°•Sólo un sueño•°

No podía volver a su pais,era demasiado tarde y acepto la acogida que le brindó Egipto en su propia casa antes que un hotel,por su hospitalidad no dudo en aceptar,además,que de malo había en estar en la casa de su mejor amigo (?).

Al llegar a la casa de Egipto,una deslumbrante edificación amplia,llena de pilares a los alrededores de su espaciosa sala,esos pilares estaban muy bien cincelados al estilo griego,había cortinas de terciopelo color naranja pardo brillante,sofá en medio y una pequeña mesa donde existía una alfombra persa con detalles en amarillo y rojo,frente a un negro sepulcral emocionante.

Estaba fascinado por aquel lugar,su amigo Egipcio tenía buen gusto para la decoración.

Era muy tarde,no había nadie en la gran mansión árabe,a decir verdad todos estaban dormidos a excepción de la joven Alejandria,quien por su parte había estado hablando con el nazareno sobre ciertos acuerdos comerciales y personales hasta que se percató de la llegada de su padre,ahí fue cuando colgó y seguido observó que traia una visita,se veían tan bien juntos a su parecer.

Egipto lo llevo a su habitacion,espaciosa,una gran cama con almohadas con relleno de plumas blancas y las sábanas de lino color azul deslumbrantes ante la iluminación de la lámpara que estaba en la mesita de noche de ambos lados además de un pequeño sillón color carmesí con vista a la ventana de cortinas azul zafiro y un enorme armario de roble oscuro con vestimentas de seda.

- 'atamanaa lak alrraha (espero descanses bien).-mencionó con tranquilidad en su idioma materno dejando de lado el español mientras cedía paso a su visita.

Israel se adentro en la habitación,mirando lo maravillosa que era,se sentó en la esquina de la cómoda cama y dirigió su rostro alegre a quien seguía en el marco de la puerta con los brazos cruzados mirándolo embelesado.

-toda,layla tov Egipto!.-mencionó tranquilo mientras le sonreía con gentileza,agradecido por su hospitalidad.

-laylatan saeida 'iisrayiyl (Buenas noches Israel).-sonrojado empezó a cerrar la puerta con suavidad mientras suspiraba con algo de cansancio y se iba en dirección a su habitación.

Pero algo lo inquietaba,no sabia que era con seguridad hasta que a pocos pasos escucho un leve ruido en la habitación de su huesped,preocupado se dirigió a paso veloz y abrió la puerta sorpresivamente,topandose con un hecho vergonzoso,pero que estaría en sus recuerdos de por vida.

Un simple objeto de cristal había caído al suelo,no había nadie a su parecer,Israel recogía del suelo aquellos fragmentos con cuidado y Egipto simplemente se quedo en el marco de la puerta,observando cómo su visita se ponía de pie,le soprendio verlo de esa forma,nunca había pasado por su cabeza que su cuerpo sería igual al suyo,la luminaria de la luna en la ventana que apenas entraba por la abertura entre las cortinas iluminaban su cuerpo pálido como un papel en blanco,ese blanco tan inmaculado de su cuerpo tonificado era cubierto por la gran túnica que se ponía para dormir que había tomado de aquel armario...

El momento más incómodo fue cuando se dio la vuelta y sus miradas se cruzaron en plena oscuridad,Israel parpadeo,frotó sus ojos estupefacto pensando que era una ilusión óptica y en ese pequeño instante tan minúsculo Egipto aprovecho para irse a su habitación,agitado y avergonzado además de nervioso.

Ya en el segundo piso,en el pasillo y en la puerta de su habitación se detuvo a pensar en Israel,como su mirada deslumbrante iluminaba la habitación,como su cuerpo bien trabajado donde su piel brillaba con tanta exquisitez por la luna despertaba a sus bajos instintos carnales que apenas logró controlar,despejó su mente por un instante de aquellos pensamientos pecaminosos,negó y se adentro con rapidez a su habitación aún exaltado.

Suspiro con pesadez mientras se despojaba de su traje,pieza por pieza,al estar simplemente con la camisa y el pantalón soltó su cabello rojo lacio de aquel amarre que había ejercido para estar presentable,en la habitación apenas iluminada por una pobre lámpara empezó a desabotonarse la camisa y buscaba en el armario su túnica para dormir.

