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La idea de los guardaespaldas le había parecido la mejor de las ideas, Gulf podría tener una de sus crisis en cualquier momento y lugar lo que lo dejaría vulnerable también considerando que ahora era más conocido gracias a su matrimonio por lo tanto era un activo valioso.

Un secuestro en contra de su doncel era muy factible así que decidió que lo mejor no era arriesgarse, había querido hablarlo con Gulf pero no tuvo tiempo hacerlo así que solo ordenó a su jefe de seguridad que se encargara.

Había salido con prisa por una emergencia de trabajo, y había habido un sismo o terremoto en la corteza oceánica que había afectado a una de sus plataformas petroleras dañando cierta parte de la misma.

Eran riesgos que se contemplaban en los contratos laborales, sin embargo no por ello era menos triste, la parte de la plataforma que había salido dañada estaba prácticamente en ruinas aunque se sabía que habían partes de burbujas de aire en donde podrían haber sobrevivientes.

No creía que de entre los diez trabajadores que no se encontraban entre los que estaban ya a salvo todos hubieran sobrevivido sin embargo tenía esperanza de al menos tener un sobreviviente además debían de recuperar los cuerpos de los fallecidos.

Su plataforma era de las más seguras y ellos habían tomado precauciones extras, sin embargo siempre había un riesgo y por más que no se quería estos tipos de accidentes solían suceder y él como dueño tenía la responsabilidad de dar frente al problema.

Además había escapado petróleo de uno de los pozos por lo cual los esfuerzos también radicaban en limpiar o al menos reducir el impacto ambiental, y afortunadamente tenían una fuerte logística para lograrlo.

Había viajado hasta la plataforma para dar consuelo a los empleados por la pérdida de sus compañeros y también para coordinar los esfuerzos de rescate así como también los de limpieza.

Había estado tan ocupado entre llamadas de su familia, prensa, empleados que pedían aprobación de cómo proceder, así que solamente le había enviado un mensaje a Gulf para comunicarle que tendría que salir por trabajo y también le había enviado un breve informe sobre la plataforma.

No sabía si a Gulf le interesaría pero debía de estar al tanto si querían mantener la falsa relación de su matrimonio que rogaba en cada oportunidad que fuera real. Iba a ser difícil cumplirlo, sin embargo estaba intentando con todas sus fuerzas lograrlo.

Alzando la mirada de su teléfono observó alrededor cómo solo había agua y más agua, estaban volando sobre el mar de regreso a casa. Luego de un mes de haber estado fuera en medio del mar dando consuelo y tratando de manejar todo, por fin regresaba a casa.

Había decidido tomar una pequeña siesta, tenía tanto tiempo de no dormir. Cerró los ojos y dejó que su mente se apagara lentamente porque había estado con tanto estrés y trabajo que las ojeras bajo sus ojos lo delataban.

Sintió como alguien tocaba su hombro y con pereza así como con nada de ánimos empezó a abrir los ojos. Cuando por fin estaba despierto notó que estaba en el puerto privado en donde para su desconcierto había unos periodistas.

Si lo analizaba no era algo inusual, se había ido el tiempo suficiente para dejar a su recién esposo solo y él estaba en el mar. Seguramente el escándalo de medios sería espantoso, al menos había estado en Gulf para dar un poco de calma, con solo pensar en ello una pequeña sonrisa se le escapó estando consiente de que Gulf probablemente durante su ausencia era una cosita llena de ira y violencia.

Sabía que frunciría el ceño de esa manera tan adorable, bueno adorable si no era dirigida hacia él, pero al menos se había salvado de ello.

Cuando bajó del helicóptero inicio una suave marcha fijando su vista solo en sus pies, no quiera ser fotografiado con sus terribles ojeras y que después estuviera en los tabloides diciendo cosas que estaban fuera de lugar.

No había estado consiente de su entorno hasta que sintió como algo se estampó en su cuerpo y tuvo que dar algunos pasos hacia atrás, su cuerpo se tensó y su mente se inundó de pánico porque si era fotografiado con otro doncel o mujer que no fuera Gulf este lo mataría, tendría sus bolas en un tenedor para la cena y él las quería en donde las tenía.

