Capítulo 09

—Antes de irme, ¿también puedo darle una paliza? Siempre he querido saber que se siente darle un golpe a alguien.

—Adelante preciosa, diviértete.

Levanté la mirada para observar el rostro de la persona que había decidido ser participe en mi humillación, había llegado a un acuerdo con Tristán de que si soportaba todos los golpes me dejaría de una vez por todas, no quería volver a verlo, quería solamente terminar con toda tontería de una vez por toda sin embargo la interrupción de un ser tan pequeño me fue tan irritante pero, que más daba ser golpeado también por ella, dudaba mucho que la fuerza de ella fuese mayor a la de todos los lacayos de Tristán.

—Quiero intentar una patada, ¿aún se levanta?

Fui levantado a la fuerza y es que la verdad es que quería que todo terminara lo más pronto posible, solo quería descansar en cualquier lugar, no me importaba que fuese en el hospital o en el suelo de este frío callejón. Mire a aquella pequeña joven y la verdad es que lo que hizo me sorprendió, puedo jurar que todo fue en cámara lenta, ella retrocediendo para después verla lanzar su alimento directamente en el rostro de Tristan provocando un grito de su parte, la mire y note su sonrisa traviesa cuando se acercó y tomo mi mano para comenzar a correr, la solté debido al pánico, no soporto que nadie me toque, yo aún sufro estragos de aquellas malas experiencias sin embargo cuando ella volvió a tomar mi mano me percate de algo y es que no me había sucedido nada.

—Es una retirada estrategica ¡Ahora corre!

Estaba realmente confundido mientras corría tratando de seguirle el ritmo pero es que no había irritación, ni erupciones, no tenía pánico no sentía ansiedad, lo único que sentía era el dolor físico que me había provocado los golpes.
La solté nuevamente pues en verdad estaba incrédulo de la situación.

—No te detengas se que debes estar agotado pero debemos huir.

Entonces ella nuevamente tomo mi mano, realmente no entendía cómo es que estaba bien con ella. Ni siquiera me importaba el hecho de haber sido rodeados nuevamente, mi mente solo pensaba en el porque no me afectaba su toque.

—Sabes preciosa, nunca debiste haberme hecho esto. Debiste irte cuando te lo propuse—escuche decir a Tristán.

—Sabes, el verde te queda— se burló con travesura.

—Preciosa, esto lo vas a pagar muy caro.

—¿Y que me harán?—pregunto con valentía, noto que es imprudente se que si abogó por ella, si le doy algo a cambio a Tristán la dejara en paz.

—Una lección, eso te daremos —dijo Aaron.

—¿Y que tipo de lección? Por qué déjenme decirles que no se ven muy inteligentes.

—Te vamos a patear el maldito culo de perra que tienes—dijo Josh

—¿Últimas palabras, preciosa?

—Si, de hecho si. Abuelito, estos niños me están molestando.

Dijo tal como si de una niña pequeña se tratara ganándose la burla de los chicos que no esperaban ser rodeos por varios oficiales de policía.

—¿Y que nos va a hacer tu abuelito? Un par de palmaditas en el trasero—soltó un burla Josh sin ser consciente de su lamentable situación.

—Mejor aún, un arresto.

Esa joven que al parecer era más astuta de lo que aparentaba y que la verdad de que me había llevado una primera mala impresión de mi parte me tenía tan confundido, es que no lo entendía, por más que la observaba no podía encontrar un porque su tacto no me afectaba.
Después de toda esta situación fui interrogado sin parar, me preguntaban si necesitaba ayuda pero yo seguía en mis pensamientos preguntándome porque no me afectaba el sentirla, puede que haya sido debido a tanto dolor físico sin embargo cuando ella volvió a tocarme la situación no cambio. Sentí como me tocó la frente, sonrió de una tierna y me ofreció galletas como si fuese un pequeño, me negué a tomarla pero ella tomo mi mano para brindarcelo, pero yo seguía pensando en el porque, no tenía lógica nada de lo que pensara.

—El comer siempre me hace sentir mejor...¿Quieres llamar a alguien?

Escucharla y preguntar eso me causo bastante molestia, es que no tenía a nadie y lo cierto es que molestaba que mi focia al contacto humano no me afectara ante una desconocida y aunque sabía que era injusto descargar mi irá ante ella no pude evitar estallar mi irá ante la persona equivocada.

—Oye, se dice gracias—dijo molesta mientras veía como había arrojado las galletas y el curita que me había puesto.

—¿Exactamente porque debería agradecerle?

—Vaya pero si hablas y mira que para decir idioteces.

—No me siento agradecido, así que no tengo nada que agradecer.

—¿Cómo que no te sientes agradecido? Literalmente te ayude a que dejarán de patearte como el costal de piernas que eres.

—No recuerdo el solicitar su ayuda.

—Vaya que en verdad eres malo con las personas incorrectas. Si no te hubiera ayudado esas personas seguirían haciendo de ti su costal de boxeo, tu, pequeño costal con piernas.

