Capítulo 10

Abrí la cajuela del auto para observar las cajas que tendría que bajar, parece que daré varias vueltas bueno, al menos está vez tendremos mucho material de arte, debo admitir que cada día mis padres se esmeran en hacer esto en un lugar mejor y aunque mi apoyo es poco me alegro de ser parte de esto. Tomé una caja para comenzar a realizar con mis labores, gire para comenzar mi recorrido pero la presencia de alguien me provocó una enorme sorpresa.

—Hola—no pude evitar soltar un grito debido a la sorpresa, la caja casi cae entre mis manos sin embargo logré sostenerla torpemente—Uy como lo siento, no fue mi intención asustarte.

—No te preocupes,solo fue un grito debido a la sorpresa—me excuse tontamente mientras me invadía la vergüenza, ¿de donde había salido?

—¿Necesitas ayuda, Elijah?—pregunto y yo mire a la joven, no recordaba su nombre, lo cual hasta cierto punto me invadía la vergüenza ya que ella si recordaba mi nombre, mire a abajo observando sus zapatos rojos,parece que me gusta mucho usar esos zapatos.

—No, gracias. Pero agradezco tu ayuda.

—Soy fuerte—dijo mientras levantaba sus brazos, por su singular acento me hacía darme cuenta que era extranjera —asi que no te preocupes por ser considerado conmigo.

—Estoy bien, enserio.

La joven rubia me miró y sonrió, de alguna manera sabía que era lo que me preocupaba.

—Bertha—me recordó su nombre y yo asentí—¿Hoy no estás con tu novia?—pregunto y yo negué.

—No, ella no es mi novia... Solo somos amigos.

—Oh—se limito a decir para volver a sonreír, me miró y note como se acercó a la cajuela para tomar una caja —Por favor, déjame ayudarte, en verdad quiero disculparme por haberte golpeado de esa manera provocando un sangrando.

—En verdad eso no fue nada, tengo una gemela que practica artes marciales así que estoy acostumbrado a ser un costal de boxeo.

Ella no pudo evitar reír, me miró para negar, comenzó a encaminarse hacia el edificio y yo fui detrás de ella.

—Debe ser lindo tener una gemela

—No realmente.

—¿Se llevan mal? Que pena, yo no tengo hermanos, así que no tengo con quien llevarme bien o mal, solo un completo y absoluto silencio en casa.

La mire un momento, creo que había tocado un punto sensible y ahora me sentía mal.

—No, nos llevamos mal simplemente nuestras personalidades no coinciden, ella es muy explosiva.

—Mencionaste que practica artes marciales así que me imagino que si, ¿y que tipo de artes marciales práctica?

—De todo un poco, todo empezó cuando mis padres las mandaron con las niñas exploradoras, tenían que ir a un curso de autodefensa y ahí empezó todo, práctico boxeo, Kung fu, karate, taekwondo, muay thai, kickboxing y ahora quiere aprender esgrima.

—Vaya, si que le gusta las artes marciales y, ¿Que hay de ti? ¿También prácticas artes marciales?

—No, soy algo más de practicar crochet —solte con cierta vergüenza y es que si lo comparaba a todo lo que mi hermana sabía hacer si que era bastante patético. Deje la caja en el pequeño almacén y ella imito mi acción para volver a acompañarme al auto por otras cajas.

—¿Enserio? Genial, sabes siempre quise aprender a hacer una bufanda pero ni siquiera se cómo coser un botón así que dudo que pueda hacer algo como eso.

—Puedo enseñarte.

—Eso sería fantástico, ¿cuando podemos empezar?

—Estare de apoyo en una de las clases de mi padre, si no te molesta estar con otras personas con gusto te enseño.

—Seria fantástico pero, ¿no te estoy causando muchas molestias? Es decir se supone que vine a ayudarte y en cambio estoy causandote más molestias —dijo mientras tomaba otra caja.

—No te preocupes, me gusta ayudar y no es ninguna molestia, amo el crochet así que será un placer enseñarte.

—Vaya que eres muy gentil, ¿y quién te enseño el crochet?

—Me enseño mi papá.

—¿Enserio? No lo conozco pero, estoy segura que debe ser bastante lindo y amable como tú.

Mire a Bertha quien entró nuevamente al almacén para dejar la caja para después irse corriendo miebam hacia el auto, vaya que es bastante entusiasta y con un estilo de ropa bastante original, no lo decía solamente por sus zapatos rojos y las medias blancas con moñitos, también portaba un vestido muy colorido, era un estilo muy a los sesenta, bueno, mi hermana se la pasa con ropa deportiva todo el tiempo, supongo que no soy nadie para estar juzgando el estilo de ropa de las personas.