Cuando intentó retirar el cuerpo que seguramente le causaría problemas con su lindo endemoniado, sin embargo cuando levantó su vista pudo observar que era Gulf y casi gimió ante su vista.

El doncel parecía como un joven viudo lleno de tristeza con esas ropas blancas sin mencionar como incuso sus labios se veían tan pálidos así como su piel, se veía deplorable sin embargo lo conocía, demasiado.

Ni siquiera pudo decir algo porque sintió los labios del doncel en los propios y bueno la comida no se le negaba a un hambriento, claro que el hambriento era él y Gulf la comida.

Tomó la cintura del doncel apegándolo más a su cuerpo y luego convirtió el beso en algo más feroz. Todos observaron como los recién encontrados se comían la boca como si fuera la última gota de agua en el desierto.

Mew estaba bastante satisfecho con el recibimiento y quizás se había pasado un poco cuando había bajado su mano y había apretado ese jugoso trasero que venía incluido en su hasta que la muerte nos separe.

—Eres un degenerado—le susurró el doncel sobre los labios forzando la sonrisa que tenía y que seguramente todos estaban retratando.

—Si te vas a enojar entonces lo disfrutarás un poco más —la protesta del doncel quedó muda ante los labios de Mew que volvía a devorarlo.

Besar a Gulf era casi un sueño más cuando había pasado tanto tiempo sin verlo, la presión que ejerció sobre esa apetitosa boca así como la batalla de lenguas fue tan sensual que tuvo que parar o de lo contrario haría más estando en público.

—Vamos a casa cielo —la sonrisa casi sádica del doncel no le gustaba en lo más mínimo a Mew, sin embargo no podía hacer nada.

Dentro del auto Mew solo recostó la cabeza en los asientos cerrando los ojos, sin embargo a los segundos sintió cómo unas manos guiaron su cabeza hasta el hombro del doncel. Abriendo levemente los ojos noto como Gulf tenía una de sus manos lo sostenía y le daba leves caricias y con la otra le acariciaba el cabello.

— ¿En verdad regreso o estoy en el paraíso por haberme hundido en el mar debido a que mi helicóptero estallo? — Gulf rodo los ojos ante la pregunta.

—Solo cállate y disfruta —"Si, aún estoy vivo" fue lo único que pensó Mew dejándose acariciar y mimar por Gulf.

Fue casi el paraíso y la verdad le gustaba en verdad, no había pensado haber tenido a Gulf de esa manera aunque aceptaría lo que le diera, era casi como un mendigo esperando que le dieran migajas.

Eso sí, un mendigo muy feliz en esos instantes. Dejó que todo el cansancio de nuevo se apoderara de él y se durmió sobre el hombro del doncel.

Gulf sintió la suave respiración de Mew en su cuello; se había dormido tan rápido que era obvio que estaba agotado. Soltando un suspiro observó al hombre que dormía en su hombro; ahora que lo veía más de cerca notaba las ojeras bajo sus ojos así como su tez pálida y bastante dorada.

Creía que por el sol, la sal y en general estar en medio del mar, había estado pendiente de ello y sabía que el hombre había estado más que pendiente de todo lo relacionado con el accidente así como también se había pasado muchas horas al día fuera bajo el sol para quien sabe qué.

Bueno al inicio no lo había creído demasiado, sin embargo ahora viendo el estado de Suppasit entendía que había sido la verdad. El que se había quedado en tierra había tenido que liderar con toda la prensa.

Al inicio no había nada, sin embargo cuando habló con el que parecía ser el jefe de su grupo de guardaespaldas, este se había encargado de mantenerlo informado así como de conseguirle el informe de lo que había sucedido.

Había sido meramente un accidente provocado por un sismo y aunque había muertes involucradas era una fortuna que no hubieran muerto más. La prensa se lo había pasado a lo grande hundiendo a Mew y a todo su negocio, y las críticas y opiniones públicas eran terribles por lo cual él tuvo que intervenir.