—Ahora debido a su ayuda poco  conveniente esas personas seguirán ostigando de mi y en demasia.

—¿Me estás culpando por ser la víctima de esos matones? ¿Cómo puedes ser así de grosero? Ahora entiendo porque eres el costal de boxeo de esos tipos, en verdad que eres despreciable costal de piernas.

—Debería dirigirse a las personas con las respeto.

—Oh disculpa—solto con sarcasmo—no sabía que me estaba dirigiendo con la realeza.

—No, pero si con Fergus Farren Ferguson.

—Si como sea costal de piernas—solto con grosería tras a ver reído en mi cara, ¿Que era lo que le causaba tanta gracia?

—Soy un Ferguson y...

—Y yo un Torres... Escucha costal con piernas, guardate el discurso que piensas decirme, en verdad no quiero escucharte decir que tú familia se limpia su trasero con los billetes o algo por el estilo. No sé quiénes son y me da igual pero, ahora mismo están en la comisaría donde mi abuelo es el que está acargo, así que cierra la boca o te mando a encerrar con los matones para que vuelvan a dar de golpes.

Estaba furioso sin embargo no con ella, estaba enojado conmigo mismo y es que no lo entendía, ¿Por qué? ¿Por qué ella? La mire, volvió a tomar mi mano para colocar un curita con dibujos de dinosaurios, tomo otro para colocar también en mi frente.

—Trata de quitartelo y te terminaré de dejar el ojo morado.

—Salvando al muchacho para luego amenazarlo, pequeña teniente—hablo el oficial mayor mientras entraba a la oficina para observar a su nieta.

—Estoy muy arrepentida de haberlo ayudado, es un patán, ahora entiendo porque lo estaban golpeando.

—Pequeña teniente, ya hemos hablado sobre esto.

—Si lo se, por más imbécil que sea una persona todos merecen ser ayudados.

—Pequeña teniente.

—¿Que? Si es un imbecil—vaya que nunca había escuchado una dama hablar de esa forma, ¿cómo es que no tenía vergüenza? Note como el hombre mayor de acercó para susurrarle algo.

—Pero si trate de ser linda, le compartí galletas y le puse mis curitas.

El hombre mayor parecía que tenía la intención de decirle algo sin embargo la interrupción de un hombre captó su atención y al parecer por su pánico y la forma en la que se dirigió a la joven pude notar de inmediato que era su padre. La manera en la que le miraba y reflejaba su preocupación había ver qué era un padre amoroso, posiblemente sea consentida por él y por eso mismo ella se comporta de tal manera, aprovechando que aquel hombre había captando la atención de todos yo aproveche para salir en silencio e irme a casa, necesitaba curar mis heridas, después de encargaría de hablar con Tristán para revisar nuestro trato por otro lado podía pensar con más calma el porque esa chica no me afecta, mire los curitas que me colocó, pensé en quitarmelos sin embargo me sentía cómodo con ellos, me sentía mejor aunque la verdad estaba hecho un desastre por dentro.

Estaba a nada del colapso y es que no encontré una respuesta al por qué, por un momento pensé que mi condición simplemente desapareció de la misma manera en la que había aparecido pero en el instituto cuando por fin después de tanto tiempo me decidí por estrechar la mano de alguien en forma de saludo aquella irritación volvió,al igual que mis otros síntomas es obvio que solamente había sido un simple lapso de suerte debido a la drenalina del momento, estoy seguro de ello, tenía tanto dolor físico que estaba seguro que mi cuerpo no podía experimentar con más, hasta ahora era la explicación más lógica.
Mire la hora en mi reloj y decidí encaminarme hasta aquella lápida, hoy era su cumpleaños y aunque sabía que era descortés venir con las manos vacías no quería levantar sospechas después de todo tras ese día no e vuelto a ver a Tristán ni a su pandilla, supuse que se habían casado de seguir en este círculo vicioso así que no quería continuar y darle algún motivo, además quería un momento de paz para conversar con alguien y aunque no me daba ninguna respuesta me traía buenos recuerdos.
Me detuve de mi camino cuando escuché el llanto de alguien, una joven estaba sentada en una lápida mien era un completo mar de lágrimas y eso me trajo tantos recuerdos, se lo que era sentirse así y estar tan solo, después de todo también había perdido a personas importantes en mi vida y también llore en completa soledad, me acerque con cautela, sin ninguna intención de parecer intrusivo o molesto lo último que quería era hacerla sentir peor. Con cierto temor saque un pañuelo de mi bolsillo, se que estaré bien mientras no la toque directamente con el pañuelo toque su hombro con delicadeza para extenderle el pañuelo, ni siquiera me miró directamente pero si al pañuelo,lo tomo rosando sus dedos con los míos de inmediato mire mi mano sin embargo nuevamente nada, ¿estaré mejorando?

