Desde Donde Sea Que Estés
En una zona sin gente del Área 2 del Sur, un joven que estudia para profesor se encuentra tirado en el césped, esperando a su alumna.
Istvan: Has tardado bastante.
Juliana: ¡¿Cómo no voy a tardar si no me dices dónde estás?!
Istvan: ¿Cómo que no?
Juliana: Me dijiste que estarías cerca de Pueblo Pirotín, ¡y estamos como a un kilómetro!
Istvan: Un kilómetro es muyyyyyyy lejos, sobre todo con una pokemontura capaz de ir de una ciudad a otra en horas.
Juliana: ¡En este caso, sí! Hubiera sido más fácil encontrarnos en el pueblo y luego venir hasta aquí. ¿Y por qué tan lejos?
Istvan: Creía que te gustaban los sitios vacíos. Por aquí no hay casi pokémon y personas, menos.
Juliana: Los pokémon no me suelen molestar, menos cuando son molestos.
Istvan: "Los pokémon no me suelen molestar, menos cuando son molestos"; menuda joya acabas de soltar.
Juliana: ¿A qué viene tanto sarcasmo pasivo-agresivo?
Istvan: Me enteré justo antes de venir que Kendra tiene unos exámenes sin corregir de varios cursos y adivina quién tiene que encargarse de eso.
Juliana: Tampoco suena tan grave.
Istvan: Son un montón y son para mañana. Me espera una noche larga. Tengo que enseñarle a Gumshoos a que me ayude con estas cosas.
Juliana: Si estás muy ocupados, podemos entrenar otro día.
Istvan: Nah, no te preocupes. Te dije que hoy entrenaríamos y hoy vamos a entrenar. Esta es la única parte divertida de mi trabajo, déjame disfrutarla.
Juliana: Vale.
Istvan: ¿Recuerdas las lecciones que te di?
Juliana: Más o menos. Recuerdo algo de ver a través de los ojos de tus pokémon.
Istvan: Exactamente. Tienes que sentir que estás combatiendo, no viendo como tus pokémon luchan, y no dudes de sus capacidades.
Juliana: Sí, recuerdo también esa parte. Había también lo típico de aprender de los errores y... ¿Algo sobre dejar que un pokémon sea derrotado si es lo más conveniente?
Istvan: Sí, algo así. Si un pokémon está ya muy débil o no puede aportar mucho, lo mejor es dejar que caiga derrotado en vez de que otro reciba un golpe que podría costarte la victoria. Veo que no te acuerdas del todo.
Juliana: ¡S-sí que me acuerdo! El otro día, contra Mencía, lo pude aplicar. Cambié a Eve para que recibiera un golpe sabiendo que todavía no era tan fuerte como el resto del equipo.
Istvan: Me alegra saberlo. En fin, ahora vamos a combatir.
Juliana: Como lo hacíamos antes, ¿no? Hacemos un combate simulado y tú me vas diciendo.
Istvan: No, esta vez no. Vamos a tener un combate real. No te lo voy a poner tan fácil como las últimas veces. A ver si de verdad has mejorado tanto como decía Mencía.
Juliana: ¡¿Vas a usar a tu equipo verdadero?!
Istvan: Pues claro que no. Una paliza no te enseñará nada. Usaré solo a tres pokémon, tú puedes usar a tus cinco. ¿Estás lista?
Juliana: S-sí...
Juliana empezó con Spring e Istvan con Litten.
Istvan: Era evidente que ibas a empezar con el Floragato. Dependes mucho de ella.
Juliana: Ya me lo dijo Mencía, pero esta apertura tiene un motivo.
Spring atacó con ida y vuelta, dándole paso a Nieve, pero Litten resistió muy bien el golpe y utilizó danza espada, aumentando en dos niveles su ataque. Nieve usó sorpresa, impidiendo que Litten contraatacase, para después golpear con joya de luz. Litten a duras penas resistió ese ataque y pudo golpear con una poderosa nitrocarga. Gracias al aumento de velocidad de nitrocarga, Litten fue más rápido y pudo derrotar al Persian con chupavidas, recuperando salud en el proceso.
