Capítulo 01
Mire con atención el tablero del auto y como la flecha marcaba la "E", me acerque un poco para verla mejor, en verdad que estaba muy abajo esa flecha, no subía ni una pequeña raya, con mi dedo índice comencé a golpear el tablero como si de esta manera pudiera cambiar el resultado, creo que debí seguir el consejo de papá y cargar primero algo de combustible, me deje caer sobre el asiento y solté un gran quejido, maldita sea ahora tendré que caminar. Tras golpear un par de veces el volante y de maldecir mi suerte decidí bajar el auto junto con el culpable de todo esto, el gran burrito de pollo a la mexicana con frijoles, era delicioso pero tan peligroso que me desvío de mi objetivo principal, di un gran mordisco a este y olvide por completo mi enojo, de acuerdo si vale la pena todo esto si el triunfo fue haber obtenido el último burrito mexicano de ese puesto ambulante, mire mi auto y luego los alrededores, si no mal recuerdo el abuelo dijo que iba a entrenar a unos oficiales por aquí así que no deben estar lejos patrullando, sabía que bastaba con que le mirara y le dijera abuelito para que hiciera todo lo que le pidiera, se que no deberia manipular a mi abuelo de esa manera pero admito que me gusta que me consientan ser la única nieta tiene muchas ventajas y entre ellas el obtener lo que quiero son consecuencias o al menos por parte de mis abuelos ya que mis padres ya no caen en esos trucos pues al parecer por propias palabras de mi padre no es justo consentir en demasía a los niños, eso y que sale con la tonta excusa que nos ama a todos por igual, se que de los tres yo soy su favorita aunque no quiera admitirlo. El sonido de mi celular captó mi atención, busque entre mi bolsillo para ver el nombre de mi hermano en la pantalla, vaya que este gemelo mío es bastante inoportuno.
-¿Que?-conteste el teléfono tras dar otra mordida a mi burrito.
-¿Que sucedió?
-¿De que hablas? ¿Que sucedió?
-Tahiti sabes que no vale la pena ocultarlo.
Y en parte mi gemelo tiene razón, solía pensar que eso de las conexiones de los gemelos era una tontería pero en verdad me recorre una extraña sensación cuando mi hermano está triste y enfermo, de igual manera él siento lo mismo pero más cuando estoy molesta. Así que en verdad no vale la pena ocultarlo.
-¿Dónde estás?-pregunto insistiendo en el tema.
-¿Quien? ¿Yo?
-¿Quien más si no tu?
-Estoy por la calle, olvide poner gasolina al auto-confesé al saber que no podía hacerme la tonta por mucho más tiempo, eso y no quería seguir escuchando su voz tan irritante. En verdad detesto cuando finge ser como papá.
-Papá te dió dinero para la gasolina.
-Si pero un burrito se me atravesó en el camino-escuché como soltó un largo suspiro.
-Tahiti, tenías una sola tarea, ¿no pudiste ir por el burrito después?
-Era el último que quedaba, debiste ver cómo pelee a muerte por este burrito con una anciana.
-Papá ya hablo contigo respecto a no discutir con las personas mayores.
-Ella empezó, yo solo me defendí. Además conseguí el burrito y mi estómago está feliz.
-Si te creo. Y bueno, ¿que piensas hacer? ¿Vas a dejar el auto ahí varado?
-Claro que no, voy a hacerme cargo.
-¿Y como piensas hacerte cargo?
-Estoy cerca del área de patrullaje del abuelo.
-Ah ya, con hacerte cargo te refieres a que el abuelo se hara cargo.
-Por supuesto.
-Mamá dice que no debes ser susceptible.
-Mamá dice muchas cosas, además al abuelo le encanta que le pida cosas.
-Tahiti.
-No actúes como papá, que horror, ya te dije que eso no te queda.
-Y a ti no te queda ser una pueril.
-Oye, vuelve a decirme así y...
Me detuve a decir mi amenaza cuando escuché a alguien más amenazar entre gritos, me acerque a aquellas voces y me detuve cerca de la entrada de un callejón cuando ví a varias personas golpeando algo aunque específicamente a alguien, vaya que parecía un costal de boxeo.