—Aun recuerdo cuando me lastimaba de pequeña debido a mis tantas locuras, siempre lloraba en especial frente a mis abus, me encantaba que me dieran helado como consuelo pero en especial que la abu Rita me llenará de mimos para después decirme sus palabras de siempre, ningún dolor es eterno, todo pasa —comenzo a hablar y entonces hubo un pequeño silenció, podía notar que aún le dolía—
Sin embargo en todos estos años no ha dejado de doler todo esto, aún duele como el primer día, aún se siente eterno todo esto.

La joven giro a verme y note como se enmudeció, al parecer no era la persona que esperaba y yo por mi parte también estaba sorprendida, nuevamente era esa joven, no esperaba volver a verla y mucho menos encontrarla en una sigue tan triste.

—El costal con piernas imbécil—dijo y no pude evitar sentir cierta molestia. De alguna forma sentía que si de su boca no salían incuerencias no era ella.

—Soy Fergus Fitzgerald Farren Ferguson, tercero.

—No voy a aprender todo eso.

—Al menos dirígete con más respeto a la persona que fue considerada contigo.

—Yo te salve el trasero y fuiste un completo imbécil conmigo.

—Por qué usted..

—Se que esos tipos no han vuelto a molestarte—me interrumpió lo cual me dejó sin habla, estaba en lo cierto y lo cierto es que me causaba cierta vergüenza el admitir que si fue bastante descortes— Yo no soy tipo de persona que deja las cosas inconclusas, le pedí a mi abuelo ayuda y se que gracias a él ya no te han molestado.

—Aun así no debe ser imprudente, trate de ser menos entrometida.

—¿Y por qué me diste un pañuelo? No es eso ser entrometido.

—Nunca se debe ignorar a una dama llorando, al menos debo brindar un pañuelo—me excuse tontamente. Lo cierto es que si fui algo entrometido.

—Si bueno, yo nunca ignoro a los más débiles, al menos debo brindar una retirada estratégica.

—Le gusta tener la última palabra.

—Como a cualquier otra dama... Y no me hables de usted, estoy segura que debemos tener la misma edad.

Noto que no es de modales, lleve mis manos a mi espalda para darle algo de razón, supongo que tendré que bajarme un poco a su nivel si quiero seguir teniendo una conversación con ella y es que nuevamente esa duda me invadió.

—Admito que con anterioridad tal vez fui algo grosero.

—¿Tal vez? ¿Algo grosero? Fuiste un completo imbécil.

—Señorita Torres no está haciendo las cosas sencillas.

—Solo dime Tahití, ¿que es eso de señorita Torres? Además, ¿cómo sabes mi apellido?

—Me lo grito en la estación de policía, dijo que era una Torres y su abuelo el capitán a cargo.

—Bueno, gracias por el pañuelo y...

—Pero si es su grandiosa majestad. Vaya si es la preciosura violenta de Tristán, ¿acaso le eres infiel?

La voz de Alfonso me lleno de cierto panico aunque también de confusion, ¿cómo es que se conocen?

—¿Acaso quieres otra paliza?—interrogo la joven a lo cual le mire, dudaba mucho que un ser tan pequeño pudiera darle batalla a tan semejante bestia disfrazada de hombre.

—¿Crees que me das miedo?

—Si—levanto su brazo y note como Alfonso retrocedió, parece que me perdí de muchos acontecimientos si el reaccionó de tal manera. ¿Realmente le tiene miedo? Algo que comprobé cuando con un silbido llamo a sus lacayos.

—No importa, no podrás con tantos y armados.

—Pero que cobarde.

—Alfonso, dejala ir. Esto es entre nosotros.

—Esta enana me debe algo así que no, ya no es entre nosotros, también le daremos una lección.

—Bueno que me vamos a hacer, prometo traerte otras después, ahora cuídame desde allá arriba.

—Parece que la enana es una completa loca y...

Observé como con un ramo le dio un gran golpe, estaba algo confundido y hasta cierto punto sorprendido, al parecer tiene serios problemas con golpear a las personas con objetos sin em fue de ayuda ya que gracias a eso pudimos huir. Cuando ella tomo mi mano pude senri mi corazón latir sin embargo se que se debía a qué nuebam estaba huyendo por mi vida y está vez de personas más peligrosas. Definitivamente debo encontrar respuesta a este por qué.
Mis penas fueron interrumpidos cuando la joven me lanzo dentro de un auto.

—¿Que demonios te pasa?

—Lo mismo me preguntó, ¿por qué todos te quieren dar una paliza? No creo que seas tan imbécil como aparentas o tal vez si.

—Señorita Torres.

—Que me digas Tahití, tu 4F tercero, vaya que es irónico ahora que lo pienso.

—Solo dime Fergus—dije resignado pues estoy totalmente seguro que jamás se aprenderá mi nombre completo.

—Como sea—freno el auto abruptamente provocando que chocará contra el tablero de su auto, ni siquiera tuve tiempo de quejarme cuando ella me bajo nuevamente de su auto para comenzar a correr.

—Creo que lo mejor es seguir conduciendo hasta llamar la atención de alguna patrulla para que seas auxiliada por los compañeros de tu abuelo.

