quédate a mi lado, siempre

"No te quiero para mí, te quiero conmigo.
Es diferente."

Pablo Neruda

El primer día de a momentos Darcy miraba sin hablar; la noche transcurrió de esta forma hasta que cerca de la madrugada Lizzie se llevó un gran susto cuando envuelto en un atemorizante sueño lo vio tomar un candelero y se puso a mirar la flama , después de quitárselo de las manos con suavidad, apenas comprendiendo se volvió de lado y sumergió en un sueño tranquilo y pesado.
Pasado aquel episodio de inquietud en que apenas supo saber qué hacer, con el paso algunos días , de a poco, Darcy comenzaba a recobrar la serenidad y lucidez.

Quien terminó por tranquilizarla fue el doctor Brown que volvió a repetir que, esa alucinación se debía a los efectos de medicamentos que le habían suministrado, que Darcy era fuerte , sano y que volvería a la normalidad.

Después de ese episodio Elizabeth se ocupaba de él durante las noches hasta el mediodía ; por las tardes, mientras que ella descansaba en la habitación contigua, se encargaba Georgiana.

Esa noche después de darle de cenar y notarlo profundamente dormido ; aprovechó para responderle la carta enviada por su querido padre en el buró de la habitación.
A causa del embarazo de Lidia, ellos no podrían viajar a Londres; por primera vez no se reunirían para Navidad.

Cuando salió del pequeño escritorio Elizabeth estaba exhausta, se encaminó hacia la mecedora de roble colocada a la derecha de la cama que cumplía las funciones de su precario lugar de descanso.
Al notar que Darcy dormía tranquilamente le tomó la mano y permaneció a su lado cuidando su sueño con mucha ternura ; con el avance de la madrugada y las últimas luces de las velas, era tal el cansancio de tantas noches de insomnio que así como estaba se acurrucó haciéndose un bollito y se quedó profundamente dormida.

En medio de la tenue luz de la luna que filtraban por las cortinas y del crepitar de los leños de la chimenea la despertó la imagen fantasmal de Darcy que permanecía de pie mirándola; creyendo que tenía una pesadilla y que caminaba sonámbulo rápidamente se incorporó.

-¡No te asustes! no quise despertarte
Ella suspiró con alivio y lo miró.

- ¡Válgame Dios! Me he dormido.
¿Estás bien?
¿Qué haces levantado, a dónde crees que vas solo?-preguntó.
Al estar de pie frente a su esposo ella le puso las manos sobre el pecho, se abrazó y él le besó el cabello.

-Regresaba del baño...ya no me duele la cabeza y me siento mejor.
¿Por qué no me llamaste?, te podías haber mareado y caído...¿sabes lo que hubiera significado golpearte nuevamente?

-¡A la cama! , hasta que el médico no te permita a andar solo permanecerás allí, ¿de acuerdo?

-Tú también debes descansar como Dios manda.

-Hice una siesta por la tarde.

-Que no es suficiente.

-Estás tomando frío y nosotros discutiendo .
Te prometo que cuando vuelvas a dormir iré a recostarme a la habitación de al lado.

- De ninguna manera ...¿adónde? [...] No.
Por favor acuéstate a mi lado corazón ; necesito dormir contigo para sentirte cerca y abrazarte. Elizabeth sonrió de costado asintiendo y lo acompañó a la cama para luego ayudarlo a subir las piernas y cubrirlo.

-Está bien... Está bien...
Solo al mirarlo sabía lo que la necesitaba;
se quitó la pañoleta que la envolvía, el deshabillé de lanilla , las zapatillas de cuero y se acostó junto a él.

-Tienes los brazos fríos ...estás helada,-le dijo al mirarla luego la acarició en los brazos le despejó los flequillo desordenado de la cara y la beso suave en los labios para después hablar sobre los dientes :

-Me siento un tonto, un inútil. -Ella sonrió con ternura .

-El tonto e inútil más hermoso del mundo, el más responsable y cabeza dura como pocos  pero a quien amo con el alma y con locura .

-Quería decirte tanto en estos días pero no me salía una palabra.Cada vez que miraba estabas aquí.
Muchas gracias por ser como sos -ella contuvo lágrimas de emoción .

-¿Cuántos días pasaron desde que llegué?

-Casi una semana .

-¿Qué día es hoy?

-Viernes 18 de diciembre.
Estamos a nada de Navidad. Parece que será una  Navidad blanca. Hace dos días que nieva.

