🌌💐LXXIX💐🌌

Rumbos distintos.
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(Día 3).

Revelaciones, el día que lo marco todo.:

¿Como haría Egipto para sacar este fatídico día de su mente en el cuál todo comenzó?.

Apenas el escenario se prepara...

Era el crepúsculo nocturno de un 23 de marzo, todos los presentes en ese entonces disfrutaban alegres de la musica y la comida, todos a excepción de Irak y Egipto, ambos estaban perdidos en sus pensamientos y sentimientos, emociones tan hermosas como aterradoras y devastadoras.

Del otro lado, en aquel trono que cedieron a la Liga estaban dos damas, Libia y Siria, sus miradas mostraban más de lo que sentían realmente, solo pocos o casi ninguno podía darse cuenta del arrepentimiento que cargaba siria y muchos notaban la felicidad desbordante que transmitía la libia, todo estaba preparado. Quien imaginaria que aquel día todo, absolutamente todo se sabría...

Antes de que la luna se posicionaría en la cúspide del cielo oscuro y estrellado muchos ofrecieron sus regalos, cada uno más caro que el otro, el dinero no era problema en absoluto para el saudí y el emir.

eyd mawlid saeid! (Feliz cumpleaños!).—expreso con solemne decoro mientras daba un ligero beso en el dorso de la mano ajena.

La Liga lo miro contento, con una sonrisa en el rostro mientras hacia una efímera y corta reverencia con su cabeza antes de mencionar algunas palabras.:

—aqdr hadaytak , 'atamanaa 'an tuejibk haditi. (Agradezco tu presente, espero te agrade el mío). —manifesto con tranquilidad, sembrando la intriga en la mente egipcia.

Egipto sonrió con ligereza mientras de marchaba, aquellas palabras sonaban raras, no sabia a que hacia referencia dichas palabras que ahora le provocaban una severa curiosidad. Si solo se hubiese abstenido a aclarar las cosas en privado tal vez ahora no estaría tan devastado.

La musica decora el ambiente y es en el mismo que la conversación nace, cada uno disfrutando de la compañía de sus semejantes, murmurando algunas  cosas con respecto a cierto israelí que amenazaba la existencia de uno de los suyos. El temor los invade, el temor de que alguien salido de la nada misma logre convertirse en alguien poderoso, en alguien sobresaliente de la región. Alguien que posiblemente podría convertirse en una amenaza.

Por su parte Egipto indagaba en los recónditos lados de su conciencia, buscando algo que le de referencia a lo que La Liga había mencionado.

El vino que ingresa por su boca le deja un sabor amargo, aun cuando el mismo es dulce para su paladar tiene la contextura agria y amarga, un aroma decepcionante, una sensación denigrante...lo sentía...y aun así aquel peligro que se le había manifestado había hecho de las suyas para realizarse como tal, apenas una flama de lo que estaba a punto de llegar a su perfecta vida.

La Liga, quien había permanecido sentado en su trono y que después de haber hablado en voz baja con las damas que lo habían acompañado hacia sonar con delicadeza el cuerpo de la copa con una cuchara pequeña de un postre que con anterioridad había degustado. Estaba a punto de dar a conocer algo importante.

Sentía una sensación extraña recorrer su cuerpo con inquietante lentitud, como si disfrutará dejarlo nervioso, su mirada se depósito en el gesto del iraquí que estaba a una distancia menor a la de 50cm, fue ahí que sintió que lo que estaba por venir no seria nada agradable.

El iraquí tenia una mirada que transmitía desilusión, un sensacional brillo cubría sus ojos, su mirada transmitía tristeza algo que su rostro carente de emoción alguna podía llegar a transmitir.

—Amados hijos!.—exclamo mientras tomaba de las manos a la siria y libia.—Hoy tengo un gran anuncio que anunciar!—

Todos murmuraban mientras observaban a aquellas que estaban con la Liga.

—Hoy es un día muy especial por que han surgido nuevas alianzas!.—exclamo emocionado.—Irán y Siria se han comprometido al matrimonio!.

Todos estaban impresionados por la noticia, jamas lo habían visto venir. Irán sobresalia entre todos, todos aquellos que lo rodeaban se hacían a un lado dándole paso al persa, aquel que se mostraba triunfante y alegre. Irak quien espectaba con tristeza y decepción se marchaba haciéndose paso entre la multitud, todos lo observaban derramar algunas lágrimas de debilidad que a muchos no les llego a importar, pensaban que la cercanía entre él y la siria había sido por una fuerte amistad  y que estaba muy conmovido por el matrimonio de la misma cuando era todo lo contrario.

Todos aplaudían con fervor, felicitando al futuro matrimonio, cada uno daba sus buenos deseos a la siria y al iraní.

Egipto!.—llamó autoritario.— ven a mi lado por favor.—

Todos se apartaban para darle paso, claramente su confusión se notaba ¿por que lo había llamado?¿que querría decirle?¿habia hecho algo malo?.

—Disculpe mi ignorancia pero ¿por que me ha llamado?.—cuestionó nervioso mientras observaba el rostro alegre de la Liga.

Sintió como La Liga tomaba su mano y la estrechaba con la de la libia, ella se veía rebosante de felicidad, había un brillo extraño en su rostro, uno que le inquietaba e intimidaba de cierta manera.

—Conoced a la otra futura pareja!.—exclamó con alegría del mismo modo que lo había hecho con Siria e Irán.