—¿Y conseguir otro castigo? Claro que no, lo haremos a mí manera.

—No creo que podamos soluciónar las cosas dentro de un almacén.

Ignoro mis palabras para entrar a ese almacén, una vez dentro entendí de inmediato el porque de su decisión y es que había muchas personas practicando artes marciales, al parecer es más astuta de lo que aparente y muy perspicaz.

—¿Estás bien?

—Digamos que si.

—¡Ahora sí maldita enana! ¡Te voy a partir tu culo de...

Alfonso se abstuvo de seguir hablando pues varios hombres se acercaron a él para aparentemente darle una lección de vida. Mire a la joven Torres y es que me percate del hecho de que realmente es una persona con influencias bastante ms con envenientes

—Bien, ganamos—levanto sus manos al aire junto con la mía, me aleje con rapidez para comprobar mi situación aún seguía sin presentar ningun síntoma, simplemente a mi cabeza no viene ninguna explicación del porque estoy bien, en verdad que no lo entiendo.

— Debes dejar de meter con pandilleros y en cuanto a ti, te estuve buscando por mucho tiempo.

—¿Disculpa?—pregunte desconcertado, me había absuelto tanto en mis pensamientos que no preste a mi alrededor, ¿porque este hombre había pasado su tiempo buscándome?

—La última vez te me escapaste pero está vez no, eres parte del grupo.

Escuché la risa de burla de la señorita Torres que ceso una vez que aquel hombre también le extendió un trampo para limpiar.

—¿Que? ¿Esto como porque?

—¿Quieres que le diga a tus padres que sigues atrayendo pandilleros?

—¿Me vas a delatar? Esto es tan ruin incluso para ti.

—Pues culpa a tus padres, me dijeron que te tuviera vigilada y que mejor que teniendote aquí siendo parte del grupo, además aprenderas muchas cosas como el ser ordenada y harás nuevos amigos.

—Me reuso a ser parte del club de estos imbéciles —dije lanzando el trapo al suelo sin embargo tras una discusión donde al parecer fue la derrotada la joven se fue a una esquina a quejarse sin parar mientras que a mí me mandó a otro lado.

—Niño, ¿cuál es tu nombre completo?—interrogó y yo le mire, dudo que me deje en paz si me mantengo en silencio y sinceramente no hay oportunidad de escape pues es más grande que yo sin mencionar que tiene a Alfonso a su merced, si el fue derrotado con más razón yo lo seré.

—Soy Fergus Fitzgerald Farren Ferguson, tercero.

—Vaya, así que eres tú el hermano de ese insecto —le mire perplejo y es que dudaba en demacia que el se atreviera a decir tal secreto, vi la sonrisa de aquel hombre quien se cruzó de brazos.

—¿Sabes cómo controlo a todos aquí? Con información, lo que le hice a ese puñado de idiotas—dijo señalando al grupo de Tristán —tambien se lo haré a esos otros idiotas—dino señalando ahora a Alfonso —y no dudes que también te lo haré tu. La información es poderosa para controlar personas.

—Es considerado un crimen lo que hace y...

—Hablas como si me importará. Ahora, creo que ya tengo en parte algo de un secreto tuyo pero por tu reacción no es todo, es obvio que ocultas algo más así que, podemos hacer un trato exclusivo tu y yo... Mantengo mis narices lejos de tus asuntos si haces todo lo que diga pero si te niegas rebuscaré hasta los secretos de tus antepasados, ¿que opinas? ¿Verdad que soy justo?

Era un completo canalla sin embargo no lo quería buscando información en mi vida, ya bastaba con que supiera los secretos de él y es que si había averiguado eso se que también muchos más así que, solo asentí.

—De acuerdo, vendrás todas las tardes a las 4,eso incluye los fines de semana a limpiar este lugar y renovarte. Así que se puntual, ahora ve y limpia esa esquina y dirigiré a mi como Bobbie, ni más ni menos, ¿Entendido?

—Lo comprendo señor.

—Bien, ahora largo a limpiar.

