🍁🍼①⓪⑦🍼🍁
El despertar de la Paternidad.
━━━━━━━ • ஜ • ❈ • ஜ • ━━━━━━━
⁍⑵⁌
Hoy, siendo un día diferente a los anteriores se hallaba en una gran tienda, viendo algunas prendas de hermosos colores para su bebé. Algunas azules con estampados de personajes de dibujos animados o simplemente de un color en concreto sin diseño alguno daban a ser una buena elección. Pequeños baberos para evitar que ensuciase su ropa al igual que algunas medias.
Todo era adorable, por doquier había ternura, en cada prenda, sea esta un pequeño mameluco o zapatos de lana o inclusive medias eran adorables. Con varias bolsas en las manos sale del lugar hasta llegar a su primer destino. En el lugar variedad de cunas se podía divisar, cada una más hermosa que la anterior. Después de pasearse por un par de minutos observando a detalle cada una se decidió por una. Una enorme, una cama cuna de un modelo contemporáneo color chocolate fue su elección. Una con cajones donde podía poner las ropas que había comprado para él al igual que sus talcos, paños húmedos y pañales.
El dinero no era problema alguno, es más, jamas lo seria. Le daría todo aquello que deseara por más costoso que fuese. Era un bebe, su bebe.
Con una enorme sonrisa sale le lugar, no sin antes comprar algunos osos de felpa para decorar la futura habitación de su pequeño. Pero, antes de siquiera poder mudarse y alejarse del ajetreo de la ciudad por un buen tiempo quería hacer una pequeña fiesta, invitando a algunos de sus hermanos y hermanas para que conocieran a su hijo.
Era tan inocente como aquel bebe, ingenuo como nadie lo seria en su lugar. Encariñarse era inevitable pero peligroso. Tarde o temprano aquel pequeño tendría que partir de sus brazos a los brazos de su padre, su papel de paternidad era temporal, aquello jamas quiso asimilarlo y nunca lo haría hasta que viera con sus propios ojos como podrían atreverse a quitárselo.
En su hogar estaban presentes solo cuatro personas, las mismas que el había invitado. Florida cuidaba de aquel pequeño con recelo, mimándolo a cada instante evitando que California se lo quitara. Mas al contrario de aquella escena que protagonizan sus hermanas se hallaba Washington. Sentado a un costado de la gran sala, sobre un sillón individual lo esperaba con una taza de te en mano. Por mas que el silencio en sus labios negara lo que creía entender por el mismo, su mirada se lo daba a conocer.
—Texas, we can talk for a moment alone.—pidio cordial yéndose directo a la cocina.
En silencio asintió mientras dejaba lo que recientemente había comprado sobre el sofá individual que anteriormente ocupaba su hermano.
—Enseguida regreso.—manifesto nervioso a sus hermanas que simplemente asintieron con una sonrisa.
Hay tensión en aquella cocina, una creada por la visita que intentaría abrirle los ojos a su hermano y de paso prevenirle de sufrir un dolor si seguía con su obstinación de tratar aquel pequeño como suyo.
—Que crea que haces, Texas?.—cuestiono serio mientras se cruzaba de brazos.
—Hago lo que me encomendaron como responsabilidad primordial. —respondio simplón, encogiéndose de hombros divertido.
—crees que es un juego, crees que esto no es serio?.
—No se a donde quieres llegar con esta conversación...
—No crees que estas tomando demasiado enserio tu papel con aquel niño?.
—Solo obedezco las ordenes de nuestro padre!.
—Haciendote pasar por su padre!? Creyendo que lo eres!?.
—Es mi hijo, lo crió como mío debido a que sus padres lo entregaron al nuestro para protegerlo!.
—No eres su padre ¡entiende que no lo eres!.
—No se a que te refieres, solo cumplo mi deber...
—Crees que no me he dado cuenta que te has encariñado con aquel niño, que empezaste a quererlo como tuyo. Que empezaste a quererlo como si fuese tu hijo...sangre de tu sangre.
—Es mio, sus padres no mostraron interés alguno, según lo que dijo nuestro padre fue salvado de la situación precaria en la que se hallaba.
Observando la frustración en el rostro ajeno ve como su hermano se masajea el entrecejo con cansancio y frustración. El contrario ve en su mirada la alegría mas extraña jamas conocida, como si algo más fuerte y totalmente inusual reinara en el.
—Aquel pequeño al que tanto quieres tiene un padre que vive, pronto vendrá por él, pronto reclamara su tenencia legal.—se acerco y lo tomo de los hombro intentando hacerlo recapacitar antes de que fuese tarde.—pronto te lo quitaran para jamás devolvertelo. No quiero que ninguno de mis hermanos sufra.
Texas lo miro firme, decidido y sobre todo con seriedad y valentía. Afrontaría el futuro sea cual sea con tal de estar con su pequeño, daría una ardua lucha para que nadie pudiese quitárselo.
—Estoy dispuesto a correr aquel riesgo, todo por mi pequeño. No dejarte que nadie me lo quite, no evitaras que lo siga queriendo. Yo lo crió y lo cuido. Me pertenece, es mi hijo aun cuando no sea de mi sangre.—la convicción en sus palabras doblega a su acompañante ante sus ideales.—Por primera vez en mi vida tengo un motivo para vivirla como tal. Yo seré su padre, el padre que aquel hombre jamas podrá ser.
—Veo que tomaste una decisión, espero no llegues a sufrir por la misma.—resignado le dio un fuerte abrazo fraternal.—por cierto su nombre es Egipel, es hijo de Israel y Egipto, tenlo muy en cuenta.
Dicho aquello se marchó dejando un poco aliviado a su hermano pero acongojado. La sola idea de que Egipto tuviese el valor necesario para reclamar nuevamente tener la tutela de su pequeño lo aterraba. Regresando a la gran sala de su hogar como si la conversación que tuvo con su hermano jamas hubiese sucedido decidió cuidar de su pequeño.
Con el pequeño en su regazo procede a ponerle algunas de aquellas ropitas que había comprado, poniéndole mamelucos de colores llamativos que no opacaran el color de su piel. Idéntico más a su padre que a su "madre". Un pequeño que poseía la característica única de Israel siendo la estrella de David de color dorado en vez de azul, y teniendo el color de sus orbes del mismo color miel que su "difunto" padre.
—Smile little one!.—mencionaba melosa Florida mientras California movía una pequeña sonajera en frente del pequeño haciéndolo sonreír.
Una fotografía entre muchas, inmortalizando el inicio de su infancia en el trayecto. Su pequeña vida que recién comenzaba era inmortalizada en una fotografía que seria enviada a su padre cuando América lo decidiese conveniente.
Después de todo aun Egipto seguía siendo sospechoso por la "muerte" extraña y repentina de Israel.
Solo una pista seria capaz de avivar las esperanzas de que, quien es considerado óbito este aun con vida.
Solo una pista bastaría para dar a conocer a los autores de semejante desastre. Solo una pista lo ayudaría a limpiar su nombre de las falsas acusaciones y de las sospechas sobre él. Solo una le daría la dicha de tener a sus hijos devuelta. De volver a reconstruir a su familia. De volver a ver a Israel.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top