🌌💐LVII💐🌌
Conozcamos el Mundo mi Amor.
◆ ▬▬▬▬▬▬▬ ❴✪❵ ▬▬▬▬▬▬▬ ◆
[ⅡⅠ]
●IRLANDA●
Mes de Septiembre llegaba con esplendor en las hermosa isla esmeralda. Un otoño sin igual, uno magnífico a decir verdad, sacado de un libro de escenarios fantásticos podría ser la palabra correcta para definir a los campos que decoran con esplendor y le dan una belleza sin igual a la bella Irlanda.
La joven mujer fue muy amable al recibirlos en sus tierras, se mencionaba que ella siempre por su hospitalidad iba a los aeropuertos a dar la bienvenida a aquellos que la fueran a visitar y que quisieran conocer los rincones mas asombrosos de su tierra llena de mitología y cultura tradicional.
Hospedados en una hermosa casa de campo cerca del corazón de Irlanda, es decir en Dublin, se hallaban descansando bajo el tenue calor que desprenden las brasas de la chimenea, abrazados y usando suéteres de colores cálidos; Egipto usando un suéter color bermellón con un pantalón de mezclilla azul y unas zapatillas de color marrón mientras que Israel usaba un suéter naranja con un pantalón negro tradicional de tela con sus zapatos de suela dura. Algo que no cambiaba en aquella pareja era la forma tan minuciosa que tenia de vestirse Israel, siempre manteniendo la formalidad ante todo manifiesta en su indumentaria.
En una de las tantas noches ya transcurridas habían escuchado la musica tradicional del lugar, sublime a decir verdad pero les llegaba la ocasión que los llevo hasta ahí, conocer aquello que no conocían manteniendo siempre al margen lo que se considera "deber", dejar de lado sus funciones como representación de un estado para vivir como los seres que eran. Vivir por ellos mismos.
—Cuando crees que podamos iniciar nuestra travesía?.—preguntó el hebreo al egipcio, acurrucandose más al cuerpo de su esposo buscando más calor.
—Era lo mismo que quería preguntarte a ti mi amor....—respondió emitiendo una risa que nunca salio de sus labios.
—mmm...—se aparto y tomo una posición erguida en el mismo lugar, puso su dedo índice debajo de su mentón en señal de estar pensando.—ya se!.—chasqueo sus dedos teniendo clara su idea.
—A donde vas alhabiba?.—cuestionó manteniendo su mirada fija en su pareja.
Israel se encaminaba a las escaleras para tomar su teléfono mientras tanto había dejado al egipcio con la curiosidad a flor de piel de su siguiente acción.
—A quien llamas?.—volvio a cuestionar, teniendo más intriga de la que ya tenía.
Simplemente Israel sonrió poniendo el dedo indicie sobre sus labios dando a entender que quería silencio, parecía un niño haciendo una llamada de broma a alguien más, podía escuchar el tono entrante de la llamada que realizaba pero sin saber a quien lo hacía.
Las siguientes palabras que salieron de la boca del hebreo lo dejaron sorprendido:.
—Dia duit Éire, conas atá tú?.—habló apenas, saludando a la irlandesa quien daba ligeras risas correspondiendo su saludo.
—tranquilo, tu irlandés es tan fluido y es sorprendente pero podemos charlar en español si te parece correcto.—sugirió la irlandesa del otro lado de la llamada.
—¡oh gracias!.—emitió una ligera risa que también copió la irlandesa. —te parece si iniciamos un tours mañana por la mañana por tus tierras ¿que me dices?.—sugirió.
Egipto simplemente se quedo en silencio, escuchando atentamente la conversación que su pareja realizaba justo en frente suyo.
—Me parece foirfe Israel!. Te esperare al llegar el alba en la puerta de tu cabaña, se puntual.—mencionó con un tono de voz burlesco en la última palabra y prosiguió. —Slán Iosrael agus oíche mhaith duit féin agus do do pháirtí!.—se despidió.
—masa' alkhayr 'ayrlanda , 'atatlae 'iilaa dhlk!.—correspondio el adiós de la irlandesa y colgó.