-¿Que sucede, Tahiti? Sea lo que sea que estés pensando es un completo no.
-Llama al tío Bobbie.
-¿Que? No. No lo hagas jovencita, yo...
Colgué la llamada para levantar un poco mi teléfono y tomar una fotografía para enviársela a mi hermano, di una mordida a mi burrito mientras seguía observando la situación del pobre costal con piernas que estaba en el suelo.
-¿Y después de aquí lo van a tirar a alguna alcantarilla o algo por el estilo?
Pregunte en voz alta a lo cual todos los presentes giraron a verme, se miraron entre ellos, el más alto del grupo se acercó a mí de manera amenazante pero se detuvo cuando un castaño hizo un ademán con la mano, parece que encontré al líder.
-No hay nada que ver, sigue adelante preciosa.
¿Preciosa? Vaya que asco, lávare mis oídos al llegar a casa.
-Yo creo que sí hay mucho que ver... ¿Que hizo? ¿Robo algo? ¿Es un asesino en serie?
-Solo es un maldito perdedor-respondió el más pequeño de la pandilla antes de patear al pobre chico del suelo.
-Que aburrido, pensé que era algo interesante pero, solo son unos matones abusando de un débil.
-Escucha niña si no quieres terminar con problemas,será mejor que te vayas-amenazó uno de ellos y yo mire alrededor, del otro lado de la calle visualice un uniforme bastante conocido para mí, evite el sonreír, asentí con la cabeza y mire a esos cinco chicos que seguían en espera de respuesta.
-Antes de irme, ¿también puedo darle una paliza? Siempre he querido saber que se siente darle un golpe a alguien.
Los chicos se miraron entre ellos algo incrédulos pero, la risa de su líder captó su atención, me sonrió de oreja a oreja antes de asentir con la cabeza.
-Adelante preciosa, diviértete.
Me acerque un poco pero me detuve un momento para ver a aquel pelirrojo que había levantado la mirada, vaya que se veía furioso.
-Quiero intentar una patada, ¿aún se levanta?
Pregunte a lo cual el líder de esos pandilleros trono sus dedos para que dos de sus tontos seguidores se inclinaron para levantar al pobre costal de boxeo, yo le mire con una sonrisa e hice un ademán a los demás de que se alejaran un poco, el grupo de matones retrocedio un par de pasos, mientras que yo mire mi burrito con cierta pena por lo que iba a hacer tanto que me costó conseguirlo, al menos va a ser por una buena causa, jamás te olvidaré mi burrito de pollo con frijoles y guacamole. Retrocedi fingiendo tomar vuelo para una patada pero en un movimiento rápido lance mi burrito directamente en el rostro del líder del grupo de matones este soltó un grito debido a la sorpresa captando la atención de sus seguidores, tome la mano del costal con piernas y comencé a correr con él. El soltó mi mano y me miró con molestia sin embargo volví a tomar su mano para seguir corriendo.
-Es una retirada estrategica ¡Ahora corre!- grite cuando escuché como aquellos matones gritaban con furia a nuestras espaldas, en verdad que se escuchan tan molestos y no pensaba averiguar si se veían de esa manera.
El trataba de seguirme el paso pero podía notar como su rostro reflejaba dolor, en verdad se veía tan agotado, soltó nuevamente mi mano.
-No te detengas se que debes estar agotado pero debemos huir.
Tome nuevamente su mano para correr pero apenas pudimos dar un par de pasos cuando ambos nos estuvimos cuando uno de los matones nos alcanzó, vaya que el pequeño era veloz, pensé en esquivarlo pero no quería abandonar el costal con piernas.
-Sabes preciosa, nunca debiste haberme hecho esto. Debiste irte cuando te lo propuse-menciono el líder de los matones a mis espaldas una vez que nos alcanzaron.
-Sabes, el verde te queda- dije con burla cuando note que aún tenía guacamole entre su rostro.
-Preciosa, esto lo vas a pagar muy caro.
-¿Y que me harán?-pregunte con valentía cuando note como alguien uniformado a la lejanía me reconocío.
-Una lección, eso te daremos -soltó el tipo más alto.
-¿Y que tipo de lección? Por qué déjenme decirles que no se ven muy inteligentes.