—Es la última, ¿ya podemos ir a aprender crochet?—pregunto mientras dejaba la última caja, note como su pecho subía y bajaba debido al cansancio de ir corriendo de un lado a otro con tal de terminar pronto, yo dejé la caja y asentí.

—Por supuesto pero antes, ¿no quieres algo de agua? Te veo algo cansada.

—Estoy bien, en verdad quiero aprender.

—Vamos por agua—dije y ella solo asintió mientras peinaba su cabello con sus dedos mientras me seguía—¿Por qué te entusiasta tanto aprender crochet? Deben gustarte mucho las bufandas.

—Quiero aprender para hacerle una a mi madre, ella está enferma y dice que siempre le han gustado, sufre de mucho escalofríos.

—Como lo siento, no debí preguntar.

—No te preocupes, se que no preguntaste por tener una mala intención además mi madre ella—guardo silencio un momento, se miró las manos para juguetear después con sus pulseras—bueno quiero darle un buen regalo—y entonces volvió a sonreír —perdona si a veces hago muchas pausas, aún me cuesta hablar el idioma, mi padre insiste en que solo basta con que hable Alemán.

—La verdad hablas muy bien.

—¿En verdad?

—Si, lo digo enserio. Si tienes un acento que te hace resaltar como extranjera sin embargo coordinas bien las palabras y oraciones.

—Es un alivio, pensé que hablaba torpemente.

—Lo hablas bien. ¿Y como es Alemania?—pregunte mientras me sería frente a una de las máquinas expendedoras, para poder comprar un agua.

—Frio, aquí es bastante calido—ella tomo la botella de agua que le brinde sin embargo note que tenía problemas por abrirla.

—Permitame ayudarte—dije mientras tomaba la botella de vuelta para abrirla y después brindarsela—Bueno, es cálido durante el verano pero en invierno también hace frío. ¿Tiene poco que llegaron?

—Ah si, digamos que si—tomo un poco de agua y me sonrió—¿Y desde hace mucho eres voluntario en este lugar?

—Puede decirse que si. Mis padres trabajan aquí así que todo el tiempo me traian, digamos que es mi segunda casa.

—¿Y a tu hermana no le gusta ser voluntaria aquí?

—No, ella no—me calle mientras a mi mente vinieron amargos recuerdos, negué para luego verla —Esta muy ocupada entrenando todo el tiempo pero, a mi hermano menos también le gusta venir de vez en cuando.

—¿Tienes un hermano menor? ¿Que edad tiene?

—Hoy cumple diez y de hecho ven—la encamine por los pasillos para que vieran el muro de los dibujos de  niños, señale una pintura de un atardecer —Es muy bueno dibujando, no suelo ser presumido porque me parece de mal gusto pero cuando se trata de mi hermano pequeño en definitiva me gusta presumir que es alguien con mucho talento.

—Es bastante lindo, en verdad tiene talento y no te preocupes por presumir, si yo tuviera un hermano pequeño también me la pasaría presumiendo. Estoy seguro que debe adorarte.

—En realidad adora a mi hermana a mi solo me busca cuando no puede hacer la tarea.

Aquello la hizo reír.

—Entonces eres digno de su confianza. Sabe a quien recurrir cuando hay problemas y eso también es bueno.

—Supongo que si.

—Dilo con más confianza y convicción, claro que si—me dijo con una enorme sonrisa mientras me miraba, veo que era alguien muy entusiasta y no parecía que fuese a dejar de verme hasta que dijera que si.

—Claro que si.

—Bien hecho, ahora, vamos a apresurarnos, en verdad estoy entusiasmada por aprender crochet.

—Lo noto.

Seguimos caminando por el pasillo hasta llegar al aula, abrí la puerta para encontrarme con mi papá quien estaba acomodando los ganchos y estambres en una mesa, el giro a verme con cierta sorpresa aunque más específicamente a mi acompañante, se que conoce a todos así que debe estar pensando sin parar de quién es la persona a mi lado.

—Papá, ella es Bertha. Bertha, mi papá, Jaziel Torres.

—Un verdadero placer señor—dijo mientras estrechaba la mano de papá sin parar.

—Lo mismo digo Bertha—me miró un momento antes de volver su mirada a Bertha —Espero que te guste el programa de hoy, dime, ¿que te animo a venir?

—La verdad es que golpeé a su hijo por accidente y aunque el insiste que no es necesario en verdad quiero recompensar haciendo un acto de caridad como voluntario en este lugar, además gracias a que vine me va a enseñar crochet.

