¿me permite otro baile?

Mi damisela
Mon Laferte & Manuel García

Después de ese primer baile ambos regresaron a sus lugares .
La noche transcurría con amistad y buen trato, cerca y lejos a la vez.

Elizabeth y Mary debían cumplir con las promesas de bailes con aquellos que se habían anotado en sus carné , si bien era cierto que deseaban bailar, obligatoriamente debían hacerlo con los caballeros sin rechazar ni elegirlos.

Ambas sabían a la perfección que así estaban dadas las cosas, las damas no decidían, no elegían y debían armarse de paciencia y tolerancia fuera como fuera el acompañante que se les acercara en pedirlas.

Se preguntaba en cuantas otras libretas estaría anotado Darcy , porque eso era bien cierto, él era el muy guapo, interesante y requerido por las familias de las lady 's casaderas.

Desgraciadamente entre baile y baile escuchó a Caroline insinuarse descaradamente a bailar con él y que mientras iban de camino a la pista le oyó decir a la reina sin corona:

-Darcy, la casa de mi hermano va de acuerdo a nuestras honorables costumbres-Él, por una cuestión de celos no se quedó atrás , la llevó a bailar a la odiosa y a su nueva amistad pero le supo contestar con desdén desviando la mirada sin darle demasiada corte e importancia-: Me da igual.

Recapacitando después se apoderó de él los consabidos silencios pensando que no corría ningún peligro con aquellos que acompañaban a Elizabeth...todos ellos eran viejos conocidos e inocuos , si, tenían algo en común entre ellos : la extravagancia, la ridiculez y los consideraban tan feos que en el reparto de caras se habían quedado con la más fea ; pero mucho peor eran sus patéticas conductas de comportarse, desde uno que con pañuelo en mano que de a momentos estornudaba para todos lados y se disculpaba continuamente diciendo en la estrepitosa sacudida

- " Perdón señorita, es el perfume a rosas" .
Mientras que Lizzie miraba atónita a Mary que también bailaba con un muchacho desgarbado.

El segundo en suerte la doblaba en edad,
y que en su minucioso estudio la inspeccionaba tanto, que sólo le faltaba mirarle la dentadura como si fuese una vaca puesta a la venta.
Él era viudo, fortachón y con una numerosa prole , el hombre solo buscaba una niñera sin sueldo.

Y ese último que a fuerza de tropiezos con el ruedo de su falda no le dejaban dar un paso certero en sus eficaces artes danzarinas, entonces con ese último, Elizabeth recordó ese especie de esperpento de la naturaleza llamado Collins , su primo, que en aquella noche del olvido en Netherfield Park intentó persuadir para llevarla al altar y que al final de la velada mantuvo una charla muy picante y amarga con Darcy...

Darcy tenía bien en claro que el baile no era su mètier ni el corazón de las cuestiones sentimentales, siempre consideraba que lo suyo en cuestiones del amor era la poesía y la música, no obstante a ello, entendía que sí lo era para Lizzie, por lo tanto después del cumplido con la hermana de Bingley y la chica Hurst se mantuvo cauto y expectante de lo que ocurría esperando otra oportunidad para sacarla a bailar...

Elizabeth siempre había evitado reconocer hasta qué punto la afectaba a ella y sus hermanas la inferioridad de rango combinada con las torpezas de su madre, definitivamente era tan obvio como inevitable que iba a regresar Longbourn cómo había llegado...

Al agonizar la velada la sacaron de esos pensamientos la voz grave y susurrante de Darcy, cuando escuchó ser llamada por la espalda...

-Estamos cerca de la media noche Señorita-le dijo.
¿Tiene usted prometido este último baile señorita Elizabeth?

-no, no lo tengo-respondió al mirarlo a los ojos.

-Pregunto, por qué usted estuvo muy requerida ésta noche.

-Mmm (...)¿¡requeriiiiida!? Sí.
Darcy sonrió sin ahondar en detalles.

-Entonces (¿)...¿Me permite otro baile?

-Si, con mucho gusto...muchas gracias Señor Darcy.

Ante la mirada estupefacta de los más chismosos observadores y de aquellas otras dos la custodió hasta el medio de la pista , se tomó de las manos de ella y como antes sintió las mismas vibras y algo de confianza de sí mismo, al menos, para terminar la velada resultaba maravilloso.

Todos juzgaban lo extraño en que se veían y no podían creer que un noble y distinguido joven se atraviese a reiterar un baile con alguna Lady; pero lo más llamativo y sorprendente era con qué tipo de Lady lo hacía.

-La observé como disfrutaba la
noche-ahora él hablaba con ironías .

-¿Ah sí?, pues, creo que usted se burla señor, lo digo con todo respeto, si le respondo que sí lo engañaría, digamos que la experiencia ha sido ...una experiencia peculiar.
¡Casi termino coja!

-Son inofensivos...

-Inofensivos, pues...digamos que sí, si no lo eran hubiera recurrido a algún correctivo.

-No lo iba a permitir, en todo caso yo lo iba a aplicar-Lizzie miró de costado y sonrió con una leve reverencia.

