acercamiento
Gloria Stefan
Había llegado el día de asistir a la reunión que ofrecía en su casa Mr Darcy, la situación no dejaba lugar al optimismo y para Lizzie era infringirse sufrimiento.
Bien podría haberse excusado con una indisposición, sin embargo, optó por no mentirse así misma , ella no era una pobre cobarde que le escapaba a la realidad.
También sabía que eran los últimos tiempos de su estadía en Londres y que era un hecho que debía regresar junto a los suyos y despedirse de ese mundo de vestidos y fiestas de absoluta fantasía al que no pertenecía.
Las muchachas Bennet había escogido trajes vespertinos sobrios con colores claros; en cambio Caroline como siempre eligió algo pomposo y un sombrero puntiagudo con un plumero de peñolas naturales de ganso que era lo más chocante y estrambótico que jamás habían visto.
Ella era muy caprichosa y extravagante , no sabían si lo hacía adrede o simplemente de pura idiota para sobresalir . Solo le faltaba un cartel en la espalda que dijera :
"Con urgencia se busca un esposo"
Recogieron de una pequeña mesa unas fuentes cubiertas con un lienzo blanco, y un botellón de barro de boca ancha.
-Ángel, ¿Qué llevan? -con curiosidad preguntó Charles.
-ohhh...
Lo hicimos preparar ayer para acompañar el té , son bollos de manzanas, una tarta de moras y pulpa de fresas maceradas con azúcar para diluir con agua.
Mi madre nunca se cansaba de decir :
"Nunca lleguen a casa de alguien con las manos vacías"
-Creo oírla.-Caroline murmuró maliciosamente.
Mary se acercó a ella pero antes la recorrió de arriba a abajo mirándole de mal talante con los brazos en jarra.
-Empieza por cerrar esa bocota y vístete mejor.
Tenga la seguridad que en este sentido nos ha inculcado las mejores costumbres de cortesía Nuestra madre en muchos aspectos tiene tantísimos defectos pero no más que los tuyos.
Se lo suplico de buenas maneras, lo mejor que puedes hacer (...) es mirarte frente a un espejo y tratar de no entrometerse más con mi familia.
-Caroline(...) ¿así piensas conseguir marido? -preguntó Charles con ingenuidad -Mejor vamos yendo.
¿En qué les ayudo?-les miró.
Decidieron ir de a pie por esos escasos cien metros, al llegar al umbral del portón de la mansión y cuando recién habían ingresado Elizabeth contempló la propiedad que por donde mirase la dejaba boquiabierta, desde la entrada con escalinatas de mármol hasta la estructura edilicia de tres plantas con techos de pizarras, las hiedras cubrían las paredes de ladrillos, los grandes ventanales , la prolijidad de los senderos de grava de los jardines y los elegantes y enormes olmos que custodiaban por los costados como atentos guardianes.
Según Bingley, la casa databa desde los tiempos de Eduardo VI° y se la habían ofrecido al padre de Darcy treinta años atrás como un verdadero regalo, en esos tiempos estaba abandonada y en estado de deterioro pero que con el paso del tiempo, unos cuantos ingenieros y arquitectos la habían modernizado y dejado funcional a sus necesidades, aunque también, le había dicho que era apenas una nimiedad comparada con la magnificencia de Pemberley House , a como estaban las cosas Elizabeth pensaba que jamás llegaría a conocer.
El mayordomo después de recibirlos los guió directamente hacia el jardín trasero solo al traspasar la sala Lizzie notó que el interior de la propiedad era magnífica.
Lo más impactante era un enorme retrato sobre la chimenea pintado con la imágen de los padres de los Darcy y le llamó la atención la pose tan encantadora , ellos eran dos personas hermosas que indudablemente se amaban.
Al llegar al jardín de los fondos, el paisaje era estupendo, la mesa era muy grande y estaba rodeada de sillones de hierro forjado.
Al levantar la mirada observó dos violines descansando sobre un sillón, en un cesto de red , unos cuantos bates y pelotas de cricket, colgados sobre dos postes discos y armas lanzadoras de dardos , arcos y fechas .
No muy lejos, bajo a unos árboles estaba Darcy, el primo , Eric y su padre , él , con el rostro vuelto de costado hacia ellos y atento desparramando su aura de misterio con las manos en los bolsillos.
Mientras les oía , Darcy se percató de ella cuando sus pequeños terriers salieron dispardos por detrás de él para recibirla como extraña.
