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Tiempos de Padre e Hijo.
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Periodos comprendidos entre Abril y Julio:.
Reposando sobre el marco inferior de la ventana observo el cielo como nunca antes lo había hecho, sentía un vacío en su interior que tal vez lo colorido de la bóveda celeste era capaz de aminorar. Siendo tan pequeño las emociones abarcan y toman un contexto más maduro, siendo consciente de lo que hace y dice ya empieza a tener repercusiones a pensado seriamente en su vida.
Como esta se concibió de una manera tan extraña y enigmática, aun así el arco luminoso de colores cálidos como el rojo, amarillo, naranja, violeta, azul, verde, posiblemente celeste se proyectaba a lo largo del cielo en una tarde soleada y un tanto lluviosa. El suelo pedregoso yace pulido por el agua mientras las personas transitan con paraguas entre la agonizante lluvia que simplemente ahora solo es una llovizna y la gente no cree ya necesaria el uso del paraguas.
Vistiendo de un conjunto de botas para el agua y de un conjunto jean de color azul oscuro camina entre la multitud de personas que se deslumbran ante la llegada de la hermosa primavera. Flores de colores llamativos se hacen notar por doquier en los balcones, el sol brilla con imponencia mientras juega con algunos niños del lugar.
A lo largo de su estadía ha visto en su cuerpo algunas extrañas manchas que cambian el color de su piel, de un tono azulado a un tono rojo de forma radical, no en detonación ni siquiera en la mezcla de ambos colores, simplemente rojo tiene los bordes de su rostro mientras sus muñecas rojas ahora tienen un color azulado. No le tomo importancia más simplemente creyó que se trataba de un cambio temporal de su cuerpo debido a que va creciendo.
La pequeña villa se veía radiante decorada por las flores, las aves emiten su alegre trinido mientras las mariposas revolotean por los alrededores mostrando sus vistos colores veraniegos. Por otra parte el griego lo vigila desde el balcón con una alegría bastante satisfactoria. Ya iban o quizá estaban ya por la mitad del año, se sorprendió de la forma tan rápida en que los días pasaron a pesar de haber llegado en época de invierno.
Adentrándose a su pequeño refugio descanso su cuerpo en el sillón de la sala, leyendo una que otra revista mientras da leves sorbos al bourbon que trajo consigo en su maleta, a veces le era imposible escapar del encanto de la bebida que logra aminorar sus penas y quitarle las preocupaciones aun cuando su efecto es simplemente momentáneo, tal cual el otomano le había dicho, era un simple placebo de efectos temporales que posiblemente son la peor forma de querer escapar de las responsabilidades.
Añorar no sentir los drásticos cambios del clima es algo que extraña de sus tierras, pensando en como su hogar se mantiene por si solo mientras permanece refugiado en tierras extrañas bajo la gran amabilidad del alemán.
Fue inevitable sentirse menospreciado, tantas deudas que simplemente las más altas la tiene con él, fue inevitable que mientras bebe recuerde fragmentos de su pasado, recordando a la hija que perdió fruto de su traición con Macedonia y que hizo pasar como hija del Imperio Romano, su muerte lo dejo en un desequilibrio total, susceptible y enajenado...simplemente destrozado.
Recordar como es que aquel aspecto de su vida la oculto del turco, que mientras se conocían él le confiaba sus más íntimos secretos y tan solo el daba a conocer aspectos que la mayoría conocía en ese entonces, solo el turco era incapaz de ver que le mentía mientras lo miraba a los ojos. Traición, pasión, odio y resentimiento fueron las emociones que experimento su fiel amante cuando fue plantado ante su mayor e importante compromiso, aquello mismo siente experimentar.
Decepción, culpa, repugnancia y un escaso amor se mantienen vigentes en su ser, son emociones que por si solas lo someten en el ojo de la tormenta entre lo que cree es justo e injusto, en lo que cree amar y lo que resulta ser un capricho de tiempos pasados. Atrapado en un "amor" que solo una de las partes siente y que la otra dejo de sentir hace ya un buen tiempo.
