es más grave de lo que creí. Hay que ayudarla.

Florian: ¿Qué te parece si el sábado pasamos el día los tres juntos?

Juliana: Yo el sábado lo tengo ocupado, mejor el domingo.

Florian: ¿Qué vas a hacer el sábado?

Juliana: - Pensando - ¿Por qué no se mete en sus propios asuntos? ¿Debería decírselo? Mejor no. No le hará mucha gracias saber que me voy a enfrentar a esos pokémon dominantes. Piensa una escusa, rápido.

Juliana: He quedado con Noa ese día.

Florian: Oh, ya veo. Nos vemos el domingo entonces.

El viernes, después de clases, Juliana por fin recibió una llamada de Damián.

Juliana: - Pensando - Ya era hora. ¿En serio llevaba varios días sin pisar su casa?

Damián: ¿Hola? ¿Me escuchas?

Juliana: H-Hola...

Damián: Siento no haberte contestado antes. Me olvidé el teléfono en casa.

Juliana: S-Si te llamé hace algunos días...

Damián: Estuve en el Área 3 del Sur para comprobar si realmente estaba por allí uno de los pokémon dominantes.

Juliana: ¿Cómo te fue?

Damián: ¡Lo encontré! ¡Encontré a Klawf, la Roca en el Muro! ¡El Libro Escarlata no mentía!

Juliana: ¡¿En serio?!

Juliana: - Pensando - Así que ese libro sí tenía razón, por lo menos en esa parte. Una medicina capaz de curar cualquier mal; conseguirlas será mi objetivo durante la búsqueda del tesoro.

Damián: Supongo que si me has llamado es porque quieres acompañarme en la búsqueda de las especias ocultas.

Juliana: Sí.

Damián: ¡Eso es genial! - Estaba genuinamente emocionado - Empezaremos cuando inicie la búsqueda del tesoro, así no tendrás que saltarte clases y estaremos más tranquilos.

Juliana: Vale, ¿pero tú que harás? Vas un curso por delante de mí y no harás la búsqueda del tesoro.

Damián: Por eso no te preocupes. No sería la primera vez que me salto clases.

Juliana: Sí, pero podría tomarnos mucho tiempo.

Damián: ¿Y qué quieres que le haga? - Juliana se quedó en silencio - No te preocupes por mí y concéntrate en estar preparada para la búsqueda - le colgó sin siquiera despedirse.

Llegó el sábado y en la tarde Juliana fue a una zona apartada del Área 1 del Sur, donde Istvan la esperaba. Él estaba tumbado en el pasto mientras miraba al cielo, probablemente esperándola, aunque parecía que solo estaba pensando. La chica se acercó y él se levantó rápidamente y empezó a desperezarse.

Istvan: Muy bien. ¿Recuerdas todo lo que ya viste en clase de combates: habiliades, tabla de tipos, movimientos, problemas de estado, estadísticas...? - Ella asintió - Eso nos ahorrará tiempo. Podría decirte que el combate se basa en usar todos esos factores de manera correcta, y no mentiría, pero cuando estás en un combate real no siempre podrás controlar todos esos factores - sacó a Litten de su pokeball y este se preparó para combatir -. Saca al pokémon que quieras a combatir.

Juliana sacó a Nieve y este bostezó para después intentar tumbarse, pero Litten usó ascuas cerca de él para que se preparase para pelear. Nieve atacó con sorpresa, haciendo retroceder a Litten e impidiendo que atacase. Ahora Nieve usó arañazo, con mucha potencia gracias a su habilidad, experto, y Litten atacó con ascuas.

Istvan: Suficiente por ahora.

Juliana: ¿Eh?

Istvan: En esta situación, Litten no tiene manera de vencer a Meowth a no ser que de casualidad lo queme. En otra situación, habría seguido combatiendo, pero esto es un entretenimiento y no vamos a perder más tiempo del necesario. Bien hecho.

