El Camino a la Felicidad
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Parte II

°Primera Cita°

"Eres el mas hermoso recuerdo que quiero inmortalizar en mi memoria,tus ojos,tu forma de mirarme y mirar el mundo,tu simpática sonrisa y sobre todo la forma en que haces que mis días sean los mejores de mi existencia".

Han pasado varias semanas,días en los cuales visito con notoria frecuencia al israelí y seguido se hospedaba en su humilde morada,vio como el renacía de las cenizas de su anterior yo que había muerto en la guerra,lo veía renacido, totalmente cambiado. No había tristeza en su rostro,ya no había ojeras que demostraran que estaba siendo torturado por el insomnio y no había oscuridad y desolación en su mirar mas solo una enorme felicidad y un brillo sin igual.

Había planeado meticulosamente este día,decidió que sea lo mas pronto posible para que ambos pudieran acelerar su amor retomado de las lineas del tiempo,retomar el tiempo perdido.

Aquellas noches que paso en sus tierras,divagando entre las arenas del desierto montado en un camellos bajo la luz de la hermosa luna habían sido además del hebreo fuente de su inspiración para planificar este acontecimiento y de paso escribir una poesía que le diría a Israel cuando ambos estuviesen sentados uno frente al otro.

Todo parecía una ilusión de su mente,aun no podía creer en lo que vivía como experiencia,tantos años en los que su mente nunca lo olvidó, tantos años en los que ansió reencontrarlo,tantos en que quiso buscarlo para vivir aquello que dejaron inconcluso.

Sufrimiento entre noches de nostalgia y soledad,un sufrimiento en silencio, su alma derramaba lágrimas por la pérdida,lágrimas imaginarias que nunca sus ojos pudieron librar con ellas su dolor.

—Esta todo listo Ale?.—preguntó mientras tanteaba los dedos sobre su escritorio,sobre aquella hoja en donde tenia una bella poesía.

—Como ya te lo había dicho hace como 3 horas,si,todo esta listo!.—afirmó con notoria molestia en su voz.

Fueron varias llamadas en las cuales la pregunta era la misma teniendo siempre una respuesta positiva,Alejandría jamás había visto a su padre de aquel modo,preocupado por hacer que algo especial sea un completo éxito para otra persona, en otras palabras estar nervioso hasta el extremo de llamarla mas de treinta veces en menos de una hora para cerciorarse de que todo estuviera en orden.

Solo era cuestión de llamar a Israel lo más antes posible para que viniese a sus tierras,específicamente a Alejandría,esperar la mágica noche juntos para que la magia de la sorpresa fuera apreciada por los ojos ajenos que lo tienen embelesado por su belleza.

Un traje negro bien planchado y alineado es lo que lleva puesto aunque era mucho mejor un traje blanco,mirándose en el espejo que existe en su habitación vuelve a retocar los últimos detalles.

Tres sutiles toques se escuchan del otro lado de la puerta seguida de una sola pregunta.

—Puedo pasar?.—Preguntaba Alejandría desde el otro lado de la puerta.

—Si claro, adelante querida hija.—respondió permitiéndole entrar a su habitación, manteniendo su mirada fija en el espejo.

—Te ves bastante bien.—halagó Alejandría mientras lo miraba de pies a cabeza y se dirigía a su armario a buscar algo en especial.

—Tu crees?¿Lusco alineado?¿que buscas en mi armario?.—cuestionaba muestras alejaba su mirada y atención del espejo y las centraba en el accionar de su hija.

—Creeme que este te sienta mejor,además de que hace resaltar el color de piel.—afirmó ofreciéndole un hermoso traje blanco.

—Que hay de malo con este?.—cuestiono señalando el traje que llevaba puesto.

—Si tienes una cita de noche aquel traje hará que te mezcles con la oscuridad.—afirmó burlescamente mientras dejaba el traje sobre la cama.

—No lo había pensado....bien entonces ¿todo esta listo para esta noche?.—interrogo nuevamente mientras empezaba a sacarse el saco de su traje quedando con una camisa blanca y una corbata de nudo roja.

—Esta todo listo,llame al aeropuerto y afirmaron la llegada de Israel,iré por el dentro de poco,debes apresurarte con lo que tienes planeado antes de que la noche caiga con rapidez.—mencionó con seriedad mientras dejaba la habitación.