Pensé que después de haber sido salvado por una mujer que baja estatura como si fuese una damisela en apuros era lo más humillante que había experimentado la vida se encargo de hacerme ver qué había peores cosas, limpiando como si fuese de la servidumbre, sin embargo observando a los demás creo que pude haber obtenido algo peor así que seré agradecido con lo que tengo por otro lado me concentraré en algo más y eso es en encontrar una respuesta a mi porque.
Los últimos días pase limpiando en dojo sin embargo no obtuve ninguna respuesta y es que Tahiti Torres no parece tener habilidades fuera de lo común, es alguien que disfruta de hacer bromas constantemente, no parece tener mucho respeto hacia las personas, es astuta sin embargo no del rango inteligente académicamente, sin embargo es bastante habilidosa en actividades físicas ya que desde los cinco práctica artes marciales de diferentes tipos, desde karate, boxeo, taekwondo,Kung fu y muay Thai, alguien que no conoce la derrota y que la respalda varias campeonatos y medalles, tiene todo un muro dedicado solo a ella y sus innumerables trofeos de victoria, hasta cierto punto comprendo su arrogancia y el porque derrotó al parecer a Alfonso con una pelea anterior a mi conocimiento, es hábil en pelea pero también sabe cuándo retirarse. Entre sus conocidos compañeros de entrenamiento al parecer decidió retirarse el verano pasado tras una lesión en una de sus tantas victorias. Fuera de eso no hay nada interesante, por sus conversaciones ocasionales que duele tener con Collin Vides se que tiene dos hermanos, al parecer tiene una mala relación con su hermano mayor pero una excelente con su hermano menor, sus padres la sobreprotegen o al menos así lo siente ella, es consentida por sus abuelos y aparentemente también por su pareja, aún desconozco el porque alguien tan tranquilo y dócil como Collin Vides decidió salir con ella pues no hablen nada sobre su relación, solo se que ella disfruta de hacerle bromas al igual que a todos y en cuanto a él parece bastante acostumbrado a ese trato, pensé que eso era todo de ella pero la verdad es que me sorprendi al ver otro lado diferente de ella.

—Vamos, costal con piernas, hoy haremos algo diferente.

—Le recuerdo que me llamo Fergus.

—Una disculpa a su real majestad, sir Fergus, disculpais a mi ignorancia.

—Te encanta burlarte de las personas
—afirme y ella sonrió.

—No tanto, solo un poco para aliviar el ambiente.

—¿Él en verdad se te declaro?—me atrevi a preguntar tras un largo silencio y es que algo como enterarme que Tristán demostro interés romántico en alguien en verdad es sorprendente.

—Si es que podemos llamar a eso una declaración.

—¿Te insulto en el proceso?

—No, simplemente lo dijo y ya, en medio pasillo del instituto. Mis amigos creen que está organizando algún tipo de plan malvado en mi contra, ¿Tu que opinas? Lo conoces más que nosotros.

—Ciertamente Tristán es el tipo de persona que hace planes con mucho cuidado y sinceramente no creo que sea tan estúpido como para querer meterse contigo. Tu abuelo es el capitán de la policía, ya tienen sus datos y luego tienes a ese hombre aterrador por cuidador quien debe estar amenazando ahora mismo a Tristán.

—Entonces, ¿realmente crees que le gustó?

—Es difícil saberlo con exactitud, nunca a mostrado interés en tener una relación con alguien.

—Entonces, ¿si está planeando algo contra mi?

—No exactamente contra ti —tenia dudas y es que con la naturaleza observadora de Tristán estaba seguro que ya se había dado cuenta que el toque de ella no me afecta. El prometió quitarme todo lo que me haga feliz y aunque la presencia de ella no me hace feliz del todo si el sentimiento de normalidad después de tanto tiempo sin embargo cabe también la posibilidad de un enamoramiento después de todo la dama a mi lado gosa de una belleza natural —Creo que estamos en una posibilidad del cincuenta porciento en cada posibilidad.

—Bueno, pues si intenta algo contra mi le daré una paliza y si realmente le gustó lo mandaré al demonio.

—¿No es de tu agrado?

—Es un imbécil pensé que eras conciente de ello.

—Y si no fuese un imbécil, ¿saldrías con él?

—No es mi tipo.

—¿No te es atractivo?

—No me refiero a eso, realmente no me importa mucho el físico, se que no lo aparento pero me encantaría alguien que me diga que lo tengo hechizado en cuerpo y alma, que me ama y no puede estar un día más sin mi.

Escucharla decir eso me sorprendió.

—Orgullo y prejuicio, no parece alguien culta a la lectura.

—Y no lo soy, vi las películas y puede decirse que toda película de amor es mi gusto culposo.

—¿Aficionada al romance?

—Por supuesto, estoy creciendo en un hogar donde mi padre a demostrado cada día que mi madre es el amor de su vida, creo que meresco que alguien me quiera igual o incluso mas.

No pude evitar reír y es que esa parte de ella sentía que no combinaba del todo con su personalidad.

—¿Acabas de burlarte de mi?

—En absoluto, simplemente me sorprendi por un momento, pareciera que estaba hablando con alguien más y no con una soñadora del amor.

—Es mi gusto culposo, ya te lo dije. Además, no conozco otra forma de amar... Cuando mi abuela murió, mi abuelo rompió en llanto, dijo que no podía vivir sin su corazón, lo dejamos un momento solo en la habitación para que se despidiera de ella, cuando volvieron por él porque ya era momento de preparar a mi abuelita para el funeral lo encontraron muerto a un lado de mi abuelita... El doctor dijo que fue tanto el dolor que su corazón solo dejo de latir... Ambos solían decirme que debía contrar a alguien que me quisiera más de lo que yo podría querer, que encontrará a alguien que fuese su todo.

Por un momento había olvidado que la había visto llorar, con una personalidad tan vibrante deje por un momento en el olvido que es alguien también sensible, posiblemente más bien sea su personalidad reacia la que no combina con su dulzura natural.

