Capítulo 03


—Y voy a tener que preguntar o me vas a decir por ti misma.

Mire a Maybell quien se sentó a mi lado, vaya que se había tardado en interrogar, pensé que empezaría desde que fue detrás de mi tras aquella escena en media cocina pero ahora se espero hasta que todos estábamos en medio del postre. Termine de masticar mi pedazo de pastel para luego volver a comer otro pedazo.

—Bien, al parecer voy a preguntar.

Negué con la cabeza mientras me tragaba mi pedazo de pastel, me recargue en mi asiento y mire alrededor para verificar que nadie nos estuviera prestando atención, mis padres estaban ocupados con los adultos, los niños jugaban en la casita del árbol y los chicos estaban en una esquina alejado de nosotras.

—No fue nada, unos niñatos estaban molestando a un idiota, tuve que sacrificar mi delicioso burrito para salvar a ese costal con piernas.

—Pareces arrepentida, eso es nuevo, te encanta siempre estar pateando traseros.

—Ahora no le patee el trasero a nadie pero me hubiera encantado.

—Pareces molesta.

—Lo estoy. Sacrifique mi burrito para lograr una retirada estrategica y el idiota costal con piernas nisiquiera me agradeció, es más me culpo de todo.

—¿Por qué?

—Según ese costal con piernas lo van a seguir molestando por mi culpa, la verdad estoy segura que lo molestan porque es un imbécil.

—Comprendo. El tipo que salvaste resultó ser un imbécil.

—Si, incluso yo me quedé con la ganas de darle una paliza.

—Bueno no todos saben ser personas agradecidas y entiendo sin embargo algo me dice que esa no es la razón de tu molestia.

—Es obvio que también estoy molesta con Elijah, es un maldito soplon.

—Siempre estás molesta con Elijah por algo sin embargo tampoco eso es lo que en verdad te molesta.

Mire a Maybell en verdad detestaba cuando era tan intuitiva pero no iba a aceptar mi enojo al menos no ese, así que solo me límite a negar para comer otro trozo de pastel para negar.

—No vas a evitar el tema porque ya se que te molesta.

—Entonces para que quieres que lo diga—dije mientras le escupía algo de pastel a Maybell en el proceso, ella solo se quitó la suciedad con una servilleta.

—Por que no se el porque y eso me intriga. ¿Por qué estás molesta con la abuela Vianna? —pregunto y entonces se acercó para susurrar— pensé que de todos tus abuelos ella era tu favorita.

—Eso no es cierto, el abuelo Omar siempre ha sido mi favorito.

—No negaste que si estás molesta con ella.

—No es enojo, simplemente últimamente no me es de mi agrado.

—¿Por qué?

—Es molesta, me trata como si todavía tuviera cinco años.

—El abuelo Omar también.

—Eso no es cierto.

—Te sigue regalando cosas de dinosaurios porque a los cinco dijiste que te encantaban y querías ser domadora de dinosaurios.

—Aún me encantan los dinosaurios y si existieran por supuesto que iba a dedicar mi vida a eso.

—Tahiti, ¿que paso?

—Nada.

—Es obvio que pasa algo.

—En verdad no es nada—dije después de todo no quería que ella también tuviera problemas con la abuela Vianna, después de todo se que la adora ya que de niñas solíamos discutir por la atención de la abuela Vianna.

—Bien, voy a esperar a que estés lista para contarme.

—No hay nada que contar así que no estés esperando nada.

—Lo que tú digas.

—Hablo enserio. Por cierto, ¿Que no tienes un concurso pronto? ¿Que haces comiendo pastel?—dije mientras le quitaba su trozo a lo cual ella lo tomo de devuelta.

—Eso no significa que me voy a quedar sin comer, no es de todos los días y está bien de vez en cuando.

—Solo cuido de ti, dame ese trozo.