—Y?.—preguntó ansioso el egipcio siendo su cuerpo abordado por la presencia de su pareja.
Israel se abalanzo a Egipto con notoria alegría en su rostro, una sonrisa tan grande se dibujaba en su rostro mostrando felicidad que incluso parecía que sus mejillas se habían trabado en aquella mueca.
—Mañana iniciaremos nuestro viaje ahavah!!.—exclamó emocionado abrazando con euforia el cuerpo de su pareja.
—Que alegria kharufati alsaghira!.—mencionó de la misma forma, con notoria euforia en sus palabras, abrazo del mismo modo que lo hacia su pareja.
Ambos enredados entre sus abrazos, sus cuerpos se fundían con aquella simple acción llena de amor, sus besos se fundían en la piel de las mejillas ajenas entre pequeñas risas y suspiros que demostraban la complacencia de la compañía de sus almas.
Dormirían acurrucados el uno con el otro, sintiendo el calor de sus cuerpos nuevamente, sintiéndose uno nuevamente después de aquella noche grabada en sus memorias siendo la misma la más espectacular y mágica de todas.
El alba llega con notoria alegría, los leves destellos del sol tocan el rostro tricolor de Egipto despertándolo de su letargo, su mirada se fija en la tranquilidad plasmada en el rostro bicolor de su pareja, un pequeño beso en sus suaves labios logran despertar al "bello durmiente" después del sonido de la puerta siendo tocada desde afuera por una persona.
Ambos se visten para estar lo más presentables posible, y al ver la hora en el reloj de madera de la sala solo puede tratarse de una persona en particular, su bella anfitriona Irlanda.
—cinn chodlata maidin mhaith!.—saludo dando algunos besos en las mejillas del hebreo y el egipcio.
Ambos de miraron mutuamente, apenas sabían el idioma que por sus caras de confusión intentando ser disimuladas por unas de alegría hacen de nuevo saludar a la irlandesa pero en un idioma que ambos comprendan.
—Perdonen muchachos.—dijo apenada y prosiguió. —Buenos días dormilones, ¿están listos?.—preguntó.
—Buenos días Irlanda, pasa!.—dijeron al unisono haciéndose a un lado de la puerta para dejarla entrar.
—Están preparados?.—preguntó nuevamente reposando sobre el cómodo sofá de la sala.
—Danos 5 minutos y estaremos listos.—sugirieron nuevamente al unísono.
—Esta bien, tomense su tiempo.—dijo burlesca emitiendo unas cuantas risas debido a la forma en que ambos le habían hablado este día.
Ambos corrieron y alistaron una pequeña mochila de incursión para el viaje, estaban nerviosos por lo nuevo que llegarían a conocer hoy de un lugar maravilloso cuya representación era la mujer mas hospitalaria y amable que habían conocido juntos. Irlanda era tan hermosa, tenia unos grandes ojos donde el iris de los mismos eran de color esmeralda, una murada penetrante y cautivadora, el cabello rizado al igual que el de Israel solo que los tenia de color naranja con algunos toques escasos de verde, unos labios pequeños y carnosos y sin lugar a dudas el aspecto que tomaba su rostro era tierno debido a pequeñas pecas en las mejillas y un cuerpo bastante cuidado. Sin duda alguna una bella mujer.
Ambos listos y nerviosos seguían a la irlandesa al pequeño auto que ella había alquilado para iniciar el tours, sus nervioso afloraban de la piel de sus cuerpos, sus sonrisas lo demostraban. El inicio de una nueva travesía iniciaba.
Como olvidar el escenario mas mágico que abría su travesía, un lugar que había sido cuna de grandes filmaciones como lo que muchos conocían por "Juego de Tronos" aquella serie que siempre lo mantenía al tanto cuando quería distraerse de su aburrimiento durante el breve tiempo que Egipto permaneció fuera de su nidito de amor.