Juliana: - Pensando - Claro, si Litten no tiene ningún ataque con el que darle la vuelta a la situación, por daño acabará ganando Nieve.

Istvan: Ahora te haré una pregunta: ¿Por qué me he quedado en esta situación donde es casi imposible que gane?

Juliana: - Pensando - Es una pregunta complicada. ¿No fue él quien digo que prefería la práctica a la teoría?

Istvan: No nos iremos de aquí hasta que me respondas, pero como no tenemos prisa puedes tomarte tu tiempo. Avísame cuando creas tenerla.

Istvan se volvió a tumbar y poco después Litten y Nieve abandonaron sus posiciones de combate y empezaron a lamerse para limpiarse.

Juliana: - Pensando - ¡¿No se supone que no quería perder el tiempo?! ¡¿Qué hace tumbado?! - Sprigatito salió de su pokeball y empezó a ronronear para calmarla - Piensa, Juliana. Tampoco será tan difícil. Oh, ya sé, él mismo dijo que Litten no tenía como ganar a Nieve.

Juliana: Es por la falta de variedad.

Istvan: - Se quedó unos segundos en silencio y después levantó su espalda para quedarse sentado - Explícate.

Juliana: Pues... La poca variedad de movimientos es lo que hace que Litten no tenga una buena herramienta para derrotar a Nieve.

Istvan: Bastante acertado; me vale - se levantó y al verle Litten se preparó para pelear -. Pero hay más maneras de solucionarlo que enseñando nuevos movimientos. Mira.

Istvan regresó a Litten a su pokeball y cambió a Wiglett. Al ver que él estaba dispuesto a pelear, Nieve y Juliana también se prepararon.

Juliana: - Pensando - Vaya, para ser un dormilón no ha tardado nada en estar listo para luchar. Parece que está bastante motivado.

Istvan: Tener una gran variedad de pokémon en tu equipo también puede ser de utilidad. Aunque yo no le doy tanta importancia, mucha gente cree que hay que tener pokémon con distintos roles. Algunos más defensivos y otros más ofensivos. He conocido a un loco que usaba un Trevenant defensivo con fuego fatuo y drenadoras. No es que yo le haga gran caso, pero no está mal tenerlo en cuenta. Esta será la primera lección: "La variedad es vital". Ahora, sigamos con el combate.

Wiglett atacó con acua jet, causando un gran daño, y después Nieve usó arañazo. Otro acua jet de Wiglett derrotó a Nieve, por lo que Juliana sacó a Spring. Istvan cambió a Litten, reduciendo el ataque de su oponente por la intimidación, y este apenas recibió daño de follaje.

Istvan: Mira, hoy te llevas dos lecciones al precio de una. "Busca siempre el mal menor". En este caso, yo sabía que un follaje derrotaría a Wiglett, pero Litten apenas recibiría daño. Hay situaciones donde se prefiere mantener a un pokémon aunque este vaya a ser derrotado, ya sea porque está muy dañado o porque no es seguro que sea otro quien reciba el ataque.

Spring ahora atacó con arañazo, pero un par de ascuas más tarde cayó derrotado.

Istvan: Nada mal. De hecho, eres bastante mejor de lo que era el otro al que entrené en su momento. Dame un momento que vaya a curar a mis pokémon.

Juliana: ¿Cuáles son las otras lecciones?

Istvan: Las entenderás mejor con la práctica. Además, me las inventé sobre la marcha. No me acuerdo ni del orden original.

Juliana: - Pensando - Que decepción. Parecía bastante profesional.

Istvan: Si tantas ganas tienes, vamos rápido al centro pokémon.

Juliana sacó de su pokeball a Koraidon y con el llegaron en un momento a Pueblo Ataifor, donde curaron a sus pokémon para después regresar a una zona vacía. Allí, empezaron un combate para que Juliana pudiese entender mejor lo que él quería enseñarle.

