16
—Tengo serias dudas de por qué estás recostado en mi sofá cuando me estoy tomando mi tiempo para que tu próximo libro sea un récord de ventas —Gulf solo soltó un suspiro ante el tono de Mild.
—Tengo problemas —fue su respuesta.
—Eso lo noté desde que acaparaste mi sofá hace más de cuatro horas y has estado quemando incienso de almizcle, benjuí, bergamota y vetiver —Gulf parpadeó levemente y Mild solo le tiró una bola de papel que le dio en el estómago.
—Quiero muchas cosas —fue la respuesta de Gulf.
—Y todas ellas se relacionan, así que si piensas quedarte otras cuatro horas, dime para pedir bocadillos y si te apetece hasta podemos hacer pijamada —el tono con el cual se lo dijo fue sarcástico.
—He tenido regresiones, experimentó ansiedad, pánico, pesadillas y mucho desequilibrio emocional —las manos de Mild se congelaron sobre los documentos que revisaba, dejando que su amigo continuará halando.
—Anoche tuve recuerdos de lo que sucedió y temo que puedo volver a recordar, además creo que Mew me oculta alto —las lágrimas se habían deslizado por los costados de sus ojos.
—Mierda —fue lo que dijo Mild para levantarse y dirigirse hacia Gulf —cuéntale todo al psicólogo Mild —Gulf solo soltó una risita y limpió sus lágrimas, las cuales siempre funcionaban con Mild.
—Ya te dije todo, estoy recordando el periodo oscuro de mi vida y me oculta cosas —Mild rodó los ojos, pero decidió ser todo un profesional en esto de la psicología.
—Comprendo, pero ¿Eso cómo te hace sentir? — El doncel se quedó callado unos minutos, detallando la pregunta antes de responderla. —No lo sé, es complicado —Mild bufó ante ello y la verdad tenía cosas mejores que hacer que hacerle caso a las diatribas de Gulf que tuvo que escuchar porque soltó lágrimas de cocodrilo.
Era débil ante las lágrimas; no lo juzguen.
—Si no tienes idea de cómo te sientes, ¿por qué piensas que yo sí la tendré? — Gulf se levantó por fin del sofá, observando a Mild incrédulo ante lo dicho.
—Se supone que me ayudarías a procesar esas emociones y guiarme en la dirección adecuada —Mild solo le restó importancia dándole un gesto desdeñoso.
—Lo haría si fuera un psicólogo y me pagaras por hora o si al menos fuera alguien capacitado para dar apoyo emocional, lo cual sabes, no tengo, pero lo que sí puedo ofrecerte es estar contigo para que te desahogues —no era lo que esperaba, pero acepto hacerlo.
Ambos salieron de la oficina de Mild directo hacia el departamento de este, en donde sabían que encontrarían la respuesta o al menos se relajarían de todo lo que los agobiaba.
—Siempre tengo envidia de que tengas una vista tan preciosa —Gulf no mentía sobre ello.
El departamento de Mild tenía una estupenda vista que era preciosa tanto de día como de noche. Era una vista por la cual habían saboteado a otros aspirantes que habían querido comprar también el departamento.
Su amistad estaba constituida por muchos actos de maldad y unas que otras cosas ilegales que esperaban que nunca descubrieran, porque aunque no terminarían en la cárcel, seguramente sí en servicio comunitario y como que andar limpiando no era parte de las actividades que quería hacer.
—Lo sé, siempre que vienes me lo dices —Gulf solo sonrió ante ello y tomó lo que Mild le ofrecía —Ahora dime qué es lo que te aflige —ambos se sentaron en los sofás finos.
—Te dije que estoy recordando —Gulf se estremeció ante las posibilidades de ello.
— ¿Y? —fue la respuesta de Mild, ocasionando que Gulf lo observara con el ceño fruncido. —Es decir, cuando todo sucedió y no recordabas, estabas molesto por ello y, ahora que puedes iniciar a recordar, no quieres hacerlo —Gulf solo tomó su trago porque seguramente sería una conversación larga.
—Pero ahora es diferente.
— ¿Mew lo hace diferente? — fue la pregunta de Mild, a lo cual Gulf asintió y entonces se dio cuenta de en qué dirección se dirigiría la conversación.
Mild se quedó unos minutos en silencio, intentando comprender la lógica de su amigo. Era difícil leer de forma abierta y simple a un doncel tan complicado con él mismo y con todo lo que lo rodeaba.