—No, no, es mio—dijo mientras tomaba el trozo de pastel con la mano para llevarlo a su boca, aquello me hizo reír. Si todos supieran que la inalcanzable Maybell Villal se atraganta con pastel como si no hubiera un mañana no pensarian que es una belleza inalcanzable, aunque lo prefiero así me gusta ser la única persona capaz de darle la confianza para serle ella misma.

—Por cierto, ¿crees que me puedas ayudar mañana?

—¿En qué?

—Las compras de navidad.

—¿Que? Tahiti estamos en primavera, literalmente apenas empezamos.

—Si pero me quiero anticipar con los regalos.

—Vaya que algunas costumbres no se olvidan. Aún sigues teniendo esas manías de tus bisabuelos.

—Sabes que me encantaba pasar tiempo con la Abu Rita y el abu Rafael.

—Si, incluso mi mamá aún se burla de tus padres puesto que tú primera palabra fue Abu y no mamá o papá. Sin mencionar que tus primeros pasos fueron para ir detrás del Abu Rafael.

—Los extraño mucho.

—Lo se—dijo y tomo mi mano— y no te preocupes, sabes que te ayudaré en todo lo que pueda.

—Por cierto, recuerdame en comprar un florero.

—¿Otra vez rompiste el florero de tu mamá?

—Fue un mero accidente.

—¿Y dónde escondite la evidencia ahora?

—Esta bajo el asiento de mi auto, lo enrolle en una mis camisetas deportivas y escondo ahí el cuerpo.

Maybell no pudo evitar negar mientras reía.

—Cada día eres más ocurrente, ¿y tú mamá no se a dado cuenta?

—No, puse el de respuesto pero necesito un repuesto para el repuesto, estoy segura que tendre otro accidente.

—Si claro, accidente. La verdad no sé cómo es que tú mamá no se a dado cuenta.

—Bueno ya sabes, se la pasa muy ocupada con él trabajo, con Leo las actividades de casa, evitar que yo le meta en problemas.

Aquello hizo reír a Maybell que asintió con la cabeza.

—Mas bien se ocupa en mantenerte con vida porque es imposible que tú estés sin problemas.

—La vida es mejor con un poco de caos.

—Si, de ves en cuando pero, no todos los días.

—No sabes de la buena vida.

—Aja, por cierto, cambiando abruptamente de tema tengo algo de problemas con mi demostración de talento, creo que bailar ya no es suficiente, necesito algo más.

—Que tal domar un león.

—Tahiti, hablo enserio, concéntrate, necesito algo nuevo que sea emocionante.

—Dile a Collin es un buen bailarín.

—Si lo se pero necesito algo más, no sé tal vez algo con acrobacias.

—Detestas el sudar Maybell.

—Pero puedo soportarlo. Será mi concurso número cien y será todo un logro el obtenerlo.

—Entiendo y dime, ¿en qué piensas?

Cuando Maybell menciono algo sobre un baile con un triciclo supe de inmediato que era una pésima idea pero, no pensaba quitarle la ilusión hasta que lo intentará y ella misma se diera cuenta de lo peligroso que puede ser para ella, estaría ahí para evitar que se rompa alguna pierna o brazo. Por un momento me desconcentre y mire a la abuela Vianna con Leo para luego besar su cabeza en verdad me molesta, pensé que mi enojo con el tiempo iba a desaparecer pero, no podía olvidarlo tan fácilmente, no podía sacar este amargo sentimiento de mi interior.  Me era en verdad bastante curioso como ese sentimiento de amor en tan solo un segundo se convirtió en un complemento desagrado, me preguntó si mamá tendrá alguna de sus tantas palabras para definir algo como esto.

🏅🏅🏅

Solté un pequeño quejido cuando sentí como algo cayó sobre mi, abrí los ojos para ver a Leo quién sonreia mostrando su falta de dientes, cerré los ojos pero el comenzó a picar mi rostro sin parar.

—¿Que sucede Leo?

