capítulo final

Ser padres es el camino que no tiene mapa, el sendero sin retorno que te transforma, la aventura que sabes con certeza que te cambiará.

Alejandro Ojeda Pérez

Los dolores de Elizabeth comenzaron justo después del almuerzo de un día de abril.
La impotencia de no sentirse cómoda estando semi desnuda con tanta gente alrededor la llenaba de vulnerabilidad.
Las horas eran muchas e interminables y empezaron a pasar en ese reloj gigante que existía en la pared de la habitación en ese amanecer del nuevo día , bendito día de domingo de Pascua en el que sus hijos iban a abrir sus ojos por primera vez.
Ella era valiente pero a cada instante el dolor le parecía más intenso e insoportable, la mente empezó a gobernar su ser y a desconectarse de sí misma, su respiración se descontrolaba y las lágrimas silenciosas salieron de sus ojos y en un par de pujos más en el único grito que salió de su garganta una repentina liberación de su sufrimiento expulsó al primero de los dos siendo recibido por las manos del doctor...

-¡Es un niño! -Gritó exaltada la señora Bennet.
¡ Nuestro primer nieto varón !
Con tantos espasmos Elizabeth apenas pudo notar lo blanco que era su hijo y lo fuerte que lloraba cuando con mucho cuidado el médico lo llevaba a limpiar y a revisar, después de unos cuantos momentos salió el otro que lloraba como una Magdalena.

-¡Es una niña !...te dije Maddie que allí dentro había una niña - volvió a decir muy agitada la señora Bennet a su amiga.
¡Qué felicidad! ...¡mi Lizzie tiene gemelos!

-Son mellizos...Fanny, y como a pedir de boca varón y mujer -respondió la señora Chamberlain con mucha sapiencia- había jurado que serían dos hombrecitos.
Ay ...mis muchachos cuando me hagan abuela.

-Si Dios quiere cuando menos lo imagines serás abuela Maddy , mira ... nosotros en apenas un año tuvimos cuatro, además , se suma el bebé de nuestra Mary que vendrá en otoño. De aquí saldremos para Longbourn y en unos meses más iremos al condado de Yorkshire...

Mientras terminaban de atender a Lizzie, ella examinó a aquellas dos que parloteaban como cotorras como si nada pasara y pensó un instante en lo feliz que debía sentirse Fitzwilliam en el mágico punto de partida del resto de su existencia.

Todo había terminado o mejor dicho todo recién comenzaba , después de darles de tomar su primer calostro a sus hijos le cayó encima como un latigazo la idea en que quizás no sería una buena madre en esa difícil tarea de amamantar de a dos a la vez.

Cuando salieron todos los demás, Darcy entró en la habitación en silencio y se encontró con la imagen de su esposa e hijos durmiendo juntos en medio de la oscuridad, Lizzie estaba inmensamente atractiva, pero agotada.
Se quedó de pie y los observó durante varios minutos antes de caer en la tentación de tomar en brazos a uno de sus niños.
Trazó con la mirada las diminutas facciones y se permitió tocar ligeramente la suave cabeza de su bebé.
El niño se sobresaltó por un momento, pero luego volvió a dormirse profundamente.
Lo dejó suavemente , levantó al otro y comenzó a hablarle como si le entendiera, le tocó las manitos, sus pequeños habían nacido de piel y sangre mezclada en color, olor, carácter y gestos, dos hijos de la mujer a quien más amaba en el mundo...

Esos niñitos tan esperados vinieron a sus vidas para colmar sus corazones y a cambiar los sonidos de esas paredes grises en muchos años pues, de una forma u otra allí siempre hubo dolor desde de la muerte de su madre; también acudieron a sus recuerdos el día en que en ese mismo lugar había llegado al mundo Georgiana, cuando con apenas diez años él creía ser el rey de Pemberley y muerto de celos una pequeña intrusa lo hizo sentir como un rey destronado.-entonces sonrió para sus adentros.

Ahora sus pensamientos se centraban en que Lizzie recuperara la salud sin contratiempos y que sus niños sobrevivieran a los riesgos propios de los recién nacidos.

Difícilmente podía permitir la realidad del momento, pero no podía negarse el placer que le daba conocer y de abrazar a sus hijos. Todavía los miraba embelesado, algún tiempo después Elizabeth se despertó y sus ojos se encontraron y se sostuvieron en un sinfín de cosas que se dijeron con la mirada.
Se sentó muy cerca y no hizo más que acariciar su rostro para besarlo, quiso hablar y poner en palabras todo de lo que en ese momento sentía pero no pudo, en ese momento las lágrimas invadieron sus ojos y la voz comenzó a quebrarse, quizás era la primera vez que mostraba sus sentimientos más profundos, con ellas pudo soltar sus miedos y angustias de estos últimos tiempos pero ya todo había terminado felizmente.