Mi papá no pudo evitar reír, me miró y yo asentí con la cabeza, claro que había recibido tal humillación y bueno, que le íbamos a hacer, lo pasado pisado.

—Bueno, espero que te sientas cómoda y bienvenida al equipo.

—Muchas gracias señor.

—Ire por más estambre, que tal si ambos le dan la bienvenida a todos.

—Les dare una enorme bienvenida, no se preocupe.

—Gracias Bertha, bueno vuelvo enseguida.

Mi padre se marchó y una vez que se fue Bertha me miró.

—Tu papá si que es una persona tan buena, ahora se donde sacaste lo agradable y amable, sin mencionar lo lindo.

¿Que? Mire a Bertha confundido, quiero creer que está utilizando mal esa última palabra pues dice que apenas está aprendiendo el idioma, es que algo como escuchar a una chica decir que es lindo no es del todo un cumplido, me hacía recordar cuando tenía seis y mi mamá me vistió de oveja, bueno que más da.
Observé a Bertha quien ya estaba mirando los estambres para finalmente tomar uno rosa y un par de ganchos, se dirigió a una silla y dejo las cosas para volver a mi lado parece que alguien ya había apartado su lugar, en cuanto la puerta se abrió Bertha se acercó para saludar a la persona y comenzó a hablar sin parar para dirigirlo hasta la mesa donde estaba el estambre, bueno al menos era buena en esto de dar bienvenidas, yo por otra parte me acerque para ver la carpeta, parece que hoy trataremos a las personas con enfermedades terminales, parece que hoy habrá conversaciones algo difíciles.

—Lamento la tardanza—dijo papá mientras entraba con una canasta con más estambre, miró alrededor para notar que todos ya estaban sentados y preparados para iniciar, me miró pero yo negué para señalar con la mirada a Bertha, es difícil que estás personas cooperen así que estoy seguro que está sorprendido que ya estén listos
—Me alegro ver qué hoy parecen estar de buen humor.

—Bueno, no es como si la chica nos diera otra opción —hablo el señor Peterson mientras miraba a Bertha quien sonrió.

—Parece que ahora tienen a alguien muy entusiasta—comento la señora Peterson.

—Mas bien a una entrometida —declaro Susan y mi papá se acercó para palmear su cabeza pero ella quitó la mano de un azote. No aceptaba tal conducta pero entendía su enojo, solo tenía diez, la misma edad de mi hermano pequeño pero ya estaba luchando contra un cáncer terminal.

—Susan, recuerda ser amigable—menciono la señora Peterson pero Susan solo hizo una mueca—Por favor perdonala, no lo parece pero es muy sentimental.

—Oh, no se preocupe, la verdad es que si soy algo entrometida, de hecho mi padre dice que es algo que debo arreglar.

—Pues yo considero que eres un encanto y descuida no hay nada que arreglar, se que es parte de tu dulce personalidad—dijo la señora Peterson haciendo sonreír a Bertha.

—Pues creo que deberías escuchar a tu papi, niña extranjera.

—Soy Holandesa.

—No me importa.

—Susan, por favor—pidio papá pero ella solo lo maldijo antes de ver a Bertha.

—Me da igual. Estoy segura que está niña bonita nazi me va a soportar todo al igual que los demás en cuanto sea consciente de que tengo cáncer terminal. Siempre es lo mismo esa mirada de pena para acto seguido soltar un montón de disculpas, ¿cuánto tiempo tengo? No lo sé, nadie en está maldita habitación lo sabe, lo único que sabemos es nos estamos muriendo de una manera tan horrible   y...¿Estás llorando?—pregunto Susan y todos giramos a ver a Bertha quien limpiaba sus lagrimas con el estambre.

—Si, es que, me conmovió mucho... Me puse a pensar como sería si yo estuviera en esa situación y la verdad es que no podria soportarlo. Eres tan fuerte, te admiro tanto.

Susan arrugó su rostro, le lanzo la caja de pañuelos a Bertha sin embargo parece que no le importa que la caja haya golpeado su cabeza pues solo se limito a tomarla de donde había caído y comenzó a limpiar su rostro, miró a Susan y ella solo negó con una sonrisa, vaya, nunca la había visto sonreír, parece que me traje a alguien milagrosa conmigo.

—¿Puedo darte un abrazo?—pregunto Bertha mientras extendía sus manos.

—Intentalo niña bonita y te apuñado con el gancho.

Susan le mostró los ganchos a lo cual Bertha borro su sonrisa y bajo sus manos para acto seguido acercar su silla más hacia mi.

—Da mucho miedo y no lo entiendo si es tan pequeña.