Juliana: ¿Danza espada? ¿Chupavidas? ¿Cómo es que Litten ha aprendido esos movimientos?
Istvan: Con MT. Ya te dije en su día que tenías que buscar variedad en tu equipo para poder enfrentar cualquier situación. Casi todo tu equipo es tipo normal y tampoco tienes movimientos de muchos tipos. Las MT podrían ayudarte a enseñar movimientos más variados a tus pokémon que no podrían aprender normalmente. Sé que es un poco caro, pero la máquina esa de los centros pokémon te permite crearlas más barato que como estaría en una tienda.
Juliana: Lo tendré en cuenta.
Juliana: - Pensando - Tengo que asegurarme de acabar con ese Litten antes de que haga un destrozo en mi equipo, pero nadie va a ser más rápido...
Sin muchas más opciones, Juliana sacó a Eve, sin que anticipación diera ninguna alerta, y la teracristalizó a tipo normal, gracias a lo cual tuvo potencia suficiente como para derrotar a Litten con ataque rápido. Después de eso, Istvan mandó a combatir a Meditite.
Juliana: Vaya, un pokémon nuevo. ¿Cuándo lo capturaste?
Istvan: Cuando vi tu equipo lleno de pokémon tipo normal.
Juliana: ¡Eso es trampa!
Istvan: Has decidido tú que tu equipo sea así, ahora acepta las consecuencias. Además, me viene bien para los entrenamientos con Kendra. En fin, continuemos.
Eve utilizó ojitos tiernos para reducir el ataque de Meditite antes de que este colocara el reflejo. Ambos cambiaron de pokémon, entrando al combate Spring y Wiglett.
Istvan: - No tuvo reparos en aplaudir a su alumna en felicitación - Claro, como me habías reducido el ataque te imaginabas que cambiaría de pokémon, ¿no? ¡No esperaba que fueras a hacer una predicción así! ¡Muy bien, Juliana!
Juliana: G-gracias. Poco a poco estoy acostumbrándome a tu manera de combatir. Y-ya sabes, ver a través de tus pokémon y t-todo eso.
Juliana: - Pensando - Yo solo quería sacar a Eve de allí antes de que recibiera un movimiento tipo lucha que la derrotase de un golpe. Bueno, él parece feliz de que esté aprendiendo; mejor dejémoslo así.
Istvan cambió a Meditite y recibió una bomba germen que, aún atenuada por el reflejo, causó un buen daño. Otra bomba germen dejó a Meditite bastante grave, pero la patada salto alta que recibió Spring fue devastadora; apenas logró aguantar el golpe. Una ida y vuelta le permitió a Juliana cambiar a Leo, quien recibió un fulminante golpe que bastó para derrotarlo, aunque por lo menos el reflejo se disipó.
Juliana: Lo siento, Leo, pero no ibas a ser de mucha ayuda contra Wiglett. Luego te lo compensaré.
Istvan: Has hecho bien. Te merecía más la pena conservar a Spring aunque estuviera tan dañada.
La Floragato regresó a la batalla para acabar a Meditite con bomba germen, obligando a Istvan a sacar a Wiglett. Un acua jet de Wiglett logró derrotar a Spring antes de que pudiera golpearle.
Istvan: No eres la única que tiene movimientos de prioridad.
Juliana sacó a Zany y este recibió un hidroariete que le causó un gran daño antes de contraatacar con una garra brutal crítica, derrotando de un solo golpe a Wiglett.
Istvan: Sinceramente, no esperaba que fueras a ganar. ¡Enhorabuena, lo has hecho genial!
Juliana: ¿De verdad?
Istvan: Sí, sobre todo con esa predicción de antes. Has combatido mejor que como lo hizo tu hermano contra Brais.
Juliana: ¿Crees que puedo ganarle?
Istvan: Mmmm... Voy a serte franco, no, en absoluto. Sus pokémon son, en general, más fuertes; tiene un equipo mejor balanceado; y combate mejor que tú. En su combate contra e-Nigma lo hizo muy bien.
Juliana: Si combate mejor que yo, es tu culpa por no enseñarme bien.
Istvan: Mira, de no ser por mí, Anán y los dominantes habrían barrido el suelo contigo.
