Concentración Total
Juliana: Venga, deja ya de remolonear.
Noa: Déjame dormir, aún es pronto...
Juliana: ¡¿Aún es pronto?! ¡Noa, es la una de la tarde!
Noa: ¿Y qué?
Juliana miró de reojo a Sylveon y ella captó rápido el mensaje. Ambas agarraron uno de los brazos de Noa y tiraron de ella para sacarla de la cama. Se agarró a las sábanas en un último intento de poder dormir, pero sus esfuerzos fueron en vano. Las terminó arrastrando con ella, dejando la cama todavía más deshecha de lo que ya estaba.
Noa: ¿Ya estáis contentas?
Su pokémon la ayudó a ponerse en pie y después le entregó sus gafas.
Juliana: Deberías acostarte más pronto.
Noa: Que sí, que sí, mamá...
Juliana: Lo digo en serio... Deberías cuidarte un poco más.
Noa: ... Que envidia me das. ¿Cómo eres capaz de hacerte esa trenza todas las mañanas?
Juliana: ... Ni que fuera algo difícil.
Noa: ¿Pero cómo te levantas y en lo primero que piensas es en hacerte una trenza? Yo cuando me levanto solo tengo ganas de desayunar y de volver a acostarme.
Juliana: No sé. Para mí es fácil.
Noa: A todo esto, ¿por qué has venido?
Juliana: Bueno... Quería hacerte un regalo.
Noa: ...¿Y eso?
Juliana: Me encontré algo el otro día en el Área 3 del Este y creo que tu puedes sacarle más provecho que yo.
Noa: M-muchas gracias...
Juliana: No me las des, te lo debía.
Noa: - Sylveon le trajo una caja de zapatos con sus cintas - Gracias, pequeña.
Juliana: No he tenido tiempo para envolvértelo, lo siento. Venga, ábrelo, vamos.
La joven de pelo bicolor destapó la caja y agarró la piedra verdosa de su interior. Sus ojos reflejaban el pequeño brillo del símbolo de rayo mientras la rotaba para poder apreciar su regalo. De repente, frunció el ceño y miró a Juliana. Justo después, le mostró una gran marca de garra en la superficie del objeto.
Juliana: Je, je, puede que a Zany se le fuera un poco de las manos al intentar sacarla...
Noa: No parece tan tan tan grave... ¿Tú crees que funcionará?
Juliana: Eh...
Noa: - Suspiró - Bueno, gracias de todas formas.
Juliana: Compruébalo por lo menos.
Noa: Está bien... ¡Jolteon, ven aquí!
Uno de los dos Eevee que estaban durmiendo se levantó de un salto y fue corriendo hacia su entrenadora. Daba brincos mientras observaba con curiosidad infantil la piedra trueno.
Juliana: ¿Jolteon?
Noa: He llegado a tener tres Eevee a la vez, de alguna manera tenía que diferenciarlos.
Juliana: ¿No era mejor ponerles un mote?
Noa: Es que... n-no se me da muy bien. Los llamo Vivis a todos.
Juliana: ¡Habérmelo dicho antes! Te puedo dar algunos consejos y...
Noa: Sí, y haberlo llamado "Eve".
Juliana: No se pronuncia "Eve", se pronuncia "Iv", ¡y es un nombre precioso!
Noa: Preciosísimo, vamos. En fin, toma esto.
El pequeño Eevee puso su pata sobre la piedra trueno y ambos empezaron a brillar con un color azulado.
Juliana: ¿Ves como iba a funcionar?
Noa: Tú tampoco parecías muy segura... ¡Woah!
El recién evolucionado Jolteon saltó sobre ella y empezó a lamerle la cara. Noa empezó a acariciarle la cabeza procurando no hacerlo en contra dirección para no rasparse la mano con ese pelaje tan puntiagudo.
Noa: Si es que eres una monada.
Juliana: Lo es...
Juliana: - Pensando - Venga, Juliana, es ahora o nunca.
Juliana: Oye, Noa... ¿puedo hacerte una pregunta?
Con algo de esfuerzo consiguió quitarse a Jolteon de encima para poder levantarse. Se sentó en el borde de su cama y su amiga tomó asiento a su lado.
Noa: No me ha gustado ese tono... ¿Qué te pasa?
Juliana: Es sobre Sprigatito...
La voz de Juliana se iba apagando con cada sonido que salía de su boca. No tenía ni idea de como preguntarle sin que pensara que no confiaba en ella. Tenía miedo de que se enfadara, pero debía esclarecer esa incoherencia para que su hermano dejase de verla como sospechosa. Quiso esperar a que Noa contestase, pero ella se mantuvo en silencio, incapaz de mirarla. Después de varios minutos de silencio incómodo, Juliana aceptó que su amiga no iba a hablar por sí misma. La chica del sombrero tenía las palabras tan atragantadas que, cuando por fin consiguió hablar, se sintió como si las vomitara.
Juliana: Cuando te enteraste de lo del secuestro fuiste inmediatamente a la base de Anán... ¿verdad? - Noa se mantuvo en silencio un par de segundos antes de responder con un asentimiento - P-pero tardaste demasiado en llegar...
Noa: - Suspiró resignada y se acercó a Juliana para rodearla con su brazo - L-lo siento... Y-yo...
Ahora era ella la que se quedó muda a mitad. Solo emitía algunos sonidos, el inicio de una frase que nunca llegaba a ser pronunciada. Sin embargo, Juliana no iba a ser tan paciente con ella. Apartó su brazo bruscamente y la observó con una mirada muy afilada para hacerla hablar.
Juliana: ¿Por qué me mentiste sobre esto?
Noa: Y-yo... - Lo único que hizo fue agachar la cabeza y evitar contacto visual.
Juliana: ¡Contéstame, p...!
Estuvo a punto de terminar la frase con un desesperado "por favor". Noa casi se cae de la cama por el repentino grito, pero Sylveon la sujetó. Los Vivis al instante clavaron su mirada en Juliana, que al verlos supo que tenían que ir con cuidado. Respiró profundamente un par de veces para intentar relajarse un poco y procuró no mirar directamente a ninguno de los pokémon; sabía que su mirada podía resultar muy intimidante y no quería invitarlos a atacar.
Juliana: Si no vas a decir nada, me voy.
Noa: M-me distraje para c-comprar...
Juliana: ¿Eh? - Con Sylveon de por medio, era imposible verle el rostro, pero su voz sonaba quebradiza y por el volumen podría ser un susurro.
Noa: Vi unas piedras evolutivas en oferta en un escaparate... E-era una oferta única y habían varias personas mirándolas con ojos golosos...