Mover influencias y revertir la opinión pública fue difícil pero no imposible, tuvo días horribles en donde hizo corajes que si alguien los hubiera presenciado lo hubiera enviado directamente al psiquiatra.

Y a pesar de todo ello había estado al menos feliz de que la reputación de Mew y los negocios también estuvieran bien, y durante ese tiempo aprendió lo que Mew le había dicho acerca de los negocios familiares.

Fue como una cadena de domino en donde se destapaba algo que luego perjudicaba otra cosa y eso a otra y así en modo cadena hasta que todo se iba a la mierda...

Había tenido que intervenir y aunque tuviera esa morbosa idea de dejar que todo se fuera al demonio para afectar al hermano mayor de Mew al cual le tenía cierto odio, al final no pudo hacerlo, si quería fastidiar a Dom pero no a costa de Mew o de algún otro familiar.

No fue fácil solucionar la mierdilla en medio de todo se ganó un ridículo apodo sin embargo no quería saber cuál era también estaba consiente que en medio de negociaciones y sutiles amenazas había extrañado a Mew.

De alguna forma no tenerlo cerca había resultado raro, se había acostumbrado a que siempre se encontraran rondándose entre sí y cuando tuvo que pasar tanto tiempo sólo entendió lo que era extrañar a alguien.

Y ahora viéndolo dormir tan apacible y profundo tuvo esa sensación de nerviosismos por comunicarle lo que le esperaba al al llegar a la casa.

Sus abuelos se habían enterado del escándalo mediático y la verdad se asombró de que no se hubieran hecho presenciar antes, se habían ofrecido a ayudar y sabía que era una prueba para saber qué tan bien informado estaba acerca de la situación.

Había sido afortunado que ya hubiera iniciado con la sutil cadena de influencias así como amenazas por lo cual se pudo dar el lujo de rechazar su ayuda, estaba más que consiente de que ellos querían saber que tan bien iba su matrimonio.

Ellos no habían obtenido la bendición de los patriarcas Kanawut por lo cual en su familia sería normal hurgar en su matrimonio. Los matrimonios en su familia se tomaban muy en serio, demasiado en su opinión.

Ahora tenía que convencerlos de que lo que tenía con Mew era amor y no lo hacía solo por mantener su posición dentro de la familia o por alguna herencia, aunque pusiera esa excusa. En verdad le importaba lo que sus abuelos pensaran de él.

Ellos habían sido aquellos que estuvieron para él, cuando tenía pasadías siempre los llamaba porque eran los únicos que le decían que estaba bien tenerlas no como sus padres que solo le decían que creciera o lo mandaban a su cuarto nuevamente...

Sus abuelos fueron la única verdadera fuente de cariño que tuvo durante toda su vida por lo cual que estuvieran consientes que una de sus más respetadas tradiciones como lo era el matrimonio para él solo había sido un juego le mortificaba.

Ellos tenían la idea de que casarse sólo era una vez en la vida y sólo dejabas a tu pareja si esta estaba muerta. Eran inculcados con la mentalidad de que debían de mantener la fidelidad así como también luchar por la persona que amaban.

Eran intensos, lo sabía, sin embargo ahora él tenía que mostrar que su matrimonio con Mew era por amor y no porque pensándolo bien aún no tenía idea de cómo había terminado casado con Suppasit pero lo que aportaba era que esas razones debían quedarse entre ellos dos.

Con pesar notó como la propiedad de Mew se alzaba frente a ellos, casi quiso gemir porque dentro de la casa lo esperaban sus verdugos, y en el tiempo que Mew había estado en el mar tuvo la oportunidad de familiarizarse con la propiedad.

Era enorme, incluso podría decir que más que la de sus abuelos. Tenían la casa principal con demasiados dormitorios para usar, biblioteca, dos despachos, sala de estudio, cine, sala de danza, sala de música, y una adición a la casa principal de salón de baile para fiesta, ridículo a su parecer aunque según Suppasit había sido indispensable.