—Dudo mucho que lo encuentres en Tristán, posiblemente le guste pero solo por ser algo nuevo... Dudo que sea de las personas que lleguen a querer a alguien lo suficiente como para que sea su todo.

—Parece que sabes mucho de él.

—Soliamos ser amigos —confese por primera vez en mi vida sin entender el porque le había dicho la verdad —
pero, las circunstancias cambiaron.

—De amigos a enemigos, eso si que es triste. Creo que yo no podría vivir con ese tipo de cambios, tengo muy buenos amigos y que de repente sean mis enemigos, en verdad me rompería el corazón.

—Sabes tener una conversación amena cuando se lo propone, ¿verdad?

—Sir Fergus acabas de terminar con mis cinco minutos de lucidez.

—Carezco de talento de hablar con facilidad con gente que no conozco.

—¿Usarás frases de orgullo y prejuicio para seguir hablando conmigo?

—La sabiduría no esta en la cantidad de conocimiento que se tenga sino en el uso que se le de.

—Lo tomare como un si... De acuerdo, te daré otros cinco minutos de lucidez pero, si le llegas a contar a alguien sobre esto, te dejare sin dientes.

—No es de caballeros hablar acerca de una dama además, ¿con quién podría compartir tal información?

—Touche... Es una pena lo de tu amistad sin embargo siempre podrás tener un buen amigo.

—¿Insinuas que te convertirás en mi amiga?

—Dije un buen amigo, dudo que yo pueda hacerlo pero, te puedo prestar a Collin. Es el único gran amigo.

Al menos es consciente de sus defectos y hasta cierto punto concuerdo con el hecho de que Vides parece ser una buena amistad.

—¿Lo aprecias?

—Por supuesto. Lo conozco de toda la vida y lo digo literalmente, nuestros padres son amigos desde hace tiempo, nuestras madres estuvieron embarazadas casi al mismo tiempo, sin mencionar que también es mi vecino, hemos compartido muchos pañales y biberones juntos al igual que varios momentos tanto buenos como malos y uno que otro incómodo... Creo que de todos mis amigos si te tuviera que decir quién es el mejor en definitiva diría que Collin.

—En verdad le tienes cariño.

—Por supuesto.

—¿Por qué se decidió por esgrima?
—pregunte tras varios minutos de silencio y es que aunque pude haber dado la conversación por terminada lo cierto es que quería seguir hablando con ella, cuando no estaba bromeando de forma tosca era bastante agradable su compañía.

—No parece ser un deporte peligroso.

—Sinceramente esa respuesta no responde a mi duda.

—El concurso pasado tuve una pelea donde fue herida un poco de gravedad, mis padres en verdad estaban hechos un enorme pánico y bueno, no quiero seguir preocupando los tanto.

—Que considerado de su parte.

—Si, supongo que si.

—¿Y no extrañará su otra vida de campeonato?

—Tambien puedo ser campeona de esgrima.

—Ciertamente sin embargo no será el mismo sentimiento, para empezar, ¿por qué decidió practicar deportes de lucha?

—¿Que es esto? ¿Un interrogatorio?

—No trato de ser invasivo, solo me preguntaba el porque.

—Te voy a responder si tú me respondes algo.

—Lo considero justo, es un trato —dije mientras le extendía la mano para sellar nuestro trato en un apretón de manos, ella lo tomo y mire con atención, aún seguía sin entender cómo es que ella me brindaba tanta confianza cuando la verdad ni la conocía con sinceridad.

—Fue por mi hermano, siempre a sido un debilucho y todos abusaban de él y bueno, soy consiente de que soy pequeña así que no siempre iba a poner ganar a mordidas y a patadas así que comencé a entrenar. Empecé protegiendo a mi hermano, después a Collin quien también era un debilucho y bueno termino convirtiendose en mi pasión.

—No puedo evitar pensar que me ocultas algo más.

—Posiblemente pero, no es importante. Ahora, mi pregunta, ¿Porque se rompió tu amistad con Tristán? Y antes que te niegues a responder te recuerdo que nos dimos la mano como un acuerdo.

Admito que esperaba la pregunta después de todo yo mismo saque a relucir el tema.

—Por nuestras madres.

—¿Que? ¿No querían que fuera amigos? ¿Algún tipo de amistad prohibida por ser tu de la clase alta y el pobre?

—Ojala hubiera sido algo tan simple como eso... Ellas murieron en un accidente y bueno nos culpamos el uno al otro.

Se quedó en silencio y por un momento pensé que sería cuestionado sin parar, puedo notar que es bastante curiosa sin embargo hizo algo que no esperaba y eso fue darme un par de palmadas, al parecer es prudente cuando se lo propone.

—¿Se supone que es un consuelo?

—Perdon... Sinceramente pensé que había sido por alguna chica o algo por el estilo y no por algo de esa magnitud... Mi hermano dice que soy inoportuno y creo que tal vez si lo soy un poco.

—No fue su intención, no sabía el contraste de la situación y comprendo la curiosidad. Que tal si para estar a mano me confirma algo, ese día en el cementerio, ¿estaba llorando por la perdida de sus abuelos?

