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El despertar de la Paternidad.
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Los meses pasan volando conforme más el amor a aquel pequeño va aumentando, convirtiéndose en un peligro inminente y siendo parte del plan de aquel miedo que yace dentro de su ser, la simpleza y pureza de aquel amor al infante eran como una "droga", se había acostumbrado a tenerla y a consumirla que dejarla seria una tarea casi imposible de lograr.
En el amanecer de un dia particular del mes de mayo contempla a su pequeño dormitar en su cuna, verlo tan pacifico le produce un pequeño cosquilleo en el abdomen que prontamente se dirige a sus mejillas tornándolas casi rojas. Tranquilo como todo niño estaría a su edad, no había berrinches estruendosos como algunos niños que ha visto, siempre curioso que hasta por esa curiosidad misma terminaba dándose raspones o picaduras por algunos insectos no venenosos.
Aveces le dolía ver aquellas marcas hórridas que realizan sus lágrimas cuando ya sea por una dolencia o simplemente porque se negó a darle algo que quería le partía el corazón y el alma, como podría negarle algo a aquel pequeño cuando su mirada llena de inocencia sucumbe a llenarse de lágrimas que lo glorifican de una manera espectacular. Pareciera que sus ojos fuesen hechos de cristal debido al brillo que emiten al verse empañado por salinas gotas que resbalan por sus mejillas al cerrar sus ojos. Tan solo cuando sonreía se sentía privilegiado de ver su pequeña y carismática sonrisa infantil. Tan solo tenerlo entre sus brazos, haciéndolo volar como si tuviese alas, haciéndolo jugar con sus muñecos y su sonajero que le provoca una estruendosa risa quisquillosa.
Con el dorso del dedo índice de su mano derecha acaricia los mofletes suaves de su pequeño casi con extremo cuidado, temiendo que con tan solo ejercer una presión diferente a la que ejerce seria capaz de perturbar su tranquilo sueño. Paso de sus mejillas hasta su cabello, sintiendo aquel escaso mechón que cubre su cabeza, hebras rojas con puntas blancas y algunas de ellas son totalmente azules. Tal vez en un futuro aquel patrón cambiaría tal cual lo haría su cuerpo, mente y alma.
—Shhh...tranquilo, sigue durmiendo...—manifestaba con tranquilidad, tomándolo entre sus manos y poniéndolo sobre su pecho, dándole ligeras palmaditas y acariciando su pequeña espalda.—Papá estará aquí para tí, papá hará el desayuno.
Salio de aquella habitación, con el pequeño soñoliento pero consciente entre sus brazos bajo las escaleras con cuidado, caminando hasta la cocina en donde preparaba el biberón para alimentarlo y ya luego vería que hacerse para desayunar, lo primordial era él.
Sentándolo en su silla especial empezó a preparar el biberón, tal vez más de cinco minutos fueron suficientes para que el agua estuviera lista y acorde a la temperatura ambiente. Ni muy frío ni muy caliente, tres cucharadas de leche en polvo en una jarra de cristal empezó a remover, vuelta tras vuelta su mente se va perdiendo en las ligeras ondas blancas que están frente a sus ojos, el verde de sus ojos se perdía en el blanco de aquella sustancia, tal vez en los recuerdos de su infancia o haciendo una profunda reflexión sobre su vida de ahora en adelante.
Todo fue tan repentino que después de un año aún le costaba asimilar. Era padre, ya era padre y sentía aquella gran responsabilidad sobre su espalda, cargando con ella sin siquiera saberlo pero si ideandola en su cabeza. De café negro bien cargado a beber casi la mayoría de veces jugos y leche con cocoa, de whiskys y licores a solo beber jugos naturales o refrescos enlatados. De salidas nocturnas a pasar días durmiendo en su hogar, verificando antes de irse a dormir si su pequeño estuviese bien y que los alrededores sean seguros. De noches de parrandas, excesos y jaquecas ha noches enteras en su hogar, leyendo libros para ser un buen padre, investigando como hacer de la vida de su pequeño un sueño.
Todo había cambiado en su vida, dando un ligero giro de 180°.
—Aqui tienes baby.—le ofreció el biberón que con ansias el pequeño cogió entre sus manos y se lo llevo a la boca.
Se veía tierno comiendo por si mismo, había dejado ya de cierta manera de depender de su mano sosteniendo la botella sobre su boca succionadora.