-Navidad...-él se quedó pensando.
Me esfuerzo en recordar algunas cosas, pero no puedo-le susurró .

-Entonces no lo hagas, lo importante es que me recuerdes a mí , que nos recuerdes a todos y todos nosotros; los que te amamos te vamos a ayudar, amor mío.

-Encuentro en tus brazos seguridad, calidez y fortaleza, y te necesito —las amorosas palabras de Darcy le despertaron hermosos sentimientos .
De aquella noche solo tengo recuerdos vagos y lejanos ; pero sí recuerdo que me ví en el suelo y sentí un dolor que me partía la cabeza [...] créeme que pensé en tí, en no poder volver a verte nunca más y luego vino la oscuridad...
¡Tenemos tanto de qué hablar!

-Tenemos mucho de qué hablar, sí, mirando hacia adelante pero hoy no, no esta noche, no te esfuerces.

-Tu eres quien se ocupa de todo, eres quien me protege, pero quién debe cuidarse para mí, para la familia que comenzamos a formar , en un día no muy lejano vendrá un niño o una niña necesito un esposo que viva más al resguardo de los peligros. Promete que lo harás.

-Sí... Lo haré-así transcurrieron esas horas hasta el amanecer que como decía su madre, todo se veía más claro con la luz de la mañana.
Elizabeth se levantó a hurtadillas y se fue a cambiar, corrió las pesadas cortinas de terciopelo rojo e hizo que ingresara la luz del nuevo día.

-Buenos días amor mío. ¿Cómo ha amanecido hoy? Le dijo cuando se acercaba para sentarse.
Él se incorporó sobre los codos.

-Mejor, estupendo-percibió que estaba de buen humor y listo para comer.

Hizo traer la mesilla de cama por una de sus empleadas , la joven después de saludarlo abrió las patas de madera y de a poco fue por todo aquello que había ordenado Elizabeth para el desayuno , después de despedir a la mujer se encargó de él.
Se sentó en el borde de la cama y le ofreció leche con chocolate humeante y un trozo de queso y jamón con pan.

-No tengo apetito.-desplazó con las manos lo que le ofrecía.

-¡Ayyyy... no! has llegado muy débil.
Debes comer bien sino no saldrás más de la cama.

-Es que...

-Es que nada, usted va a hacer caso sin discusión, creo que si te comportas así para hacerme rabiar no lo vas a conseguir. Sé un buen chico. Yo te acompaño , lo haremos juntos.

-Okay...Okay-respondió a regañadientes.
-cuéntame un poco que te has hecho en estos días. Tragó un sorbo de leche.

-Yoooo[...] —pensó un momento ; que le iba a decir ¿que se sintió angustiada llena de incertidumbre?
¿Que fueron muchos días y noches esperando noticias y que solo llegó una carta de su primo, una maldita carta que le decía: " le robaron, le pegaron.
¿qué no sabía si volvía caminando,si no le conocía o si le traían inconsciente y moribundo en una camilla?
Ella no era así, no podía deslindar sus propias angustias y dejarlo con culpa, a él que había llevado la peor parte y estaba convaleciente.
Tenía tanto que decir y reprochar pero no, no podía hacerlo sentir culpable en ese estado en el que se encontraba, no, no era el momento.

-La espera me agotó-solo le dijo.

-Lo si-siento .

-Comencé a arreglar la Biblioteca con Lucy,-cambió de tema-no garantizo hacerlo del todo bien pero lo intentaré, vino Madame Collette con géneros y elegimos del figurín vestidos, zapatos ...pero no quiero hablar de frivolidades, porque además no me gusta ... Pero muy pronto estaremos de fiesta .

Si, he escuchado a Georgi y a Richard hablar y hablar.

Transcurría esa mañana cuando llamaron a la puerta, el médico y un sorpresivo acompañante, Anthony Chamberlain, el hijo menor de la amiga de la familia.

-Buenos días...no se asombren, traigo conmigo a mi futuro sucesor, el joven  será quien se ocupará muy pronto de mi consultorio.
Elizabeth se levantó despejando unas cuantas migas de pan y alzando el vestido se incorporó para saludar.

-Un gusto tenerlo en mi casa doctor Chamberlain, ¿su madre?

-Muy bien. El gusto es mío -le dijo ruborizado mientras el otro desde la cama lo estudiaba atentamente.
Nos acompañó hasta aquí  su hermana Georgiana—le dijo a Darcy.

—Aja...¿Si? -respondió como diciendo "que me importa".

