°•Jerusalén•°

Había arribado a sus tierras,desde las tempranas horas que había partido de América llegaba al pasar el medio dia,el luz del sol al salir del avión lo cegó por un instante,aquel destello dorado de un día nuevo era gratificante.

En el aeropuerto lo esperaban dos de sus siete hijos,Tel Aviv y Jerusalén,le sorprendía que su hija estuviera fuera de lo que había sido su casa y que ahora era un reclusorio,triste realidad le había tocado sufrir a su amada hija.

-Padre que bueno que llego...¿estas bien?-su intriga se debía a la forma en que estaba arreglado Israel,el traje desordenado y parte de la cabellera fuera de lugar.

-Tranquila,estoy bien...¿porque estas aqui?deberías estar en tu casa para no sufrir problemas...-estaba preocupado,su hija tenía ciertos conflictos sobre su procedencia.

Una lucha por su custodia,una "guerra" que había desatado Palestina al querer usurparla y tomarla a la fuerza,el siempre mencionaba que el le había quitado a su hija,algo muy lejos de la realidad pero que había puesto en duda su paternidad sobre ella.

Habría personas que darían testimonio de que ella era su hija y no de Palestina...lastima que el único que sabía de ello era Romano y este ya estaba muerto.

-Padre...-se acercó y empezó a inspeccionarlo y a sentir un aroma peculiar.-¿has tomado?

Tel Aviv lo había atrapado ¿acaso era muy evidente el aroma a alcohol que desprendía su cuerpo?,estaba atrapado,si sabían que si debía mencionar el por que,luego el interrogatorio y de ahí las suposiciones de lo que pudo haber pasado aquella noche que no recuerda aun.

-No hijo...¿como crees que tomaria?-bufo un poco con el nerviosismo que le invadia,lastima que había educado a sus hijos con las leyes de Dios y sobre todo el.

-Padre no nos mientas por favor sabes que eso es malo...-la seriedad de Tel Aviv a veces le provocaba miedo y la mirada desafiante y fría de Jerusalén le infundian temor.

No tenía otra opción más que hablar sobre la fiesta a la que fue llamado,más bien invitado,algo que ellos no celebraban en dicha fiesta .

-Sólo tome un poquito nada más...-mencionó con simpleza mientras encogía los hombros con su característica sonrisa.

Tal vez no era necesario decir por demás sobre lo que querían saber sus hijos...solo lo que querían oír sus hijos de el...

-Está bien...bueno,dejando de lado aquello tenemos serios problemas en Gaza...-mencionaba preocupada su hija,Jerusalén.

Aunque estuviera internacionalizada ella se preocupaba por su padre,tantos años que la cuido y educó junto con quien antes creía su padre,consideraba a Israel su madre y en su infancia llegó a considerar a Romano como su padre,se había portado muy bien con ella,le había brindado un afecto paternal que Israel siempre demostró y demostraba  aún su amor incondicional por ella.

Había pasado por Muchas calamidades y su padre,Israel,siempre puso su vida para resguardarla a ella,cuidarla de aquellos que querían hacerle daño...

Tel Aviv,aun siendo muy joven entre todos sus hermanos sabía perfectamente el amor paternal que le tenía su padre a Jerusalén,cada día desde el inane en que le prohibieron meterla en sus asuntos rezaba por que todos se den cuenta de que ella era su hija...lastima que Palestina había infundido la intriga sobre ello.

-Que ocurrió ahora?-su desgano era eminente,tantos años luchando en aquel lugar por el cual su relación había terminado...

Gaza había sido conflictivo,uno de los hijos de Palestina al cual supuestamente por su alzamiento había separado de su padre,pero lo que lo obligó a atacarlo era aquel deseo de venganza contra su padre...y aquello lo lamentaba mucho.

"Los hijos no tienen la culpa de los errores de sus padres"

Esas habían sido sus palabras al conocer a Romano cuando le había comentado lo que había hecho.