-Te vamos a patear el maldito culo de perra que tienes-soltó el enano con valentía a mis espaldas, vaya que este no tiene ni la más mínima idea de lo que dijo.
-¿Últimas palabras, preciosa?
-Si, de hecho si-me aclare la garganta y señale directamente al líder de esa pandilla de matones-Abuelito, estos niños me están molestando.
Los chicos comenzaron a reir a carcajadas con burla mientras se miraban entre ellos.
-¿Y que nos va a hacer tu abuelito? Un par de palmaditas en el trasero-soltó un burla el mes esto de estos.
-Mejor aún, un arresto.
Los chicos se miraron confundidos y giraron para ver a mi abuelo junto con otros oficiales mostrando sus armas, comenzaron a inclinarse para luego levantar sus manos. Yo me acerque con seguridad hasta donde mi abuelo para abrazarlo, él me envolvió entre sus brazos y yo mire a aquellos matones para sacar mi lengua con burla.
-Abuelito, estos niños fueron malos conmigo y yo solo quería ayudar a un amigo.
-No te preocupes, mi pequeña teniente, el abuelo lo resolverá.
-Genial, por cierto mi auto se quedó sin gasolina.
-Sabía que ese auto mal estacionado me era muy conocido.
-¿Me multaste?-interrogue pues se muy bien que hasta los pequeños detalles no los deja pasar en especial cuando está entrenando a los nuevos oficiales.
-No te preocupes, pagaré la multa y con respecto a tu amigo, ¿Quien es? No es hijo de los amigos de tus padres, ¿o si?
-pregunto el abuelo mientras miraba al costal de piernas que estaba de pie mirándome con atención.
-No, lo acabo de conocer en el callejón, esos niños malos lo estaban molestando.
-Te preguntaría de dónde viene ese carácter tan recto y justo pero me hago la idea de a quien salió ese lado.
-Pues de ti abuelito,por algo eres el mejor capitán de todos.
-Adular no te va librar de los problemas.
-¿Estoy en problemas contigo?
-No refiero a mi.
-¿No puede ser un secreto?
-Mi pequeña teniente, alguien debe ir por ti a la comisaría.
-¿No puede ser entre nosotros?
-Mi pequeña teniente, no quiero morir a manos de tu abuela.
-Entiendo, entonces quiero ir adelante-dije mientras me apresuraba a subir al auto de mi abuelo, lo ví dar un par de ordenes antes de poder subir al auto.
-Por cierto, ¿que pasará con él?-pregunte mientras miraba a aquel pelirrojo con un oficial.
-Debe estar asustado, no quiere hablar, ya veremos si en la comisaría dice algo.
-No lo culpo, en verdad que ese grupo de niños malos lo estaban moliendo a golpes. Vaya que los jóvenes de hoy en día son tan malvados.
Aquello hizo reír a mi abuelo, encendió el auto para comenzar a ponerse en marcha con dirección a la estación.
-¿Y quieres llamar a tu papá o a tu mamá?-pregunto el abuelo y yo arquee mis cejas, vaya que hasta la pregunta me era ofensiva.
-A papá, siempre recuerda que es papá a quien debes llamar.
-De acuerdo, llamaremos a tu padre. Se va a volver loco.
-No lo dudes.
Durante el camino comencé a contarle a mi abuelo toda la historia de como es que termine peleando con una señora por un burrito para terminar victoriosa con el burrito que solo alimento medio estómago, fue un burrito tan delicioso y también como este fue la clave para mí huida estratégica, en verdad que ese burrito hizo un gran sacrificio. En fin de conté todo sin perder ningún detalle y el escuchaba con mucha atención, algo que me encantaba del abuelo es que podía hablar sin parar por horas y el jamás se cansaba de escucharme, en verdad que era un hombre muy paciente.
-¡Ya llegó la pequeña teniente!-anuncie en un grito mientras entraba, todo giraron a verme para sonreír.
-Ya te estabas tardando en llegar -menciono uno de los oficiales.
-Nuestra pequeña teniente Torres, ¿ahora que fue lo que hiciste?-interrogó otro oficial mientras pasaba con varias carpetas.
-Nada, hoy vengo como un héroe.