Juliana: Vale, vale, no te enfades. No lo decía en serio.
Istvan: Y, puede que también le haya dado un par de consejos antes.
Juliana: ¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?!
Istvan: Creo que le habrá pedido consejos sobre combates a más de la mitad del profesorado. ¿Tú crees que él solo hace más fuertes a sus pokémon y ya? También ha estado mejorando con entrenador. Tú estás aprendiendo porque necesitas mejorar para poder cumplir tus objetivos. Para Florian, aprender y mejorar como entrenador es el objetivo en sí. Por eso, él combate mejor.
Juliana: Tampoco te vengas arriba, que él ha ganado todas sus medallas por suerte.
Istvan: Y tú ni con suerte las habrías ganado. Sé que has discutido con tu hermano, pero no hace falta desprestigiarle.
Juliana: Solo no hablemos de él, ¿vale?
Istvan: Empezaste tú.
Juliana: Eres un entrenador fuerte, ¿no?
Istvan: Depende de donde pongamos la vara de medir, pero yo me considero alguien bastante capaz.
Juliana: ¿A quién de la Academia Naranja podrías ganar? Hay alumnos y profesores muy fuertes, ¿no?
Istvan: Sí, hay mucha gente fuerte por aquí, bastante más que donde estudiaba yo, pero creo que soy lo suficientemente fuerte como para vencer a la mayoría.
Juliana: ¿Le ganarías a Kendra?
Istvan: La última vez lo conseguí, pero fue bastante parejo. Depende de como se dé el combate, ella podría ganarme.
Juliana: ¿Algún profesor más que sea tan fuerte?
Istvan: No he visto combatir a ninguno de ellos. Si tuviera que decir alguno que me podría ganar, solo se me ocurren Mila y Hesperio, y tal vez Cloe.
Juliana: ¿Por qué esos tres?
Istvan: No sé si lo sabes, pero Mila fue una líder de gimnasio y Hesperio es miembro del Alto Mando, por eso creo que igual podrían vencerme. Y sobre Cloe, antes de explicar historia, ella la descubría. En su juventud exploraba ruinas y buscaba reliquias antiguas y todo eso. Esos sitios pueden ser bastante peligrosos, así que tal vez sea una gran entrenadora retirada.
Juliana: Para venir de otra región, sabes mucho más de la Academia Naranja que yo.
Istvan: Técnicamente, yo llegué antes a la escuela que tú, así que es normal. Prueba a escuchar los cotilleos de los alumnos y te enterarás de muchas cosas como esta.
Juliana: ¿Los alumnos te cuentan los cotilleos?
Istvan: No, pero escuchar disimuladamente se me da bastante bien. En realidad, lo de persona que está aprendiendo a ser profesor es una fachada; el dire me contrató para obtener información de los alumnos y que así los profesores se enteren de todo. Por eso estoy tan atento de los cotilleos.
Juliana: Sí, claro.
Istvan: Que sí. Si alguna vez has dicho algo malo de algún profesor, yo lo sé y todo el profesorado también.
Juliana: ¿De verdad?
Istvan: Que sí.
Juliana: Y-ya veo... O-oye, Istvan.
Istvan: ¿Qué te pasa ahora? ¿Todavía no me crees?
Juliana: S-siento haber dicho que eras un v-vago y que tus entrenamientos no me servían de nada.
Istvan: ¿Eh?
Juliana: Y que las m-mechas azules esas tuyas son terribles. Por no hablar de tu sudadera...
Istvan: ¡Mi sudadera no tiene nada de malo!
Juliana: E-es muy azul. Y, sobre todo, siento muchísimo haberle contado a Noa lo de que le robaste sus llaves y decirle que tuviera cuidado, que nadie que robe llave de las habitaciones de niñas es de fiar...
Istvan: ¡¡¡J-Juliana!!! ¡¿De verdad has dicho todo eso de mí?!
Juliana: Lo siento tantísimo... ¿Cómo es que no lo sabías si te dedicas a escuchar todo lo que se dice en la academia?
