Ciudad Meseta

Juliana se despertó algo pronto en la mañana. Fue a levantarse, pero decidió quedarse tumbada al ver que Sprigatito estaba durmiendo en su pecho. Cuando él también despertó, ambos se levantaron y recogieron sus tiendas mientras Mencía y Florian seguían durmiendo. Kendra e Istvan ya habían recogido sus cosas y estarían de camino a Ciudad Meseta.

En cuanto el sueño se fue y la joven pudo pensar con claridad, Juliana se dirigió al Centro Pokémon de Pueblo Ataifor, donde le devolvieron a Spring ya prácticamente recuperado, aunque le dijeron que esperase algunos días para sacarlo a combatir. Sin nada mejor que hacer, volvió junto a Mencía y Florian y ambos ya habían despertado y recogido sus cosas.

Ahora que todos ya estaban listos, se subieron a Koraidon y comenzaron su viaje hacia Ciudad Meseta. El trayecto ocurrió sin ninguna clase de percances con ambos hermanos admirando la naturaleza que les rodeaba. Vieron varios pokémon durante el camino y a Florian le costaba mucho decidir cuáles valdría la pena que añadiese a su equipo. Juliana acabó tan cansada de que su hermano insistiese en parar cada dos por tres para ver si había algún pokémon realmente fuerte por la zona, que le pidió a Koraidon que cogiese la ruta más corta hacia su destino y no se detuviese. El pokémon aceptó y abandonaron el camino de tierra. No se detuvo hasta la tarde, cuando llegaron a la ciudad. Grandes murallas la envolvían y un gigantesco portón decoraba la entrada dándole un especto medieval. Ambos hermanos quedaron asombrados al ver la colosal ciudad tan de cerca.

Florian: ¡Es gigantesca!

Juliana: Sabía que Ciudad Meseta era enorme, pero no creí que tanto.

Mencía: ¿No habéis estado aquí nunca?

Florian: No. Apenas hemos visto Pueblo Cahíz y Pueblo Ataifor.

Mencía: - sorprendida - ¡Entonces aprovechad para disfrutar estos días libres! Ahora, si no os importa, debo irme.

Florian: ¿Y eso?

Mencía: Voy a llamar a la Súper para informarle sobre lo de Koraidon. No tardaré mucho.

Antes de Juliana pudiera preguntar quien era la Súper, Mencía se marchó corriendo alegremente.

Florian: Bueno, supongo que deberíamos dar un paseo por la ciudad. ¿Te apetece ir a tomar algo?

Juliana: ¿Quién es la Súper de la que habla Mencía?

Florian: Oh, es Ságita, la superintendenta de la Academia Naranja y la presidenta de la Liga Pokémon.

Juliana: ¿Y qué puede hacer ella por Koraidon?

Florian: Yo tampoco lo sé. Luego pregúntaselo a Mencía.

Juliana: Está bien...

Florian: No sé tú, pero yo voy a dar una vuelta por la ciudad. ¿Te apetece ir a comer algo?

Juliana: Sí, ¿por qué no?

Los hermanos, seguidos de Koraidon y Sprigatito, empezaron a buscar un bar donde comer algo en lo que esperaban a Mencía. A ambos les incomodaba como la mayor parte de la gente se giraba al verles pasar junto a Koraidon, aunque era normal teniendo en cuenta la rareza de ese pokémon. Una vez llegaron a un bar, se sentaron uno frente a otro y pidieron unas bravas.

Florian: ¿Qué tienes pensado hacer para la búsqueda del tesoro?

Juliana: ... - se quedó unos segundos en silencio - ¿A qué viene esa pregunta tan repentina?

Florian: Yo tengo claro lo que voy a hacer: Derrotaré a los ocho líderes de gimnasio, después al alto mando y conseguiré el rango de campeón. ¿Pero y tú? ¿Tienes una idea de que vas a hacer?

Juliana: No...

Florian: ¿Por qué no pruebas a enfrentarte a los líderes de gimnasio?

Juliana: Florian, tú sabes más que nadie que no me gusta combatir.

Florian: Eso tú no lo sabes. Si no contamos los combates de la escuela, jamás has combatido. Antes lo entendía porque Sprigatito detesta combatir, pero ahora que tienes a Spring... ¿Por qué no le das un intento? Spring demostró ser bastante bueno combatiendo y yo sé que si te lo propones podrías ser una gran entrenadora.

Juliana: - pinchó otra patata y se la comió mientras pensaba que iba a decir - Gracias por el cumplido. Lo pensaré, pero no te prometo nada.

Florian: Me parece bien. Ya no queda mucho para que empiece a anochecer. ¿Quieres hacer algo antes de instalarnos en la Academia Naranja?

Juliana: ¿Y si vamos al Delibazar? Tengo entendido que allí venden de todo.

Florian: ¿Por qué no? Vamos a buscarlo.

Gracias a los mapas de sus SmartRotom, tardaron muy poco en llegar. Koraidon no entraba entre los pasillos de la tienda, por lo que tuvo que esperar fuera. Florian compró un buen puñado de pociones y pokeballs, mientras que su hermana solamente compró una funda de Sprigatito muy mona para su teléfono. Al salir, Mencía estaba acariciando a Koraidon y este claramente disfrutaba del momento.

Mencía: ¡Con esa apariencia tuya tan robusta nadie diría que fueses tan dócil y cariñoso!