—Sé que dijiste que Mew te oculta algo, pero dejemos eso de lado por un momento y dime, ¿por qué temes recordar? — Era una pregunta muy difícil de resolver más para Gulf, quien no tenía una respuesta concreta.
—Todo este tiempo he estado esperando que lo que sucedió fuera solo un secuestro y nada más que no hubiera sido abusado y temo que, si recuerdo, puedo saber esa verdad, no quiero haber sido abusado y revivir lo que sucedió, pero temo que no lo fui. Estuve todo este tiempo evitando mis recuerdos por nada.
Mild asintió ante lo dicho, sabía que era lógico para Gulf tener sus opiniones y sus miedos así, compréndalo, es decir, nadie está feliz sabiendo que pasó tanto tiempo evitando algo que no lo dañaría o le haría algo irreversible.
Antes, Gulf no había tenido problema con esto porque lo que se ofrecía por no recordar era más alto que lo que obtendría con recordar. Así que su amigo felizmente se fue con la primera opción. El problema ahora era que la ecuación había cambiado y lo que ofrecían las opciones ahora era diferente y sabía que lo único que había cambiado en todo era una sola persona.
Mew.
Él lo había cambiado todo y Mild sabía que su amigo estaba al tanto de ello, sin embargo, qué tan valioso era ese cambio para que ahora su amigo estuviera considerando seriamente sus decisiones.
Además, no era como si Gulf recordara solo porque lo quisiera; sin embargo, podía tomar terapia para intentar que todas las piezas quedaran en su lugar. Solo necesitaba dar ese primer paso que siempre había pospuesto, pero ahora era algo que consideraba.
Que lo considerara ahora era solo porque Mew intervenía en ello, lo cual llevó a Mild a una sola conclusión.
Amor.
Gulf amaba a Mew. Lo reconociera o no, su amigo estaba perdido por ese hombre, aunque algo más tenía que haber, porque no solo estaba el factor amor que importa mucho, pero ahí había algo más y lo podía intuir.
—Amas a Mew y te da miedo recordar porque eso puede cambiar la percepción que tiene de ti —era lo que Gulf pensó, porque noto cómo se incomodó ante ello.
—A ningún hombre le gustaría que su doncel estuviera manchado, sucio —bueno, no a todos les gustaría, era cierto.
—No estás sucio o manchado porque no hiciste nada que provocara lo sucedido, solo tuviste la terrible suerte de ser el foco de atención de un loco pervertido —era cierto, se dijo Gulf antes de que su cerebro le recordara que no podía estar seguro.
— ¿Cómo estás seguro de que no hice nada si no puedo recordar? — Mild gimió ante lo dicho y en verdad pensó que Gulf necesita la terapia urgente.
—Nada justifica un abuso. Gulf, puedes estar desnudo en medio de hombres y ninguno debería tocarte si tú no estás de acuerdo —las lágrimas de Gulf bajaron rápidamente y Mild, sabiendo que era terrible consolando, solo le dio palmaditas en la espalda.
Lo dejó llorar para que se desahogara sobre todo lo que sentía y al parecer tenía mucho por lo que desahogarse, porque el llanto no cesó hasta un buen tiempo después.
— ¿Mew lo vería de esa manera? — Mild sabía que era casi seguro que fuera de esa manera.
—Sí, es un buen hombre que creció con una familia italiana tradicionalista que valoran mucho la moralidad, así que no creo que te culpe por las acciones de los demás, así como tampoco deberías culparte. —Gulf asintió luciendo confiado pero luego las lágrimas volvieron a surgir ante lo que pensaba.
— ¡Y si lo comprende, no me culpa, pero no quiere seguir casado conmigo! — Mild quiso azotarle la cabeza a su amigo.
¡¿Es que no tenía ojos funcionales?! Mew casi besaba el puto piso por el cual Gulf caminaba, y estaba seguro de que si no lo tenía en algún tipo de altar para verlo a diario, era porque sería demasiado raro.
El hombre estaba más que enamorado de Gulf, quien al parecer era demasiado denso para darse cuenta de las cosas claramente, estaba seguro de que Mew no lo despreciaría ni nada parecido.
Mild podría apostar todo su dinero, incluso su maldita alma, a que la única emoción que tendría Mew sería furia.
El hombre estaría furioso con quien se atrevió a dañar a su doncel y si lograba encontrarlo, podría apostar que correría sangre y debe decir que no sería la de Suppasit.