En su poco razonamiento su mente pudo más que sus ansias, su sed, su hambre quizás hasta su sueños eran de poseer a esa mujer que tenía frente de sí y ella, en qué punto se encontraba para con él, esa era la voz de su interior que martillaba en su corazón y su espíritu.
A veces caía al recordar aquellas palabras que tanto lo habían perturbado en largas noches de insomnio y de angustiantes pesadillas :

-"vengo a pedirle que ponga fin a mi agonía "

-"no comprendo "

-"la amo ardientemente."

- "Señor Darcy usted es el último hombre que desearía para casarme"

Darcy era de aquellas personas que lo querían todo y donde la impaciencia y la ansiedad lo marcaban de cuerpo entero como también ese maldito orgullo que a veces lo hacían sentir que no sería capaz de soportar un nuevo rechazo , esa era la daga que aún se le quedaba clavada en medio del pecho y que un poco lo mantenía en dudas con ella.
Era lo que lo marcaba de cuerpo entero que de a momentos lo llenaban de incertidumbre y frustración , de ruina y , humillación ; con la diferencia de que él subordinaba un último ideal de volver a intentarlo y si no veía algo positivo iba a desistir definitivamente.
Aunque también de esos errores solía arrepentirse y dar marcha atrás, pero en cuestiones del corazón y el amor apenas sabía y podría llevarlo a convertirse en algo irreparable para siempre.

-Gracias Señorita- le dijo al soltarla-

-De nada -dijo Lizzie soltó un suspiro cayendo en el mismo embrujo del momento y escondiendo el deseo de recibir ese primer beso de su vida que vio venir, pero que rodeados de terceros, sería fatal para su maltrecha imagen familiar y su condición .

-Gracias a usted.

Era indiscutible que Darcy era más atento y de a poco daba señales de mejor predisposición pero hasta ahora entendía que apenas era un acercamiento cordial.

Pronto escucharon el agradecimiento de Bingley que abrazando a su hermana Jane les confirmaba que la fiesta estaba por concluir pero que faltaba una sorpresa.

Una decena de empleados apagaron las lámparas y las antorchas. Ambos escucharon una salva de disparos , Elizabeth se sobresaltó y se llenó de miedo y retrocedió de manera casi irracional , su cuerpo inconscientemente estuvo listo para echarse a correr del susto cuando algo absolutamente desconocido comenzó a sentir en el cuerpo ... no pudo recuperarse que enseguida vinieron otras explosiones y fue para adelante pisando la puntilla que llevaba colgando después de un cierto pisotón y se llevó torpemente por delante a Darcy que
la atajó por los hombros presurosamente para evitarle una caída. Se quedaron mirándose en silencio haciendo de ello un momento íntimo...
Al contemplarla con miedo Darcy sonrió, la sotó notando su incomodidad sin embargo , aprovechó la oscuridad para encontrar la mano y envolverlas entre las suyas

-No se asuste Señorita Elizabeth, es el inicio de una exhibición de luces en el cielo (...)¿no las conoces?-la tuteó-Es un show que está muy de moda en estos encuentros.

-No,-ella después negó con pudor con la cara-claro que no lo conocía , usted debe saber muy bien que el área de Meryton está privada de estas novedades de la ciudad que están de moda.

Dios mío que me he asustado mucho-Elizabeth decía que no con la cara mientras aún temblaba y no se percataba que mantenía la mano entre las de un hombre que sin compromiso, sin guantes y sin bailar, la tocaba.
Él volvió observarla un momento muy desde muy cerca y fueron instantes, segundos en que aún con escasa luz no podía dejar de mirar sus labios y probarlos, ellos eran irresistibles y apetecibles como una fruta prohibida.
¡oh Dios cómo deseaba besarla ! Casi soportaba el límite de lo intolerable e incontrolable, ansiaba cerrar las puertas del mundo y estar a solas para hacerlo pero allí, en ese lugar, sería una locura.

-Inmediatamente después conoció como los primeros fuegos artificiales estallaban en el cielo con fuertes estruendos, humo y olor a pólvora , mientras que comenzaban a oír las voces de asombro de los que les rodeaban.

Al tomar consciencia, Elizabeth, sintió la tibieza de las manos sin saber que pensar ni que hacer lo miró en la penumbra y señaló el cielo al modo de sacarlas y salirse delicadamente de esa situación tan comprometedora.

Pronto terminó el momento idílico cuando se acercó Georgiana, que hasta ese momento Darcy se había olvidado de ella.

-¡Colibrí!-le llamó cariñosamente -le decía a la señorita Elizabeth lo hermoso que son estos espectáculos.

La chica al verlos juntos suspiró, pero más que por el espectáculo por su querido hermano , él estaba de mejor ánimo; la chica también pensó .¿sería Elizabeth la causa de sus penas y ahora las de su regocijo ?
Pero también estaba aliviada de saber que no fuera algo con la pomposa  Caroline; porque como el común de los humanos ella no la toleraba de ninguna manera.

-Oh sí, si ... ¡¡Son una maravilla!! ,
Señorita Bennet, leí por ahí que los fuegos de artificios fueron creados en la antigüedad por los chinos...

—Buscaré información en la Biblioteca de mi cuñado—Elizabeth sonrió.

Me gustaría invitarla a usted y a sus hermanas a tomar el té, mi hermano suele ausentarse por las tardes...
Darcy abrió los ojos ante la propuesta tan  agradable y amistosa de Georgiana.

Continuará...


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top