Istvan: ¡Porque estaba de coña! ¡Evidentemente solo soy un pobre estudiante para profesor que tienen esclavizado con la excusa de darle experiencia para su futuro! ¡¿Cómo se te ocurre decir todo eso de mí?! De ésta sí que no me salvo. Adiós a mi futuro como profesor y como persona. ¿Cómo les explicaré que tenía un buen motivo para robarle las llaves a una alumna?...
El joven cayó al suelo completamente abatido. No tardó en tumbarse boca arriba y se agarró la cabeza, con una expresión más pensativa que molesta.
Juliana: O-oye, Istvan...
Istvan: Encima que te ayudo con lo del Team Star. Te encubro y me aseguro de vigilar sospechosos, ¿y así me lo pagas?
Juliana: Istvan, no le he dicho nada de eso a nadie. Ni siquiera me he quejado de tu pelo o de tu sudadera. Solo bromeaba... Tienes que admitir que ha sido gracioso, ¿eh?...
Istvan: . . . - Suspiró de manera que Juliana no pudo saber si era alivio o molestia - La última vez que me haces una broma así, ¿entendido?
Juliana: V-vale...
Istvan: Bien.
El silencio se tornó muy incómodo después de eso. Istvan pasó a estar sentado, todavía molesto por lo que acababa de pasar. Juliana se sentó frente a él, observando al vacio, pero mirándole de reojo de vez en cuando.
Juliana: Has dicho que estás muy enterado de los cotilleos, ¿no?
Istvan: Sí.
Juliana: - Pensando - Una respuesta tajante; no esperaba menos.
Juliana: ¿Has escuchado algo que pueda ayudarnos a descubrir a Casiopea?
Istvan: No. Ya te lo habría dicho si supiera algo.
Juliana: ¿Has escuchado algún cotilleo interesante últimamente?
Istvan: No sabía que te interesaban esas cosas. Pues mira: ¿Conoces a Miguel, el de primero?
Las siguiente hora y media se la pasaron de cotilleo en cotilleo. Juliana se enteró de todos los rumores de la escuela y el humor de Istvan mejoró bastante. El profesor se marchó pronto para acabar todo el trabajo que tenía pendiente, pero no sin antes recordarle a Juliana que buscase MT para cubrir las debilidades de su equipo. Como aún era pronto y no tenía nada que hacer, decidió hacerle caso. Mientras iba hacia Pueblo Pirotín a lomos de Koraidon, buscó el el SmartRotom MT que pudiera conseguir y que fueran útiles para sus pokémon.
Juliana: - Pensando - No tengo casi dinero, debería usar las máquinas de MT, pero aún así tampoco puedo permitirme muchas. Tengo que conseguir alguna que cubra mis debilidades - la joven seguía bajando por una larga lista de MT, hasta que dio con una MT que podía serle útil -. ¿Acróbata no era uno de esos movimientos que aumentaban su potencia en ciertos casos? - Tras una rápida búsqueda, encontró que acróbata duplicaba su potencia si el usuario no tenía ningún objeto equipado - No suelo equipar objetos y un movimiento de tipo volador me viene muy bien para hacer frente a los tipo lucha. Varios de mis pokémon pueden aprenderlo, así que será muy útil.
Una vez en el pueblo, se dirigió a uno de los centros pokémon y revisó la máquina de MT para ver que materiales necesitaba. Plumas, necesitaba plumas, de Wattrel y de Bombirdier, para ser exactos.
Juliana: - Pensando - Plumas de Wattrel deberían ser fáciles de encontrar, pero solo he visto a un Bobirdier y no creo que le guste mucho si le hago una visita...
Aún así, Juliana emprendió su viaje hacia la montaña en la que habitaba el Terror Volador. La última vez que recorrió aquel camino fue junto a Damián. En aquel entonces estaba muy asustada por intentar hablar tranquilamente con Anán para explicarle que no tenía nada en contra del Team Star. Era increíble como habían cambiado las cosas desde entonces. Esta vez, solo disfrutaba de otro paseo a lomos de su pokemontura, pensando en su posible reencuentro con el Bombirdier dominantes más como una molestia que como un problema real.
Juliana: - Pensando - Como vuelva a tirar piedritas, yo paso de subir. Damián dijo algo de que venía aquí por temporadas. ¿Se habrá ido ya?
