☪1 5 6☪
El desconocido, una puerta a la verdad.
°•~━━━━━━━━━✥❖✥━━━━━━━━━~•°
【ⅩⅠ】
Mes de Noviembre, 18:26 pm.
Fue a recibirlo en el aeropuerto después de una breve etapa de reflexión y de orientación que tuvo con su partida, más sereno y seguro de lo que planea hacer decidió tomar las riendas de su destino manifiesto, tomar entre sus manos la situación sin esperar las vagas ganas del tiempo para concretarlas. Supo que debía decirle la verdad ahora, puesto si no lo hacia hoy seria incapaz de hacerlo mañana.
El otomano fue una pieza clave para decidirse a dar aquel paso al margen mismo del miedo que siente ahora, uno que por instantes intenta obligarlo a desistir de hablar sobre un tema que resulta ser tan delicado y complejo como simple y llanamente asimilable ante la presencia de un pequeño que ya cumplió 7 años hace algunos meses atrás.
Lo abrazo con todas sus fuerzas mostrando en aquel simple gesto el gran deseo que tenia de volver a tenerlo a su lado después de algunos meses fuera de tierras griegas. El pequeño asimilo su situación y entre una que otra amena charla con Macedonia decidió ser más tolerable con quien intentaba crear un vinculo con él, al menos suponía que aquel vínculo era uno de amistad y no aquello que Macedonia intentaba trasmitirle mediante sus palabras.
Fueron a las ruinas de la Acrópolis de Athenas, aquel lugar favorito de su pequeño que supo por parte de Macedonia, que mejor lugar que ese para acercarse más a él y así contarle toda la verdad.
—Pequeño...sabes, estos últimos meses desde tu partida he pensado contarte algo bastante serio...—una breve pausa por el pánico se hacen muy notorias, su mirada se pasea de un lado para otro mientras siente un pequeño nudo en su garganta.—algo que no se como lo tomaras pero me veo en la extrema necesidad de decírtelo.
Sentados uno a lado del otro y mirándose de manera extrañada han permanecido un buen tiempo, la mirada infantil yace confundida ante sus argumentos mientras la suya permanece queda en la inocencia de esos ojos que muestran su ingenuidad. ¿Deberia destruir todo aquello en lo que creyó gran parte de su infancia o debía seguir callando?
Un suspiro profundo cerrando sus ojos un instante, uno tan efímero que llego a ser casi eterno puesto que sus ideas contrarrestan a sus propósitos, intentan obligarlo a abortar la operación antes de que llegue a ser demasiado tarde y ya no exista marcha atrás. Un ultimo vistazo a sus posibilidades, frente suyo estaba la decisión de arriesgarse y haberlo intentado que resguardarse y seguir siendo un cobarde, era como si en sus manos tuviera un arma con solo una bala, una bala y una sola oportunidad de darle al blanco, fallar seria su perdición si era incapaz de usar las palabras correctas y manejar de buena manera la situación sin infundirle miedo alguno.
—¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme? Anda, dímelo.—era bastante curioso como en la etapa infantil la curiosidad y la impaciencia se manifiestan de forma divertida en sus exigencias casi suplicantes.
—Gretur, yo soy tu padre, aquel que te privaron de conocer...—directo y conciso dio a conocer su verdad, verdad que tomo por sorpresa a su pequeño que no tardo en molestarse y asombrarse de la misma manera.—¡Eres mi hijo Gretur!
Casi entre lágrimas se acerco a su presencia que permanecía atónita ante semejante noticia que resulto de gran impacto, entre sus brazos recluía a la presencia infantil que tanto añoro por 5 años casi completos tenerla nuevamente en sí. Lloró, lloro de manera casi desconsolada por la felicidad de haber soltado aquello que recluía en su corazón, demostrando que posiblemente aquellos años que paso al margen de la crianza de su pequeño sufrió por tenerlo lejos y haber sido privado de ejercer su papel de padre.