Istvan empezó con Wiglett y Juliana con Nieve. Istvan cambió a Litten para intimidar a Nieve y mermar la potencia de sorpresa. Nieve atacó con arañazo y después Litten usó doble patada, causando un daño bastante elevado.

Istvan: Siguiente lección: "Aprende de tus errores". Un clásico. La capacidad de mejora es lo que hace fuerte a los humanos. Aprende de todos tus fallos e incluso de los aciertos de los rivales.

Juliana: - Pensando - ¿Y ahora qué hago? Litten puede derrotar tanto a Nieve como a Spring. Aquí es donde entra la variedad de la que me habló antes. Tendré que capturar algún nuevo pokémon pronto...

En lo que ella pensaba, Litten volvió a usar doble patada sin que Nieve respondiese con otro ataque.

Juliana: ¡Oye! ¿¡Ha que ha venido eso!?

Istvan: Por mucho que los combates se desarrollen por turnos, no esperes que tu oponente te de cuartel. Esa será la última lección de hoy: "Si dudas, pierdes". Está bien preguntarte cual es la mejor estrategia y analizar detenidamente la situación. De hecho, el análisis es una de las mejores armas que uno puede tener. Pero, aún con todo, no puedes dudar ni de tus capacidades, ni de tus pokémon. No está mal reconocer una derrota a la distancia, pero se debe luchar con uñas y dientes para que, aún derrotado, sientas que has triunfado.

Juliana: Ya no sé si me estás dando consejos para los combates o lecciones de vida.

Istvan: ¿Tanto se nota?

Juliana: La verdad es que sí.

Istvan: - Regresó a Litten a su pokeball - Al principio eran más especializadas en los combates, pero las fui ampliando a más aspectos. Ojalá él hubiera pillado también las lecciones como consejos de vida; le habría ahorrado un mal rato - esto lo decía para sí mismo -. Viendo que has pillado el concepto rápido, te diré la que yo creo que es la enseñanza más importante. ¿Recuerdas al entrenador de Alola al que yo entrené?

Juliana: Sí, el que es muy fuerte.

Istvan: Pues cuando le enseñé a él no tenía estas lecciones resumidas en una frase. Yo solamente le enseñé lo básico y le expliqué lo que yo sentía que era un entrenador de verdad. Aún así, hay una cosa que si tenía muy clara. Esto fue lo que llevó a mi pupilo a la grandeza y es una opinión que comparte la única persona que ha podido ganarle desde que empezó su aventura. Es una enseñanza...

Juliana: ¡¿Quieres decirlo de una vez?!

Istvan: Vale, vale, cálmate. Eso sí, esta es una enseñanza más específica para los combates, aunque seguro que con un poco de imaginación se puede aplicar a más contextos. Ni siquiera es una frase concreta... - Vio como la intriga carcomía a Juliana - Tienes que intentar ver a través de los ojos de tus pokémon.

Juliana: ¿Tengo que conectarme con ellos?

Istvan: No es necesario llegar a tanto. Una vez escuché sobre una energía vínculo que conectan a todos los entrenadores con sus pokémon y que es la responsable de la evolución por amistad y de la mega-no se que, pero eso no es a lo que me estoy refiriendo. Muchos entrenadores cometen el error de verse a sí mismos como terceros comandando a unos pokémon, como un jugador de ajedrez moviendo a uno de sus peones. ¡Eso está fatal! Cuando combates no eres un tercero, debes estar en primera línea enfrentándote a las amenazas junto a tus compañeros. Tú no eres un jugador, tú eres parte del tablero. Debes sentir el combate como si fueses tú el que estás peleando, que lo estás. Debes...

Juliana: Vale, vale, ya lo pillo. Ver a través de los ojos de mis pokémon.

Istvan: Si lo logras tendrás un mejor entendimiento de la situación, lo que te ayudará a adaptarte a tus oponentes y a crear estrategias improvisadas.

Juliana: Interesante. ¿Dónde has aprendido todo esto?