Los cielos se mostraban de un tono morado majestuoso y sublime que les quitaban el aliento aun siendo la presencia del clima intangible ante sus presencias, anonadados apenas podían prestar atención a la clase de tiro con arco que Irlanda les enseñaba minuciosamente en Ivernalia, ni que decir el pequeño viaje por el Camino Real a caballo, se sentían libre, sentían la adrenalina correr por sus venas de formas inexplicables, la brisa que chocaba con sus rostros sonrientes, movían sus atuendos y sus cabellos. Egipto se veía más salvaje mientras cabalgaba sobre un corcel blanco que corría a todo galope sobre las verdes praderas del lugar con el cabello suelto jugando con el viento. Al terminar su travesía y durante la misma la irlandesa se había tomado la molestia de sacarles varias fotografías.
Otro lugar que conocieron fue El Puente Colgante Carrick a Rede, un puente bastante peculiar, mentirían ambos al decir que no temieron por sus vidas al pasarlo, porque debajo de ambos se hallaba el mar y al otro lado, donde sus miradas fijadas en el horizonte se hallaba la costa de la pequeña isla de la cual cruzaban, emitieron risas nerviosas al ver tambalearse el puente con ligereza debido a la acción del viento y siendo otoño el viento parecía querer empujarlos al mar, escuchaban el sonido de su canto de sirena, le sacaron unas cuantas fotografías antes de que el vértigo los agarrase. Una experiencia que nunca olvidarían.
Lo más impactante fue estar en La Calzada de los Gigantes, eran más de 40000 columnas de basalto originadas por el rápido enfriamiento de la lava expulsada por un cráter según había mencionado emocionada Irlanda, se sentía un gigante caminando sobre aquella superficie de múltiples círculos que en cuyo alrededor las olas del mar chocan sobre ellas. Estaban anonadados y ambos sentados en aquellas superficies posaron para Irlanda quien les saco varias fotografías. Un recuerdo que apreciarían mucho.
Visitaron también un lugar bastante histórico para la irlandesa, la Abadía Kylemore, un hogar de monjas benedictinas que habían migrado a sus tierras en 1920, caminaron por los alrededores de aquella edificación que tenia una hermosa vista a un lago azul, caminaron en el interior de la misma sacando varias fotografías que tal vez nunca verían la luz, Irlanda dejo muy claro aquello, eran tan inquietantes los estilos de la edificación interior que los dejó perplejos. Ambos se tomaron una fotografía frente a la abadía antes de marcharse sintiendo magia en sus alrededores.
Otro lugar que mencionar entre las grandes abadías era La Abadía de Clonmacnoise en el condado de Offaly, aquel lugar destellaba un aire mágico sin lugar a dudas entre sus ruinas muy llamativas, divagaron entre las iglesias del lugar como en su catedral y en su castillo los cuales decoraban el lugar de una forma sin igual. Ambos se sacaron fotografías por separado con la bella Irlanda.
Volvieron a sentirse diminutos al visitar los Acantilados de Moher, Irlanda mencionaba que se podía ver atravez del lugar la bahía de Galway, la neblina impidió aquello, tenían tantas ansias de ver mas halla de la neblina pero se deleitaron con el dulce sonido estridente de las olas chocar contra las piedras del mar, simplemente se quedarían con aquel recuerdo a través de las fotografías.
Y para cerrar con broche de oro su travesía visitaron el famoso Castillo de Blarney, caminaron por sus alrededores en primera instancia asombrándose por su estructura, los alrededores parecían paisajes legendarios de fantasía pura y ambos se adentraron en el gran castillo para ir a la famosa piedra de Blarney, donde según había mencionado Irlanda contaba la leyenda de que aquella piedra había pertenecido a la piedra Scone y si la besaban obtendrían el don de la elocuencia algo que ambos hicieron, la leyenda los atrajo y es por eso que la besaron. Fue el lugar más maravilloso que habían conocido.
Ambos se despidieron de ella aquella noche cuando regresaron a su casa de campo, un abrazo fraternal y una fotografía frente al castillo seria el recuerdo de la bella Irlanda.
Irlanda.
_
______________________________________
● Puente Colgante Carrick a Rede.
●La Calzada de los Gigantes.
●Abadía Kylemore.
●Abadía de Clonmacnoise.
●Acantilados de Moher.
●Castillo de Blarney.
Mi favorito fue La Calzada de los Gigantes y ¿cuál fue el de ustedes?.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top