Para cuando llegó al pie de la montaña, ya se había hecho de noche. Empezó a ascender por el camino, pero no había ningún desprendimiento. El ascenso debería haber sido sencillo, pero algo estaba mal, muy mal. Cada paso de Koraidon aceleraba el pulso de su entrenadora. Sentía como unas repugnantes garras le agarraban el corazón con fuerza, desgarrándolo y comprimiéndolo. Notaba como pequeñas gotas de sangre caían de los rasguños en su corazón al ritmo de sus lágrimas. Sentía, y casi veía, como una sombra serpenteante le asfixiaba. Su mirada era paralizante. Al verla en ese estado, Koraidon se detuvo, pero Juliana utilizó todas sus fuerzas para rogarle que continuara.
La joven del sombrero ingresó en la cueva sin encontrar a nadie allí. Tenía su mano en el tórax y lo apretaba con tanta fuerza que su camisa y su piel se desgarrarían mucho antes que su corazón. Sus piernas jamás le habían temblado tanto, no le quedaban fuerzas ni para moverse. Por el suelo habían algunas plumas del Terror Volador, más que suficientes para ella. Después de eso, fue al centro de la cueva y se tumbó. Pasó un rato largo observando el techo pensativa mientras el sueño le invadía, aliviando un poco el dolor que sentía. No le preocupaba, pues sabía que no iba a dormirse allí, no otra vez.
Juliana: ¿Por qué pensé que venir aquí era buena idea? A veces soy tan idiota... ¿Cuánto tiempo ha pasado ya? ¿Dos semanas? Creo que no llega. Yo... lo siento mucho Sprigatito. Debería haber estado más atenta, o haber usado a Koraidon para alcanzar a ese desgraciado en vez de mandarlo a buscarte por su lado, pero no pensé en eso entonces. Por lo menos estoy haciendo todo lo que puedo por ti, por eso me perdonarás, ¿verdad? ¿Pero qué digo? Claro que lo harás. Tú serías capaz de perdonar hasta a tu secuestrador. Jejeje... - Su risa se apagó muy rápido mientras sus ojos se empañaban nuevamente y apretaba los puños con tanta fuerza que le temblaban los brazos - Más te vale no hacerlo o me enfadaré muchísimo contigo. En cuanto vuelvas a estar conmigo, le denunciaré y, como te haya hecho daño, me encargaré de darle el veneno más mortal que jamás se haya visto. Sí, me regodearé en su sufrimiento - después de darse cuenta de lo que estaba diciendo, se tomó un tiempo para respirar profundamente, liberándose de la mano que le apretaba el corazón -. Siempre que me enfado las cosas se salen de control, pero sin ti es muy difícil estar tranquila, ¿sabes? La última vez perdí la confianza de Damián y... puede que también haya perdido a Florian. Sigo muy enfadada con él por no ayudarme a rescatarte, debería de hacerlo, es mi hermano y, según él, también te quiere. Pero, tal vez si hubiera sido mas asertiva con él, las cosas habrían sido un poco distintas. Sin ti me cuesta bastante dormir, así que he tenido mucho tiempo para pensar sobre eso estás últimas noches. Tendré que llamarlo para ver como está. El resto también te echa mucho de menos. Nieve evolucionó, pero sigue igual de vago que siempre. Spring, Leo y Koraidon también están igual. Tendré que presentarte también a Zany y a Eve. Ellos dos muy majos, cada uno a su manera. Todos están ayudándome bastante a pasar la noche. Un día incluso dormimos todos acurrucaditos. Ojalá haberlo visto desde fuera, tuvo que ser una imagen muy linda... Pero, por mucha que me quieran y que yo les quiera a ellos, no parece que puedan llenar este vació que siento. Ahora entiendo a mamá... No sé por qué te digo todo esto, la verdad; sé que no puedes oírme. Casi que lo prefiero, no me gustaría que me vieras tan... mal, dejémoslo en mal. He escuchado que los entrenadores pueden establecer un vínculo tan fuerte con sus pokémon que ambos pueden entender lo que siente su compañero. Ver a través de sus ojos, como diría Istvan. Dicen que da igual lo alejados que estén, porque siempre sentirán la compañía del otro, pero yo me siento muy sola ahora mismo, Sprigatito.