Juliana: ¡¿En serio fue una tontería como esa?! ¡¿Sabes lo mal que yo lo estaba pasando?!
Noa: ¡Lo sé!... S-sabía que si te decía que me distraje por eso, te enfadarías conmigo.
Juliana: Pues claro que me iba a enfadar.
Noa: L-lo entiendo... P-pero e-entiende tú también que estaba impactada y necesitaba cualquier excusa para pensar que hacer. No puedes pedirme que reaccione con cabeza después de llamarme para contarme que han secuestrado a tu pokémon... y encima me colgaste enseguida.
Juliana: Esa no es excusa.
Noa: Creía que llegaría a tiempo, ¿vale? De todas formas, ya tenías a Damián; él te podía dar más apoyo que yo.
Juliana: ... ¿Cómo que Damián podía darme más apoyo?
Noa: Da igual. Solo habías venido aquí para preguntarme eso, ¿no? Pues ya puedes irte.
Juliana: Vamos, Noa, lo siento. No te pongas...
La chica de pelo bicolor agarró su almohada y la lanzó directamente a Juliana. Sin decirle nada, Spring salió de su pokeball para apartar el proyectil. Los Vivis se prepararon para pelear y la Meowscarada desplegó sus garras desafiante. Flareon ya había tomado una posición de ataque y Juliana sabía que, al más mínimo movimiento, Spring atacaría. Estaba convencida de que podía ganar este combate sin problemas, pero solo conseguirían destrozar la habitación.
Juliana: P-perdón... Ya sabes cómo me pongo cuando me enfado...
Noa: Te entiendo, p-pero, por favor, ahora no tengo ganas de hablar.
Juliana: E-está bien. Vámonos, Spring.
Spring: ¿Meows? - Observó un momento a su entrenadora y rápidamente regresó la vista a sus oponentes.
Juliana no dijo nada más, solo caminó hacia fuera de la habitación. Al darse cuenta de que ya no estaba ahí, Spring empezó a retroceder sin perder de vista a todos los pokémon de Noa. Cuando la Meowscarada salió, su entrenadora agarró el pomo de la puerta para cerrarla, pero una débil voz la detuvo.
Noa: ¿Ha-hablamos mañana?
Juliana: Sí...
Después de unos segundos por si su amiga respondía, cerró gentilmente la puerta.
Juliana: ¡Mierda! Ni siquiera estaba pensando.
Spring se acercó a su entrenadora y empezó a acariciarle la cabeza con delicadeza. A Juliana se le hizo un poco extraño, normalmente es su Meowscarada quien se deja acariciar, no al revés. No pudo evitar soltar una pequeña carcajada, aunque seguía prefiriendo ser la que acaricia.
Juliana: Si me hubiera dicho esto desde el principio nos habríamos ahorrado esta discusión, así que ella también tiene parte de culpa... ¿no?
Spring se echó las manos a la nuca y le dio la espalda a su entrenadora, observando la puerta de la habitación de Noa. A Juliana le sorprendió bastante, era la primera vez que estaba en desacuerdo con ella.
Juliana: Tampoco hacía falta darme la espalda.
Spring: Rada.
Levantó sus hombros y se dio la vuelta para apoyarse sobre la puerta. Escuchó un ruido extraño, así que pegó la oreja para escucharlo mejor.
Juliana: ¿Qué es?
Su pokémon solo le frunció el ceño. Parecía que fuera a regañarla en cualquier momento y Juliana se imaginaba que, si pudiera hablar, ya lo habría hecho. La joven empezaba a considerar la opción de volver a entrar, pero alguien la interrumpió. Mimí y Kendra caminaban por el pasillo, tranquilamente. La profesora de combate sonreía tan enérgica como siempre, sosteniendo lo que parecía un bocadillo envuelto en papel de plata. La enfermera estaba más callada, lanzando miraditas de tanto en tanto al almuerzo de su compañera.
Juliana: - Pensando - Supongo que tiene hambre.
Spring: ¡Meows! - Agitó el brazo en el aire para saludarlas.
Kendra: ¡Pero bueno! ¡Si has evolucionado y todo! ¡Me alegro de veros!
A Juliana se le hacía un poco raro que su profesora saludara primero a su pokémon que a ella.
Mimí: Hola, Juliana y eh... Meowscarada.
Juliana: Hola. Ella se llama Spring - para terminar de presentarse, el pokémon hizo una pequeña reverencia.
Mimí: Hola, Spring. Perdona...
Spring: Carada - negó con su cabeza para indicar que no estaba molesta.
Mimí: ¿Estás aquí por tu hermano?
Juliana: ¿No estaba entrenando en Sierra Napada?
Kendra: ¿En Sierra Napada? ¡Cómo se las gasta el novatillo! ¡Le quitas el ojo de encima un momento y vuelve siendo campeón!
Mimí: Le habrán enseñado bien.
Kendra: A él mis clases se le quedaban cortas desde el principio.
Mimí: Bueno, no se le enseña a combatir a dos entrenadores como Florian y Mencía por casualidad. Algo habrás tenido que ver. Hablando de él, me está esperando en la enfermería. ¿Quieres venir Juliana?
Juliana: - Pensando - ¿Se le había olvidado que tenía a alguien esperando en la enfermería? Espero que no sea nada grave.
Juliana: Sí, voy.
Ambas empezaron su camino a la enfermería y la profesora rápidamente las alcanzó.
Kendra: Os acompaño. ¡Tengo que ver tu reacción al bocadillo que te he preparado!
Mimí: Ya...
Kendra: ¡Oye, que esta vez he usado pan!
Juliana: - Pensando - ¿Cómo que esta vez?
Juliana: ¿Qué le ha pasado a Florian? Ayer estaba bien, lo vi irse a Pueblo Mestura para ver el combate por la medalla.
Mimí: Dijo algo de que uno de sus pokémon estaba teniendo problemas.
Juliana: - Pensando - Igual Ralts ha pillado un resfriado por tanto frío.
No tardaron mucho en llegar a la enfermería. Encima de una de las camillas estaban un Clodsire y una Ralts shiny. El primero estaba tumbado con total tranquilidad, mientras que ella se asustó cuando escuchó la puerta abrirse. El sonido también llamó la atención del entrenador, que hasta el momento estaba mirando su SmartRotom. Les saludó con un leve movimiento de mano, pero su atención estaba en sus pokémon. Por el susto que se llevó, Ralts estaba abrazada a Clodsire medio escondida. Miraba a los recién llegados con la cabeza de lado y la boca ligeramente abierta.
Kendra: ¡¿Qué tal, novatillo?! ¡Me han dicho que estabas entrenando en Sierra Napada!
Florian: Hola, Kendra. ¿Adivina quién tiene ya cinco medallas?
