Estoy comenzando a experimentar muchas emociones pero la felicidad no está entre ellas, pensé que podría hacer cambiar de opinión a mi abuelo pero él era todo un experto en evitar conversaciones que no quería volver a retomar así que recorrí a la abuela pero su respuesta tampoco fue satisfactoria para mí más bien me animo a hacerlo y tomar el lado "positivo" de todo esto, trate de hacerlo pero no lo encontre y no es que tenga nada en contra a este lugar pero no tengo buenos recuerdos sin mencionar que cuando mi padre murió pase la mayor parte de mi tiempo en estos grupos de apoyo escuchando siempre lo mismo que se volvió algo agotador.

—Flynn, cariño, no hagas ese gesto tan feo, te saldrán arrugas—levante la vista para notar que la abuela me miraba desde el espejo retrovisor, yo sonreí a lo cual ella también —mucho mejor.

—Animo pequeña, recuerda siempre el lado positivo a todo esto y si no lo encuentras pues no tienes otra opción pues no tienes nada mejor que hacer.

—Cariño...

—¿Que? Es cierto.

—Otro comentario así y dormirás afuera con el perro.

—Pero no tenemos perro.

—No me refería a que dormiría fuera de nuestra casa.

—Oh, bueno, como decía el lado positivo. Muchas personas vienen, se que aún tienes muchas preocupaciones sobre tu futuro y lo que quieres hacer así que creo que será bueno para ti conocer a varias personas que ya dedicaron su vida a algo.

—Tu abuelo tiene razón, se que te gustaría ir a la misma universidad con Bennet pero los deportes no son lo tuyo.

—Decir que no es lo suyo es poco, en verdad eres pésima.

—Rafael.

—Y tu abuela me llamó por mi nombre en vez de cariño, creo que es momento de guardar silencio así que conversa ahora tu con la abuela.

Aquello me hizo soltar una breve risa mientras negaba, mire por la ventana observando a las personas caminar por la cera.

—No es que me moleste ir es solo que creo que ya pase mucho tiempo en ese lugar.

—Pero ahora será diferente, ya veras cariño que cuando menos lo pienses encontrarás cosas muy buenas.

—Te daría un abrazo pero no quiero que tengamos un accidente y mueras muy joven, aunque por nosotros ya es hora.

—Habla por ti, aun soy muy joven—mencionó la abuela a lo cual el abuelo soltó una pequeña carcajada —¿Que significa esa risilla? ¿Insinuas que soy una anciana?

—Oh mira, llegamos —abuelo bajo del abuelo en cuanto se estacionó.

—Cobarde —lo miró alejarse para luego — cariño que no te pase lo que a mi, enamórate de alguien más inteligente.

Baje del auto para observar el edificio vaya que este lugar traía muchos recuerdos, me acerque para mirar el pequeño jardín que habían hecho, me acerque a la puerta observando que tenía un nuevo letrero, entre notando a varias niñas con traje de ballet, esto era nuevo.

— Cariño, ¿podrías ir por el pastel al auto? No se donde se metí tu abuelo y lo olvido mi abuela miró alrededor, note como apretó su bolso contra su pecho para luego quejarse creo que alguien estaría en problemas si no aparece pronto, salí nuevamente del edificio para ir por el pastel al auto. Abrí la puerta, tomé el pastel con cuidado y cerré la puerta con mi pie para dirigirme nuevamente adentro, solté un pequeño grito en cuanto piso los cordones y tropiezo hacia adelante. Hago el desesperado intento de no perder el equilibrio mientras miro el pastel, era el pastel o yo pero al final fuimos ambos pues me fui de cara contra el piso, bueno mas bien mi cuerpo en el piso y mi rostro sobre el pastel, me duele mis piernas, mi estómago y no puedo oler otra cosa que no sea el betún de vainilla, me levante para limpiar mi rostro con mis manos, mire el pastel que tenía todo mi rostro incrustado junto con mi dignidad bueno al menos nadie estaba cerca para ver esta humillación, quite un pedazo de pastel de mi rostro para comerlo pero me detuve de hacerlo cuando mi mirada se cruzó con la de un chico, me miraba fijamente de pies a cabeza para luego fijar su mirada en el piso, levantó un poco más su celular que traía entre más para tomar una fotografía me miró nuevamente y soltó una gran carcajada podía sentir mi cuerpo arde en vergüenza.

—En vez de reír en este tipo de situaciones de vergüenza ofrece algo de ayuda o al menos finge no haberlo visto

—No.

—Eres un lilipendo.

—¿Que?

—Tal como escuchaste, lilipendo.

—¿Que demonios es eso?

—Que tal si esta vez utilizas tu celular para algo productivo y lo investigas, lilipendo.

—¿Se supone que debo sentirme ofendido?

—Si, y mucho.

—Lo dice la chica que aun está cubierta por pastel y ahora luce como una vagabunda.

—Si pero... Aish, al menos se lo que significa lilipendo y te tengo otra que te queda, tolete.

Me di la vuelta para entrar al edificio pero volví a tropezar, maldije a lo bajo al escuchar la risa del chico pero no me detuve a verlo quería conservar lo poco que me quedaba de dignidad así que entre al edificio para dirigirme al baño.
Quise soltar un grito al cielo cuando me vi, en verdad parecía una vagabunda, mi cabello sucio al igual que todo mi rostro debido al betún, mi blusa se había rasgado y tenía el cuerpo con pequeños raspones, quería llorar pero sentía que si lo hacía perdería la batalla y de alguna forma le daría un cierto gusto a ese chico extraño. Me lave el rostro, peine como pude mi cabello para atarlo en una coleta, limpie mis heridas y salí del baño para ir a la sala principal donde visualice a mi abuela quien conversaba con una joven alegremente expresión que cambió cuando me miro.

—Flynn, ¿estas bien? ¿Que sucedió?

—Yo me caí en la entrada y la verdad no quiero hablar sobre ello.

—¿Y el pastel?

—Afuera en la cera

—¿Que?

—Caí sobre el pastel, colo dije antes no quiero hablar sobre ello.

—De acuerdo cariño, esta bien. Que tal si mejor vamos a tratar estas pequeñas heridas, ¿si?

—Esta bien—sonreí cuando la abuela me abrazo—. Lamento lo del pastel.

—No pasa nada, puedo hacer otro después o mejor aun comprarlo, lo importante es que estas bien.

Al salir de la sala principal por uno de los pasillos lo vi a tan solo un par de pasos de mi, ese chico de la chaqueta de mezclilla quien me miró con una sonrisa para luego señalar su celular mostrando la fotografía donde estaba cubierta por el betún, este maldito lilipendo.