—Te escuché niña nazi—dijo Susan y Bertha solo fingió el seguir teniendo, no pude evitar soltar una pequeña risa, se que no debería burlarme pero vaya que ella tenía muchas manías que me eran divertidas.

—Bien daremos comienzo a la clase de hoy—dijo papá con una sonrisa mientras veía a Susan tratando de ocultar esa sonrisa y yo miraba a Bertha tratando de descifrar el principio de la bola de estambre.

En esta sesión de una hora que se terminó convirtiendo en una de dos horas descubrí muchas cosas por ejemplo que a Bertha le gusta hablas y mucho, literalmente fue la que más hablo incluso mi padre quien siempre trata de llevar una conversación amena estuvo en silencio mientras escucha la historia de como Bertha trato de adoptar un gato a pesar de que es alérgica, todos escucharon su fascinante historia de como tratonde ocultarlo y al final fue descubierta por su padre para finalmente ser castigada, sin embargo lo interesante no fue esa conversación si no que logro algo que mis padres nunca han logrado y eso es hacer hablar a Susan quien en su parte fue para presumirle a Bertha que ella si tiene un gato y puede tener uno pero al menos hablo, no solo para maldecir si no para decir lo mucho que quiere su gato y como le a ayudado, estoy seguro que mis padres le dirá sobre esto a los padres de Susan y compensarán ese gato, por otro lado el matrimonio de los Peterson también se veían bastante felices por la presencia de la femenina pues de acuerdo a las palabras de la señora Peterson le recuerda a sus años de juventud y en cuanto a los demás reían por las cosas de ella decía, parece que todos disfrutaron de las conversaciones que ella ofreció, incluso papá.

—Muchas gracias por todo Bertha —dijo papá y ella me sonrió.

—Yo estoy agradecida en verdad la pase muy bien y bueno, solo aprendí a hacer dos puntos de crochet pero al menos ya se ve bien la línea, antes no siquiera podía hacerlo sin que se volviera a convertir en hilo, muchas gracias por sus consejos señor Torres.

Papá no pudo evitar reír mientras asentía.

—Ya verás que te convertirás en toda una experta.

—Cariño, ¿puedes ir de compras? Tengo que ir a casa para ir prepando todo —mamá hizo aparición con una lista la cual papá tomo, ellos se dieron su típico beso y note como Bertha se cubrió por un momento los ojos antes de sonreír.

—Por supuesto.

—Mamá, ella es Bertha, la nueva voluntaria, Bertha ella es mi mamá, Flynn.

—Un placer señora Torres.

—El placer es mío y no sabía que tendríamos a un nuevo voluntario
—dijo mirando a papá pero el negó para girar a verme.

—Es que yo me ofrecí, quería recompensar de alguna manera el hecho de haber golpeado a su hijo, por cierto lamento mucho ese hecho en verdad que fue un accidente, es que yo estaba buscando algo entre los arbustos de aquí enfrente y bueno, no me fijé pero bueno, perdón.

Mamá miró a Bertha un poco confundida antes de sonreír plenamente para después verme a mi.

—No te preocupes, todos pasamos por cosas muy vergonzoso frente a este establecimiento. Yo por ejemplo una vez caí completamente de cara contra un pastel que mi abuela había hecho como bienvenida para un nuevo grupo, ese día se quedaron sin pastel y yo sin mi dignidad.

Bertha no pudo evitar sonreír, se acercó a mi madre quien le miro confusa por su repentino acercamiento.

—Que aretes de ratoncitos tan mas lindos, ¿dónde los compro?

—Fue un regalo de mi esposo.

—Estan muy lindos, me encantan. ¿le gustan mucho los ratones?

—Algo así, digamos que hay mucha historia.

—Lo entiendo, yo lo mismo con mis zapatos. No me gustan pero los usos porque fue un regalo de mi madre.

—Se ven lindos, te queda el color.

—Gracias. Sabe la otra vez pase por una tienda donde había un lindo anillo con forma de ratoncito, no soy muy fanática de eso pero en verdad que se veían lindos y...

Entonces vi como mi madre comenzó a encaminarse junto con Bertha para comenzar a conversar sin parar sobre accesorios, ropa y tiendas comerciales, parece que incluso de hizo amiga de mi mamá. Mi padre y yo nos limitamos a verlas mientras íbamos detrás de ellas.

—Es una chica bastante agradable.

—Eso parece—dije mientras la miraba a la lejania.

—¿Y como fue que ella decidió ser voluntaria? Conociendote estoy seguro que ni siquiera mencionaste nada al respecto.