El se quedo atónito, confundido y enfadado.

—Que dices?!.—safo su mano con notorio enojo observando a los invitados asombrados por su osadía.

La Liga estaba perpleja ante semejante actuación que realizaba el egipcio que prefirió quedarse en silencio para saber hasta donde llegaría su insolencia.

—Yo no puedo aceptar esta alianza, no puedo y no lo deseo!.—mencionó enfadado a medida que se alejaba de la liga e intentaba marcharse.

—A donde crees que vas?!.—La liga lo retuvo, su mirada transmitía enfado y decepción. Era una mirada inquietante e intimidante.

Siria e Irán estaban perplejos, atentos a lo que sucedía observando el como el egipcio se había atrevido a rechazar a la libia, aquella dama dejaba caer algunas lágrimas de sus ojos, unas que se deslizaban con lentitud sobre sus mejillas, su llanto era silencioso pero el reflejo del mismo mostraba que gritaba euforicamente que aquella humillación terminase.

La liga lo sostenía de la muñeca del mismo modo que sostenía a la libia solo con la diferencia que a él lo hacia con fuerza, sentía como aquellos dedos evitaban que la sangre circule con normalidad y provocaban una severa parálisis en sus dedos.

Explicanos el porque desafías mis designios, el porque rechazas a quien elegí para ti como esposa ¡explicanos!.—la mirada de aquel ser transmitía furia. Era como mirar al mismo demonio a los ojos.

Fue ahí en que se debatía entre la verdad y la supuesta verdad, no podría ser capaz de mentir, no podría...pero tampoco quería decir a todo el mundo árabe que estaba casado con Israel, como podría exhibirlo de aquella manera, como siquiera podría poner en peligro su relación, su matrimonio. Estaba atrapado entre la espada y la pared, no había escapatoria, la Liga lo examinaba con la mirada y tarde p temprano le haría decir la verdad, aquella que guardo como un hermoso secreto.

—Yo...yo...—tartamudeaba y la Liga se impacientaba, ya no podría soportarlo y lamentaría haber sido demasiado débil.

—Tu que!!.—

—Ya estoy casado!!.—

Todos se quedaron en silencio, absolutamente todos.

—Por quien osas rechazar la mano de Libia ¡responde!.—reclamó respuestas observando como el egipcio bajaba la mirada e intentaba marcharse.—¡responde!.

Su voz resonaba en el gran salón, todos estaban intimidados por aquella faceta de la Liga, más de uno se había escapado del lugar, de cualquier modo la fiesta había acabado desde que el incidente había comenzado y solo los curiosos se habían quedado para ver en que terminaba y otros se excusaban en que se quedaban para evitar en confrontaciones.

—No es de tu incumbencia Liga ¡no te incumbe!.—vociferó confrontándolo.

La Liga lo abofeteó, aquella bofetada resonó en la mente de todos los presentes que simplemente observaban, incluso la libia sintió lastima por él, aquella dama que lo amaba se interponía en frente de la Liga para evitar que lanzara otra bofetada. Egipto lo miraba con ira y enojo, su rostro lo demostraba, arrogante y desafiante volvía a enderezarse.

—No tengo miedo de decirlo, sabes...creo que ya es momento de que toodos lo sepan.—manifesto sin miedo mientras señalaba a cada uno de los presentes.—Estoy casado con Israel, lo entiendes mundo? Yo amo a Israel...lo adoró y ni tú ni nadie podrán cambiar aquello.

La Liga estaba asqueada por aquellas palabras, todos los presentes estaban decepcionados del egipcio, criticando sus palabras y la forma en que se había ido en contra de La Liga por Israel. Ya no era un secreto, aquellos que no debían saberlo lo sabían y ahora solo era atenerse a las consecuencias.

Libia se aparto, pretendiendo creer que lo que había escuchado era una mentira, ella salia del escenario mientras que La Liga lanzaba un fuerte bofetada que logro hacer caer al egipcio al suelo, todos lo miraron Asqueados más de uno con repugnancia.

Aquel dia no acabaría de aquella forma.

Con el rostro adolorido por las bofetadas se dirigía a la salida, todo estaba en completo silencio y creía estar en su completa soledad hasta que la vio, ahí, frente a la gran fuente se hallaba la Libia quien sollozaba sobre sus rodillas.

Sus pasos eran lentos a medida que se sentía culpable por su dolor, deposito suavemente su mano sobre el hombro ajeno a medida que tomaba asiento a su lado.

—Lamento mucho haberte hecho pasar por esto, es solo que.....olvidalo...—se sentía apenado, suspiro con pesadez mientras descansaba su mirada en el techo.

Libia dejo de sollozar y lo miro fijamente, una mirada inquietante.

—sabes...creo...—fue callado por los suaves labios de la libia, sentía el sabor de los mismos, amargos y salinos.

Emociones tan hermosamente devastadoras despertaban en él, no era capaz de separarla de el que sucumbido a la lujuria continuo con el mismo, cerrando sus ojos compartía un beso lascivo con quien había humillado con su rechazo, su mente juega un gran papel traicionándolo.

Fue ahí que todo comenzó...









Aquel beso que compartía con Libia seria su perdición....











Ya estaba inmortalizado en una fotografía, que error más grande cometía y aun así no estaba del todo arrepentido.




Fin  del mes de marzo.

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