—Maybell llegó.

—Llego temprano.

—Llego a la hora del alimento más importante.

—Si, eso creo.

—Mamá dice que bajes a desayunar.

—Comere algo afuera con Maybell.

—Mamá dijo que comieras algo antes de irte porque solo querrás helado como desayuno.

—Eso es cierto.

—Por eso eres una enana por comer helado y saltarte los alimentos más importantes.

—Oye, mocoso, mi estatura es promedio.

—Promediamente enana.

—Ya deja de repetir las frases de Elijah, eso no es lindo—dije mientras abría los ojos para verlo—jamas le gustaras a las niñas si eres así. Recuerda lo que te digo siempre.

—Esconder los dulces en la alcancía para que mamá no sospeche.

—No, lo otro. Sobre ser lindo y adorable pero en especial...

—No ser un patán como Elijah.

—Ese es mi lindo encanto.

Leo sonrió se hizo a un lado para levantarse y entonces comenzar a saltar sin parar en la cama, este niño últimamente es tan energético, le diré a mamá que lo lleve con los exploradores, no funcionó conmigo para calmar mi energía pero al menos aprendí a hacer unos buenos nudos. Rodee sobre la cama hasta caer de la cama ni siquiera me queje pues tenía tanto cansancio pero debía despertar antes que Maybell entre y decida que...

—¡Vamos a realizar un nuevo look!

Oh no, demasiado tarde.
Mire a Maybell quien entró en la habitación bastante emocionada, mostró un peine y entonces Leo salto de la cama para salir corriendo, hasta el sabe que debe de huir pero ya es demasiado tarde para mí, que más da, ni siquiera tengo la suficiente fuerza como para negarme y ella sabe muy bien que la mejor manera de atacarme es por las mañanas cuando mi mente aún no razona ni siquiera como para decir que no.

—Y dime, ¿que te gustaría intentar hoy?

—Dormir.

—Fue tu idea salir, así que ahora te aguantas, andando, nos vamos a continuar hoy.

Mire con más atención a Maybell quien llevaba una blusa rosa manga larga y un overol de mezclilla, sus zapatos rozados combinaban con su bolso y sus accesorios, yo solo negué mientras giraba sobre el suelo.

—No quiero nada rosa.

—Esta bien, no pasa nada.

Tomé las manos de Maybell cuando ella me las brindo como ayuda para levantarme, la dejé hacer de mi todo lo que quisiera, desde lavarme el rostro con ese jabón rosado hasta ponerme esa extraña agua rancia en el rostro, la verdad no entendía del todo eso de los cuidados de piel de Maybell pero tampoco quería preguntar pues se que me daría una larga pero muy larga explicación al respecto y no tengo ganas de oírla así que simplemente obedezco a sus indicaciones.

—Te vez preciosa— dijo Maybell cuando termino de hacer los moños de mi cabello, me mire y luego la blusa amarilla con el overol de mezclilla.

—Me siento como winnie pooh.

—El winnie de Pooh más lindo— dijo pellizcando mis mejillas.

—No vuelvas a hacer eso jamás.

—Ahora a desayunar un poco.

—Dudo mucho que el desyu aún esté servido, mamá mando a Leo desde que llegaste y bueno ya tenemos más de una hora aquí.

—Tu mamá apenas estaba despertando cuando llegue, me abrió la puerta Leo.

—¿Cómo que te abrio la puerta Leo?

—Tranquila hermana mayor, le di una advertencia y tú mamá también. En fin también le comenté a la tía Flynn que te ayudaría en tu look así que apenas debe estar terminando el desayuno.

—¿Crees que haya hecho panqueques?

—No lo sé pero podemos averiguarlo.

Me levanté del asiento para tomar mi mochila y bajar las escaleras junto con Maybell para dirigirnos al comedor donde estaba mamá comiendo con Leo, ella me miró y sonrió mientras que Leo aplaudió.

