❁Capítulo Ⅰ❁
El despertar de la Paternidad.
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❝América❞
Texas; Estados Unidos, Marzo/00:45 am.:
—Pero ¿porque?.—el joven tricolor sostenía entre sus brazos a una criatura vulnerable con notorio pavor.—Por que no puedes cuidarlo tú!
El texano estaba asustado, aterrado por aquella responsabilidad con la que llevaría de ahora en adelante. Tenia una vida más halla del libertinaje y los rodeos en los coliseos, aun siendo joven tenía sueños por cumplir, metas que alcanzar y planes que concretar hasta que aquel pequeño extranjero llego a su vida por las manos de su padre.
—I can't, if it were up to me I would, but you're in danger being by my side ... you understand!.—aseveró mientras observaba como su joven hijo lo miraba desafiante.
—No se nada sobre cuidar bebés!!.
—Aprenderas, por tu bien espero que aquel pequeño no resulte herido.
La mirada del joven texano se situaba en la criatura que mecía entre sus brazos con receló, aterrado por la responsabilidad que exigía lo que tenia entre sus manos se dedico a observarle durante varios minutos. Había grandes dudas circulando su cabeza en esos instantes. Aquel pequeño sonrió al verlo, estiro sus pequeñas manos intentando tocar su rostro, tenia una sonrisa tierna y hermosa. Inocente era la definición acertada para la criatura.
—¿Por que te pareces tanto a Israel?.—se preguntaba a si mismo mientras con su mano libre tomaba las pequeñas que se aferraban a sus dedos.
La calidez de su sonrisa, la inocente forma de su mirada, el dulce sonido de su risa infante mientras se entretenía con los dedos de sus manos despertaron algo en él, algo que pensó jamas existiría en su ser.
Fue como un amor a primera vista, aquel pequeño dejaba a de convertirse en una obligación y pasaba en un par de minutos a ser una prioridad numero uno en su ajetreada y alocada vida nocturna.
—De que te ríes tanto?.—entre sus manos y casi por encima de su cabeza aun veía su linda sonrisa y risueña risa.
Apenas un bebe, un pequeño que aun necesitaba de su madre para sobrevivir pero de algún modo, aquel vínculo se había forjado en el corazón de Texas. Un pequeño al que le habían arrebatado a su madre y a su padre, uno que estaba solo...lejos de su hermana con la cual vivió durante ocho o diez meses juntos.
Tenia la misma ingenuidad que caracterizaba a Israel durante sus inicios impregnada en su mirada infante de orbes verdes. La suavidad de su piel era envidiables al igual que su inocencia. Un pequeño, sólo uno entre muchos, uno entre mortales y naciones tenia un propósito en particular.
Texas lo meció entre sus brazos con sutileza, aún cuando sus brazos y manos temblaban de miedo el valor lo ayudo a superarlos. No había miedo en su ser que le impidiese cuidar de aquel niño, no había barrera alguna para verlo como una tarea tediosa como las obligaciones de su estado. Las barreras se borraban, el miedo se disipaba con total rapidez que hasta abrumaba y confundía, la calidez de su pecho se reflejaba en el sonrojo de sus mejillas mientras miraba complacido y pacifico como aquel niño dormitaba entre sus brazos.
Lo quería desde el preciso instante en que lo vio con el corazón, era imposible no quererlo, era tan tierno...tan inocente...tan, tan único.
Observando tutoriales corrientes en internet, nutria su mente con los consejos necesarios para cuidar bien de aquel pequeño, cuidarlo como si fuera suyo...como si fuera su propio hijo. Subiendo las escaleras de su hogar hasta el segundo piso deposito con cuidado al pequeño sobre su cama, rodeándolo de almohadas para que no se cayera salio en silencio del lugar, debía preparar el alimento esencial para cuando despertase.
Había una sonrisa en su cara, una que ninguno de sus familiares había conocido, una tan cálida y reconfortante que hasta parecía la sonrisa de alguien sumido en la paz completa de su alma, sin preocupaciones o estrés que lo mortificara. Pero ahí se equivocaba, por más vídeos que viese la experiencia hablaba mas alto que lo que se guardaba en su mente, le exigía más de lo que podía dar.
Aquella noche jamas la olvidaría... Fue memorable al igual que verlo tomar su biberón o cambiarle el pañal que en ese aspecto casi se da por vencido. Una noche que paso en vela, preocupado a tope sobre el bebé, estando en alerta constante. Cada noche o en especial la primera se quedo a su lado, observando cautelosamente su estado, estando pendiente si aun respiraba o dejaba de hacerlo.
Ojeras notorias serian además de sus enrojecidos ojos y la constante sensación de dormir al menos unos cuantos minutos las muestras claras del papel de la paternidad en alguien inexperto. Egipto también había corrido aquella suerte aunque su trabajo fue por el triple de su capacidad.
Deambulando como zombie cada mañana estaba a disposición de aquel pequeño, siendo aquel niño su patrón y él el sirviente haría lo que sea por complacerlo, ver su tierna sonrisa sin dientes mientras balbuceaba sobre los cojines del sillón de la sala o sobre su cómoda cama rodeada de un fortín de almohadas. Sobre protector seria su segundo nombre, la ciudad ajetreada mezclada con los constantes bocinazos en la hora pico serian piedra base para una decisión que en si seria la mejor y la peor de todas.
Encariñarse era inevitable, no amarlo era casi imposible y el sentimiento nuevo que se hacia presente lo daba a conocer. Ese seria su error, haberse encariñado con un pequeño que tarde o temprano seria arrebatado de sus manos.
Egipto lucharía durante varios años para tener la tenencia legal de sus pequeños, aquella lucha seria el artífice de su más grande dolor, de aquella herida que jamás sanaría ni cerraría. Un enorme hueco en aquel joven corazón que enrecto su vida con la llegada de aquel niño, criatura inocente que se convertiría en la luz de sus ojos.
Seria un padre para aquel pequeño, aquel que no siendo de sangre lo seria de cariño y cuidado. Un pequeño que crecería a lado de quien no es su verdadero padre pero que si ganaría el derecho para ser llamado 'padre'.
¡Oh Egipto! Te han privado de presenciar y conocer la maravillosa infancia de tu pequeño, te privaron de verlo dar sus primeros pasos y de oír sus primeras palabras. Te privaron de mucho a costa de tus errores. Errores que pagaste con sangre y lágrimas, añorando que lo sucedido sea una hórrida pesadilla.
Añorando tener de vuelta a aquello que más amas...tenerlos nuevamente a tu lado, amarlos como nunca antes los habías amado.
¿Cuan duro es estar lejos de quienes más amas?¿Que darías para verlos devuelta? ¿Que darías para ver aunque sea un momento a Israel con vida?.
Chantajeado permanece en silencio mientras los vejamenes siguen, mientras las torturas aumentan y las lágrimas escasean al igual que su voz. Un video, una señal de esperanza para quien las ha perdido.
Un pequeño ápice de esperanza que confortaria y curaría las heridas de quien aun sufre por ellas, una esperanza de que muy pronto las cosas volverían a ser como antes.
Aunque el daño ya este hecho...aunque sea imposible volver a lo que alguna vez llego a ser. Un destino totalmente tergiversado.
Todo apenas comienza.
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