Insistir solo hace que se humille, rogar es arrodillarse ante quien siempre lo menosprecia como persona y se burla a sus espaldas en la compañía de su cómplice, en compañía de aquella entidad que fue capaz de casi desfigurarlo y haber dejado claras secuelas que, por suerte, han dejado de ser tan evidentes pero siguen ahí, las marcas jamas se van ni se irán, un recordatorio de que amarlo era una pésima idea.
La cojera se hizo menos evidente, las cicatrices se contrastaban y camuflaban muy bien con la tonalidad de su piel bicolor, su cuerpo se recupero pero guardo las marcas y las inmortalizo en cicatrices con un cierto relieve y un tanto más claras que el tono de su piel. Su mente ni borra la experiencia más solo la aisla para no someter a su huésped al infame infierno de ese entonces.
Sus ojos mostraban sus pupilas dilatadas, como si hubiese visto algo que lo dejo perturbado o simplemente algo que lo asusto, una intuición que recorrió todo su cuerpo provocando que cada centímetro suyo se estremeciera, una premonición muy fuerte debido al ¿trago? Si apenas había bebido su tercer vaso, ¿recuerdo? Si ni siquiera experimento algo semejante en su vida, no con aquella horrible intensidad, ¿Acaso podría ser obra de...?
Dejo su pequeño vaso de cristal sobre la mesita de té donde reposaba la botella y se dirigió a su habitación, una acción tan repentina que podría sacar de contexto a cualquiera que en ese instante hubiese compartido bebida con él y le estuviese haciendo compañía. Era como si de por si siguiera una orden, una instrucción, como si hubiese estado atendiendo un llamado de lo más extraño.
Entrando en su habitación rebuscó entre sus cosas, busco en su maleta algún indicio que pudo haber dejado o simplemente algo que hubiese guardado de aquel entonces. Presentía haber visto aquellos segmentos en alguna parte, haber visto aquella mirada que ahora de forma borrosa recuerda... Como si de hecho ciertos aspectos de aquel entonces lo hubiesen escogido para un propósito, uno bastante importante.
Agitado arma su maleta, siguiendo sus instintos, aquel mensaje subliminal que llego a su mente en transición con el licor que tomó, una fuerza de lo más extraña lo impulsa a ir a aquel lugar, buscarlo por doquier porque en el una gran esperanza se halla. La esperanza de que todos aquellos que se ven sumidos en la discordia sean capaces de hallar la paz consigo mismos al saber que quien pago por su odio sigue aun con vida.
—Esto es una completa locura...—murmura inseguro mientras arma su maleta de forma rápida.
—Seguir el impulso de algo mucho más fuerte y que va más halla de lo entiendes y sientes, es una forma en que el destino manifiesta una señal ante tú incomprendida existencia... —un leve murmuro semejante a la brisa del viento daba a conocer que lo que vio y no comprendió posiblemente guardaba un mensaje importante.
La presencia presentaba el aspecto espectral de una entidad muy antigua, aquella voz la reconoció al agudizar sus sentidos y examinarla en su mente un breve instante. Romano, aquel imperio estaba con él, en alguna parte de su habitación posiblemente rondando debido a que no halló ni consiguió descansar en paz.
—Romano...Imperio...—sus latidos se aceleran al mismo tiempo en que su respiración comienza a hacerse lenta y prolongada.
—Quien es incapaz de marcharse sintiendo que tiene un compromiso aun con la vida, vaga por la misma buscando la forma de pagar sus deudas...mi descanso se pospuso, solo si eres capaz de ir hasta aquel lugar sere capaz de contar aquello que te llegue a ocultar. —dicho esto como una promesa se marcho del lugar, desapareciendo para posteriormente aparecer en el momento menos esperado.
Con maleta en mano y un tanto inquieto toma su pasaporte y prepara la maleta de su pequeño, pero no sin antes esperar una señal que le pidiese con suma urgencia su partida. Tan solo le queda esperar listo ante cualquier señal que se le presente, después de todo...sabría que cosa fue capaz el imperio de ocultarle a lo largo de su ya pasada relación.
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