Y como si fuera la acción del karma sería observado por su visita,quien al escuchar un ruido proveniente del lugar donde descansaria se exaltó por el miedo de que alguien hubiese entrado al lugar,el hecho era de que tenía suficiente con aquella entidad que lo estaba espiando y mandando mensajes extraños.

Si no estuviera consumido por el miedo el podría haberse las arreglado por su cuenta.

Estaba ahí,del mismo modo que lo había estado Egipto,se detuvo al ver la pequeña abertura de la puerta de la habitación que estaba iluminada y de ahí surgía un simple tarareo armónico,idéntica a la canción del restaurante donde lo había invitado producida por la voz varonil del dueño de la misma,se detuvo cuando sus nudillos estaban a punto de chocar con la puerta de roble barnizado.

Egipto parecía otro,una persona distinta a la que conocía,tenia el cabello suelto dándole un aspecto salvaje y varonil,esas hebras rojas brillaban con la iluminación naranja en un cuerpo tan oscuro como la noche y que solo aquella luz podía denotar su bien formado cuerpo,parecido al ente de su sueño anterior,de aquel extraño sueño en donde el era Pueblo Hebreo.

Se apoyo más hasta hacer que la puerta de un breve rechinido que alertó a quien observaba,quien seguido apago la luz y el se oculto detrás de la puerta que ahora estaba más abierta,su corazón estaba apunto de salirse de su cuerpo por el pánico.

¿Quien hubiese imaginado que ambos se observaron bajo la ingenuidad del otro?

Quieto y en silencio,solo el sonido de sus palpitaciones lo volvían loco,hasta que sintió un leve toque en su hombro,cerro los ojos con fuerza temiendo lo peor.

-'iisrayiyl?.-pregunto con tranquilidad mientras apartaba su agarre.

Simplemente sonrió y se ruborizo,en plena oscuridad apenas notaba a Egipto,su cuerpo apenas cubierto por la camisa que con desespero intento abotonar,el cabello cubriendo parte de su rostro y desordenado,esa tierna mirada,esos orbes hermosos,su sutil agarre lo ponían nervioso,su mente se nubla y su corazón toma el control sumiendolo al más grande de sus impulsos provocados por la presencia de aquella llama de amor pasional que le guarda al recuerdo del pasado imperial de Egipto.

Puso sus manos en su rostro,sobre sus mejillas ardientes y sonrojadas,mirando aquellos ojos de orbes que parecen un manantial de bloques gigantes de miel derritiéndose a cada isntante,dejando caer aquellas gotas en un mar de aquella dulce y viscosa sustancia,esa mirada de cordero manso,esa sonrisa gentil,esos rizos blancos y celestinos que parecen algodón de azúcar,ese cuerpo inmaculado y puro que no ha sentido el toque de otro mas sólo en la superficie lo inquietaba y fascinaban,obviando aquellas cicatrices largas que adornan su espalda.

Mirándose un breve instante para disfrutarse con la mirada surgió aquel beso apasionado que desearon desde aquel instante en que se vieron de una forma muy discreta,cada uno acercándose peligrosamente a los labios del otro,cada uno acariciando el rostro ajeno,uno sus cabellos y otro su rostro...

Hasta que sonó la alarma.

Perezoso Egipto,quien abrazaba una de sus almohadas despertó para apagar dichoso aparato y en el isntante de volver al momento se dio cuenta que nada de lo que creía verdad había sucedido,todo era un sueño.

Israel hacia lo propio,simplemente que el apenas durmió en la noche debido a una figura que emergía de la oscuridad sepulcral que lo miraba con deseo y lujuria,con irá y venganza,esos ojos que ardían en fuego infernal consumían su alma.

Todo era un sueño...

Solo un sueño...

Pero...

¿Desde que parte en realidad todo había resultado ser un simple sueño?

Ni ellos mismos sabían desde que parte en concreto todo era un sueño hermoso provocado de aquellos bellos recuerdos del pasado en donde alguna vez se sintieron completos con la presencia del otro.

Juzguen ustedes:

¿desde donde todo fue solo un sueño?