El comedor era gigante, la sala era espaciosa, también tenían una construcción para la residencia de los empleados y tenían una enorme cochera, dentro de la propiedad tenían un hermoso jardín en donde habían juegos para niños, seguramente la casa había sido pensada para una familia o al menos para recibirlos.

Tenía dos piscinas, una interior pequeña y privada, y la segunda era enorme con algunas sombras preciosas. Era la casa perfecta para una familia con millones en sus cuentas porque solo el mantenimiento debía de costar varios cientos de miles al año.

Y ahora en uno de sus dormitorios de invitados sus abuelos estaban instalados desde hace una semana y ahora que Mew volvía tenían que fingir ser el matrimonio perfecto que incluso debían de dar caries de lo dulces que eran.

Cuando llegaron bajaron a Mew tropezando con sus pies por estar medio dormida y Gulf supo reconocer una oportunidad de oro cuando la tenía al frente.

Cuando sus abuelos lo habían visto con Suppasit casi babeando a quienes lo ayudaban estos dijeron que era mejor dejarlo descansar, era una solución temporal, sin embargo era mejor que someterse a un interrogatorio sin ponerse de acuerdo con el cómplice.

Estando ya en la habitación de Mew que se convirtió en la habitación de ambos, porque cuando sus abuelos llamaron comunicando que no lo quieran ver solo y que se irían con él unos días había prácticamente corrido como loco para cambiarse de habitación y decirle a los empleados que se pegaran la boca antes de compartir información de que dormían separados, lo demás podían divulgarlo pero ese detalle en específico no.

Ahora estando solo en la habitación en donde Mew suspiraba de felicidad al tener una cómoda y confortable cama pensó que lo mejor sería quedarse dentro como si hubiera estado a pan y agua por estar con Mew.

—Esta mierda no me gusta.

Las cosas lo sobrepasaban y estaba consiente de ellos, sin embargo estaba preparado para liderar con toda la mierda que le dieran.

—En verdad no me gusta—comento a la nada solo observando su computadora.

Tenía información de que de ser verdad dentro de los Kanawut se iniciarían los problemas y probablemente algunos terminarían en la cárcel, aunque esta posibilidad quería que fuera la última opción, sin embargo de no serlo no dudaría en enviar a más prisioneros para que se alimentaran de los impuestos.

Cambió la pestaña en su computadora e inició a observar algunas cosas que las estaba tomando de inspiración, tenía un pedido de joyas personalizadas sobre el antiguo Egipto para una mujer muy poderosa del mismo país.

Las joyas debían retratar la belleza y opulencia de ese periodo aunque tenían que ser lo suficientemente modernas para ser llevadas. Eran dos conjuntos detallados y diferentes; era un reto que adoraba tener.

Tenía que ir a su estudio o al menos mudarse a casa porque si seguía trabajando solo con la computadora se iba a quedar ciego por intentar apreciar el mínimo detalle en lo que tomaba inspiración.

Dios cuánto hubiera querido haber estado con la mentalidad de ser un doncel rico y mantenido, sin embargo él quería ser independiente y ahora tenía un sin número de responsabilidades para seguir de independiente.

Cuando había recurrido a sus abuelos con un sólido plan de negocios en su ilusión creía que su negocio se quedaría como joyería artesanal pero no se le metió la espinita de la codicia y decidió ingresar a nuevas áreas, nuevos mercados, lo cual solo lo llevó a tener más trabajo.

Kana era el nombre que tenía su empresa y que le daba a las joyas, joyas que eran exquisitas y prácticamente solo accesibles para quienes pudieran pagarlo. Tenía líneas de joyería exclusivas rindiendo honor a determinadas culturas.

Siempre había tenido creatividad y talento en el dibujo así que diseñar joyas no fue un problema, tampoco conseguir las mejores materias primas, tener conexiones si ayudaba.

Quizás mañana sacaría a Mew con esa excusa para prepararlo para el interrogatorio que le esperaba.








Creado: 07/01/2024

Publicado: 25/03/2024

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