Y uno, sobre todo el más pequeñín de los tres llegó corriendo hasta los mismos pies de Lizzie una vez allí miró hacia arriba moviendo la cola ladrando con más fuerza y decisión que antes: en vista de lo cual la joven se agachó amablemente y sin dudar un instante tomó al diminuto peludo gracioso entre sus manos y lo alzó hasta tenerlo cara a cara mientras continuaba ladrando , él los había seguido de cerca, descubrió que su compañerito fiel le daba una hermosa bienvenida a Elizabeth, hecho que no pudo más que sorprenderlo para bien pues conocía que sus mascotas no eran del todo amistosos.
Mientras tanto, los sus acompañantes no se movieron del sitio donde se hallaban cuando habían percibido también a los recién llegados .
—Ella levantó la vista y lo venir lento , elegante, hermoso .
"¡este hombre es absolutamente guapo e increíble!
Sus ojos azules brillan más que nunca , su camisa la trae desabrochada , sus piernas largas y su cuerpo parecen estar tallados y sonríe...No debí haber venido "pensó
-¿Cómo te llamas pequeñín?-salió del punto de la mirada de él y de sus pensamientos .
-Pequeñita...ella se llama Sweet-respondió susurrando él- es una Scottie (terrier escocesa) y es la hija de Casper y Candy.
Por allí andan dos cachorros más, todos ellos son descendientes de otros dos que eran de mis padres. (...)-Como si no existieran alguna otra persona alrededor de ellos respondió Darcy de forma resuelta y natural manteniendo una vez más la línea de mirada más afable y directa a los ojos , ojos que en esos últimos tiempos se habían apagado con ella.
Ya todos se habían acercado e intercambiaron saludos, Lizzie antes de dejar a su nueva amistad en el suelo la atesoró en el ángulo del cuello y volvieron a mirarse, ahora me doy cuenta que eres una niña -le miró el vientre más roja que un tomate.
-¡Eres hermosa ! ¿Sweet? , Y Dulce como tu nombre .
-Son muy dulces-Darcy le dijo directamente en doble sentido y ella sonrió .
-Es que mi hermana Lizzie tiene un imán con los perros, siempre la persiguen --hace unos años mi hermana trajo del campo una galgo con sus crías que hoy por hoy se adueñaron de mi casa—comentó Mary contemplando a ambos y sonriendo.
Como buen estratega en las guerras, el coronel les obsevaba muy cauteloso mientras hablaba con Eric , el primo comenzó a comprender y creía que Elizabeth estaba muy muy lejos de detestar a Darcy.
Sin embargo también éste, el que no creía en el amor se perdió un poco con la menor de las Bennet, por primera vez pudo notar cuan bella era Mary .
-Por extraño que parezca no son muy amistosos- respondió Georgiana.—son cascarrabias, dicen que los perritos se parecen a sus amos.
—ay Georgi, mi dulce colibrí , ¿acaso qué insinúas ?—Darcy tomó con humor la broma cierta de su hermana.
Éstas criaturas siempre lo son, también los caballos son increíbles , ellos tienen mucha fidelidad , además mucho amor para dar. ¿Opinas igual Elizabeth?-preguntó muy lanzado en el trato Darcy.
-Si , opino absolutamente igual —ella elevó una ceja por la confianza repentina —ellos son encantadores , aunque le soy sincera, los caballos me asustan un poco .
-Será porque no tuvo la oportunidad de conocerlos y aprender a montar .
-Puede que tenga razón Señor Darcy. -era inevitable pensar que todos los observadores los veían coincidiendo.
-Bueno, a mi no me gustan para nada los perros , te llenan de pelos y olor, además, me hacen estornudar -respondió Caroline como si alguien le hubiera preguntado.
-Si se los cuida aseándolos y cepillado el pelaje nada de eso ocurre (?!), será por que le desagradan, ¡digamos la verdad señorita ! -la tipa se guardó la respuesta la había tratado de mentirosa y Lizzie parecía volver a ser la misma de siempre.
-A mi tampoco me simpatizan (...)-mamá, tu Coccot es muy caprichosa.
-Sin embargo la acaricias.
-¿Yo? ... Mamá, apenas observo como la, malcria -la joven Melody habló con sinceridad y fue mal mirada por sus padres, ella hacía lo imposible por contradecirla , sabía que la empujaban a hacer lo que no quería y a opinar igual y esperaban de ella que se mostrase más afable.
-¿Nos sentamos a almorzar ? -les pidió Georgiana con compostura en ese momento de algidez .
Los Dupont miraban absortos a los dos jovenes y ese lanudo ; aunque estimaban que el dueño de casa no iba a mantener una relación seria con una pobre chica del campo y estimaban que Melody, su muchacha, era la indicada e incomparable y estaba a un mundo de diferencias con Elizabeth , solo debían reunirse a charlar para convenir y convencer a Darcy , pero también, con esa posible unión marital podrían hacer pingües negocios sin venir al cuento lo que su muchacha opinase o decidiera.
Continuará ...
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