—Por el amor a todo lo santo ¡Mew te ama! Quien sepa por qué lo hace, pero ese hombre tiene tu nombre grabado en el corazón y estoy seguro de que en su cabeza hay un mini Gulf que deambula por ahí —a pesar de la situación, el doncel solo una risita.
—Además, no creo que tu flamante marido no esté consciente de lo que te sucedió —Gulf observa Mild con una intensidad que este temía pudiera ver todos sus sucios pecados.
— ¿Por qué piensas eso? —Ah, Gulf, en ocasiones se pasaba de crédulo, aunque eso no lo mencionara al susodicho.
—Porque estoy seguro de que te investigo así como tú lo hiciste con él —Gulf abrió en grande los ojos y su expresión se tornó en una mezcla de sorpresa, así como timidez al haber sido descubierto.
— ¿Cómo sabes que yo...? —Mild solo se rió socarrón ante ello.
—Porque al parecer es algo común en ustedes, los súper ricos que desbordan millones de sus cuentas, investigan a cualquiera que ingrese a su círculo para saber que no traerá problemas que no desean afrontar en el futuro —Mild lucia orgulloso ante su conocimiento.
—Tú también desbordas millones de tus cuentas, así que no seas hipócrita —Mild solo le restó importancia con un movimiento de mano.
—Lo que quiero decir es que seguramente él ya sabe lo que te sucedió y aun así sigue detrás de ti como el primer día —el doncel tenía que reconocer que eso era muy probable.
—Si ese fuera el caso, ¿por qué no me ha preguntado acerca de ello? — Mild puso los ojos en blanco ante una pregunta tan estúpida.
—Porque nadie le anda preguntando a los demás sus traumas, generalmente se espera que el afectado quiera compartir su terrible experiencia en señal de confianza y principalmente de que esté listo para compartirlo sin presiones —eso tenía sentido para Gulf.
Así que lo que tenía que hacer era confesarle a Mew lo sucedido y de ahí partir para ver cómo resultaría el intento de relación que podían tener.
Solo tenía que tener valor.
Algo que era fácil de decir.
Pero no fácil de hacer.
Mew sabía que tal vez no actúa como él mismo, pero nadie podía culparlo con lo que estaba viviendo.
Después de que había recibido el paño ensangrentado, había tenido algunos días de tranquilidad; lo que no esperó era que fuera la calma antes de la tormenta.
Iniciaron a llegar paquetes desconocidos y cada uno de ellos era cada vez más tétrico y lo angustiaba más de lo que ya estaba.
El equipo de seguridad había sido duplicado e incluso había tenido que hablar con la policía por si tenían que tomar medidas drásticas. Todos y cada uno de los regalos eran perturbados y dejaba en claro que el secuestrador de Gulf estaba de vuelta.
Había recibido fotografías que habían sido tomadas antes del secuestro de Gulf, porque en algunas salía él junto con su doncel. Luego de ello había recibido prendas que sabía no eran de Gulf, pero que conociera lo que este usaba era tenebroso.
Luego de ello había recibido fotografías de Gulf con Antonello y Mew tuvo un mal sabor de boca por días. El paquete más perturbador fue el último que había recibido.
Tenían fotografías recientes de Gulf en los lugares en los cuales su equipo secreto le había comunicado que su doncel se había ido después de escaparse de su equipo principal.
Se había puesto pálido ante la posibilidad de que su esposo estuviera en esos lugares expuesto a quien estaba detrás de él y por primera vez estuvo agradecido de haber ordenado el equipo secreto de seguridad o, de lo contrario, hubiera tenido que lidiar con otro secuestro.
Otro evento que le preocupaba era cuando el desconocido actuaría, a estas alturas ya se había hecho a la idea de que quien fuera estuviera detrás de Gulf no se quedaría tranquilo si este no estuviera a su lado.
Era claro que el hombre o mujer, que nunca se sabe, se pavoneaba con haber estado cerca de Gulf de una manera en la que nadie más podría estarlo, incluso él. Quería hacerle saber que se lo podía arrebatar en cualquier momento.
Aunque para ello tenía que pasar toda su seguridad y eso al menos le aseguraba a Mew que tendría que pasar muchos problemas para al menos estar ceca de Gulf.
Su equipo también estaba ahora en alerta y antes solo llevaban armas paralizantes, ahora llevaban armas reales que él estaría muy feliz de que dispararan contra quien estuviera haciendo toda esa mierda.