Istvan: Aquí donde me ves, yo he combatido mucho, pero mi propia experiencia no es lo único de lo que he aprendido. He conocido toda clase de gente: personas quebradas, personas alegres, personas tímidas, personas arrepentidas, personas analistas, personas depresivas, personas temerarias, personas fuertes y débiles de mente, personas apartadas, personas recuperadas... Y lo mejor, es que todos ellos eran buenas personas, aún con sus muchos defectos.

Juliana: ¿En cuál de todas esas categorías entraría tu pupilo?

Istvan: - Estuvo un rato pensándolo - Creo que en la gran mayoría, pero cuando dije analista lo dije pensando específicamente en él. Es, en mi opinión, el ejemplo que debería seguir todo entrenador, incluso si él no lo cree. En fin, recuerda ver a través de los ojos de tu pokémon.

Ambos charlaron por un rato más y después regresaron a Ciudad Meseta.

Al día siguiente, Juliana y Florian se reunieron frente a la habitación de Mencía para discutir que deberían hacer.

Florian: ¿Has pensado en algo?

Juliana: No, pero creo que si nosotros le decimos de salir a pasar el día ella aceptará sin dudarlo.

Juliana: - Pensando - Sobre todo si tú se lo pides.

Florian: - Suspiró - Esperemos que esto funcione.

Florian tocó repetidas veces a la puerta y Mencía enseguida les abrió.

Mencía: - Algo sorprendida - ¡Hola! ¿Qué hacéis aquí?

Florian: ¿Qué te parecería ir a dar una vuelta por Ciudad Meseta? Bueno, con Koraidon prácticamente podríamos ir a cualquier ciudad o pueblo de aquí cerca. Hace mucho tiempo que no tenemos un combate y a Juliana también le apetece combatir un poco.

Juliana: - Pensando - ¡Jamás acordamos eso! - Notó como su amiga la miraba incrédula y simplemente asintió no muy convencida.

Mencía: Agradezco el detalle, pero me pilláis muy ocupada.

Florian: ¿Ocupada con qué?

Mencía: - Claramente la pregunta la había puesto nerviosa - Y-Yo... Tengo que entregar muchos trabajos.

Florian: Mencía, voy a la misma clase que tú.

Mencía: Por eso deberías saber que nos han mandado varios trabajos.

Florian: Sí, pero ninguno es especialmente difícil para mí y mucho menos para ti, además de que aún falta tiempo para las fechas de entrega.

Mencía: Sí, pero...

Florian: No intentes poner escusas.

Mientras ellos dos hablaban en la puerta, Juliana entró a la habitación, la cual estaba muy ordenada.

Mencía: ¿Buscas algo, July?

Juliana se dirigió directamente al escritorio y vio un libro de matemáticas sobre la mesa. Este estaba subrayado de principio a fin, con anotaciones por todos lados, aunque siempre colocadas de manera ordenada.

Juliana: Mencía, es imposible que hayáis visto tanto en tan poco tiempo.

Mencía: - Entró de vuelta a su propia habitación y caminó hacia Juliana - Estoy reutilizando mis libros del año pasado.

Juliana: Me extraña que no te hayan comprado libros nuevos. Ahora que lo pienso, ¿no los entrega la propia escuela al inicio de cada curso?

Mencía: Que va. Además, ¿por qué me comprarían libros nuevos cuando estos los tengo sin usar? - Escuchó un ruido detrás de sí y al girarse vio que Florian había cerrado la puerta y estaba apoyado sobre esta, obstruyendo la salida.

Florian: Tú de aquí no te vas hasta que nos cuentes que pasa.

Mencía: Florian, yo...

Juliana: Mencía, ¿no somos tus amigos?

Mencía: ¡Claro que sí! ¡Eso no lo dudes nunca!

Florian: ¿Y por qué no nos cuentas qué te pasa?

Juliana: Sabemos que te pasa algo. No es normal que alguien como tú pase tanto tiempo en su cuarto. Hemos venido para que salgas un poco y te diviertas un rato. No nos iremos hasta que nos lo cuentes.