—Fue por Tiare, estaba con ella cuando Bertha me golpeó por accidente y ella misma planteo todo para que me recompensará Bertha. Admito que pensé que no vendría, es decir fue bastante extraño nuestro encuentro.

—Nunca juzgues los primeros encuentros, te recuerdo que conocí a tu madre en el cementerio.

—¿Insinuas que es mi amor predestinado?

—Insinuo que nunca sabes a quien podrás encontrarte en la vida. Es una buena chica y parece que también sería una buena amiga... Te conozco hijo y se que una vez que termine de hacer su bufanda dejaras de verla, después de todo te cuesta hacer amigos y bueno, creo que sería ella una buena amiga.

—No me cuesta hacer amigos.

—Como decía te conozco, ahora iré hacer las compras que me pidió hacer mi amada esposa.

Mire a papá acercarse a mamá, se despio de ella con un beso y note otra vez esa vergüenza en Bertha, parece que incluso se atrevió a decirle algo a mamá que la hizo reír a carcajadas, tras intercambiar un par de palabras se despidieron, mamá fue al auto y yo mire a Bertha quien me miraba con atención, me acerque a ella.

—Le agradas a mis padres.

—¿Enserio? Me alegro mucho, por un momento pensé que nuevamente había sido muy habladora.

—Es lo que les gustó de ti... Bertha, ¿sería extraño pedirte que seas mi amiga?

Note su mirada de confusion para después verla sonreíe ampliamente, tomo mis manos y comenzó a saltar sin parar.

—¿Enserio podemos hacer amigos? Que genial, por un momento pensé que solo me estabas soportando por amabilidad, me encargaría ser tu amiga, entonces seremos amigos, eres mi primer amigo y ...—ella me soltó cuando su celular comenzó a sonar, lo saco de su bolso y comenzó a correr pero se detuvo para volver a mi—Perdon tengo que irme es urgente, adiós amigo.

Y tras eso comenzó a correr nuevamente, de acuerdo parece que tengo una nueva amiga y bastante extraña, se que mis amigos la van a amar después de todo también son todos extraños y algo me deci que incluso se va a llevar bien con mi revoltosa hermana, me dirigí al auto para poder ir a casa también.

⭐⭐⭐

Escuché el grito de alguien en cuanto entre a casa era Leo quién en cuanto me miró volvió a la cocina, este niño últimamente disfruta mucho el hecho de molestarme, sabe perfectamente que no me gusta que finga querer darme un abrazo para después marcharse, parece que se le está contagiando lo malvado de Tahiti.

—¿Crees que no se hacer amigos?—le pregunté a mamá mientras tomaba asiento, ella me miró confundida.

—¿A qué viene la pregunta?

—Papá lo menciono y yo sé que no es cierto después de todo me hizo amigo de Bertha hoy.

Mamá me miró para después soltar una pequeña carcajada.

—¿Y no crees que lo dijo a propósito para que te hicieras amigo de ella?

Interrogó y yo lo medite un poco, creo que fui manipulado por mi papá, vaya que no me esperaba eso.

—Bertha es una chica muy linda.

—Es agradable, estoy segura que se llevará bien con todos en especial con la caótica de Tahiti.

Y como si la hubiera invocado, escuché el grito de su voz.

—¡Ya llegué!—el típico grito de mi hermana hizo que Leo se levantará de un salto para ir a correr hasta su lado sin embargo lo vi correr de vuelta a la cocina para esconderse entre las piernas de mamá, ¿ahora que es lo que hizo?— He regresado a casa y con un invitado.

Mire con atención al joven pelirrojo que vestía de forma formal, dio una breve sonrisa antes de llevar sus manos detrás de su espalda.

—Es Sir Fergus, no tiene amigos así que lo invite para que aprenda a socializar.

—Un verdadero placer y lamento si soy inoportuno, se que mi visita no es del todo grata—dijo mientras miraba en dirección hacia Leo quién seguía escondido detrás de mamá quien se veía sorprendida por la presencia del varón.

—Ya te dije que te tranquilices. Mi hermano pequeño solo es muy tímido con las personas nuevas, oye, Leo no te preocupes es inofensivo, además, te trajo un regalo de cumpleaños.

Vi a Leo salir poco convencido, se acercó lentamente y miró alrededor para notar que efectivamente ese chico llevaba una bolsa de regalo, extendió su mano a lo cual el joven le brindo su regalo.

—Le deseo un feliz cumpleaños, joven Leo.

—Gracias.

Se limito a decir Leo antes de salir corriendo con su regalo, yo seguí mirando al joven con cautela, tenía un porte bastante elegante, incluso su vestir era muy pulcra y bastante formal, era alguien que era totalmente opuesto al desastre que era mi hermana, ¿que hacía alguien como él con mi hermana?