Había recibido todo tipo de mierda aún más perturbadora, como fluidos corporales en un paquete de fotografías de su actual casa desde diferentes ángulos. También había recibido algunos de los libros que había visto en el departamento de Gulf.
Que tuviera acceso a esto era alarmante, pero lo que más le causó asco y una ira terrible eran imágenes de un Gulf privado de su libertad, aunque luego todo se volvió peor porque había recibido el peor paquete tan solo ayer.
Era una simple memoria extraíble que, cuando colocó en una computadora, resultó en una serie de videos que simplemente no podía explicar el cúmulo de emociones que tuvo solo de ver uno.
Eran videos en donde ese hijo de puta violaba a Gulf. Mew podía decir que el tipo o no quería lidiar con la lucha que era claro el doncel presentaría o simplemente no le gustaba.
Como sea que fuera, los videos eran una completa mierda y lo hacía sentir tan mal por no haber protegido a Gulf.
En los videos era más que claro que Gulf estaba bajo los efectos de alguna droga porque sus ojos se veían desenfocados y sus pupilas estaban tan dilatas que se sentía sorprendido de que no tuviera alguna sobredosis.
Cuando el video había iniciado a reproducirse, se sintió paralizado ante lo que veía y no pudo seguir viendo luego de unos tres minutos y en la maldita memoria había cerca de quince videos.
Su estómago se había revuelto y hasta ahora lo seguía haciendo si recordaba lo poco que vio. Había estado tan enojado que había roto muchas cosas para lograr saciar un poco su enojo, pero después vino el arrepentimiento y la culpa.
Se sentía arrepentido por haber tomado tan malas decisiones cuando Gulf no apareció y solo se sintió dolor por ello y, en lugar de ser insistente y buscarlo, solo se concentró en emborracharse para aliviar su dolor.
Y después vino la culpa por mentirle a Gulf.
Su esposo era perspicaz y sabía que había algo sucediendo, por lo cual había intentado sacarle información y él había utilizado el sexo para distraerlo, cosa que había funcionado de maravilla, pero no sería todo el tiempo.
Dominar sus sentimientos para mostrar una faceta normal había sido difícil cuando lo único que quería era tomar a Gulf en sus brazos y pedirle perdón por todo lo que había pasado.
Otra decisión difícil que tomó fue ocultarle todo esto a Gulf. Algunos dirían que era egoísta o que no estaba calificado para tomar esa decisión por su doncel.
Pero, ¿cómo podía hacerlo? ¿Cómo le dices a la persona que amas que fue violada? Pero aún ¿cómo le explicas que está registrado en videos? Era terreno resbaladizo.
Decirle esto a Gulf sería romperle su mundo, dejarlo sumido en dolor y no quería perturbarlo.
Gulf no tenía estabilidad mental para soportar lo que la sabía ahora. Tenía pesadillas y pánico. ¿Cómo decirle que alguien le había hecho tal daño? Era claro que no le diría.
Además, podía decir con seguridad que si era posible ocultarle ese hecho, lo haría. No pediría perdón por ocultar esta información porque sería para no darle un dolor a Gulf.
Lo podían juzgar como deseasen, pero aun así sus labios estarían cerrados y haría cualquier cosa para que la boca de quienes supieran también estuvieran cerradas, él podría cargar con el secreto.
No le importaba pasar el dolor por Gulf, aunque sabía que no lo sentirá igual. Pero de igual manera haría cualquier cosa para que todo eso quedara enterrado.
Llenarle la cabeza a Gulf con eso sería casi destruirlo. Sabía que de la investigación obtuvo resultados inconclusos y, aunque no había hablado con Gulf, podía asegurar que este se había hecho una bola de pensamientos por saber qué había pasado en ese tiempo.
Como cualquier persona, seguramente en el fondo guardaría la esperanza de que nada hubiera sucedido y él no sería quien la destruyera.
Era una suerte que Gulf hubiera estado con Mild desde ayer, porque no quería que la observara tan perturbado, así como tampoco quisiera que se enterara de que había contratado una empresa de seguridad especializada y que instalarían un sistema en su casa en lo que él y Gulf estuvieran fuera del país.
O al menos eso esperaba porque sería un viaje de sorpresa o al menos eso esperaba que Gulf creyera y quizás cuando regresaran del viaje tendría que dar muchas explicaciones, pero sería ya cuando todo el sistema estuviera listo para proteger a su esposo.
Creado: 26/03/2024
Publicado: 25/04/2024
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