La puerta se cerraba lentamente mientras su mente se centra en el ocaso,fue difícil presionar a su mandatario para que tuviese la tarde libre,fue difícil dejar tanto papeleo sobre su escritorio sin revisar con la premisa de pendiente sobre cada cierta cantidad de aquellos papeles,una columna de treinta centímetros lo esperarían mañana al llegar el alba.

Pero lo valía,lo valía por el hecho de que estaría con Israel en una cita,una primera cita.

Últimos toques a su traje,paso sus manos intentando limpiar cualquier cosa que se hubiese atravesado sobre su traje blanco,polvo tal vez. Arregló su corbata,abotonó los botones de las mangas de su camisa blanca,arreglo el cuello de su camisa,le dio unos últimos toques a su cabello rojizo amarrado en una cola baja,algunas hebras de sus cabellos salían del amarre brindándole una apariencia sensual mientras estos jugaban con la corriente de viento que entra moribunda por la ventana de su habitación. Toma de la cómoda de madera oscura que esta a lado del espejo de cuerpo completo una de sus tantas colonias caras,pasa un poco por su cuello y por sus muñecas,un embriagante aroma que decora su presentación.

—Espero que todo salga bien. —murmuraba para si mismo mientras daba ligeras vueltas esperando a que el sol caiga en el horizonte y la noche apenas se este presentando.

°•°

—Para que me habrá citado con tanta urgencia?¿habra pasado algo malo?.—se preguntaba a si mismo mientras miraba la ventana de la habitación que da a la justo a la playa,mirando como el astro incandescente decae en el horizonte con extrema belleza.

Había recibido una calurosa bienvenida cordial por parte de Alejandría quien lo había acompañado hasta el hotel en donde ahora reside.

Dos toques a la puerta llaman su atención, una persona del personal del hotel traía en sus manos un paquete con una nota escrita en ella,aquel hombre aseguro que era para el puesto que en el lugar donde marca destinario aparece su nombre.

Tomo aquel paquete en sus manos agradeciendo la molestia de la entrega personal,abrió con rapidez la envoltura de papel madera que cubría el objeto,una pequeña caja delgada fue su sorpresa, antes de indagar mas allá decidió leer la nota.

⟪Espero te guste,es justo de tu medida,usalo. Es para una ocasión especial.⟫

Abrió la tapa de la caja teniendo en sus manos un costoso traje negro,una corbata azul marino de nudo,un pequeño recipiente de vidrio que contenía colonia en su interior,una de jazmines mezclado con rosas y menta. Un traje entero que usaría en una ocasión especial.

La noche se acerca,la luna muestra su esplendor en toda su magnánima presencia en el cielo estrellado,ha decidido probarse aquel traje y a decir verdad le ha quedado muy bien,junto con su kipá lo hacen ver elegante.

Ha recibido una nota que fue dejada bajo su puerta y entro a su habitación, provoca curiosidad,parece ser una pista mas aquello es nulo puesto que es una nota que especifica una acción.

"Espera a Alejandría,una sorpresa te espera"

Su teléfono empieza a sonar alejando su atención de las letras impresas.

—Hola?

-Hola mi estrella,recibiste mi regalo?

—Si,es bastante hermoso,no debiste haberte molestado.

-no es ninguna molestia, debes justo ahora salir a la entrada,Alejandría te espera te tengo una gran sorpresa.

Antes de siquiera responder la llamada finaliza dejándolo con la intriga de saber que sorpresa le tenia el egipcio,vestido aun con el traje y sin la oportunidad de cambiarse para no ser impuntual sale de su habitación y se dirige a la entrada del hotel donde en verdad Alejandría lo estaba esperando con un taxi ahí afuera,la curiosidad se apodera  de su  ser por saber que es lo que le tiene preparado el amor de su vida.

El viaje no fue muy largo y Alejandría lo dejo en cercanias de una playa llamada Agiba. Estaba algo nerviosos e intrigado además de confundido,tanta intriga lo estaba sucumbiendo al miedo.

Sus pasos son guiados por pequeños puntos de luz que son pequeñas velas en pequeños recipientes de vidrio que guían a su vista y mente a indagar por aquel sendero luminoso. Sus ojos se quedan perplejos ante lo que observan,hay una mesa con un mantel blanco con bordados de figuras en dorado,sillas que también son blancas,hay un portavela de bronce que ilumina la mesa con una apetitosa cena en dos platos finos de porcelana.