-El grupo de Hamas esta nuevamente en combate,Palestina ha estado abasteciendo de armas al grupo a costa de la vida de sus pobladores y el bienestar de Gaza...-alegaba preocupada sosteniendo en sus manos un informe detallado de aquel movimiento antisionista.

-Padre debes darte una ducha helada para estar aquí,necesitamos plantear una contra,Hamas a amenazado en atacarnos nuevamente...-esta vez mencionaba serio Tel Aviv.

-Está bien,por que no empezamos por tomar un taxi y dirigirnos a casa.-sugirió con cierta emoción.

-Nada de taxis,esta muy peligrosa la situación,tomaremos una limusina y Tel Aviv nos resguardara con las camionetas por detrás y adelante.-alego Jerusalén tomándolo de la mano y haciendo una corta llamada.

Tel Aviv hizo lo mismo,ambos hijos suyos vestían formales,con trajes negros aún estando a semejante presencia abrumadora del sol,Jerusalén que vestía con un traje fino y algo ceñido al cuerpo,la falda era larga que tapaba sus rodillas y usaba unos zapatos de tacón bajo negros.

Tel Aviv usaba un terno negro,al igual que Jerusalén una camisa blanca,aunque en ella era una linda blusa,y zapatos negros de suela dura,su cabello rizado jugaba con la brisa que se hacía presente por la llegada repentina de las camionetas y la limusina,Jerusalén lo llevaba a empujones a subir al móvil para ir a casa.

Donde todos sus hijos lo esperaban como siempre para hablar con respecto a Gaza,y también a discutir sobre las posibles querellas que mostrar para que así no alejen a su hermana mayor de ellos y de Israel.

Tanto sufría Jerusalén estar alejada de los asuntos que involucraban a su familia,en especial a su padre,tantos años de estar alejada de las actividades familiares,de pasar de ser la capital titular,de ser el brillo de los ojos de su padre a ser la capital internacionalizada,capital defacta escrita en papeles pero que no podía ejercer sus funciones como antes,que ahora en vez de ser un ápice de felicidad era el motivo de preocupación que provocaba que su padre sufriera.

Cargaba con el peso de la culpa de provocar que su hermano menor,Tel Aviv se convirtiera en el centro de atención del mundo,de que el mundo empieza a denominar a su menor como capital del pais,como la capital de Israel y dejarla a ella para Palestina.

Miedo era lo que sentia,pánico ante las posibilidades de que Palestina ejerza sobre ella su soberanía,tomarla como su hija,arrancandola del protectorado de su padre Israel.

Sentada y frente a la ventana veía pasar los maravillosos momentos de patentado que su padre había ejercido con ella,bellos momentos en que podía estar cerca de su padre como sus hermanos cada día y no una vez al mes,aveces al año,o simplemente a escondidas...

Las reglas eran claras para ella...

Hasta que el asunto se solucionase ella debía permanecer bajo la custodia internacional que abogara en favor de Israel para así poder estar junto a el.

Lo extrañaba cada instante en que las pesadillas se hacían persistentes,cada noche fría en que escuchaba los pasos de la guardia que la resguardaba de salir de su habitación.

Cada instante en que miraba con desesperación el teléfono esperando la llamada de su padre o de sus hermanos,lastima que nunca llegaban...solo palabras de apoyo de algunas hijas de América le proporcionaban,sobre todo New York y Virginia.

Deseaba volver a ser libre y estar junto a su padre y sus hermanos.

Volver a ser una familia como antes.

Sentada y frente a la ventana abierta sus lágrimas se desvanecian y por el espejo retrovisor del conductor vio a su padre en su mundo.

Tal vez recordando lo pasado,tal vez recordando su amor fallido o preparando el contraataque a Gaza para resguradarlos.

Su padre era un buen hombre aunque las acciones demuestren lo contrario lo era,y merecía encontrar a alguien con quien compartir su vida,alguien similar a el,alguien que de verdad logre amarlo pese a sus errores y que pudiera luchar por su amor,que pudiera perdonar...

Su padre necesitaba a alguien a quien amar de nuevo...

Alguien que curará las grietas de sus corazón que yace hecho añicos.

Alguien que lo ame de verdad