Kendra: ¡¿En serio?! ¡Eres un máquina!
La profesora corrió hacia el alumno y ambos hicieron un choque de puños.
Mimí: Hola, Florian. ¿Podrías decirme que le pasa a tu pokémon?
Florian: Pues mira, Ralts tiene problemas para utilizar movimientos de tipo psíquico.
Mimí: ¿Define problemas?
Florian: Le cuesta mucho utilizarlos y necesita concentrarse mucho para poder lanzar un solo ataque.
Mimí: ¿Le duele?
Ralts contestó moviendo la cabeza de lado a lado tímidamente.
Mimí: Ya veo... ¿Podrías enseñármelo, pequeña?
Florian: Spring, ¿podrías hacer de diana?
La Meowscarada no tuvo problemas y dio un paso al frente con los brazos estirados a los lados. Ralts expiró profundamente y colocó sus manos frente a sí para lanzar su ataque. Tardó algunos segundos, pero consiguió impactar un psíquico directo en Spring, solo que al ser tipo siniestro ni le afectó.
Kendra: Yo no veo ningún problema.
Florian: Ralts, repítelo, por favor.
El pokémon volvió a poner sus manos al frente. Se concentró en su ataque y, antes de lanzarlo, su entrenador le dio un golpecito detrás de la cabeza. Un frasco de vidrio aleatorio fue impulsado psíquicamente contra la pared, haciendo que estallara en mil pedazos.
Florian: P-perdón. Ahora lo limpio.
Mimí: No te preocupes. Hum... Esto es raro. Voy a tener que hacerte un chequeo, pequeña.
Florian: ¿Puede ir Clodsire con ella? Estar con él es más reconfortante de lo que parece.
Mimí: Por supuesto.
La enfermera se llevó a ambos pokémon al otro lado de la habitación. Florian seguía todos sus movimientos con la mirada.
Florian: Ya la llevé a un Centro Pokémon, pero me dijeron que estaba bien.
Mimí: No lo entiendo. ¿Para qué me le traes entonces?
Florian: Me fío más de lo que me digas tú.
Mimí: Ay, Florian, me halagas, pero tampoco soy la mejor en esto de la medicina. Ni siquiera pude aprobar el examen para ser profesora.
Florian: ¡¿Qué?!
Kendra: No te preocupes, Mimí, en cuanto te pongas a ello te lo sacas.
Mimí: No es tan sencillo...
Kendra: ¡Oh! Acabo de recordar que los Meditite meditan para aumentar sus poderes psíquicos, ¿por qué no probáis con eso?
Florian: ¿Meditar? Bueno, me imagino que para un tipo psíquico y lucha tiene bastante sentido.
Kendra: Tengo una amiga que sabe bastante sobre ellos y siempre dice que tener una mente en calma es lo importante para verse bella... No sé si será verdad, pero sí sé que es muy fuerte. ¿Por qué no vas a hablar con ella?
Florian: ¿Queda muy lejos?
Kendra: Bueno, es la líder de gimnasio de Pueblo Alforno. Suele estar muy ocupada, así que tendrás que retarla por la medalla y preguntarle después... ¡Ya lo sé! La prueba del gimnasio consiste en un ejercicio emocional, ¡seguro que eso ayuda a Ralts con su problema!
Juliana: - Pensando - ¿Ejercicio emocional? ¿De esos para conectar contigo mismo?
Mimí: ¿Las pruebas de gimnasio no se hacen por las mañanas?
Kendra: Cierto, cierto.
Mimí: - Suspiró - Como suponía, todo parece en orden con Ralts. Deberías hacerle caso a Kendra.
Florian: Iré mañana entonces.
Juliana: Voy contigo.
Florian: ¿Pero no me habías dicho que quería quedarte a descansar?
Juliana: Es que... Tengo mis motivos.
Florian: No intentes hacerte la interesante conmigo... - Se quedó callado por unos segundos, pensando en que podría querer su hermana en Pueblo Alforno - ¡Oh! Perdón, Juliana, se me había olvidado que hoy hablarías con ella.
Juliana: No te preocupes.
Mimí: Uy, ¿qué ha pasado?
Florian: Larga historia. No te preocupes, no es nada malo.
Kendra: ¿Por qué no practicas un poco conmigo? Puede que no sepa tanto sobre los poderes psíquicos, pero tengo un Medichamp...
Mimí: Kendra, tienes que dar clases en cinco minutos.
Kendra: ¿Ya? ¿Qué curso?
Mimí: ... No lo sé, es tu horario.
Kendra: Pues nada, tengo que irme. Luego me cuentas que te ha parecido el bocadillo, ¿vale, Mimí?
Mimí: C-claro...
Kendra: ¡Nos vemos luego!
La profesora de combates salió caminando bastante rápido de la enfermería. Mimí observó el bocadillo colocado sobre una de las mesas y solo suspiró resignada.
Florian: ¿Tan mal cocina?
Mimí: La última vez hizo un bocadillo de carne utilizando más carne como pan.
Florian: Oh... No tienes por que comértelo.
Mimí: ¿Tú has visto lo ilusionada que estaba? Me lo ha preparado con todo su cariño, no pudo mentirle y decirle que no me lo he comido.
Florian: Eres demasiado buena, Mimí.
Mimí: Lo sé... Sobre tú Ralts, tengo un Hypno y tal vez podría ayudarla. Creo que es mejor que vayas a hablar con Tuli, pero...
Florian: Por probar no perdemos nada. Gracias, Mimí.
Mimí: De nada. Eso sí, va a tener que quedarse aquí, no puedo abandonar la enfermería durante toda la tarde.
Florian: ¿Entonces puedo quedarme yo también?
Mimí: Pues claro, siempre se agradece tener compañía.
Juliana: Creo que Eve también puede ayudar. Ella podía utilizar ataques psíquicos nada más evolucionar.
Pasaron toda la tarde en la enfermería junto a Mimí. La enfermera resultó ser mucho más habladora de lo que imaginaban; les hizo una autobiografía completa, desde su tiempo como estudiante de la propia Academia Naranja, hasta su entrenamiento para cumplir las expectativas de Ságita y poder realizar su trabajo. Juliana no entendía por qué todos los profesores de la academia debían ser tan fuertes, pero le sorprendió más que Mimí antes fuera una enfermera Joy y que fallara al intentar convertirse en profesora. Aunque Eve e Hypno se esforzaron todo lo que pudieron, Ralts no hizo mucho progreso.