—Mi gemelo Elijah pero no es importante.

—Tahiti—le hablo con regaño mamá.

—Sin embargo ella si es importante, mi madre Flynn.

—Un verdadero placer conocerle, señora Torres.

—El placer es mío, bienvenido, siéntete como en casa y de antemano pido perdón por las molestias que mi hija te cause.

—Mamá—solto con cierta ofensa Tahiti mientras llevaba su mano a su pecho— ¿que insinuas? Soy buena, de hecho un encanto—dijo y miró al chico para darle un par de palmadas
—Sir Fergus es el chico que salve del callejón, está muy agradecido conmigo y feliz de conocerme, por algo me pidió ser su amigo, soy su eterna adoración, su salvadora, héroe y ejemplo a seguir ¿no es así?

—No soy un hombre que habla en vano. No voy a concordar en todas sus palabras dichas pero no pienso negar lo que le reconforta.

Comento a lo cual mi hermana se cruzo de brazos fingiendo molestia.

—Fuera de mi casa.

—Ya llegue y vaya, parece que tenemos visitas—dijo papá mientras llegaba con un par de bolsas, miró a Fergus para luego verme pero yo negué, miró a mamá y ella señalo con la mirada a Tahiti.

—Teniamos visita, y tú hablo enserio fuera de mi casa—hablo con seriedad sin embargo aquel chico solo arqueo sus cejas, parece que está acostumbrado a las amenazas de mi hermana pues no se a movido de su lugar ni por un segundo.

—Tahiti—hablo con regaño mamá a lo cual ella soltó un quejido.

—Si ya se, ser cordial... Papá te presento a sir Fergus, el chico que salve del callejón y que traje para que conozca a mi círculo social ya que no tiene amigos, sir Fesgus, mi papá Jaziel Torres.

—Un placer señor Torres y lamento la repentina visita.

—Tranquilo Fergus, eres bienvenido y Tahiti, no seas mala con el.

—No lo soy, sacrifique mi burrito para salvarle el trasero, no creo que haya otro mejor acto de bondad que ese.

—Fue una interesante distracción, nunca pensé que se podria usar un burrito para realizar una retirada estratégica. Confieso que fue astuto de su parte.

—Ya te dije que dejes de hablarme de usted y tan finamente, me hace sentir vieja... En fin, andando te traje también con la condición de que me ayudarás con la decoración, vamos a inflar muchos globos.

Tahiti se llevó aquel chico casi a arrastras hacia el jardín, mis padres y yo miramos con atención la escena, finalmente ellos me miraron a mi.

—Debo admitir que estoy sorprendida
—dijo mamá mientras volvió a ver hacia el jardín —es un chico tan educado y sofisticado, lo vi llegar con Tahiti pero aún así pensé por un momento que era amigo de Elijah.

—Pense lo mismo, se que nuestra hija es hermosa y encantadora pero, no creo que su personalidad encaje con la de nuestra pequeña como para entablar una amistad... Puede que en verdad este muy agradecido de que me haya salvado ese día.

Me levanté de mi lugar para verlos desde la ventana, Tahiti infló un globo provocando que explotara en su cara provocando una sonrisa en el joven quien solo negó, para tratar de inflar el globo de una manera bastante torpe pues este cayó de entre sus manos provocando la carcajada de Tahiti, desde aquí notaba su vergüenza pero también que de alguna forma parecía ser feliz, no lo entiendo, ¿por qué?

—Ya llegue con la bomba —escuche la voz de Collin quien entró a la cocina para mirar alrededor —¿Dónde está Tahiti?

—En el jardín con su invitado—dijo papa y miró en dirección hacia la ventana.

—Oh, invito a Fergus.

—¿Lo conoces?—pregunto mamá a lo cual Collin asintió.

—Si, ayuda también con la limpieza en el dojo, realmente me da mucha lástima, es la víctima y Bobbie lo hace trabajar como si fuese el culpable de todo.

—Entonces, si es cierto que es el chico que salvo en el callejón —dije y Collin me miró.

—Si, no taches de mentirosa a tu hermana que no lo es.

—¿Y que hay del chico? ¿Cómo es?—pregunto papá para tratar de evitar una discusion.

—Es solitario, callado y muy reservado. Creo que le sentirá tener a alguien como Tahiti para que aprenda a defenderse.

—Dijo que lo trajo para hacer amigos
—comento papá.

—Si recibí un mensaje de Tahiti mencionando eso, me dijo que fuese su amigo aunque admito que no pensé que lo fuese a invitar a la fiesta de cumpleaños de Leo—admitio Collin.

