🌌💐LXV💐🌌

Salida en Parejas
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Sus miradas de asombro no faltaron en el recorrido por Arcadia. El aroma de las rosas impregnaban las calles y los embriagaban con sus dulces presencias .

Egipto tomo indiscriminadamente una rosa de un puesto de flores, una rosa bicolor, tenia los pétalos severamente blancos y las puntas pálidas y rosáceas cuyo aroma era el mas dulce de todos, acarició con la misma el rostro ajeno sacando una que otra risilla nerviosa y risueña de los labios de Israel. Mientras tanto aquel momento meloso era severamente cuestionado por la pareja que los acompañaba, Grecia hizo lo mismo pero no le fue tan bien, en conclusión termino viendo el ceño fruncido del turco mientras destruía aquella flor con odio y lo lanzaba a su rostro.

—Vamos mejor a la atracción del muelle ¿que les parece?.—sugirió el griego obviando aquella deprimente situación que vivió hace menos de tres minutos.

—Nos parece una buena idea!.—respondieron al unísono el matrimonio.

El sol caía con solemnidad sobre el horizonte proyectando un hermoso crepúsculo sobre el cielo y las tranquilas aguas del mar. Los juegos mecánicos llamaron la atención de las parejas que elegían a la cual subir primero y después de un breve desacuerdo arreglado con un piedra, papel o tijera subieron a la rueda de la fortuna que el matrimonio había escogido.

Abrazados observaron el horizonte mientras compartían un cono de  algodón de azúcar, Egipto ponía pequeños pedazos en la boca de Israel y el mismo hacia lo mismo con él, las risas no faltaron durante aquellas dos vueltas mientras que Grecia intentaba robarle un poco de algodón de azúcar a Turquía sin tener éxito alguno.

La felicidad de ambos esposos era la infelicidad de una pareja que aparentaba ser algo que no eran...

Una pareja.

El siguiente juego fue los barcos vikingos donde gritaron emocionados a medida que subían y bajaban, la felicidad abarcaba a ambas parejas, por una vez en todo el día Turquía abrazaba a Grecia provocando un sonrojo y una sonrisa enamorada en el rostro del griego.


Concentrate...y....¡dale!.—alentaba el hebreo a Egipto quien apuntaba con un rifle de juguete a un pato de lamina de acero.

—¡Si!.—Gritó emocionado el egipcio mientras obtenía un oso de felpa blanco para su pareja.

Había tenido una buena racha de suerte para darle el tiro a aquella lamina que se movía con rapidez. Para Turquía era demasiado cursi pero no podía negar que envidiaba aquello, tal vez podía darle una oportunidad, aunque sea solo esta vez al griego de acercarsele un poco, al fin de cuentas tenían algo en común que los unía a ambos en una tremenda responsabilidad que permanecía oculto en las tierras turcas.


—Fue la noche más emocionante de toda mi vida!.—comentó exaltado el hebreo aferrándose al brazo de Egipto.

—Opinó lo mismo.—mencionó del mismo modo el egipcio sosteniendo el premio que gano para el hebreo.

—Fue el mejor día de San Valentin ¿no lo crees Turquía?.—opinó el griego buscando una respuesta en la mirada del turco.

—Lo que tu digas Tatlım.—escupió la ultima palabra con dolor, era extraño llamarlo de aquel modo pero debía aparentarlo para no levantar sospechas.

Sus pasos eran guiados por las tenues iluminaciones de las callejas, todo parecía ser paisaje de ensueño entre las casas de los barrios que llegaban a ser de color blanco, nadie imaginaria que vivieran adeudados hasta el cuello y era porque Grecia sabia muy bien como disuadir a los demás de su verdadera situación económica. Egipto abrazaba a Israel quien se acurrucaba a su lado mientras que Turquía y Grecia se evitaban a toda costa, parecía que el turco evitaba a toda costa dirigirle la mirada al griego que lo busca con el rabillo del ojo de vez en cuando.


—Gracias por habernos invitado Grecia!.—agradecio Egipto abrazando al mencionado fuertemente y dando ligeras palmadas sobre el cuerpo ajeno.

—No tienes porque Egipto, me agrado pasar este día con ustedes como buenas parejas amigas que somos!.—argumentó el griego estrechando sus manos con las de Israel y las de Egipto.

—Yo también opino lo mismo.—comentó Turquía mientras mantenía un abrazo con Israel al cual pretendía no soltarlo.

La repentina vibración en sus pantalones lo saco de aquel momento y al momento en tomar el teléfono empezó a palidecer un poco al escuchar la voz de quien se trataba.


Se que estas con ellos, no puedes negarmelo Turquía. —comentó con severa distorsión en su voz.

Simplemente mantuvo el teléfono cerca suyo intentando disimular su miedo e incomodidad frente a la mirada de quienes los acompañaban.


Shhhh, cuidado con tus acciones que "نهال" puede desaparecer como lo hacen las arenas con las pisadas de un triste caminante.—amenazó mientras soltaba un suspiro cansado.

—Te pasa algo Turquía?.—cuestionó Egipto observando las rarezas de sus gestos combinados con su extraña palidez.

—Na_nada, debo irme...buenas noches.—sin más se despidió dejando a todos confundidos.

—Bueno, buenas noches a ambos y hasta otra ocasión. —Se despidió el griego con prisa mientras seguía del mismo al turco.

Ambos esposos con severa confusión de lo sucedido hace poco con aquella repentina llamada se adentraron a su morada a descansar juntos como siempre, como la primera vez,  olvidando todo lo que los rodeaba apara descansar en los brazos del otro y disfrutando del calor que sus cuerpos desprendían al estar juntos.

Eran como dos hermosas estrellas apunto de colisionar por su fuerte atracción.

Crear un caos del cual no habría salvación.

Qué quieres!?.—espetó en un murmuró con enojo a quien lo había "escogido".

Calmate...mañana en el mismo lugar te estaré esperando cuando el sol se haya puesto en el horizonte y figure en el cielo la primera estrella de la noche, no seas impuntual.—colgó.

Turquía se llevo las manos sobre la cabeza en señal de frustración exhalando un montón de aire como si estuviera cansado por algo o de algo.


—Porque ¡A MI!.—refunfuño con enfado a medida que alejaba las manos de su cabeza y se las pasaba por su rostro en señal de frustración.

Grecia simplemente se quedo en silencio marchándose del lugar a ocultarse para posteriormente seguirlo.






El caos se gesta siendo su intermediario una víctima del miedo.




°Entidad°

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