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El precio de una Vida.
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[I]
19 de enero del 2020; Israel.:
❝La vida no tiene un precio y si lo tuviera seria uno infinito, es un regalo divino que no puede devolverse.❞
Una vida es algo inconmensurable, tiene un valor mas allá de lo que los números pueden dar a conocer, más allá de lo que nosotros podamos brindarle. Es infinito y limitado a la vez, después de todo aun vives sin existir en un plano donde eres recompensado por tus buenas acciones o eres condenado por tus malas decisiones. Una vida es mucho mas valiosa que el dinero o los bienes materiales, es mucho mas compleja y maravillosa de lo que creemos. Es ese algo que nos llena, ese no se que, que nos hunde en un abismo de decisiones que influyen en demasía como ha de terminar tu primera existencia. Una vida...solo una entre miles.
Israel ha estado en constante guerra con Irán, el mismo lo ha sabido desde hace dos meses atrás, justo a finales de noviembre se intensificaban las hostilidades. Era de cobardes usar a una dama como marioneta para obtener los resultados deseados y eso es lo que sucedía.
Sentado en el sillón de su despacho revisa con sumo detenimiento los informes de como va desarrollándose la guerra. Tres puntos de los cuales hay que estar pendientes y solo dos de ellos son de suma importancia, la siria que ataca sin previo aviso en horas de la noche desde el norte y durante el día en aquella misma región ataca el iraní.
Pero durante aquel transcurso que lo remonta al pasado año se centra en el informe actual de los hechos, la muerte de la mano derecha de Irán le traería consecuencias graduales, no lo tenia feliz ni triste pero si que lo mantenía preocupado. Esta vez el americano había actuado según sus impulsos y no con la cabeza fría y la mente serena; la incredulidad se ve en sus ojos, moviéndose de párrafo en párrafo va informándose aun más de los hechos que lo tienen preocupado. Una idea surge en su cabeza entre el abismo de sus miedos y la ansiedad, algo que resulta ser una locura pero que si solo por un milagro puede llegar a terminar con una amenaza menos de la que preocuparse. Sacar una cita a estas horas de la tarde para centrarse en hablar con alguien que no desea hacerlo es perseverancia, aquella misma que lo movería y seria su motor para poder terminar con una guerra levantada por un obstinado.
Aquella misma tarde mientras acaricia sus sienes recibió una respuesta, una muy rápida que denotaba la positives de su idea, la leve felicidad se hacia presente en su sonrisa, quería acabar con aquella guerra de una vez por todas para así vivir con sus hijos tranquilamente sin la compañía de Egipto.
Cuanto le había costado acostumbrarse a estar cerca del egipcio, cuanto había sacrificado para que sus niños no crecieran sin una figura paterna. La desilusión en la mirada del turco y el coraje de sus palabras quebradas eran un recuerdo gris, uno bañado en lágrimas que jamas salieron de su ser, perfumadas por el aroma de la cobardía y quemadas por el miedo y la obstinación de que lo que hacia era correcto, emociones guardadas en su pecho han quedado en simples huecos que alguna vez albergaron algo hermoso que jamás llego a ser. El pasado era como un fantasma, la sombra misma de su ser de la cual no podía deshacerse. Fue su culpa y aun así prefiere callar lo que resulta evidente ante los sus ojos y su conciencia.
—Esto lo hago por ustedes.—la seguridad de sus palabras en la soledad de su misma esencia son motivadoras, el miedo es inevitable.
Tomando un lapicero de su escritorio anota en un pequeño papel blanco una dirección en particular, coordenadas que debería seguir mañana en una hora en específico siendo dada la misma por la mujer tricolor, la disposición de la fémina era inquietante como increíble; la falsedad estaba presente en aquella respuesta, en aquella coordenada que se remonta a los acosos del ente que desde el pequeño vértice de la puerta lo observa con malicia.
Debía prepararse para viajar a Siria.
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Damasco-Siria, 18:35 pm.:
La delicadeza de sus manos acariciaban con vehemencia su vientre en donde una vida se forma, las cicatrices de su cuerpo no fueron obstáculo para poder engendrar una vida, después de todo Irán se había comportado cariñoso todo este tiempo transcurrido.
Aquel cariño brindado y nacido del oscuro y vengativo como malicioso corazón del iraní se debía solo a un deseo, el deseo de tener un primogénito varón que sea semejante a él.
Atrapada por las cadenas del chantaje y de un extraño y raro amor se había convertido en la marioneta del persa, después de todo de eso se constituía su matrimonio y acuerdo nupcial.
En las oficinas de su gobierno había recibido una misiva en donde se redactaba el éxito del plan que había generado con su pareja y con el iraquí, era simple como pedir disculpas al pasar chocando con un despistado. Tan simple como lo era respirar, solo debía aceptar aquellas propuestas de paz y hacer tiempo, un tiempo que significaría mucho y aun siendo solo un par de minutos seria suficiente para salir de la influencia de quien la condena.
El ente es aquel ser que tanto la atormenta, pero a diferencia de Irán aquel es más sádico que su pareja, más desquiciado como malévolo. Un corazón lleno de oscuridad abstracta.
—Y bien...¿cual fue su respuesta?.—pregunto curioso el iraní depositando su mentón sobre el hombro de su pareja.
—La a aceptado..—respondio neutral.
Siria no era una mujer común o como las otras féminas del mundo árabe, si de hecho estaba firmemente atada a su cultura, la diferencia de ella era una cosa simple. Ella vivía bajo la posesión de su sombra, una sombra que en momentos inapropiados tomaba control de su ser, la consumía a tal punto de dejarla vacía. Hezbola era aquella sombra suya, peligrosa y de temer era una personalidad suya asimilada, en momentos menos propicios salia a la luz, durante momentos de conflicto y disturbios estaba presente haciéndose cargo. Pero el demonio de aquella sombra era aun más hórrida que la que la posee.
Luchaba contra si misma en una batalla que siempre en la mayoría de veces ganaba aquel lado suyo, aquel lado maldito que la hace débil y manipulable. ISIS es aquel lado oscuro de la sombra misma que la controla.
—Sabes lo que debes hacer...—el cariño oscuro del tricolor es abrumador reflejado en el suspiro sobre la piel de su delicado cuello.—no falles...
El silencio es una respuesta obvia al igual que el nudo que lleva en su garganta. Es difícil vivir con el demonio a quien tanto le teme, es difícil acallar los gritos de su corazón que aclaman encontrar otro camino más halla de la resignación y la obligación, es difícil decirle a su piel que no se sienta nerviosa ante la presencia del persa que resulta amenazadora. Todo es difícil y a la vez fácil de resolver.
Aquel día se daría un duró golpe a la seguridad mundial de la ONU con respecto a la seguridad de la representación de un país.
Ese era el precio de una vida.
Una vida por otra, las cuentas quedan saldadas, siempre y cuando sea la indicada.
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