—La prima Maybell siempre hace milagros.

—Estas linda cariño.

—Parezco winnie Pooh.

—El mas lindo de todos—dijo papá a mis espaldas gire para verlo sonreír, beso mi cabeza para luego acercarse a mamá para besar sus labios y también besar la cabeza de Leo— ¿Y que harán durante todo el día, chicas?

—Haremos las compras de navidad.

—¿A principios de primavera?—interrogo Elijah a mis espaldas mientras se tomaba asiento en el comedor.

—Nunca se es demasiado pronto para las compras, deberías saberlo perfectamente el abu Rafael lo decía todo el tiempo.

—Sabias palabras del abuelo Rafael —dijo mamá con cierta tristeza para luego sonreír.

—Si y además no caes en la mercadotecnia —dijo Maybell mientras tomaba asiento también para desayunar, yo me senté a su lado y mire los platillos que dejó mamá, me acerque el plato de melón para servir yogurt de fresa.

—¿Y solo harán las compras navideñas?—pregunto papá y yo asentí pero Maybell negó.

—Escuche por una de las chicas que habrá una nueva colección de labiales, papá me dio su tarjeta para comprar algo.

—No entiendo cómo tu papá aún te presta su tarjeta tomando en cuenta lo impulsiva que eres con las compras
—dije al recordar esa vez en la que el tío Caleb se puso rojo debido de la irá al ver el enorme recibo en su cuenta si no fuese porque la tía Alex le dijo que fue su culpa por prestarle la tarjeta sin ninguna supervisión estoy segura que Maybell aún estaría castigada.

—Es la debido, viene con un límite.

—Tiene más sentido.

—En fin presta atención, tengo el recorrido perfecto, en el primer piso está el área de modas, vi un precioso vestido, después iremos al área de cosméticos para de ahí salir al área de juguetes.

—Quiero el avión a control remoto—dijo Leo emocionado cuando escucho el área de juguetes.

—Te comprare un rompecabezas.

—Ya no eres mi hermana favorita.

—Soy tu única hermana así siempre seré tu favorita.

Leo se cruzó de brazos haciendo reír a mis padres, mientras que Maybell comenzó a seguir hablando acerca de las rutas que podíamos hacer y los tiempos que nos tomaría.

—Y entonces llegaremos a tiempo para la cena con los abuelos.

—¿Hay cena con los abuelos?

—Si, acuérdate que es el cumpleaños del abuelo.

Mire a mamá de reojo, quién se veía algo incómoda se que su relación con el esposo de la abuela Vianna es complicado y yo bueno, también se había vuelto complicado para mí, asentí con la cabeza y comí algo de fruta con yogurt para evitar hacer cualquier comentario.

—No olvides de comprar un regalo para el abuelo —dijo Elijah y yo solo asentí con la cabeza, este niño en verdad que es molesto —Maybell, asegurate de que compre algo, conociendo a mi hermana estoy segura que las compras de navidad solo es una excusa para comprar un regalo de último minuto, últimamente haz olvidado comprarle regalos a los abuelos en su cumpleaños.

—Para los abuelos lo importante es estar presente no los regalos así que deja de molestar a tu hermana—le regaño Maybell para luego mirarme y sonreír —Ademas en su último cumpleaños le regaló una pluma al abuelo y le encantó.

—La pluma era de él y la tomo de su escritorio para darsela—dijo Elijah y Maybell solo rió para negar al igual que mis padres.

—Aun así al abuelo le encantó. En fin, ¿Que te parece mi recorrido?

—Que no escuché la palabra helado.

—Esta camino a la tienda de antigüedades podemos pasar hacer una breve parada para comer helado.

—Ahora si me parece un recorrido perfecto.

—Excelente.