A la mañana siguiente, Florian esperaba a su hermana frente a la Academia Naranja. Estaban a punto de empezar las clases para algunos cursos por debajo del suyo, así que la zona estaba bastante animada. Varios estudiantes lanzaban miradas furtivas al entrenador cuando pasaban por su lado. No le extrañaba; si ya se había hecho un nombre en la escuela antes de la búsqueda del tesoro, ahora que tenía cinco medallas, era una mini celebridad. Sonrió con ternura pensando en que tal vez ellos serían futuros entrenadores.
Florian: - Pensando - Puede que la mayoría no consiga nada, pero seguramente entre ellos hay, por lo menos uno, que se convertiría en un entrenador decente.
Estudiante: T-tú eres Florian, ¿verdad?
Aquella voz sacó al entrenador de sus pensamientos, y se fijó en un alumno parado a su lado. Estaba junto a un Cyclizar, el cual llevaba una montura en su lomo muy parecida al asiento de una moto. Debía usar al pokémon de transporte a menudo porque también sostenía un casco de motero amarillo y rojo.
Florian: Sí, ese es mi nombre.
Estudiante: He escuchado que eres muy fuerte...
Florian: Lo soy.
Estudiante: ¿Tanto como Mencía?
Florian: Je, estoy en ello.
Estudiante: ¿C-crees que podríamos tener un combate?
Ceruledge salió de su pokeball emocionada y desplegó sus espadas. El estudiante primero se asustó un poco, pero pronto sacó una de sus pokeballs para combatir.
Florian: Perdónala, le encantan los combates. Cuando quieras.
Antes de que pudiera lanzar su pokeball, una mano enorme le agarró el brazo. Cuando se giró, se encontró con prácticamente un gigante. El profesor de hogar, Hugo, le miraba con serenidad, pero su figura resultaba intimidante igualmente.
Hugo: - Tosió un par de veces y empezó a hablar con una voz exageradamente grave - Vosotros dos, ¿no sabéis que no se puede armar alboroto en la academia?
Estudiante: P-pero...
Hugo: ¡Pero nada! ¡Tú ya deberías de estar en clase!
Estudiante: ¡Perdón!
Volvió a subirse sobre su pokemontura y se fue a mucha velocidad. Aunque el profesor estuviera muy orgulloso de su trabajo, a Florian le parecía bastante más peligroso ese sprint, en la que podía arrollar a algún niño, que un combate casual.
Florian: No deberías de exagerar tanto la voz cuando hagas de "hombre rudo". Se nota mucho.
Hugo: ¿Pero qué dices? Esta es mi voz.
Florian: Ya, ya. ¿Has visto a mi hermana? Llevo un rato esperándola.
Hugo: ¿A Juliana? No, lo siento. Por cierto, ¿es verdad ese rumor del que tanto se habla?
Florian: Vas a tener que ser más específico. Llevo mucho tiempo sin venir a la academia para algo que no sea ducharme.
Hugo: Dicen que está en guerra con los chicos del Team Star.
Florian: Sí, es verdad. Pobrecita, con lo poco que le gusta llamar la atención...
Hugo: Vaya, no me la imaginaba haciendo algo así.
Florian: Creía que a ti te alegraría que alguien estuviera tratando de acabar con ellos. Como causan tantos problemas a profesores y alumnos...
Hugo: Los alumnos no se juntan para hacer el trasto de esa manera. Ya lo decía el director, hay algo detrás de esto.
Florian: ¿En serio?
Hugo: Pues claro. Clavel insiste en que debemos tratar a los miembros del Team Star como al resto de estudiantes.
Florian: Algo habrá descubierto.
Hugo: Me imagino que sí. Estuvo entrevistando a los jefes y le pidió a Istvan que los vigilase para ver qué podían hacer.
Florian: Lo tenéis esclavizado.
Hugo: Él aceptó encantado.
Florian: ¿En serio?
Le cuadraba, él era alguien bastante cotilla y gracias a eso consiguió su ayuda para investigar; Clavel podría perfectamente haber hecho lo mismo. El problema no era ese, sino que nunca le había comentado al respecto. Por si acaso, sacó su SmartRotom y lo anotó en su bloc de notas para pasarlo a su libreta de investigación otro día.
Hugo: Es de mala educación empezar a mirar el móvil mientras te están hablando.
Florian: Perdona, es algo importante.
De fondo, se escuchaban varios aleteos. Eran los Squawkabilly de un taxi volador que acababa de llegar para llevar a Florian a Pueblo Alforno. Lo había pedido hacía ya bastante rato y se suponía que le daría tiempo de sobra a Juliana de llegar. Incluso se la imaginó quejándose de que tendrían que esperar demasiado. No quería hacerle perder el tiempo al taxista, así que la llamó.
Florian: ¿Dónde estás?
Juliana: Acabamos de salir.
Florian se giró hacia la puerta y, entre la pequeña multitud, vio un sombrero y un peinado bicolor inconfundibles. Juliana hacía todo lo posible para ocultar su rostro, aunque no evitaba que varios estudiantes la mirasen al pasar.
Florian: ¡Venga, que se nos hace tarde!
Ceruledge también se estaba impacientando, así que corrió hasta ellas y prácticamente las empujó hasta el taxi. Florian al principio iba a detenerla, pero también estaba bastante cansado de esperar, así que la dejó.
Pronto ya estaban los tres volando camino a Pueblo Alforno. Todo estaba muy tranquilo, tanto que a Florian empezó a extrañarle. Sabía de sobra que ninguna de ellas era muy dada a hablar, pero por lo menos Juliana debería sentirse cómoda frente a él. Además, en vez de sentarse juntas, se colocaron en asientos enfrentados, de manera que los hermanos estaban juntos. Sus sospechas se confirmaron cuando ambas empezaron a hacer como que miraban su SmartRotom mientras de tanto en tanto se observaban. Por un momento, se le había olvidado porqué su hermana le estaba acompañando a Pueblo Alforno, y era hacer el ejercicio emocional de la prueba de gimnasio para aliviar la tensión entre las dos. Él no quería que ambas amigas acabarán así de mal, pero creía necesario confrontar a Noa por mentirles sobre algo tan serio. Llegó a pensar en contarle a Noa que Juliana le preguntó eso por él, pero igual veía eso como un intento de escusa, así que decidió dejarlo estar, al menos por el momento. Tenía que centrarse en planear una estrategia para conseguir su sexta medalla.
Ninguna de las dos amigas dijo nada ni antes, ni durante el viaje. Juliana esperaba hablar con ella tranquilamente en el pueblo, en cuanto consiguiera que su hermano las dejara solas. El taxi volador aterrizó y fue la primera en bajar. Ante ella tenía un pueblo de azulejos y adoquín, completamente distinto a cualquier otro lugar de Paldea que hubiera visto. Casi todos los tejados tenían una cúpula blanca, creando una combinación extraña con todas las chimeneas. Aún así, lo que más destacaba era una cúpula de anillos concéntricos situada sobre unos muros con mosaicos de lo que parecían pokémon, pero demasiado abstractos como para que reconociera cuales.