—Si.

—Debio haber sido algo muy doloroso para usted.

—Aun lo es, ¿Y que hay de ti? ¿Ese día fuiste a visitar la tumba de tu madre?

—No, lo cierto es que fui a visitar a la madre de Tristán.

Y nuevamente ese silencio pensé en confesarle la razón pensé que posiblemente todo era una señal para dejar las cosas en el pasado sin embargo un gran estruendo nos sobresalto, corrimos hasta el origen de este para ver un caos, uno de los estantes había caído y había vidrios rotos por todos lados al igual que sangre.

—¡Collin! —grito con pánico mientras iba a su lado, podía notar su entera preocupación por él, podía notar que en verdad se preocupaba por las personas sinceramente después de todo aunque decía que Tristán no era de si agrado también lo auxilio cuando vio que estaba herido.
¿Cómo puede alguien tan caótica ser tan amable?
En verdad tenía muchas dudas al respecto.

🥀🥀🥀

Al llegar a casa lo primero que hice fue dirigirme a mi habitación,me diriji hasta el gran armario para buscar aquella caja olvidada, la saque con cuidado para abrirla, aún guardaba con cuidado las fotografías de mi madre así como todos sus recuerdos, mire con atención los pequeños curitas con dibujos de dinosaurios, no entendía porque conservaba algo como eso en especial cuando solo era basura sin embargo últimamente sentía que no actuaba como yo, mire la fotografía que había tomado de Tahiti, de que se darán cuenta de la ausencia de esto después de todo es de ella celebrando uno de sus campeonatos pero no fue algo que pensé en el momento, es que cuando la vi y con el marco hecho un desastre solo decidí tomarlo... Soy consciente de que no tengo sentimientos románticos hacia ella, ciertamente tiene facciones que me resaltan su belleza natural pero no era para mí agrado romántico, tampoco su personalidad tan vibrante más bien quería seguir rebuscando en todo esto un porque, seguía un entender cómo alguien como ella me provocaba tanta tranquilidad, como es que sin conocerla y saber quién era desde nuestro primer encuentro fue la cura a todo aquello que me aterra.
El sonido de la puerta captó mi atención de inmediato guarde todo para poder salir del armario.

—¿Necesita algo?

—Joven Fergus, la cena está servida—escuche anunciar a una de las sirvientas.

—Comprendo, voy enseguida.

Salí de la habitación para encontrarme con la sirvienta, tenía una mirada tan seria y fría, me hizo un leve saludo con un asetimiento de cabeza antes de acompañarme detrás de mi hasta el comedor. El lugar seguía siendo el mismo de siempre tan frío y silencioso, tome asiento para comer lo que me habían servido, sueño estar siempre en silencio con la única presencia de los empleados que también se mantienen en silencio y no se si sea porque últimamente tengo un torbellino andante a mi lado todas las tardes pero ahora siento el silencio una completa agonía, toque la campana a mi lado y mire al frente para observar al mayordomo entrar.

—¿En qué puedo servirle joven Fergus?

—Mi padre, ¿cuando volverá de su viaje de negocios?

—Se va a retrasar otro mes debido a varios inconvenientes laborales, ¿desea que le llame?

—No, este presente o no la realidad es que no hay mucha diferencia... La verdad es que quiero que mañana preparen un plato más.

—¿Tendrá un invitado?

—Puede decirse que si.

—Comprendo. ¿Algo en especial que deba preparar?

Pregunto el mayordomo y yo lo medite por un momento, no parecía ser alguien chisquillosa, entre las conversaciones ocasiones que suele tener con Vides nunca la e escuchado que se queje sobre la comida aunque si menciona siempre algo en especial que le gusta comer.
—Fettuchine y de postre helado de preferencia de chocolate.

—Entendido, ¿alguna otra petición joven Fergus?

—Si, la película de orgullo y prejuicio necesito que la consigas pero la versión de mil novecientos noventa y cinco.

—Entendido, ¿sería todo por el momento o necesita algo más?

—Seria todo, gracias. Ya puedes retirarte.

El mayordomo dio un asetimiento de cabeza y tras despedirse se retiró dejándome nuevamente en el absoluto silencio. Me preguntó, ¿cómo sería tener a ese torbellino sentada en este lugar? Lo más probable es que sería un completó desastre en cuanto a modales de la mesa, se estaría burlando de mí y posiblemente de mi estilo de vida, estoy seguro que este lugar silencioso sería un completo escándalo, ojalá lo haga de esa manera, me haría revivir tantas buenos recuerdos del pasado, aún recuerdo cuando Tristán lograba escabullirse y comer conmigo, era de los pocos momentos donde me hacía sentir normal y feliz, me había hecho olvidar la soledad por un momento.
Me levanté de la mesa al ya no sentir apetito y es que ahora que lo meditaba con cuidado necesitaba una excusa perfecta para invitar a la joven Tahiti a mi hogar, había hecho planes sin consultarlo con ella de antemano y ahora necesitaba encontrar una manera de hacer un invitación sin hacerlo sonar tan extraño o incómodo... Creo que tendría que meditar en mis palabras con mucho cuidado.