—¿Crees que esté planeando algo?

Pregunte y Collin me miró como si hubiese dicho alguna estupidez, negó y miró en dirección hacia el jardín.

—En el mensaje Tahiti dijo que Fergus perdió a su único amigo, supongo que lo trajo para tratar de animarlo... Bueno, iré a ayudarles antes que ese par termine sin aire en los pulmones.

Collin se marchó hacia al jardín, desde mi lugar note como mostró la bomba de aire a lo cual Tahiti aplaudió de alegría para luego decir algo que hizo reír a Collin y provocando una breve sonrisa en su acompañante.

—Haces un buen trabajo —dijo papá mientras abrazaba a mamá —es una niña muy amable.

—Hacemos un buen trabajo.

Dijo mamá y yo mire a mis padres, no podía creer que no estuvieran preocupados, salí de la cocina después de todo lo que pasó en el pasado.
Tomé mi celular para enviarle un mensaje a Collin, necesito hablar con él en privado sobre este tema, note como miró mi mensaje y cuando comenzó a dirigirse hacia la casa yo me dirigí a mi habitación para esperarlo, a los pocos minutos Collin entro y me miró confundido.

—¿Que sucede? Dijiste que necesitabas ayuda—comento confundido pues sabía que si le decía que necesitaba hablar sobre ese invitado nunca vendría.

—¿Quién es esa persona? ¿Sabes por qué lo invito?

—Es Fergus y ya la escuchaste, lo invito para que tuviera más amigos. Si es cierto eso sobre que es alguien solitario.

—Pudo invitarlo a salir con ustedes a realizar una de sus tantas locuras, ¿pero porque invitarlo a casa? ¿Por qué al cumpleaños de nuestro hermano pequeño?

—Elijah, tranquilizate... Fergus no es una mala persona.

—Eso piensas pero, que tal si vuelve a suceder lo de la última vez y...

—Elijah, cálmate... Insisto Fergus no es una mala persona.

—Lo mismo dijiste de él. ¿Acaso quieres que te recuerde todo lo que pasó?

Collin giro a verme molesto, paso sus manos por su rostro frustrado y me miró con cierta decepción.

—Se que es mi culpa por lo que pasó aquella ocasión pero podrías dejar de actuar con paranoia.

—No estoy actuando con paranoia, solo estoy actuando con cautela.

Collin me miró en silencio, se dirigió a la puerta y dio un paso hacia afuera.

—Ni siquiera voy a molestarme en hablar contigo, después de todo ni confías en mí.

—Collin si confío en ti, por algo te llamé.

—No negaste el hecho de que fue mi culpa, incluso aunque sea mentira.

Y tras decir esto, Collin salió de la habitación, no pude evitar maldecir, creo que ahora había arruinado las cosas.
Me levanté para ir detras de Collin sin embargo al llegar a bajo note que todos estaban reunidos observando hacia el jardín me acerque con preocupación sin embargo solo vi a Tahiti reír por algo que ese tal Fergus había dicho.

—Es lindo pero no se, no creo que sea su tipo—escuche decir a Maybell quien miraba por la ventana.

—Me sorprende que alguien quiera ser amigos de Tahiti por su propia voluntad, es decir nosotros no tuvimos oportunidad de decidir —dijo Johan y Maybell lo golpeó en el pecho.

—Cierra la boca—ordeno Maybell.

—Si seguimos aquí observando van a sospechar, por favor déjenme pasar
—pidio Collin.

—Pequeño algodón de azúcar no seas aguafiestas —dijo la tía Alex—todos estamos interesados en el chico que presto atención en la pequeña torbellino.

—En realidad Fergus no tiene intenciones amorosas hacia a ella, en verdad la ve como una amiga, Tristán por otro lado, bueno si está interesado.

—¿Quién es Tristán?—preguntaron todos los adultos al unísono.

—¿Hablas de ese patán? No lo creo—solto Maybell molesta.

—Pero ya se le declaro—dijo Johan y note como mamá le miro con atención.

—¿Es el chico que te protegió y lo llevaron al hospital? No se ve que sea un mal muchacho sin embargo ya ve rechazado cruelmente por mi pequeña, en verdad no parece que tenga ningún interes—dijo papá y mamá le miro.

—¿Cómo que un chico ya se le declaro a mi pequeña y no me dijiste?—pregunto con cierta molestia mamá.

—Si, ¿por qué no has contado el chisme?—pregunto la tía Alex molesta a lo cual todos los adultos se dirigieron a la mesa para que papá les contara la historia yo por otro lado fui detrás de Collin quien se marchó al jardín una vez que los adultos se retiraron.