Juliana cerró sus ojos lentamente mientras se concentraba en su respiración. Necesitaba relajarse antes de bajar la montaña, sobre todo con lo cansada que estaba. De repente, sintió un extraño peso en su pecho. Pero, ese peso físico no fue nada comparado a la pesadez que le causó el tenue sonido de un nostálgico ronroneo. El miedo se apoderó de su mente y la tensión, de su cuerpo. No se atrevía a mirar. No se atrevía a saber si había confundido cualquier ruido con eso sonido tan especial para ella. Ese sonido que siempre la calma, incluso en sus peores momentos. Un cabezazo buscó llamar su atención, pero ella solo se encogió aún más temerosa. Después de eso, notó una lengua apoyándose sobre su mejilla y subiendo hasta su ojo. Esto se repitió en el lado contrario, eliminando cualquier rastro de lágrimas. La joven por fin se atrevió a ver que estaba pasando. Todo a su alrededor presentaba un color negro opaco y el suelo era un charco cristalino. Pero eso no era importante después de ver que no había confundido ningún sonido. Su mano, más temblorosa que un flan en un terremoto, poco a poco avanzó hasta alcanzar su destino. La posó justo encima de su cabeza y utilizó algunos segundos para deleitarse con la suavidad de su pelaje.
Juliana: ¿C-cómo? ¿Dónde estamos? ¿E-es esto real? Me encantaría que lo fuera...
Su Sprigatito no pudo darle respuesta alguna porque estaba demasiado ocupado recibiendo todo ese amor que tanto tiempo Juliana había esperado para darle. Quería preguntarle por la identidad de Casiopea y por mil cosas más, pero eso podía esperar. Por ahora, seguiría acariciando a su pokémon y escuchando aquel ronroneo que tanto necesitaba oír.
Pasó tiempo, ella no sabía cuanto, tampoco le importaba; pero en algún momento Sprigatito apartó su cabeza para que dejara de acariciarle. Juliana lo interpretó como que iba a responder a sus preguntas, pero el gatito solo señaló hacia su lado utilizando su cabeza. La joven miró para allá y se encontró con varias siluetas difuminadas que no podía reconocer. Un acto tan, a priori, inofensivo como un pestañeo fue capaz de destruir completamente aquel lugar mágico. La luz de la gema de Nieve y de una llama creada por Leo eran lo único que iluminaban aquella cueva, revelando que sus pokémon eran aquellas siluetas de antes. Koraidon y Eve le miraban con curiosidad, contrastando con la notable preocupación de Nieve y Leo. Spring, por otro lado, se mostraba más bien contenta, observando con orgullo a su entrenadora. La joven levantó su espalda del suelo, con una ligera sonrisa.
Juliana: Tienes razón, no tengo porque sentirme sola, los tengo a ellos. Ellos están haciendo todo lo posible por alegrarme; lo menos que puedo hacer es agradecérselo y dejar de lamentarme. Creo que esta noche podré dormir un poco mejor. Así que, muchas gracias, Sprigatito. Te quiero.
Sentía que había visto a Sprigatito de verdad, que todo aquello había sido muchísimo más que una mera ilusión, pero eso era imposible. Pensó que simplemente su mente había decidido ser buena con ella y ayudarla un poco.
El sueño le dio un buen golpe en aquel momento y se dejó caer hacia atrás. Por suerte, Zany la agarró antes de que se hiciera daño. Después de eso, la levantó y la colocó encima de Koraidon. Spring también se subió y la agarró fuerte para sujetarla si se dormía y evitar que se cayera. La pokemontura emprendió su viaje hacia abajo de la montaña. No era necesario llegar hasta abajo del todo, pero sí salir de esa dichosa cueva para no volver a poner un pie (o pata) en ella jamás. De camino, una brisa consiguió quitarle el sombrero a Juliana de su cabeza, pero Eve consiguió atraparlo con un salto.
Juliana: M-muchas gracias chicos... Yo también os quiero.
Con esas últimas palabras cerrando el día, Juliana cayó dormida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top