Juliana: - Susurrando - Pss, Florian - su hermano miró a Noa para comprobar que no les estaba viendo y justo después ladeo la cabeza confuso -. Pensándolo mejor, Noa dirá que el ejercicio emocional es una tontería y pasará. Creo que lo mejor será que nos dejes a solas un rato.
Florian: - Asintió levemente - Lo siento mucho, pero tengo que irme. Hemos salido muy tarde, así que la hora del examen de gimnasio es dentro de nada y ya debería estar inscrito. Nos vemos luego.
El joven entrenador salió corriendo hacia el edificio con el símbolo de la Liga Pokémon, dejándolas solas. Rápidamente se formó un silencio incómodo que ninguna de las dos sabía como romper. Después de pensarlo un poco y ver que Noa no iba a ser la primera en hablar, Juliana optó por empezar con una conversación básica.
Juliana: ¿Q-quieres ir a tomar algo?
Su amiga la miró durante un instante antes de regresar su mirada al suelo. Apenas movió la cabeza de arriba a abajo para asentir. Juliana suspiró internamente por no conseguir una respuesta verbal y empezaron a buscar algún bar o cafetería. En cuanto encontraron un Brisa sin Prisa, se sentaron en la terraza; a ninguna le gustaba especialmente aquel lugar, pero para tomar algo siempre era la opción predilecta. La chica del sombrero buscaba una manera de iniciar una conversación de verdad, mientras que Noa estaba más atenta a un estanque artificial que tenían al lado.
Juliana: O-oye, Noa...
La mencionada se quedó completamente quieta un rato y después contestó con un leve asentimiento. Justo después, la frase que Juliana iba a formular desapareció de su mente por los nervios. Quedó completamente petrificada, con la mirada fija en Noa. Sentía como una gota de sudor frío recorría su rostro de arriba a abajo hasta caer de su barbilla.
Juliana: Perdón...
Aunque se hubiera olvidado la oración, recordaba perfectamente lo que quería decir. Lo soltó así, sin más, sin ninguna clase de filtro o adorno. Podía parecer muy soso y lo había dicho tan bajo que dudaba seriamente de que lo hubiera escuchado. Justo después, un suspiro hizo que levantara la mirada hacia Noa.
Noa: No puedes lanzarte a la yugular de la gente así, Juliana.
Juliana: Motivos tenía, tú me mentiste.
Noa: Porque si te lo contaba, te ibas a enfadar. Después de ver lo que pasó entre Florian y tú... tenía miedo de que nos distanciáramos.
Juliana: Oh...
Noa: Me retrasé porque necesitaba pensar qué hacer. Estabas muy enfadada y como yo te metí en la Operación Stardust...
Juliana: ¿Entonces creías que llegarías a tiempo?
Noa: N-no lo tenía tan claro, pero en principio, sí. Y ya tenías a Damián para apoyarte... Entonces, él podía darte más ayuda que yo.
Juliana: ¿Por qué dices eso?
Noa: No se me da muy bien tratar con la gente, ya deberías saberlo. No habría sabido que hacer para ayudarte...
Juliana: Oh, vamos, no digas eso. Tú también eres mi amiga y claro que puedes consolarme. ¿No lo hiciste cuando volvimos a la academia?
Noa: Bueno, sí, pero...
Juliana: ¡Pero nada! ¡No vuelvas a decir algo como eso!
Noa: V-vale... ¿Ya no estás enfadada?
Juliana: - Suspiró, asustando a su acompañante - Te perdono, pero no vuelvas a mentirme sobre algo como esto.
Noa: ¿No se suponía que eras tú la que iba a disculparse por gritarme y no dejar que me explique?
Juliana: ... ¡Mira esa pared! Está decorada por unos platos preciosísimos.
Noa: Je, je, siempre igual. La próxima vez que pase algo así, por lo menos espera a que me explique. Después puedes gritarme si me lo merezco.
Juliana: Lo tendré en cuenta. Por cierto, ¿sabes que dentro de poco hay una excursión?
Noa: A una región lejana, ¿no?
Juliana: Creo que sí. ¿No te hace ilusión?
Noa: Bueno... Creo que es un sitio completamente rural.
Juliana: ¿Y lo malo?
Noa: Eso significa estar caminando por horas para ver los sitios...
Juliana: Vamos, tampoco será para tanto. ¡Y así podemos pasar un poco de tiempo juntas! No hacemos escapadas muy a menudo y esta es la oportunidad perfecta.
Noa: No sé yo...
Juliana: Y si nos cansamos mucho, siempre tenemos a Koraidon.
Noa: Bueno, con él sería bastante más fácil... y supongo que será divertido. ¿Por qué no me cuentas que has estado haciendo esta última semana? Te fuiste sin decirme nada.
Juliana: Uf, han sido unos días moviditos. Todo empezó cuando Damián y yo fuimos a por el Excavador de Acero...
Juliana siguió contándole todo lo que había estado haciendo por un rato. Noa la escuchaba sin decir mucho, solo asentía de vez en cuando, hasta que le contó el combate contra el Colmilargo dominante. Su expresión se volvió mucho más seria; una gota de sudor frío recorría su rostro mientras escuchaba la narración. Suspiró aliviada en cuanto supo que todo había acabado bien y a partir de ahí toda la semana fue mucho más tranquila, por lo menos para Juliana, porque su hermano se había enfrentado a Fuco y Laureano, sin contar que estuvo atrapado en una cueva muy estrecha.
Noa: Vosotros dos no paráis quietos, ¿eh?
Juliana: Quería descansar un poco, pero Florian quiso venir para ver si podía ayudar a su Ralts.
Noa: ¿Tiene un Ralts?
Juliana: Sí, y shiny.
Noa: - Estuvo a punto de escupir su café de la sorpresa - ¡¿Shiny?!
Juliana: ¡Sí, se queja mucho de su suerte pero luego le sale todo perfecto!
Noa: Y además Gardevoir es un pokémon bastante poderoso, sí que tiene mucha suerte. ¿Si estabas tan cansada, para qué viniste aquí?
Juliana: Oh, es que escuché que la prueba de gimnasio era un ejercicio emocional y pensé que podría ayudar a que me perdonaras.
Noa: Eso es una estupidez.
Juliana: ¡Je, je, sabía que dirías eso!... Oye, ¿no está tardando mucho?
Noa: ¿Qué pasa? ¿Te preocupa que vuelva a desaparecer por un mes?