Siente como dos manos se posan sobre sus hombros,da un ligero espasmo mientras mantiene la vista fija en el lugar.

—Sorpresa mi estrella!.—susurra cerca a su oído,observando como lentamente lo confronta.

Esta muy emocionado,era algo tan hermoso,le recordaba nostálgicamente lo que había hecho hace años atrás para una persona que de verdad amo y que de a poco logro sacar de su corazón.

Las palabras no salen de sus labios,hay un nudo en su garganta que se lo impide pero la felicidad desbordante en su rostro es la respuesta que Egipto esperaba de el ante su muestra de afecto,un plan elaborado con minuciosidad desde hace algunas semanas daba el resultado esperado.

—Te amo mucho, mucho Egipto.—mencionaba claramente emocionado mientras ponía ambas manos en el rostro ajeno,contemplando la belleza de aquel rostro masculino de su pareja.

—Yo mas a ti mi estrella.—Afirmaba con ternura acercándose a los labios ajenos depositando un tierno y corto beso.

Sus miradas se  conectan, ambos parecen dos tiernos borregos con su forma de mirarse,manteniendo sus posturas,Israel sosteniendo y acariciando su rostro y el posando sus brazos sobre la cintura del contrario.

—Es mejor que cenemos,no querrás desperdiciar lo que prepare especialmente para ti.— aseveró mientras lo acompañaba a tomar asiento.

Simplemente asintió con la cabeza,tomo asiento cuando Egipto se lo ofreció y espero a tenerlo frente suyo para degustar la exquisitez que le había preparado.

—Se ve exquisito ¿Qué es?.—preguntó mientras ponía un bocado en su paladar degustando lo preparado,mostrando satisfacción en su rostro.

—Es ternera guisada con salsa de almendras espero te guste. —afirmó mientras degustaba lo que sus manos habían preparado con anticipación, evitando a toda costa que su traje blanco se viera manchado por los ingredientes.

—Me encanta,es muy delicioso,mis felicitaciones al hombre que hizo este manjar.—halagó casi exagerando,mostraba una enorme sonrisa mientras comía aquel delicioso plato.

—Muchas gracias por tus halagos mi amor,me alegra mucho saber que te encantó. —mencionó alegre mientras empezaba a sacar un pequeño papel doblado del bolsillo de su saco.

Mientras el comía y bebía un poco de vino que Egipto le ofreció en unas elegantes copas de cristal, mantuvo su atención en Egipto al verlo pararse y dirigirse a su persona,hincándose frente a el mientras sostenía una de sus manos (aquella que estaba libre),mirándolo fijamente a los ojos.

—Mi amor...quiero confesarte que me enamore de ti desde el primer día que te vi,desde el primer día en que me sonreiste con tu magnifica sonrisa en tu inocencia,desde el momento en que mis labios tocaron los tuyos,desde aquella vez que tus brazos abrazaron mi cuerpo. Soñé cada noche en este día,en nuestra primera cita. Ahora que estamos juntos siento que es un bello sueño del cual, no quiero despertar. Amor mio espero que nuestra primera cita sea lo que siempre soñaste,quiero hacer de tus días los mejores de tu vida, quiero ser parte de tu vida ¿me dejas ser parte de tu vida?.—término sosteniendo con delicadeza su mano,mirándolo fijamente.

Desbordante de alegría,conmovido por sus palabras fue inevitable derramar unas cuantas lágrimas,su otra mano yacía sobre su boca tapando la misma por la extrema sorpresa que de había llevado en la velada.

—Si! Si te dejo ser parte de mi vida!!.—vociferaba con alegría, su voz aunque entrecortada por las lágrimas lo daban a entender.

Reafirmaba su aceptación de ser pareja,de ser enamorados,de en algún futuro unir sus vidas en el gran paso que las parejas realizan. El paso para conocerse y llegar póstumamente a la etapa del noviazgo.

Solo era cuestión de tiempo,una ocasión especial. Una que ninguno olvidaría nunca y que seria el mejor de sus existencias,el mejor de sus vidas.

Sin lugar a dudas había sido la cita perfecta.

Su primera cita.