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El Camino a la Felicidad
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Parte V
Un viaje Romántico
"Conocerte fue la mejor experiencia de mi vida; tenerte entre mis brazos el más hermoso sueño hecho realidad al igual que compartir mi existencia contigo"
Era ya mes de Mayo a ser exactos el tercer día de aquel mes tan especial.
Despierta con pereza de su largo letargo reconfortante teniendo un leve sonrojo al ver a Egipto a su lado,dormitando cual fuese una roca,ni siquiera el chasquido de sus dedos lo despertaban.
—Egipto...Egipto! Despierta.—susurra mientras lo mueve ligeramente recibiendo unos leves gruñidos de parte del egipcio.
Lentamente sale de las sábanas blancas de la cómoda cama y vestido aun con un pijama azul camina entre la habitación sacando del closet sus atuendos,una camisa blanca y un pantalón negro,era una hermosa estación en la ciudad de Venecia. Era una hermosa primavera.
Las flores brillan en los ventanales de las moradas junto al canal de agua que simula una calle,hay góndolas por doquier que transportan a parejas y grupo de amigos por aquellos canales. El aire primaveral que entra por la ventana de su habitación le brinda confort en todo su significado,paz y tranquilidad además de felicidad. Felicidad por tener a alguien que lo ama tal cual él lo ama y amo desde tiempos muy remotos a la actualidad.
Sonríe ligeramente al observar entrar los rayos solares por aquella ventana y que chocan con el rostro ajeno que dormita en el otro lado de la cama,sobre las sábanas y que se remueve para no dejarse tocar por el astro mayor.
Entra a la habitación de baño donde procede a bañarse, la calidez del agua libera el estrés y relaja su cuerpo, aquel cuerpo que posee cicatrices que marcan su historia,un cuerpo bien formado y trabajado debido al estricto programa de ejercicio que recibió por parte de Ejercito.
Por otra parte ya es imposible dejar de fingir,Egipto quien tenia una habitación justo a lado de Israel se había adentrado en la misma a primeras horas de la mañana,solo quería verlo dormitar con tranquilidad,lejos de aquellas pesadillas que toman forma en los momentos inesperados en que cae la noche y acecha el deseo de descansar.
Mira por la ventana,ve aquellas góndolas de las que tanto había leído en una revista turística en el avión mientras se dirigían a Italia. Un hermoso lugar lleno de historia,tal vez seria mejor visitar y conocer la ciudad de Roma,el único descendiente puro del Imperio Romano.
Ve los atuendos de Israel y se le hace inevitable no acercarse y aspirar el aroma impregnado en aquellas prendas,en el cuello de aquella camisa que tiene el privilegio de tocar su fino cuello inmaculado que nunca sintió sus besos sobre su piel aun virginal,esperando el momento en que Israel se lo llegue a permitir.
El delicioso aroma a jazmín junto con su clásica colonia cuyos aromas son de toronja con canela,rosa y menta,un aroma dulce que hacen notar que el aroma único de su cuerpo es único y que no tiene comparación.
Se sienta mientras toma su teléfono y ve las fotos en las que sale con Israel,su sonrisa,su forma de mirar e incluso cada mueca en su rostro eran únicos ante sus ojos.
Mientras divaga en sus pensamientos no noto la presencia del hebreo que lo miraba atento y curioso. Egipto nota una presencia cerca suyo y fue allí que lo vio,tan exuberante con su belleza.
Egipto se mantiene atento a él,a su cuerpo que brilla con la acción de los rayos del sol y gracias a las pocas gotas de agua que caen de su cabello rizado y hacen su trayecto por todo su pecho y abdomen acabando en la toalla que cubre todo aquello que se encuentra de la cintura para abajo.
Israel pasa una pequeña tolla sobre su cabeza,secándose con rapidez la rizada cabellera sedosa que posee,sonríe mientras observa a Egipto sonrojarse al extremo de que la franja blanca de su rostro este totalmente rojiza.
No podía articular palabra alguna,mas solo deleitarse con lo que tenia en frente,con aquel cuerpo virgen,con aquella piel jovial y tersa. Todo en el era perfecto.
—Ejem...—carraspeó mientras tomaba con su dedo índice el cuello de su camisa y lo estiraba ligeramente.—iré a llamar al servicio del hotel para que nos traigan el desayuno, vuelvo enseguida.—comentó para luego salir de la habitación con rapidez.