Juliana: O-Oye, Mencía...

Mencía: ¡Hola, chicos! Veo que os lo estáis pasando bien.

Juliana: ¿Cómo ha ido tu llamada?

Mencía: Me ha pedido que te lleve hablar con ella.

Juliana: ¿¡Ahora!?

Mencía: Sí, parece que es un asunto de suma importancia. No me ha dicho mucho al respecto...

Juliana: - pensando - Era de suponer que no dejarían que una niña tuviese un pokémon tan raro. Supongo que lo que harán será darme una charla para explicarme lo peligroso que puede llegar a ser Koraidon y me harán entregárselo. Quizá busquen al entrenador original o puede que incluso se lo quede la Liga Pokémon... Sé que es lo mejor, ¿pero por qué no pueden dejar que me lo quede yo? Está claro que él quiere que yo lo cuide...

Florian: ¿Estás bien, Juliana? Pareces muy pensativa.

Juliana: Sí, estoy bien.

Mencía: Vámonos ya, July. Con Koraidon debería darnos tiempo de sobra a ir y... - Antes de decir "volver", se calló; también se hacía a la idea de lo que Ságita le diría a Juliana.

Florian: Yo os esperaré en la plaza central.

Juliana: Está bien - no muy convencida.

Ella y Mencía se subieron en Koraidon y empezaron a ir en dirección a la Liga Pokémon, muy cerca de Ciudad Meseta. Pararon frente a un gran edificio blanco con el logo de la Liga Pokémon.

Juliana: ¿Es aquí?

Mencía: Sí, este es el edificio principal de la Liga Pokémon - su expresión se volvió mucho más seria que de costumbre, preocupando a Juliana -. Por cierto, July, lo lamento mucho si creen que lo mejor es que ellos se queden con Koraidon. 

Juliana: No pasa nada. No es culpa tuya.

Mencía: - dejó escapar un suspiro de alivio y retornó a una expresión alegre - Me preocupaba que fueses a odiarme por habérselo contado. Sé que la decisión que se tome allí dentro será la acertada, pero ya buscaré la manera de compensarte si deciden quedarse ellos con Koraidon.

Juliana: G-Gracias, pero no creo que sea necesario...

Mencía: ¡Pues claro que lo es! En fin, ya no entretengo más. Se valiente y entra allí dentro. Aunque no me escuches, yo te estaré animando desde aquí.

Juliana: Está bien - motivada por su amiga.

Empezó a caminar hacia la puerta con Koraidon y Sprigatito siguiéndola. Sentía la angustia de no saber que pasaría allí dentro, pero no se detuvo y siguió caminando.

Juliana: - pensando - Por culpa de su obsesión por Florian a veces se me olvida que Mencía es una persona maravillosa. Tengo suerte de ser su amiga. Así que ahora toca conocer a Ságita, la presidenta de la Liga Pokémon. Alguna vez la he visto en entrevistas y cosas del estilo, pero no se mucho sobre ella.

La puerta se abrió en cuanto se acercó y pudo ver una especie de recepción. La persona que parecía ser el encargado del lugar tenía el pelo de color verde atado en una cola junto a unos ojos de color rojo intenso. Juliana se le acercó y él la miró directamente a los ojos a través de sus gafas de color negro.

Encargado: ¿A qué has venido?

No usó un tono amenazante, pero el contacto visual tan intenso hacia que a Juliana le costase aún más hablar.

Juliana: M-Mi no-nombre es J-Ju...

Encargado: Oh, tú debes de ser July. Te estábamos esperando.

Juliana: - pensando - ¿Me acaba de llamar July? Oh, claro. Ha sido Mencía quien les ha contado todo.

Encargado: No estés tan nerviosa. Relájate un poco.

Juliana solamente asintió con la cabeza.

Encargado: Por cierto, ¿por qué Koraidon no está contigo?

Juliana: ¿Eh? - se dio la vuelta y vio que sólo Sprigatito estaba detrás de ella - ¡L-Lo siento mucho! ¡Deme un minuto y lo traigo!

Juliana salió del edificio escuchando una pequeña risa detrás de ella y Koraidon la esperaba fuera.

Juliana: Venga, entra dentro, por favor - el pokémon retrocedió apenado -. ¿Tú tampoco quieres verdad? ¿Te trataba mal tu anterior dueño? - Koraidon negó con la cabeza, pero parecía estar cada vez más triste - Lo siento mucho. Yo tampoco quiero separarme de ti. Aunque solo te conozca desde hace un día, creo que hacemos un gran equipo. Pero, seguramente Ságita sabrá lo que es mejor para ti, así que solo te voy a pedir que no hagas esto más difícil. ¡Prometo que volveremos a vernos!

Una lagrimilla recorrió la mejilla de la joven. Siempre se encariñaba demasiado rápido con los pokémon. Koraidon le lamió la cara, limpiando así la lágrima. Después de eso, ambos entraron en el edificio y fueron donde aquel encargado.

Encargado: Te ha tomado tu tiempo, ¿eh?

No parecía estar enfadado, sino que solamente se reía despreocupadamente. Aún así, Juliana estaba muy nerviosa.

Juliana: L-Lo siento, señor.

Encargado: No te preocupes - se levantó de su silla y caminó hacia un pasillo -. Sígueme, la presidenta te espera.

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