—Collin no fue mi intensión hacerte sentir luctuoso pero...

—¿Que le hiciste a Collin?—pregunto Tahiti mientras soltaba el globos que había amarrado.

—Es una conversación privada Tahiti.

—No, si estás a medio jardín con todos presentes.

—Tahiti, ahora no.

—¿Que le hiciste a Collin?—insistio.

—Calma, pequeña, asunto de hombros.

—No te entrometas Johan. Ahora, ¿Que le hiciste a Collin?

—No fue nada—dijo Collin pero Tahiti negó.

—Yo creo que si. Insisto, ¿Que le hiciste a Collin?

—Tahiti, no te entrometas.

—Lo voy a hacer porque quiero y puedo, ¿Ahora que le hiciste a Collin?

—¿Que te hace pensar que le hice algo?

—Por que vienes con la cola entre las patas con esa cara de mártir. Es obvio que te pesa en la conciencia.

—Es algo que aquí no te concierne.

Ambos comenzamos a discutir sin parar mientras que nuestros amigos solo nos miraban en silencio, es que ellos eran conscientes que una vez empezando nada podía detenernos o al menos no si papá no estuviera cerca.Ambos nos detuvimos de pelear cuando papá llegó con la camiseta, no había nada que ningúno de los dos pudiera hacer una vez que papá llegaba con esa camiseta.
Así que, aquí estamos los dos dentro de una camiseta compartiendo el espacio y la incomodidad hasta que uno decidiera disculparse, cosa que ninguno de los haría.

—Lilipendo.

—El único imbécil aquí eres tú.

—Garoso.

—Tu eres el egoísta miserable

—Muergano.

—La única persona grosera aquí eres tú.

—Tolete.

—Vuelveme a decir boba una vez más y yo...

—Niños, ¿otra vez peleando?—mire a la abuela Vianna quien me miró con cierta decepcion para después mirar a mi hermana con cierta tristeza—Pense que ya habían terminado con esta etapa.

—Y yo pense que no te ibas a atrevir a venir.

—Tahiti—la regañe pero solo vi como se salió de la camiseta.

—Si como sea, perdón... Iré por helado.

Todos nos quedamos en silencio y solo escuché a la abuela suspirar con resignación sin embargo sonrió cuando Collin le dio un par de palmadas para después ir detrás de mi hermana. Yo me quite la camiseta y vi a la abuela dejar el regalo en la mesa.

—No le hagas caso abuela, ya sabes cómo es ella.

—Terca y obstinada, no puedo culparla cuando yo era así de joven o incluso peor... Pero que le vamos a hacer y—se callo cuando su mirada de cruzó con la de Fergus —¿Quién es el chico nuevo?

—Fergus el nuevo amigo de Tahiti
—dijo Johan —ya le dijimos que huyera pero insiste en quedarse, creo que la adoptrina por salvarle el pellejo en el callejón.

—Johan, cierra la boca—ordeno Maybell pero este solo soltó una risa.

—Un verdadero placer conocerle madam.

—Vaya pero que educado...

—¡Sir Fergus!—el grito de Tahiti sobresalto a todos, giramos para ver a Tahiti levantar  su vieja consola portatil —Necesito tu ayuda, se programo en chino y dijiste que sabes chino así que ayuda.

—Disculpenme un momento, iré a brindar de mi ayuda.

Fergus se marchó y todos lo miramos con atención.

—Es lindo—dijo Maybell y todos giramos a verla —¿Que? Si lo es.

—Admito que no esperaba ver un sonata tan final con un rock tan pesado, una combinación interesante de escuchar.

—Pues yo sospecho de él. Alguien como él no podria estar tanto tiempo con mi hermana, es obvio que planea algo, no creo que quiera ser solo su amigo porque le ayudo, puede que...

—Este enamorado de ella—dijo la abuela y todos giramos a verla pero ella se encogió de hombros —Es posible, tan mira como le sonríe.

Mire a Fergus quien le extendió la consola a mi hermana quien salto de infinita felicidad para después abrazarlo, el se vio confundido pero después sonrió para luego decirle algo que la hizo reír, note como después la siguió con la mirada para luego ir detrás de ella.

—Pero no tiene lógica, ¿por qué estaría enamorado de ella?

—Por que así es el amor cariño, nunca tiene lógica... Es algo con muchas desiciones y al mismo tiempo sin ninguna.

Mire nuevamente a mi hermana que estaba volviendo al jardín acompañada de Fergus y Collin y es que seguía sin poder confiar en ese tipo pero debía admitir que miraba a mi hermana de una forma bastante extraña, todo está es tan inefable.

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