Israel simplemente asintió, el no tenia el cuerpo enclenque o débil,no poseía brazos débiles mas al contrario,su cuerpo estaba totalmente marcado en el abdomen,trabajado con esfuerzo puesto que no podía darse al lujo de estar débil debido a las constantes guerras que se suscitaron a lo largo de su existencia ya de por si primigenia.
Se puso la camisa blanca típica en el con solo la diferencia de que esta tenia leves toques rosas que hacían resaltar su piel blanquecina,abotonó cuidadosamente los botones de las mangas de su camisa,se puso la ropa interior para luego seguido ponerse aquel formal pantalón negro; un reloj de pulsera negro decora su muñeca y un collarín de plata con la estrella de David decora su cuello pero el cuello de la camisa lo cubre,no se abotona los tres botones que tiene en la camisa por que se vería demasiado formal ya que hizo un gran esfuerzo al dejar aquel chaleco de lana a un lado.
En el espejo de cuerpo entero que existe a un lado de la habitación arregla los últimos toques de su vestimenta,se pone con cuidado su colonia,en el cuello y un poco en las muñecas mientras se dirige al sillón individual que hay cerca a la ventana para observar con tranquilidad el paisaje de Venecia.
Egipto trae consigo una bandeja con un delicioso desayuno occidental; ensalada de frutas con un batido de chocolate,unas tostadas francesas y juego de naranja. Sus pasos se acercan y al momento de abrir la puerta por un máximo esfuerzo divisa en su más pura escénica la tranquilidad incipiente en Israel,como disfruta sin ataduras el paisaje,ya tenia planes para este día y su viaje seria el que marcaría el inició a la completa felicidad.
—Mi amor te he traído un delicioso desayuno espero lo disfrutes!.—menciono emocionado mientras dejaba la bandeja sobre las piernas del hebreo quien miraba asombrado lo que tenia sobre sus piernas.
—Todá Egipto,esto de ve muy delicioso y espero que me acompañes mi amor.—alegó ofreciéndole un bocado de su ensalada de frutas.
Ambos disfrutaban de aquel desayuno,entre pequeñas tonterías y carcajadas que realizaban con aquel alimento delicioso. Egipto en recepción había realizado una bonita pequeña recepción en un hotel en Roma, disfrutarían de aquel lugar mayor parte del día y al llegar la noche disfrutarían ambos juntos del paisaje de Venecia en aquellas góndolas que circulan por los canales fluviales.
Todo ya estaba planeado para que su viaje se uno romántico, Israel lo valía.
Ambos tomaron un poco de su dinero y salieron del hotel en dirección a una estación ferroviaria en Santa Lucía. Ambos miraban embelesados lo romántica que se veía Venecia,con aquellos canales y góndolas en los mismos. Subieron al tren con sus boletos y tomaron sus respectivos asientos. El tren tenia cómodos asientos e iba a una gran velocidad desde que salio de la estación asegurando de que llegarían en un total de 3 a 4 horas.
Divisaban los paisajes mientras se dirigían rumbo a Roma,Egipto tenia tantas ganas de conocerlo puesto que él era el descendiente mas puro del Imperio ya extinto. Era el mediodía y ambos alían del tren,disfrutando de la estación y sacando cuantas fotografías quisieran desde que inicio el viaje.
El hambre hace su presencia y buscan un restaurante cercano,al encontrarlo piden un plato de Bucatini all’Amatriciana,un platillo delicioso que con solo probarlo quedan fascinados. Entre tanta charla amena y remembranzas de lo que vivieron juntos desde que son pareja el medio día transcurre llegando a una hermosa tarde donde por tanta caminata el cansancio los toman por sorpresa y proceden a dirigirse al hotel que reservó Egipto,una habitación para ambos y justo cuando el ocaso caiga majestuoso en el horizonte visitarían la ciudad de Roma.
El cielo se tiñe de un hermoso naranja cálido mientras que el sol va cayendo en el horizonte con magistral majestuosidad. Ambos tomados de las manos divagan frente a lo que fue el mayor orgullo de la cultura Romana,aquel Coliseo que yace en ruinas fue el evocador del mas grande poderío que algún Imperio pudo anhelar y que solo uno pudo lograr, evocan el poder del Antiguo Imperio Romano ya extinto y sorpresa,entre tantos visitantes divisa al descendiente Romano casto. Roma.