Maybell siguió hablando sin parar y bueno yo seguí comiendo mientras la escucha hablar sobre la diferencia de rosa palo con el rosa pastel, en verdad no lo entiendo.
Al terminar me despedí rápidamente de mis padres y sonreí cuando papá me dio un poco de dinero extra a escondidas de Elijah pues ese niño es un completo celoso, por otro lado también escuché las advertencias de mamá y por supuesto las quejas de mi hermano, en verdad que está insoportable últimamente por suerte Leo es adorable, en verdad espero que no sea como cual sea un poco mayor.

Al llegar al supermercado lo primero que escuché el grito chillante de Maybell pues vio una tienda con ofertas, en cuanto ella entro supe de inmediato que todo su plan se fue al caño pues estaba en la ruta contraria a la que ella había trazado, entre detrás de ella siguiendo sus pasos.

—¿No tienes que comprar cosméticos?—le pregunte al ver qué Maybell lleno sus manos de ropas la vi hacer un puchero para luego negar sin parar.

—Necesito convencer a papá de venir y comprarme por lo menos esto, ¿no te parece lindísimo?

Dijo mostrando el vestido rosado.

—Puedo cómprartelo.

—¿Enserio?—pregunto con un enorme brillo en sus ojos.

—Por supuesto, será tu regalo de navidad—dije con una sonrisa traviesa.

—Tahiti—solto un quejido y nego—Lo necesito usar ahora no hasta el año que viene.

—Bueno, entonces convence a tu papá de venir porque, no puedes comprarte todo. Vamos decide por algo.

Soltó un largo suspiro, miró todas las prendas y soltó un quejido antes de comenzar a colgar algunas cosas.

—Prometo volver, en especial por ti
—dijo mientras miraba el vestido para luego tomar solo un par de zapatillas.

—¿Por qué las zapatillas?

—Ya están desgastadas las que tengo en este tono, puede decirse que será mi prioridad.

—Oh ya, está bien—mire a Maybell ir hacia la caja registradora y yo mire el vestido rosado, creo que luego volveré por él, su cumpleaños es más cercano, se que le gustará usarlo. Aunque todo está en oferta y no puedo garantizar que esté cuando vuelva así que necesito ir y darle una distracción, mire alrededor y al encontrar la distracción perfecta tome el vestido para doblarlo y esconderlo detrás de mi espalda mientras me acercaba con cautela hacia ella —Maybell hay descuentos en maquillaje en la tienda de enfrente y vi a un grupo de chicas entrar.

—Encargate de mi bolsa, necesito apresurarme.

Una vez que se marchó corriendo puse el vestido en la caja registradora.

—¿Me lo pueden apartar?

—Lo siento no hay apartados en las prendas con descuento.

—Entonces me lo puedes envolver como regalo y puedo volver después, es para mí prima y quiero que sea una sorpresa.

—Por supuesto.

La señorita de la registradora fue muy amable en guardarlo con mi nombre y proporcionarme un tarjeta para poder asegurar mi compra, volveré por ese vestido después, tomé la bolsa con los zapatos de Maybell y salí de la tienda para verla saltar de alegría mientras me mostraba su pequeña bolsa.

—Te vez feliz.

—Lo estoy, fue en verdad una buena compra.

—Bueno ya que nos desviamos de todo tu plan de compras que tal si improvisamos, solo entremos a todas las tiendas que nos llamen la atención.

—No puedo negarme en especial cuando fui yo la culpable.

—Que bueno porque veo el puesto de churros y quiero uno.

Maybell soltó una carcaja y asintió con la cabeza para acompañarme a comprar un churro pero antes de poder seguirla me detuve enfrente de una tienda, cuando vi en la vitrina unas piezas de cerámicas de elefantes en varios tamaños los cuales estaban pintados con flores azúles.

—¿Que sucede?

—Creo que encontre el regalo perfecto para la abuela Paula.

—¿No crees que ya tiene mucha cerámica en su casa?

—Es que esos elefantes se parecen mucho a los que les rompí de niña.