—Entendido, ¿alguna otra petición joven Fergus?

—Si, la película de orgullo y prejuicio necesito que la consigas pero la versión de mil novecientos noventa y cinco.

—Entendido, ¿sería todo por el momento o necesita algo más?

—Seria todo, gracias. Ya puedes retirarte.

El mayordomo dio un asetimiento de cabeza y tras despedirse se retiró dejándome nuevamente en el absoluto silencio. Me preguntó, ¿cómo sería tener a ese torbellino sentada en este lugar? Lo más probable es que sería un completó desastre en cuanto a modales de la mesa, se estaría burlando de mí y posiblemente de mi estilo de vida, estoy seguro que este lugar silencioso sería un completo escándalo, ojalá lo haga de esa manera, me haría revivir tantas buenos recuerdos del pasado, aún recuerdo cuando Tristán lograba escabullirse y comer conmigo, era de los pocos momentos donde me hacía sentir normal y feliz, me había hecho olvidar la soledad por un momento.
Me levanté de la mesa al ya no sentir apetito y es que ahora que lo meditaba con cuidado necesitaba una excusa perfecta para invitar a la joven Tahiti a mi hogar, había hecho planes sin consultarlo con ella de antemano y ahora necesitaba encontrar una manera de hacer un invitación sin hacerlo sonar tan extraño o incómodo... Creo que tendría que meditar en mis palabras con mucho cuidado.

—¿Le gustaría cenar conmigo está noche?

Tahiti me miró confundida y es que entiendo su reacción, no tuve nada de tacto al preguntarle, literalmente solamente me acerque a ella ignorando todos los planes de mi cabeza, ni siquiera tuve la decencia de  saludarle, simplemente me acerque y realice la pregunta. Supongo que todo lo que pensé la noche anterior no sirvió de nada, incluso ensaye una pequeña conversación pero yo mismo había arruinado todo.

—Creo que es bueno realizar actividades cuando quieres formar un vínculo de amistad.

Me excuse torpemente y note como su mirada de confusion cambio rápidamente para después sonreírme.

—¿Tan desesperado estar por querer tener un amigo que le preguntas a la persona menos indicada?

—¿Puede considerar esto como un rechazo?

— Digamos que si y no—comentó haciendome sentir confundido, ella soltó una risa posiblemente al notar mi mirada de extrañesa— Digo que si podemos ser amigos pero, no quiero quejas después tu mismo decidiste meterte en este hoyo en cuanto a tu invitación de esta noche es un no, es el cumpleaños de de mi hermano pequeño.

—Comprendo, entonces podemos agendarlo para otra ocasión.

—Aun podemos cenar está noche pero será con toda los amigos de la familia.

—No deseo ser inoportuno.

—No lo serás, créeme que serás más que bienvenido en especial si llevas un regalo. Mi hermano pequeño está en la etapa donde le encanta los legos, está armando su mini cuidad en el cobertizo y justamente le hace falta un zoológico.

—Comprendo. Un lego de zoológico suena a un buen regalo,sin embargo dudo tener tiempo ya que el señor Bobbie quiere que limpie el almacén.

—Apenas lo limpio Tristán, solo quiere hacerte renegar, además ahora mismo no está por aquí cerca—dijo mientras se acercaba hacia la ventana, yo me acerque y note su intención de huir para evitar salir por la puerta.

—No lo considero una buena idea, además...—me calle cuando la vi saltar de un brinco hacia la ventana, no entendía cómo es que había llegado hasta de un brinco, es pequeña y la ventana muy alta, la vi abrir está para salir— No soy alguien atlético, jamás podré llegar hasta ahí sin ayuda...

Nuevamente guarde silencio cuando una cuerda fue arrojada por la ventana, no podía creer que fuese a hacer algo como esto, tomé la cuerda y torpemente comencé a escalar para llegar hasta la ventana, pensé en bajar de la misma manera que había subido pero un movimiento torpe de mi parte resbale y caí de espaldas, escuché la risa de burla de Tahiti quien me miró con diversión.

—Interesante manera de bajar, con mucho estilo.

—Señorita Tahi...

—Nada de señorita, si vamos a ser amigos dirigite por mi nombre.

—¿También se dirigirá a mi persona por mi nombre?

—Tal vez, sir Fergus.

Soltó con burla mientras sonreía, me extendió su mano y yo la mire, la tomé con cuidado y nuevamente nada, no estaba esa ansiedad, ese dolor de ser tocado por alguien más, estoy considerando que exista la posibilidad de que mi cuerpo reconozca a esta joven como mi salvadora, la reconoce como alguien que jamás me hará daño ni tendrá dobles intenciones, después de todo es tan honesta en sus palabras, estoy empezando a darme cuenta que no tiene nada de especial simplemente desde el primer encuentro mi subconsciente decidio confiar en ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top