Juliana: No, solo se me hace extraño.
Noa: - Suspiró - ¿Quieres que vayamos a ver cómo está?
Juliana: ... Venga, vale.
Antes de irse, tenían que pagar la cuenta, pero ninguna de ellas se atrevía a llamar la atención del camarero. Pasaron los minutos y ellas seguían ahí sentadas; parecía que las estuviesen ignorando deliberadamente. Al final, tuvo que salir Spring de su pokémon para que el camarero les hiciera caso. Caminó hasta él con tranquilidad, ignorando las peticiones de su entrenadora, para darle un toquecito en el hombro. Después le señaló la mesa donde estaban y solo entonces pudieron pagar. Juliana acabó más avergonzada de que su pokémon tuviera que pedir la cuenta por ella de lo que lo habría hecho llamando la atención del camarero, pero la Meowscarada sonreía orgullosa de poder ayudar.
Doblaron una esquina y ya estaban en la calle principal del pueblo. A lo largo de esta habían muchos bancos, así que era el mejor lugar para sentarse a descansar. Entre los grupos de abuelas contándose cuchicheos y los de jóvenes hablando despreocupadamente, Florian ocupaba uno de los bancos junto a Quaquaval y Ralts. Habían sudado bastante y Ralts luchaba por recuperar un ritmo de respiración adecuado. El que mejor estaba era sin duda Quaquaval, que apenas mostraba cansancio y ya se había lavado. El inicial utilizó con muy poca potencia el movimiento agua fría para lavar la cara de Florian y a Ralts entero.
Juliana: Eso no cuenta como ducharse.
Florian: Lo haré en cuanto vuelva a la academia... Veo que ya estáis mejor...
Noa: ¿Cómo te diste cuenta?
Florian: Era bastante obvio, la verdad. ¿Qué tal el pueblo?
Juliana: No hemos visto mucho, estábamos en una cafetería. ¿Has aprobado el examen de gimnasio?
Florian: Raspadillo, pero sí. Hemos echo más que nada yoga. Estoy harto de escuchar frases sobre estar en sintonía con las emociones... Creo que hasta Ralts lo está.
Juliana: Ha habido algún progreso.
Ralts agachó la cabeza; ya tenía su respuesta. El entrenador colocó una mano sobre ella y empezó a acariciarla.
Florian: No mucho. No paraban de decir que hay que concentrarse, pero ella estaba concentradísima. El problema no es que no se concentre, sino que pierde la concentración.
Juliana: ¿Concentrarse en qué?
Florian: En el movimiento... supongo. Oye, saca a Eve un momento, quiero preguntarle algo.
La Espeon salió inmediatamente de su pokeball y se acercó a Florian y Ralts.
Florian: ¿Te concentras en algo especial cuando utilizas un movimiento tipo psíquico?
Eve pensó durante unos segundos, y después se acercó a Juliana para restregarse por sus piernas hasta que consiguió las caricias que buscaba.
Florian: Interesante... ¿Tú tienes algún Espeon, Noa?
Noa: N-no... p-pero mi Umbreon conoce psíquico.
Florian: ¿Y en qué piensa?
Noa: ... No sé si piensa en algo especial al atacar. Se pasa el día pensando en mimos y dormir.
Florian: Muy bien. Ya lo has oído, Ralts, vamos a probarlo.
La pequeña empezó a concentrarse para lanzar un ataque, pero Quaquaval le lanzó agua fría a la nuca. El resultado fue que la bombilla de una de las farolas estallase. Lo primero que hizo el entrenador fue mirar a los lados para ver si alguien lo había visto. Tanto abuelos como jóvenes miraban la farola sorprendidos, pero ninguna se fijaba en él y sin prueba no hay delito.
Florian: Lo siento, pero no vas a poder participar en esta batalla de gimnasio. Si un psíquico tuyo se desvía, podrías hacerle daño a alguien... o podrían descubrir que hemos roto la farola.
Ralts: Ral... - solo asintió apenada de no poder ayudar.
Juliana: - Pensando - No creo que eso sea un inconveniente. Ralts es el pokémon más débil de Florian. Aunque Quaquaval y Clodsire tengan desventaja de tipos, lo harían mejor.
Juliana: ¿Cuándo tienes el combate?
Florian: En quince minutos - con algo de esfuerzo, se puso en pie y agarró a Ralts en brazos -. Me tengo que ir al centro pokémon; si queréis verme podéis esperarme en la cancha, está debajo de la cúpula.
Mientras el entrenador caminaba, Quaquavale le seguía con pasos alegres. Sin pensarlo mucho, Juliana se dirigió hacia la escalera espiral que llevaba a la cancha, pero Noa la detuvo.
Noa: ¿De verdad tenemos que verle? Sé que a ti esto tampoco te interesa.
Juliana: Ya, pero podría aprender algo de él. Como entrenador, me supera completamente.
Noa: Vaaaaale.
Juliana: Cuando volvamos a la academia, podemos terminar ese juego que me enseñaste. Hiciste bien en ponerme una novela visual, tengo muchas ganas de ver como continúa la historia.
Noa: Me alegra que te guste. ¿Por dónde nos quedamos?
Juliana: Estaba a punto de empezar el juicio de la chica supermusculosa, esa que tanto te gusta.
Noa: Uff, pues no nos queda mucho entonces.
Subieron la escalera en espiral y se encontraron con una pequeña multitud rodeando la cancha de combate. No tenían donde sentarse, así que se quedaron de pie mientras esperaban. Según iba llegando más gente, ellas se alejaban hacia zonas más vacías hasta acabar en una esquina solitaria. Juliana no vio ningún alumno de la Academia Naranja por allí, solo Florian se enfrentaba a un líder de ese nivel a estas alturas.
Poco después, llegó el joven entrenador a la cancha. Todavía quedaba algo de tiempo, así que se sentó en el suelo junto con Ralts. No quería sacar al resto porque la líder podía llegar en cualquier momento y, cuanto menos supiera sobre su equipo, mejor. Después de un rato pensativo, se levantó, casi de un brinco, para ir donde su hermana.
Florian: ¿Podrías grabar el combate?
Ella se limitó a asentir y sacó su SmartRotom. Mientras el hermano regresaba a su puesto, se escuchaban unos tacones golpear el suelo en un ritmo constante. Acompañada por dos Medicham, una mujer de pelo morado con un vestido crema y violeta repleto de adornos con forma de mariposa llegaba al escenario. Estaba en llamada con alguien, pero lo más sorprendente era que las decoraciones de su ropa aleteaban como si tuvieran vida propia. Florian volvió lo más rápido que podía a su puesto sin perder de vista a su rival. Después de ni siquiera reconocer la cara de su anterior líder de gimnasio, el chico del sombrero había decidido informarse un poco antes de cada batalla. Tuli, líder de tipo psíquico; era más famosa como maquilladora que como líder de gimnasio, pero no debía subestimarla. Según lo que había escuchado, sobre todo de parte de Mencía, después de Laureano el líder de gimnasio más sencillo era Lima, de tipo fantasma. Aún así, no desaprovecharía esta oportunidad de disfrutar de un buen combate.