—Rompiste mucha cerámica de tu abuela de niña.

—Si pero siempre encontraba un reemplazo exacto, menos para esos elefantes, estoy segura que son esos.

—¿Estás segura?

—Totalmente—me adentre en la tienda con Maybell para ver aquellos elefantes de cerámica, estoy totalmente segura que si son estos o al menos son bastantes parecidos.

—Son bastante lindos, ¿verdad?—interrogo una mujer a mis espaldas, gire para ver a una mujer mayor sonreír con ternura.

—Eso creo, a mi abuelita le encanta la porcelana así que se que le va a encantar.

—Tu abuelita tiene un buen gusto, se que le va a encantar. Después de todo tener elefantes en casa es signo de buena suerte, nada como tener buenos protectores en casa.

—Ella dice que le causa paz, así que es por sus buenas vibras.

—Tahiti no te burles.

Me regaño Maybell pero la mujer mayor soltó una carcajada para asentír.

—Asi es para las buenas vibras, entonces, ¿Lo compraras?

—Por supuesto.

—Disculpa, tiene también jarrones

—¿Para que quieres un jarrón?—pregunte confusa y Maybell me miró incrédula.

—¿Acaso olvidaste la verdadera razon por la cual venimos?

—Cierto, un repuesto para el repuesto.

—Por supuesto, los tengo de este lado
—dijo la mujer mayor mientras nos guiaba por la tienda no sin antes acercarse a la registrado para tocar una campana— Tristán, hay clientes por favor ayuda a la abuela a adornar los elefantes en un lindo regalo.

—Voy.

Se escuchó gritar a lo lejos, la mujer mayor sonrió complacida antes de llevarnos al fondo de la tienda donde había varios jarrones.

—¿Su nieto trabaja con usted?—pregunto Maybell y yo gire a verla, vaya solo espero que no le coquetee porque no tenemos tiempo para esto.

—Si, puede decirse que si. Me ayuda mucho en mi trabajo.

—Suena a que es un buen muchacho.

—Lo es, las personas suelen juzgarlo porque es algo tímido expresando sus verdaderos sentimientos pero en verdad es muy lindo.

—Oh.

Mire el rostro de decepción de Maybell pues se que ya descarto de inmediato a ese joven misterioso después de todo a ella le encanta que los hombres sean expresivos y cariñosos como en las películas, en verdad que le hizo daño ver orgullo y prejuicio. En fin, una vez que tome un jarrón de repuesto y otro de repuesto para el repuesto me acerque a la caja registradora para dejar ambos jarrones mire la espalda de aquel joven sin embargo cuando giro  nuestras miradas se encontraron no pude evitar reconocerlo.

—El niñato imbecil—dije mientras lo señalaba.

—Tahiti—me regaño Maybell pero yo negué.

—Es el imbécil del callejón a quien le lance el burrito y...

Me calle cuando aquel chico se acercó para cubrir mi boca quite su mano de un azoton pero el me miró molesto.

—Preciosa cierra la boca.

—Que asco que me llames así.

—No lo haré si mantienes la boca cerrada.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo de que te acuse con tu abuelita?

—Escucha tu...

—¿Todo bien?—pregunto la mujer mayor y aquel chico le sonrió.

—Excelente—contesto aquel muchacho pero la mujer le miró con desconfianza para luego vernos.

—Todo excelente — aseguro Maybell y la mujer ahora sí sonrió para marcharse, mi amiga me miró y negó

Bien de acuerdo, el nieto es un imbécil pero no por eso vas a provocarle a la mujer un infarto, ¿Verdad?

— Tienes razón, no tiene la culpa que este sea un imbécil.

—Preciosa, no hables de mi como si no estuviera enfrente de ti.

—Vuelve a llamarme preciosa y le voy a decir a tu abuela lo imbécil que eres.