—Madame Darcy ...Veo que el paciente se ha alimentado bien y eso es extraordinario.

-Doctor, mi esposo se alimenta bien por mi denodada insistencia .

-Me alegra saber que tienes una esposa muy
preocupada por tu restablecimiento.

-Sí, y no sabe cuanto me alegro yo.

-Una pregunta doctor.
Mi esposo ¿puede discutir? -preguntó Elizabeth con picardía.
El hombre les miró .

-Supongo que es una broma-el hombre levantó una ceja con disgusto.
Nada de discusiones Darcy... ¿de acuerdo?
Luegi el hombre mayor con su discípulo lo revisaron con minuciosidad...

-Te encuentras bien—concluyó — y en franca mejoría, que ordenen un baño y de a poco comience a retomar sus costumbres, nada de licor, ni de montar a caballo. NI DISCUSIONES...
-remarcó con énfasis -con lo demás puedes hacer vida normal , vendré o vendrá el muchacho a verte.

—Vida normal ¿en todo?

—Sí señor, menos en lo que te he prohibido.

⋇⋆✦⋆⋇ 

Ella se encaminó con serenidad por la noche a la cama con un libro de poemas de William Shakespeare.

-Esta noche quiero que lo leas , Fitzwilliam .

-¡Si!

-Ábrelo y comienza donde sea -Elizabeth se lo dió y se acostó con él  .

"cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte, en mi triste destierro lloro a, solas conmigo y agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte, y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo, y sueño ser como otro más rico en esperanza, y envidio el arte de éste, del otro la pujanza, hastiado aún de aquello que me daba alegrías ; si en esos pensamientos mi desprecio me espanta...
-Sé como sigue...-entonces, Elizabeth mientras oía comenzó a recitar ese poema mientras el leía.

"pienso en tí fervientemente, y entonces mi consuelo como una alondra a orillas del día se levanta del mundo oscuro, y canta, dulce amor recordado, que desdeño cambiar con los reyes mi estado "

-¡Es hermoso! [...]-dijo él cerrando el libro de golpe  y lo arrojó contra el suelo.
—Era hermoso...—terminó diciendo.

-¿Qué haces?

—Tengo cosas más interesantes que hacer antes que leer unos cuantos poemas de Shakespeare...
Pienso en cosas más encantadoras, pero debo admitir que no son nada originales- contestó girando apoyado sobre un antebrazo,
quedando sobre ella .

-Recuerda que estás enfer...

-Shhh-la detuvo con los dedos en la boca mientras que con la otra mano le subía lentamente el camisón rozándole las piernas, luego llegó a su centro, después, mientras le amasaba un pecho comenzó a refregarse contra su cuerpo besándole en la base cuello y el hombro.

¿Quieres...que...me detenga? Preguntó con sinrazón y  con la respiración entrecortada contra sus labios y cuando era tarde.

-A-amor, eres contradictorio, pero no, sigue, sigue—respondió  necesidad —:Sabes que soy muy exigente.

-Sabiendo que estaba lista dijo :
Yo también lo soy—le llevó una mano al falo y se frotó—To-tócame, mi amor -El cerró los ojos, se subió encima de ella y Elizabeth lo recibió...

-¿Cómo me evalúa...mi prin- princesa ? -le dijo seguro de sí mismo al llegar a lo más profundo de su cuerpo .
Sin poder responder , Lizzie perdió  sus dedos  en su cabello , buscó sus labios con desesperación, lo tomó con más fuerza por la espalda y con las piernas lo rodeó por la cintura.

-Todavía no terminamos para poder responder con objetividad ...— Y él la miró riéndose.

Después de amarse con toda la pasión que el cuerpo le permitía, se quedaron recostados allí, sin necesidad de hablar y sin poder dejar de tocarse. Elizabeth estaba recostada sobre su pecho y le dijo :

-Desconocía el efecto que te produce Shakespeare.

-No es Shakespeare quien me lo produjo.

-¿No?, ¿entonces quién? - preguntó Lizzie haciéndose la inocente.

-Shakespeare es un pobre poeta al lado de usted, usted es mi amada princesa, mi diosa divina ; allí Elizabeth descubrió que sus profundos ojos, tan azules como un cielo sin nubes la miraban con una sonrisa sincera y llena de amor...

—Como amante usted es perfecto, como hombre es el mejor...
Te amo mi señor Darcy.

Continuará ...

Nota :
Hola chicas, estamos en capítulo 39 y vamos recorriendo los últimos , lamentablemente.
Muchas gracias 🌹❤




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