Mencía: Yo... - No pudo evitar suspirar y justo después se dejó caer sobre su cama, quedando medio tumbada, con las piernas apoyadas en el suelo y el resto del cuerpo reposando sobre el colchón - ¿Recordáis que repetí curso? - Los hermanos asintieron sin abrir la boca, pues, ahora que se había decidido a hablar, no querían interrumpirla - Como era de esperarse, a mis padres no les hizo mucha gracia. Después de discutir con el director Clavel porque repetí injustamente, según ellos, y que no resultase, me dijeron que el siguiente año tenía que hacerlo perfecto, para que no hubiese manera de que repitiese de nuevo. No os confundáis. Nunca antes habían sido tan duros conmigo. Puede que el que mi hermana mayor vaya heredar la empresa familiar tenga algo que ver, pero a mí siempre me han dejado que haga lo que yo quiera siempre y cuando atendiese a mis responsabilidades. Nunca he tenido presión, y tal vez haya sido por eso que he repetido...

Florian: He oído suficiente. ¡Hoy vamos a ir a dar una vuelta por Ciudad Meseta y tú nos acompañarás, te guste o no! De hecho, a partir de ahora haremos esto todos los domingos. A parte, hace mucho que no combatimos.

Mencía: Florian... - Se levantó de su cama de un salto y fue junto a él para abrazarle con tanta fuerza que lo levantó del suelo - Gracias por todo, pero que sepas que hoy te voy a ganar.

Juliana: - Pensando - Me alegra verla mejor. Ha sido bastante fácil convencerla; seguramente a ella tampoco le guste estar aquí recluida. Eso sí, me espera un día largo si tengo que seguirle el ritmo a estos dos tortolitos...

Antes de que se diese cuenta, sus pies ya no estaban en el suelo. Mencía la había levantado con un abrazo, como a su hermano. Pasaron el día en Ciudad Meseta y combatieron mucho más de lo que a Juliana le hubiese gustado. Lograron que Mencía se distrajese y disfrutase del día.

El curso siguió avanzando y todos los domingos que podían pasaban el día con Mencía. Siguieron atendiendo al curso sobre la teracristalización y Juliana no faltó ni un sólo día a los entrenamientos con Istvan. Jamás le enseñó otra lección, sino que la hacía combatir para que ella misma aprenda de su experiencia y asimilase todo lo que le enseñó. Con Noa las clases eran mucho más amenas, pues siempre viene bien tener alguien con quien hablar. Y así pasaron los días hasta el fin del trimestre. Juliana había entregado todas sus trabajos y estaba convencida que le habían salido bastante bien los exámenes. Florian y Noa estaban igual y, aunque Mencía estaba convencida de que no le habían salido calificaciones perfectas, en el fondo estaba tranquila de por fin poder relajarse. Después de eso, ambos hermanos pasaron las vacaciones de Navidad en casa de su madre. Al regresar, llegó el día de anunciar la búsqueda del tesoro. Todos los estudiantes del curso de Juliana se reunieron en el Área Recreativa. Allí, el profesor Clavel estaba a punto de introducirles la búsqueda del tesoro.

Clavel: ¡Escuchadme todos! Como me imagino que ya sabréis, hoy da comienzo el trabajo más importante del curso, la búsqueda del tesoro. Tendréis que recorrer toda la región en busca de un tesoro el que llamar vuestro. Tendréis que poner en práctica lo que hayáis aprendido y expandir vuestros horizontes. Paldea es una región que rebosa de naturaleza y pokémon a los que conocer. ¿A quién conoceréis? ¿Dónde viajaréis? ¿Qué aventuras viviréis? ¿Cuál es vuestro tesoro? Estas son las preguntas que tendréis que responder durante vuestro viaje por la región. ¡Estoy seguro de que todos lograréis vuestros objetivos! ¡Mucha suerte!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top