El chico levantó las manos como signo de rendimiento, miró las cosas y las siguió empacando, yo lo mire con atención vaya que esté muchacho tenía una doble cara, quién diría que esté niñito que abuelita es un completo matón que tiene su pandilla y golpea a las personas en los callejones.

—Mi nieto en verdad es lindisimo—hablo aquella mujer mayor cortando el silencio incómodo que se había formado— Sin mencionar que es soltero por si alguna les interesa.

Abrí la boca pero calle cuando Maybell me dio un codazo para después negar. Me conocía tan bien que sabía perfectamente que diría la verdad sobre este imbécil golpea gente que se esconde en su fachada de nietecito bueno.

—Tenemos novio—mintio Maybell aquella mujer con una sonrisa quién en verdad parecía decepcionada.

—Una verdadera lástima, se ve que son lindísimas.

—Gracias—dijo Maybell. En cuanto aquel muchacho termino de empacar pagamos y tomamos las cosas—Bueno, muchas gracias, un verdadero placer pero llevamos prisa, adiós.

Maybell me entre empujones fuera de la tienda mientras solo escuchaba la voz de aquella mujer despidiéndose y pidiendo que volvamos pronto. Una vez lejos de esa tienda ambas subimos por las escaleras eléctricas hacia nuestro próximo destino.

—Quien lo diria, es un maleante pero también niñito de la abuela. En verdad no sé si es muy típico o muy irónico.

—Diria que es algo típico —Maybell me miró y entonces soltó una pequeña risa.

—¿Que fue eso?

—¿De que hablas?

—De esto—dije imitando su rodilla tonta con su mirada—¿Que fue eso? ¿Insinuas que soy una maleante?

—No pero, si la niñita de tus abuelos.

—Eso no es cierto.

—Incluso eres la niña de papi.

—No puedes recriminarme eso, también eres la niñita de tu papi.

—No lo niego, me encanta serlo.

—Pero volviendo al tema, ¿soy una maleante?

Maybell negó mientras volvía a reír, una vez que llegamos al segundo piso se comenzó a encaminar pero yo la seguí con cierta ofensa.

—Responde Maybell Ann Villal o te lanzo por las escaleras.

—Tranquilizate, solo estoy bromeando pero si sigues amenazando así si suenas como un maleante.

—Oye, solo fue una pequeña amenaza además, jamás te tiraría por las escaleras o al menos no a propósito.

—Vaya consuelo.

—Sabes que pateo traseros así que siéntete afortunada que tu trasero no sea uno de los que pateo.

—Ves, suenas como una maleante.

—Bien, lo admito tal vez si sueno un poco como un maleante pero, no lo soy.

—No, claro que no. Tu eres la persona más linda que e conocido.

—Ciertamente, soy muy lindísima, todo un ser de luz.

—Por supuesto que sí.

Las siguientes compras fueron rápidas y algo agotador, en verdad me era una tortura cuando Maybell encontraba algo que en verdad le encantaba y no había voz de la razón que la hiciera caer con los pies sobre la tierra, al final acabo con todo el dinero que el tío Caleb le dio, por suerte le puso un límite o de lo contrario se va a bancarrota.
Fue un día terriblemente agotador pero por suerte si logré obtener mi helado entonces no fue tan malo.

—No puede ser.

—¿Que?

—Creo que olvide mi bolsa en la última tienda.

—Voy por ella.

—No, espera en el auto, está cerca de la tienda de dulces y se que te vas a distraer ahí.

—No lo niego.

—Vuelvo enseguida.

Maybell se marchó nuevamente hasta la tienda y yo bueno pensé en subir al auto a esperar pero me abstuve de hacerlo cuando vi a varias personas reunidas, parece que hay algo emocionante de ver y por supuesto que quiero saber el chisme, me acerque con cautela para ver a los chicos reunidos sin embargo solo vi como un tipo le dio una bofetada al niñato imbécil.

—Vaya ironía, pensé que como líder de una pandilla no te iban a intimidar
—dije y todos giraron a verme.