Acto seguido se preparo su desayuno; una leche achocolatada con el resto de la que preparo, seguido un par de tostadas con dulce de leche, un pequeño jugo en cartón de durazno y un par de peras y manzanas para degustar mas tarde. Hoy, siendo un dia diferente a los anteriores temía dejar aquel pequeño solo, más las responsabilidades exigen a gritos su presencia. Estar ausente durante casi un año tendría sus consecuencias graduales, púes de seguro esperarían en su escritorio informes que revisar y redactar, papeles que firmar y actas que escudriñar.
Aunque lo que había hecho hace un par de días fuese lo incorrecto porque debía aquel pequeño estar alejado un tiempo de sus parientes de sangre lo hizo, tenia una fuerte conexión amigable con quien ahora tomaba las riendas del gobierno israelí, siendo aquel peón que en el tablero mundial falto pero que su mismo gobierno se esmero en reemplazar.
Tel Aviv llegaría a sus tierras, a las de su padre y lo buscaría bajo una dirección que le dio. Aquel joven quería estar más cerca de su hermanito, convivir más con él y hasta siquiera conocerlo.
Una vez que termina de desayunar llevaba a su pequeño a su habitación de baño, le daría un saludable baño mañanero antes de que pudiese más tarde dejarlo jugar y con la llegada de Tel Aviv dejarlo tomar su siesta matutina. Con cuidado tomo la regadera y lleno la bañera por la mitad, quito toda la ropa al pequeño y lo puso en la tibia agua.
Compro una variedad de champú y jabones para su delicada piel. Suaves masajes sin siquiera pensar soltarlo mientras chapotea en el bañera. Sus pequeñas manos extendidas chocan con la superficie de agua haciendo que la misma salpique hasta su ropa provocándole una sonrisa divertida. Tallo su cuerpo con delicadeza, evitando hacerle daño con el jabón. Masajeo su cabeza con cuidado evitando tocar por mucho tiempo su pequeña cabecita. Lo enjuago y seco con cuidado, envolviéndolo en una toalla lo llevo hasta su cama, le puso un pañal nuevo no sin antes pasar el talco por sus nalguitas, un nuevo conjunto luciría este dia con la llegada de uno de sus hermanos mayores. Parecía un pequeño oso de color naranja en su cama, le saco una fotografía con su cámara fotográfica que saco del primer cajón de su mesita de noche, aprovecho el momento para hacerlo y así lo tendría de recuerdo en su álbum familiar.
—Hummm...que bien hueles!.—alago restregando su rostro con cuidado sobre su pancita.—Ahora papá debe darse un baño.
Lo tomo nuevamente entre sus manos y lo puso en su coralito, rodeado de pequeños balones de ule y osos de felpa se dirigió hasta su habitación de baño donde tomo una ducha fría para despertar a su cuerpo. Su jovial cuerpo era lubricado por las agradables gotas de agua salidas de la regadera, se sentía satisfecho con la sola presencia del agua en su cuerpo, se sentía renovado y con más energías puesto que aquellas mismas las necesitaría más adelanté.
Pasan las horas y ahora permanece sentado en el sofá de su hogar esperando la llegada de su visita, horas que parecen ser eternas, la incomodidad de usar un traje en vez que un atuendo casual lo estresan y un suspiro de alivio sale de sus labios al oír el timbre sonar, esperando que quien llama a su puerta sea el israelí.
—Shalom Texas, disculpa la demora. —saludo alegre y paso una de sus manos por detrás de su cabeza disculpándose por su atrasó. —mi vuelo se atraso por más de una hora pero. —suspiro con satisfacción. —ya estoy aquí.
—Pasa, descuida, esas cosas suelen suceder.—cedio el paso viendo que su visita traía un pequeño equipaje entre sus manos.—sube, él esta en la habitación que tiene su nombre. Procura que se duerma cuando sea el medio día, dale su biberón antes de hacerlo y cuidado micho por favor.—recomendó antes de marcharse, esperarlo le había costado valioso tiempo para ir a su oficina y ejercer su papel de estado.—todo lo que necesites esta en su habitación, siente como en tu casa. Nos vemos más tarde.
Salio corriendo, tenia mucha prisa que no pudo siquiera dejar hablar a su visita que con tantas palabras se hacia un enredo no muy crítico en la cabeza, de hecho solo quería pasar el tiempo con su hermanito más que todo conocer como era, deseando en el fondo de su corazón ver que se pareciera a su padre que en el egipcio. Quería conocerlos pero tan solo conocería a uno y haría que pronto se buscará conocer a su hermanita.
Continuara...
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