Tuli: Sí, tienes razón... Vale, yo me encargo de todo, no te preocupes. Prefiero que el eslogan sea algo más sencillo. Ahora mismo se me ocurre "Belleza al natural"... ¿A qué sí? Y si puedes ir encargando el nuevo tono de sombra de ojos, me harías un favorazo... Gracias, te debo una. Hablamos luego, ¿vale? Me están esperando... ¡Hola, cariño! ¡Encantada! Soy Tuli, la líder de este gimnasio y maquilladora profesional.
Florian: Yo soy Florian, el pacer es mío.
Tuli: ¿Florian? ¡Oh, eres tú! Kendrita me ha hablado muy bien de ti, ¿sabes? Pero se le ha olvidado mencionar lo mono que eres, querido aspirante.
Florian: G-gracias - No se esperaba para nada recibir un cumplido como ese justo antes de un combate de gimnasio.
Tuli: ¿Será porque tu pasión por los combates saca a relucir tu belleza interior? He visto que mantienes a tus pokémon bien acicalados - dijo esto sin quitarle la vista de encima a Ralts, que se escondía detrás de su entrenador por la presión -. Todos debemos cuidar nuestra propia imagen al igual que la de nuestros pokémon.
Florian: Ya... - Se ahorró comentar que deja que sus pokémon se arreglen ellos mismos y que el único que lo hace es Quaquaval.
Tuli: También me ha contado lo de tu pequeñina. Me encantaría poder ayudarte, ricura, pero no tengo mucho tiempo.
Florian: Oh...
Tuli: Pero siempre puedes aprender durante el combate. Lo importante es que aprenda a concentrarse. Y si no puedes dejármela un ratito; los cosméticos pueden transformar a cualquiera. El maquillaje es mi magia.
Florian: No hará falta, gracias.
Tuli: Que pena, habría quedado guapísima. Da tu mejor esfuerzo, cariño, pues no te lo voy a poner fácil.
Florian: Contaba con ello. Ralts, tú observa a los pokémon de Tuli, ¿vale? - Ella asintió decidida - No te frustres si no lo consigues, podemos venir otro día.
Florian sacó a Kilowattrel y Tuli a Farigiraf. Antes de empezar, el pokémon de la líder hizo una reverencia al público, lo que a Juliana le recordó a Spring. Kilowattrel utilizó viento afín para aumentar su velocidad y cargarse de energía, justo después recibió un cabezazo zen que le causó un gran daño.
Juliana: ¿Ya está otra vez con lo mismo?
Noa: Si le funciona, ¿no es normal que lo repita?
Juliana: Sí, pero si siempre utiliza lo mismo, al final va a dejar de funcionar.
Para su sorpresa, Kilowattrel ahora utilizó voltiocambio, potenciado por la carga, y Quaquaval entró al combate, recibiendo un cabezazo zen supereficaz que le causó mucho daño.
Noa: ¿Suele sacar a un pokémon con desventaja a recibir un golpe muy potente?
Juliana: No... Sinceramente, lo que acaba de hacer me parece una estupidez, pero a estas alturas ya empiezo a creer que es parte de su estrategia.
Florian ahora teracristalizó a Quaquaval a tipo agua y conectó una poderosísima danza acuática que consiguió tumbar a Farigiraf, además de aumentar su velocidad.
Tuli: - Hizo un gesto de sorpresa, pero rápidamente pasó a aplaudir a Florian con una sonrisa - ¡Eso ha sido hermoso!
Florian: ¡Y aún no has visto nada!
Noa: ¿Qué ha pasado?
Juliana: Hum... Creo que ha dejado que Quaquaval recibiera un golpe que le causara mucho daño para activar torrente, que potencia los movimientos de tipo agua. Es como la espesura de Spring.
Noa: Pero dejarle recibir un golpe supereficaz ha sido bastante arriesgado.
Juliana: Supongo que confiaba en que lo resistiría, y por ahora le está saliendo bien.
Tuli ahora sacó a Gardevoir, quien hizo unos elegantes pasos, casi como una danza, mientras acumulaba una energía verdosa en sus manos para lanzar una energibola. Sin embargo, Quaquaval se adelantó y utilizó una danza bastante más ofensiva, logrando empujarla justo al lado de su entrenadora. Cuando la líder miró a su lado, su pokémon hizo un intento por levantarse, pero cayó de nuevo incapaz de continuar peleando. El movimiento aumentó todavía más la velocidad de Quaquaval, compensando que dejara de soplar el viento afín. Ahora Tuli sacó a Espathra, la cual consiguió recibió de lleno el golpe de Quaquaval, perdiendo momentáneamente el equilibrio, pero con fuerzas para continuar. La danza acuática subió una vez más la velocidad de Quaquaval, pero Florian no contaba con la habilidad oportunista de Espathra, que le permitió copiar el aumento de su contrincante y rematarlo con unos gráciles movimientos.
Florian: - Pensando - No pasa nada, está muy débil, solo necesito un golpe.
Pese a los graves daños que había sufrido, Espathra se mantenía firme posando para su público. Florian sacó a Kilowattrel ya que era su pokémon más rápido. Aún así, Espathra se adelantó y la derrotó con psíquico, por lo que Florian sacó a Ceruledge. Espathra sorprendió a todos con una bola sombra, dañando bastante a Ceruledge antes de que la derrotara con garra umbría. Sin más opciones, Tuli sacó a su último pokémon: Florges.
Ralts: ¡Ral, ral, ral!
Florian: ¡Ceruledge, te están animando por aquí! ¡Más te vale darlo todo!
Ceruledge: ¡Ledge! - Sus llamas se avivaron momentáneamente con tanta intensidad que iluminó toda la arena.
Tuli: ¡Eso es, así me gusta! ¡Muéstrales tu belleza deslumbrante! ¡Marchando un cambio de look!
Tuli teracristalizó a Florges a tipo psíquico, por lo que la garra umbría de Ceruledge le causó un daño enorme, pero también aumentó la potencia de psíquico, consiguiendo derrotar a su oponente.
Florian: - Pensando - Tranquilízate, Florian, todo está bajo control. Clodsire puede resistir un psíquico y, como Florges tiene mucha menos defensa que defensa especial, debería caer con un puya nociva .