--No me había dado cuenta de que serían tan pequeños. -Elizabeth sonrió .

-Crecerán más rápido de lo que piensas.

-¿Cómo te sientes corazón? todas estas horas estuve rezando por ustedes-dijo Darcy al recuperar el aliento-me siento muy feliz ¡te amo mucho princesa! [...] muchas gracias.

-Estoy bien, ahora .
Una niña y un niño como queríamos los dos .

-Dos hijos maravillosamente hermosos.

La señora Bennet regresó a la habitación.

-¡Señora Bennet!-dijo mirando a su suegra- ¡qué hermosos son mis hijos ! ¿Verdad?
Me parece increíble saber que ya soy padre, gracias por acompañar a mi Lizzie...

-Son muy bonitos señor Darcy, mi marido está loco de contento por la llegada de su primer nieto varón, aunque le soy sincera su corazón siempre se inclinó por las niñas-oyó a su suegra decir-Señor Darcy haga que los lleven a la Nursery...mi hija debe descansar, está agotada .

Elizabeth se incorporó levemente sobre los codos casi con enfado...

-Noooo, no mamá...
Fitzwilliam; por favor que no se los lleven , no olvides de lo que hablábamos.

--No mi amor, no se los llevarán, se quedarán aquí contigo y yo me quedaré con ustedes.

-oh-murmuró la mujer-Bueno...ustedes deciden, solamente era una opinión.
Si no le importa señor Darcy iré a hablar con el ama de llaves para ordenar el desayuno de mi hija y el almuerzo Pascual.
¿Qué desea comer ? [...]¿cordero , pescado o jamón empanado?

-Lo que guste su esposo Madame, atienda nomás, haga de cuenta que ésta es su casa, -replicó restándole importancia como si su estómago estuviera dispuesto a probar bocado.

La mujer en cuestión era pesada como vaca sobre los hombros y a estas alturas ya se había acostumbrado a sus continuos desaguisados, en el fondo, era una buena mujer que como podía estaba dispuesta a ayudar ...

La primer semana, durante el día mientras que Darcy atendía sus obligaciones en compañia de su suegro, las señoras mayores se encargaban de ayudar a Elizabeth con sus bebés...a la hora del almuerzo huía de todo el mundo y se refugiaba junto a ellos hasta el otro día y así pasaron los primeros días, las primeras semanas y el primer mes, hasta que toda su familia política se retiró de Pemberley.
Sus niños crecían adorablemente y Lizzie comenzaba a recuperarse muy bien.
Cada noche iba a mirarlos en los momentos en que dormían en la cuna y era increíble la emoción que les hacían sentir a diario .
Ellos manejaban sus tiempos tanto que, decidían cuando era de noche o cuando de día.
Conoció la primera sonrisa al reconocerlo, también cuando lograron sentarse por primera vez solitos o aquella vez que les oyó balbucear la palabra papá .
Se diferenciaban perfectamente entre sí, la niña era vivaz y muy compradora con él en cambio el niño, más circunspecto ...era muy divertido verlos disputar entre ellos a su madre, algún juguete o hacer berrinches por un pedazo de dulce ...

Ese verano pasearon con ellos por la inmensidad de los jardines de Pemberley , también pasaban tardes enteras en el quiosco del lago.

La casa se llenó de fiesta al celebrar el casamiento de su hermana y vinieron invitados de todas partes.
La despedida al viaje de bodas fue muy sentida pero a la vez Darcy sintió el firme convencimiento de que la tarea estaba cumplida, ahora, se centraba en el futuro...su tarea era la de proteger, cuidar y amar a Lizzie y a sus mellizos hasta el final; que por el momento solo eran dos niños ...sus príncipes soñados , y, como todo padre y madre enamorados de sus hijos  pensaban y decían siempre que sus hijos eran los más hermosos del mundo.

Después de la última teta de la noche llevaron a dormir a sus mellizos y juntos se quedaron embelesados mirándolos.

—¿Vamos a ver el lago desde el balcón? —Darcy la tomó de la mano y la llevó a sentarse a la luz de la luna.

—Estoy locamente enamorada de usted Sr Darcy …—Elizabeth murmuró.

—Nuestros sentimientos son mutuos mi Señora…Siempre estamos a tiempo de hacer las cosas mejor.

—¿Mejor?

—Si, prometo que siempre será mejor.

—Las promesas bajo luna llena se sellan con un beso, no se haga rogar.

—Su pedido es una orden... Princesa

Fin

Bueno, llegó el final de esta historia, la verdad siempre da mucha pena tener que terminar pero, todo tiene un fin...infinitas gracias a tod@s por acompañar, comentar y esperar pacientes cada actualización en estos tiempos tan difíciles.
No me canso de repetir que son las lectoras más hermosas del mundo, muchas gracias .

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