Por otra parte el pequeño correspondía de manera inconsciente a su abrazo, sin saber si estar realmente feliz o estar severamente enojado ante semejante noticia, atónito y confundido con una mirada casi distante y perdida permaneció todo el tiempo en que oyó los leves sollozos de su progenitor. ¡Era su padre! ¡Su padre!, que más daría por estar feliz y no estar tan confundido y metido entre dos sentimientos que demandan ser expresados de tal forma en que puedan dar una muy clara respuesta.
—Padre...¡Padre!.—mantenia aun una postura cordial, incapaz de llamarlo de tal forma en que suele dirigirse al turco mantenía cierto tono de felicidad y neutralidad en su voz.
Para Grecia resultaba ser un momento memorable en su vida, el trato frío de su hijo pronto se disiparía y desde ahora sentía que era más cercano a él, que aquella barrera que el le impuso fue retirada para su libre transito en busca de su reencuentro. Para aquel pequeño fue un pequeño viaje a su subconsciente, uno tan profundo que apenas recordó en algunos de sus tan distantes escenarios de su existencia su rostro, fue aquel fulminante recuerdo que provoco el despertar de su más grande alegría obviando el posible odio que por derecho debía tenerle al haber estado ausente cinco años de su vida.
—¡Gretur...!.—las lágrimas aun transitan por sus mejillas mientras su mirada irradia felicidad tras ver la pequeña alegría entre lágrimas que posee su más grande milagro.—¡Te juro que yo jamas quise abandonarte, lo que más hubiese querido es no haberme perdido parte de tu infancia... Verte dar tus primeros pasos, ver la forma en que crecías y cultivabas tu mente pero...el destino no me lo permitió! ¡Perdoname hijo, perdona a tu padre por su cobardía!
Suplica de rodillas frente a él, en el suave dorso de aquellas pequeñas manos descanso su frente en busca de su perdón. Fruncía el ceño con notorio dolor y remordimiento al haberse perdido aquellos instantes importantes en la vida de aquel pequeño, buscaba aquel perdón que el turco era incapaz de darle pero que creía firmemente que aquel infante seria capaz de darle, imponía en sus manos el sabio proceder ante su petición, aceptarla o no aceptarla...tan solo esperaba que él fuese mucho más correcto que su padre.
El pequeño giro sus manos y entre sus palmas sostuvo aquel masculino rostro que figuraba como una extraña presencia. ¿Otro padre? ¡¿Acaso era fruto de un experimento?! ¿Era por esta razón que su padre Turquía jamas le comento de donde provenía la otra parte que lo engendró? Tantas y múltiples preguntas que quedarían con grandes incógnitas como respuestas, resultaba loco creer que nació de un hombre ¡un hombre! Pero asimilaba la posibilidad de que aquello no estuviese muy distante a algo que pueda ser explicado y no quedar él como una aberración de la naturaleza.
Esbozando una gran sonrisa se lanzo a abrazarlo con todas sus fuerzas, se aferro a su cuello hundiendo su rostro por la leve hendidura que existe por encima de su clavícula, ahogando las ganas enormes que tenia de gritar lo contento que se sentía al haber estado tanto tiempo en compañía de un hombre que resulto ser también su padre, todo parecía una tremenda y agradable locura.
Las palabras serian simples retoques y llegarían ser innecesarias ante su obvia respuesta, no bastaba más que solo abrazarlo y sentirse ya un ser mucho más completo. Por fin nuevamente estaba a su lado, por fin creo un pequeño vinculo con su progenie, uno que el turco seria incapaz de romper ya que por él fue capaz de renunciar a su motivo de gran felicidad y dicha, su hijo, su pequeño Gretur.
Así un buen tiempo permanecieron abrazados e intentando reconectar aquel vinculo que el turco fue capaz de intentar cortar a toda costa. Sus intentos tan vanos llegaron a ser que tarde o temprano esto acabaría sucediendo. Turquía tendría que darle grandes explicaciones del porque jamas fue capaz de decirle que Grecia era aquella otra parte de su pequeño ser.
Así se forjaba una pequeña nueva historia, una nueva experiencia que derivaría en un mismo camino, la conclusión de una misma historia con diferentes caminos que conducen a un común desenlace.
Un destino que aquellos inocentes están destinados a seguir y transitar un camino adverso forjado por las mismas manos de sus progenitores.
¡Que desdicha y crueldad!.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top