Sacó la pokeball de su bolsillo y se preparó para lanzarla. Envió su brazo hacia atrás y lo balanceó hacia delante, pero paró a mitad de recorrido al ver a Ralts. Ella seguía observando a Florges muy concentrada, con algunas piedritas levitando a su alrededor. Se quedó mirándola, hasta que se dio cuenta y volteó hacia él. En ese momento, las pequeñas piedras cayeron al suelo. Tuli esperaba pacientemente a que el entrenador hiciera su siguiente movimiento.
Florian: ¿Has hecho algún progreso?
Ralts agachó la cabeza y miró para otro lado. Era evidente que no había avanzado mucho. Florian se arrodilló para poder acariciarla.
Florian: - Pensando - Tal vez debería...
Miró a sus alrededores, no era una de las veces que más público tenía, pero seguía siendo bastante gente. Como era un pueblo pequeño y no suelen recibir aspirantes tan pronto, no era de extrañar que todos fueran a ver el combate, sin contar que Tuli tiene una gran habilidad para encandilar a la gente. Un viejo pánico recorrió toda la médula espinal del joven entrenador. No quería perder, y menos con tantas personas viéndole. Se arrepintió completamente de haberle pedido a su hermana que grabara el combate. Él era una de las jóvenes promesas de la academia, por eso fue que lo becaron; tenía que ganar y demostrar que de verdad era el más fuerte.
Tuli: ¿A qué viene esa cara, pichoncito? No te queda nada bien. Incluso combatiendo, hay que concentrarse en verse bello.
Florian: Concentrarse, ¿eh?... ¿De verdad puedes concentrarte en luchar y verte bella a la vez?
Tuli: - Sonrió con ternura al joven entrenador - Los combates no dejan de ser un espectáculo, y lo más importante en uno es que sea hermoso para que el público lo disfrute, ¿no crees?
Florian: No sé...
Tuli: ¿Entonces por qué estás tan preocupado por quedar bien? ¡Alegra un poquitín esa cara! Ganes o pierdas, puedes estar orgulloso de haber dado un buen espectáculo.
Florian: - Suspiró - Nunca había pensado en los combates como un espectáculo, solo... - Se tragó decir "no quiero que piensen que soy un fraude" justo a tiempo y continuó - ¡Argh! ¡A la mierda! ¿Qué, Ralts, te animas a combatir?
La pequeña abrió bastante su boca y seguramente también sus ojos. Su "mirada" oscilaba entre la Florges teracristalizada y su entrenador.
Florian: No hay problema, ¿verdad? Sé que había inscrito a Clodsire, pero creo que es lo mejor.
Tuli: Ji, ji, ji. No puedo decirle que no a dos monadas como vosotros.
Florian: Muchas gracias - se agachó y le susurró a su pokémon -. No sé tú, Ralts, pero yo no termino de ver los combates como un espectáculo para la gente, suelo preferir combatir cuando no hay público; me molesta que piensen que no soy tan fuerte. En parte es mi culpa por presumir de eso, pero, para algo que se me da bien... Me he desviado completamente, ¿verdad? - Ralts no pudo evitar reírse por la torpeza de su entrenador al hablar - Da igual. Lo que quería decirte es que cuando combato intento concentrarme en divertirme. Eve y Umbreon pensaban en los mimos que recibirían de sus entrenadoras después, el Hypno de Mimí ayer parecía centrado en poder ayudarte con tu problema y los pokémon de Tuli se concentran en verse bellos, incluso mientras combaten. Cuando piensas en concentrarse algo, estás pensando en estar concentrado en sí, en vez de porqué tienes que estarlo. ¡Así que nosotros vamos a concentrarnos en pasárnoslo bien, que es lo que buscamos cuando peleamos!
Ralts asintió decidida y fue a pelear. Florges también se preparó para atacar, mientras líder y aspirante se sonreían confiados.
Florian: - Pensando - Beso drenaje es el único movimiento neutro de Ralts, pero la defensa especial de Florges es enorme.
Ralts extendió su brazo derecho al frente mientras se concentraba para lanzar el ataque. Sin embargo, Florges se adelantó con una poderosa fuerza lunar que impactó de lleno en Ralts. El pequeño pokémon apenas era capaz de mantenerse en pie después de un golpe como ese, pero consiguió liberar la energía psíquica. Unas esferas rocosas empezaron a levitar y, con un gesto de brazo parecido al retroceso de disparar con una pistola, estás fueron lanzadas a gran velocidad contra su oponente. Como la defensa especial de Florges es tan alta, Florian decidió atacar con psicocarga, apuntando a su defensa física. Después de lanzar su ataque, Ralts cayó al suelo de espaldas. Levantó un poco la cabeza para ver a su rival hecha polvo, pero todavía en pie. Golpeó el suelo con su bracito antes de darse la vuelta para ponerse en pie. No le quedaban fuerzas y por mucho que se esforzaba no podía levantarse, pero su entrenador se acercó hasta ella y la tomó en sus brazos.
Florian: Has estado increíble. ¡Abandonamos el combate!
Noa: - Susurrándole a Juliana - ¿En serio? Esto es más patético que simplemente perder.
Juliana: Ya... Oye, ¿no está muy contento?
El entrenador le sonreía a su malherido pokémon mientras la líder les observaba con ternura.
Tuli: ¿Y a qué se debe esta retirada, cariño?
Florian: Bueno, hemos conseguido lo que vinimos a buscar aquí. Eso es una especie de victoria, sobre todo para Ralts, y no me gustaría mezclarla con una amarga derrota. Quiero que recuerde este día como la vez que consiguió utilizar sus ataques psíquicos efectivamente. Puede parecer una tontería, pero yo sé a lo que me refiero. No te importa, ¿verdad, Ralts?
El malherido shiny solo sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban. Después de eso, Ceruledge salió de su pokeball estando también para el arrastre, pero tenía fuerzas para "acariciar" la cabeza de su compañera con donde acababa su brazo, justo antes de las espadas. Florian sabía que si Quauqaval y Kilowattrel no habían salido para felicitar también, es que simplemente no estaban en condiciones de hacerlo. Regresó a Ceruledge y a la vez sacó a Clodsire, dejando que Ralts se tumbara sobre el cuerpo blandito del pokémon para descansar.
Tuli: Hermoso. Sin duda, eres bueno dando espectáculo.
Florian: Lo siento, pero esa no es mi manera de combatir...
Tuli: A ti te sale solo, cariño; es belleza al natural... Oye, ¿no te interesaría participar en un comercial de cosmética?
Florian: No mucho...
Tuli: Bueno, tú piénsatelo y ya me lo cuentas la próxima vez.
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