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El despertar de la Paternidad.
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Llego noviembre en un abrir y cerrar de ojos, en las tierras israelíes pareciera que la única estación existente fuese una eterno verano. Estaba en el hogar de Tel Aviv, dando los últimos toques al agasajo, acomodando los globos y listones por doquier de aquella gran sala, veía como los hermanos de su pequeño traían alimentos como ser dulces y jugos, un pequeño pastel y gelatinas.

Vaya que aquellos niños habían crecido y todos sus hermanos lamentaban en silencio que la apariencia que llevaban sea del asesino de su padre y no así del "difunto". Más al contrario sus sonrisas son una forma de disuadir a aquellos visitantes que lo que en verdad sienten es pena y remordimiento.

Un montón de regalos yacen sobre otra mesa, listos para ser abiertos cuando ellos partiesen y llegasen a tierras norteamericanas.

Tan solo era un evento en el cual todos los hermanos de aquel pequeño estarían presentes, de hecho, los hijos de Egipto no tenían la culpa de que su padre hubiese cometido aquella atrocidad.

Así es, ellos también desconfiaban de su padre, más de uno creía que lo había matado y solo dos de entre ellos dudaban de aquel hecho, pensado firmemente en que había algo extraño en aquella muerte, algo que no podía descifrar pero no concordaba con las aseveraciones que el turco infundía en contra de su padre. Todos reunidos empiezan a agasajar a los pequeños, primero que nada cantándoles el feliz cumpleaños que ambos bandos de hermanos habían adaptado en su particular lengua. Texas cantaba en inglés mientras que los judíos en hebreo y los egipcios en árabe.

Todo fue sonrisas y aplausos, risas al verlos con la cara embarrada de glaseado de chocolate, sonreían y jugaban con las manos llenas de aquel dulce oscuro y delicioso. Todos convivían en total armonía a pesar de que estuvieran totalmente distanciados por el incidente que no tiene frutos en la investigación, no prospera y se estanca, dando como único sospechoso a quien sufre por la partida de quien más ama, a pesar de que ese mismo siente que aquella otra mitad de su alma sigue con vida en un lugar que es incapaz de encontrar.

—Como has estado estos días?. —pregunto al joven israelí que tenia a su lado, Tel tan solo se dedico a observarlo extrañado.—me refiero a como te ha ido tras tomar el puesto de tu padre.

—Es bastante agotador..—respondió tranquilo, pasando su mano derecha por detrás de su cabeza.—jamás imagine que sus responsabilidades fuesen más duras que las mías.

—Ya veo, debió ser difícil adecuarse...

—Ni que lo digas... —emitio una suave risa burlona.—yo solía divertirme cada día, salir a mis playas y tomarme selfis para postearlos en mi insta, ahora ni el tiempo me alcanza...las cosas son más hostiles con Irán, parte del día me la paso en las oficinas de mi gobierno y en reuniones con FDI...no se como es que mi padre lo hacia parecer tan fácil...

Tel Aviv encorvó su postura, descansando sus antebrazos sobre sus piernas mientras suspiraba con resignación, levantando la mirada para ver la fiesta que tiene en frente y encarar a quien tiene a lado.

—Y a ti como te ha ido, debió ser difícil criar de ellos...

—Eso ni tienes porque dudarlo, renuncie a ciertos hábitos que me brindaban felicidad y alegría pero valió la pena.—esbozo una tierna sonrisa conforme su mirada se clava en sus manos entrelazadas. —verlo con aquella sonrisa angelical e infantil, escuchar sus primeras palabras...verlo dar sus primeros pasos...tan solo aquello no lo cambiaría por nada en el mundo, siquiera por un instante de vivir aquella vida que deje atrás...

Tel Aviv sonrió, recordando pequeños escenarios en donde vio a su padre feliz en estado gestante. Lo veía radiante con aquel vientre en donde llevaba a sus hermanos, a pesar de haberse mantenido oculto con ropas holgadas a las que habitualmente usaba no pudo ocultárselo, tan solo fue fácil descubrir su voluminoso vientre antes de que desapareciera para pronto volver con sus hermanos en brazos.

—Quisiera que me prometieras una cosa Texas...—saco su teléfono móvil y empezó a entrar a galería, ofreciendo a su amigo una imagen de su difunto padre.—haz que ellos no lo olviden, que recuerden este rostro como el de su padre... Prometelo Texas...

Texas dedico un instante de su atención a ver al difunto Israel, acompañado de sus hijos quienes ahora miman a su pequeño. Asintió con la cabeza con levedad y tomo entre sus manos las manos israelíes que le mostraban aquella fotografía.

—Te prometo que lo haré Tel, ellos no olvidarán quien les dio la vida, es una promesa que he de cumplir pero...¿que hay de Egipto?.—tan solo preguntar por el tricolor denoto en el rostro bicolor un semblante serio, borrando aquella carismática sonrisa y aquel gesto amigable de su rostro.

—Él no es importante, por mi es preferible que ellos no sepan quien es su otro padre, es preferible que crean que eres tú... No quisiera que aquel asesino tuviera el derecho de ser llamado padre...—alego serio, la crueldad de sus palabras resultaban un visto bueno a sus ya planes concretados.—solo haz que recuerden a mi padre...solo eso, Egipto no tiene cabal en esta historia.

—Ok, cumpliré la promesa que me hiciste prometerte querido amigo.—un apretón de manos sella aquella cruel promesa, siendo artífice del futuro caótico desenlace.

—Gracias por todo Texas, Dios sabrá recompensartelo.

—Que tal si vamos a seguir celebrando, estoy ansioso de probar aquella extraña gelatina que hay en la mesa!.

—Es una Halva, vamos a seguir festejando!.

Levantándose de sus asientos continúan el  agasajo, tal vez una fiesta que por mínimo tenia que tener la presencia del padre de aquellos pequeños, los malos entendidos en el transcurso de los acontecimientos le pintaron una mala imagen ante quienes alguna vez lo consideraron parte de su familia, la mejor compañía para su padre, lamentándose el simple hecho de que creyeron mal...se dejaron convencer por las apariencias que aquel asesino dibujo frente a sus ojos.

Tan solo quien carga con toda la culpa de aquella muerte es un inocente cuyo único delito y pecado fue haberle hecho daño emocional. Él jamas le puso una mano en milenios, jamás lo amenazo de muerte, hizo de su vida un suelo que término convirtiéndose en una pesadilla de la cual aun lucha por despertar.

Egipto era inocente pero las declaraciones de Turquía mezcladas con las de América no hacían más que hacerlo ver como el principal acusado de aquella repentina y extraña muerte, donde el cuerpo aun no ha sido hallado, interrogando a quien ansia ver nuevamente a su pareja, aun cuando baraja la posibilidad de que haya partido al mundo de los muertos...

Tan solo aquella espera pronto daría frutos.

Una fiesta que mantiene en su memoria, una fecha que celebra en silencio a pesar de no tener a quienes quisiera a su lado. El cumpleaños de sus hijos, sus primeros tres años de existencia antes de pasar de ser bebés a ser ya unos niños que pronto llegarían a ser adultos. Deseando tan solo que estén bien a pesar de estar lejos de su alcance.

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