—Vete de aquí precioso.

—Te dije que me da asco que me llames así, no lo hagas niñito de abuelita.

Todos soltaron una risa y entonces aquel tipo que había golpeado al niñito me miró.

—Tristan es un imbécil.

—No lo niego.

—Pero tiene buenos gustos, ¿no te gustaría divertirte con nosotros?

—No, ni loca. La verdad pensé que había chisme por eso me acerque pero parece una disputa entre dos simios alfa por el territorio.

Aquel chico soltó una risa con ironia.

—Te crees muy divertida, ¿verdad?

—Algo promedio, nada fuera de lo comun.

—Alfonso, esto es entre tú y yo, deja ir a la preciosa de aquí.

Le mire a aquel niñito, de alguna forma me sentí como un perro cuando me llamo así, escuché la risa de aquel tipo me miró y entonces le dio un azoton a mi mano donde sostenía mi helado tirándolo en el suelo, vaya, este tipo si que cruzó los límites.

—Cierra la boca Tristán, ahora le daré una lección a tu novieci...

Lance un puñetazo directamente en el rostro de aquel tipo haciéndolo callar, retrocedió un par de pasos me miró y entonces cayó inconciente, todos me miraron incrédulos.

—Solo diré dos cosas, no soporto que me toquen y mucho menos que desperdicien mi comida de esa manera, en especial mi postre favorito.

—Maldita mocosa.

Gire rápidamente para desviar el golpe del que se atrevió a levantarme la mano, lance una patada golpeando su entrepierna, lo escuché soltar un quejido y entonces lo golpee en el rostro, mire a los demás quienes estaban dudoso sobre pelear conmigo pero yo no, en verdad estaba molesta por lo de mi helado y bueno no busco quien me lo hizo si no quién me la pague, vamos a darle una lección a estos niñatos. Me coloque en posición para dar inicio a esta pequeña pelea, era obvio que solo tiraban golpes a lo loco, no había coordinación en sus movimientos y bueno para alguien que práctica varias artes marciales esto es ofensivo y hasta cierto punto bastante fácil de ganar, bastaba con un par de golpes en el rostro y pecho para dejarlos inconscientes o heridos. Sentí como alguien me tomo por la espalda lance mi cabeza con fuerza para golpear su rostro y entonces tomarlo del brazo para finalmente derribarlo, lo iba a hacer sufrir.

—¡Tahití!—el grito de Maybell me trajo de vuelta a la realidad la mire y entonces solté el brazo del tipo que sostenía haciéndolo caer al suelo— Tus padres ya no pueden seguir pagando los gastos médicos de las personas que lastimas, sin mencionar que es el cumpleaños del abuelo debes comportarte o te van a castigar.

—Yo no fui, fue él —dije señalando al niñato quien estaba desde un rincón mirando todo.

—Tahiti. Estabas sosteniendo a ese pobre muchacho en una llave.

—Digo la verdad, yo solo lo estaba ayudando a levantarse.

—Tahiti.

—Hablo enserio yo no fui.

—Como sea, vámonos de una vez o llegaremos tarde.

—Si—di un par de pasos pero me detuve para mirar a aquel niñato—. Di una sola palabra sobre esto y seras el siguiente.

El solo levantó las manos como signo de rendición, yo pase mi dedo sobre la garganta simulando cortarlo, lo mire con advertencia una última vez y entonces decidí seguir mi camino, ni siquiera me importo esquivar a los que estaban en el suelo, camine sobre ellos hasta poder llegar al auto con Maybell. Mire una última vez a aquel chico y levante mi puño pero este solo soltó una risa vaya que tenía confianza en si mismo, este imbécil, un día de estos le daré una paliza mientras tanto que hoy disfrute que fue salvado por Maybell pues iba a ser el siguiente en darle una paliza.
Esté niñito de abuelita si que es raro.



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