Todos saltaron una pequeña risa para luego mirar hacia el fondo, yo di un par de pasos para ver a Bobbie, vaya que ese hombre no perdía su mirada tan aterradora, lo conozco desde que tengo memoria y ese hombre en verdad que se ve igual.
-Garrapata-dijo Bobbie en cuanto me miró, se acercó para alborotar mi cabello-¿Alguien termino en el hospital?
-No, al menos no aún.
Dije con una sonrisa traviesa a lo cual Bobbie alboroto más mi cabello.
-¡Maldita perra!-escuché gritar a mis espaldas a lo cual gire para ver al grupo de niños malos entrar escoltados con varios oficiales -Cuando te vuelva a ver voy a...
-¿Harás que cosa insecto?-dijo Bobbie colocándose enfrente de mi haciendo callar a aquel pequeño maleante que comenzó a tartamudear -Bien, ya saben que hacer oficiales, tendre una conversación con estos pequeños.
-Solo no mandes a nadie al hospital hoy Bobbie, recuerda que habrá cena familiar.
-Ya veremos.
Dijo Bobbie mientras entraba en la misma sala donde encerraron a aquellos jóvenes tan solo para intimidarlos un poco, bueno, bastante, la simple presencia de Bobbie ya es aterradora, ahora dando pequeñas advertencias lo es aún más. Gire para ver a aquel costal con piernas que me miraba, yo le sonreí pero él solo desvío la mirada para tomar asiento donde le indico uno de los oficiales.
-¿Aún sigue sin querer hablar?-le pregunté al oficial que antes estaba con él.
-Lo siento pequeña teniente, tu amigo aún sigue mal.
Me cruce de brazos, se que había sido algo feo todo este asunto pero no creo que esté tan herida o en show, aunque posiblemente tenga una discapacidad y por eso lo molestan, vaya que esos chicos son unos idiotas. Me adentre a la oficina de mi abuelo para tomar un paquete de mis galletas favoritas y esa pequeña caja de curitas con figuras de dinosaurio, no puedo creer que aún compré de este tipo de curitas solo porque a los cinco dije que me encantaban, bueno, así es el abuelo, salí de la oficina para dirigirme hasta donde estaba aquel chico, mire su frente la cual tenía un pequeño rasguño y le coloqué la curita para luego tomar asiento a su lado, él me miró en silencio mientras yo le extendía el paquete de galletas pero al notar que no las tomaba tome su mano para dárselos.
-El comer siempre me hace sentir mejor...¿Quieres llamar a alguien?
El no dijo nada solo miró el paquete de galletas las cuales arrojo al escritorio, llegó su mano a su frente para arrancar el curita la miró con cierto desden antes de arrojarla al suelo.
-Oye, se dice gracias.
-¿Exactamente porque debería agradecerle?
-Vaya pero si hablas y mira que para decir idioteces.
-No me siento agradecido, así que no tengo nada que agradecer.
-¿Cómo que no te sientes agradecido? Literalmente te ayude a que dejarán de patearte como el costal de piernas que eres.
-No recuerdo el solicitar su ayuda.
-Vaya que en verdad eres malo con las personas incorrectas. Si no te hubiera ayudado esas personas seguirían haciendo de ti su costal de boxeo, tu, pequeño costal con piernas.
-Ahora debido a su ayuda poco conveniente esas personas seguirán ostigando de mi y en demasia.
-¿Me estás culpando por ser la víctima de esos matones? ¿Cómo puedes ser así de grosero? Ahora entiendo porque eres el costal de boxeo de esos tipos, en verdad que eres despreciable costal de piernas.
-Debería dirigirse a las personas con las respeto.
-Oh disculpa-solté con sarcasmo-no sabía que me estaba dirigiendo con la realeza.
-No, pero si con Fergus Farren Ferguson.
Le mire y no pude evitar reírme con burla, no puedo creer que diga ese nombre tan feo con mucha honra y que su pecho se infle con tanta honra por portarlo.
-Si como sea costal de piernas.
-Soy un Ferguson y...