Podría saludarlo mas la afluencia de gente se lo evita quedando con aquellas ganas de hablar con aquel joven hombre pero prefiere tener la compañía de Israel ante cualquier otra,sentir su calor,escuchar su risa y ver su sonrisa sin igual como también lo es su forma de mirar. Tomados de las manos presencias aquellas ruinas llenas de historia de un Imperio que hizo mucho por el mundo,que aporto sus ideales culturales sobre sus amantes que posteriormente culminarían en grandes hombres con fuertes influencias culturales.
Llega la noche y antes de ser muy tarde toman otro tren,en solo un día conocerían dos ciudades hermosas de Italia que poseen romanticismo en sus presencias. Son las 21:30 de la noche,Israel tiene una venda en los ojos color rojo que Egipto puso con delicadeza sobre sus ojos.
—Te tengo una sorpresa mi amor.—había argumentado el egipcio al momento de ponerle aquella venda.
Estaba impaciente y consumido por la curiosidad,hay mariposas que revolotean en su estómago y provocan un cosquilleo indescriptible.
Existe una armónica sinfonía procedente de un violín que le brinda serenidad y paz. El amor se respira en el aire por cada detalle que a Egipto se le ocurre para hacerlo feliz cada día de su existencia. Egipto toma en sus manos una pequeña cajita color negro con toques azules en los bordes y que dentro de aquello mismo existe un objeto simbólico.
El sonido de las tranquilas aguas lo emocionan aún mas que la sinfonía del violín, siente como las suaves y varoniles manos de Egipto quitan aquella venda de sus ojos lentamente y sin desesperación, él tiene un porte sereno y coqueto,su sonrisa que le brinda seguridad también posee coquetería, el perfume de su camisa semiabierta impregna su cuerpo al momento en que el lo abraza,una colonia que posee cítricos, almizcle, miel, sándalo, ámbar, pera blanca y benjuí en su aroma son excitantes y difíciles de olvidar.
—Israel.—lo llama seductoramente mientras toma sus manos con suavidad.— frente al cielo que rodea nuestra escena y que es fiel testimonio de lo que en adelante va ocurrir quiero dedicarte algo muy especial nacido de mi corazón.
Egipto carraspeo un poco antes de proseguir, anclando su mirada en los únicos ojos que desea ver a profundidad,mas allá de un noviazgo,mas allá de un enamoramiento. Se hundió en aquellos charcos de miel infinitos que tiene por orbes el hebreo y empezó a declamar un fragmento de un poema para una ocasión especial como la que vivían ahora.
—Yo te miraba...y puedo jurarte que no me quedaban ganas de mirar a alguien más. En aquel preciso momento comprendí que los ojos; siempre,siempre le pertenecen a aquel que los hace brillar como ninguna otra mirada lo harían. Y es por eso que comprendí que en tus ojos encontré aquel brillo, entendí que tu ausencia seria mi peor castigo; que perderte sería mi perdición. Y ed por eso que hoy te pido algo muy especial venido de mi mas grande anhelo. —declamó con todo el corazón y la dulzura en su voz.
Israel simplemente estaba conmovido por aquellas dulces palabras salidas de los labios de quien más ama, sus ojos se cristalizan debido a las fuertes ganas de llorar de alegría. Vio asombrado como Egipto sacaba una cajita del bolsillo de su pantalón; la noche se veía realmente hermosa,estrellada y con una hermosa luna nueva.
—Quisieras ser mi novio, mi amor?.—preguntó sosteniendo su mano y teniendo una mirada esperanzadora y una sonrisa de felicidad nerviosa.
—Si!!.—proclamó con alegría mientras pequeñas gotas salinas caían de sus ojos y rodaban por su rostro.—Si quiero serlo Egipto!.
Dejaban de ser enamorados para ser novios. Un gran paso habían dado antes de el "Gran" paso que unificaría sus vidas. Sus existencias primigenias como el tiempo mismo.
Egipto ponía con cuidado aquella sortija de platino brillante con una inscripción dentro de la argolla en cursiva que tenían sus nombres grabados en el metal. Aquella argolla brillaba ante la luz de la luna mientras ambos se abrazaban dándose algunos besos en las mejillas y otros que estaban cerca de sus labios. Compartieron un beso único y apasionado por la felicidad que los invadía.
Estaban a punto de culminar en algo mas grande,en algo especial, en algo que cambiaría sus vidas completamente.
Sin duda alguna su viaje fue Romántico en todos los aspectos.
Un viaje Romántico sin igual.
El inicio de su historia romántica apenas comenzaba.
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