-Y yo un Torres... Escucha costal con piernas, guardate el discurso que piensas decirme, en verdad no quiero escucharte decir que tú familia se limpia su trasero con los billetes o algo por el estilo. No sé quiénes son y me da igual pero, ahora mismo están en la comisaría donde mi abuelo es el que está acargo, así que cierra la boca o te mando a encerrar con los matones para que vuelvan a dar de golpes.
Él tal Sir Fergus me miró y note como su rostro se ponía totalmente rojo seguramente debido a la ira, ahora parece más un tomate, mire su mano y volví a colocarle un curita nuevo, para luego ponerle otro en su frente donde tenía un rasguño.
-Trata de quitartelo y te terminaré de dejar el ojo morado.
-Salvando al muchacho para luego amenazarlo, pequeña teniente-el abuelo se cruzó de brazos y yo solo señale al costal de piernas con cierta molestia.
-Estoy muy arrepentida de haberlo ayudado, es un patán, ahora entiendo porque lo estaban golpeando.
-Pequeña teniente-hablo con advertencia el abuelo para luego palmear mi cabeza con cuidado -ya hemos hablado sobre esto.
-Si lo se, por más imbécil que sea una persona todos merecen ser ayudados.
-Pequeña teniente.
-¿Que? Si es un imbecil-dije mirando a ese costal con piernas. Al menos pareciera que si sabía sentir vergüenza pues se estaba volviendo tan rojo como su cabello.
-Mi pequeña teniente, se más linda. Tan solo piensa en su orgullo, un hombre siendo salvado por una pequeña tan encantadora -me susurro y yo solo sonreí.
-Pero si trate de ser linda, le compartí galletas y le puse mis curitas.
El abuelo abrió la boca sin embargo guardo silencio cuando escucho un fuerte estruendo, ambos giramos para ver a mi papá entrar con un enorme rostro de preocupación, se veía bastante agitado, miró alrededor y se acercó con prontitud cuando me miró, me miró de pies a cabeza para comenzar a tocar mi cara como si tratara de buscar alguna herida.
-Tahiti, ¿Estás bien? ¿Te paso algo? ¿Te hicieron algo? ¿Necesitas ir al hospital? Vamos al auto, te llevaré ahora mismo.
-Papá, estoy bien-asegure mientras tomaba su mano.
-Alguien tiene ese mismo sentido del deber para ayudar a los demas-dijo el abuelo mientras se acercaba-Tahiti aún se cree súper héroe, ayudo al joven de un grupo de matones.
-Tahiti, ya te e dicho que no lo hagas sola, busca ayuda.
-Eso hice, corrí en busca de ayuda y que mejor ayuda que el abuelo. Además, Elijah llamo a Bobbie.
Papá levantó la mirada para ver hacia la celda donde estaba Bobbie, lo ví sonreír y solo asintió.
-De acuerdo, entonces. Vamos a casa.
-Tengo hambre, sabes que en este acto heroico sacrifique mi burrito-dije con cierta pena mientras recordaba con pena aquel rico burrito, ahora se que no valió la pena su sacrificio pues es un imbécil el tipo que ayude. Mire a papá quien sonrió.
-¿Que tal si vamos a Freddo?
-Me encanta Freddo.
-Lo se, así como también se que después vas a querer ir por helado.
-Te daré el premio al mejor padre del mundo.
-Solo no le digas a mamá. Mis labios están sellados, ¿le dirás algo abuelo?-pregunte y el nego.
-Yo no ví nada-aseguro el abuelo mientras veía como detenía a aquel pelirrojo de quitarse las curitas que le puse en el rostro- Y mandaré a alguien que lleve el auto por la tarde para que no se de cuenta tu mamá.
-¿Que? ¿Por qué? ¿Que le pasó al auto, Tahiti?-pregunto papá pero yo hice un ademán restándole importancia.
-Nada grave.
-Tahiti.
-Es en serio,nada grave de hecho es una historia interesante y divertida dónde incluye un burrito y un imbécil costal de piernas.
-Tahiti-advirtió el abuelo.
-No lo olvides abuelo es nuestro secreto, no vayas a decir nada durante la cena familiar... Cómo sea, vamos papá a comer algo de Freddo y después por helado.
-Bien pero, ¿si me vas a contar que paso?
-Si, verás que todo empezó cuando ví el puesto de burritos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top