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¡Seamos Familia!
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(Mes de Agosto).

Largos meses habían pasado, vivía a lado del turco y junto con su prole que empezaba a crecer, ya no podía ocultar el voluminoso tamaño de su vientre cosa que preocupaba al turco...no era normal a su parecer, que esperaba después que en el paso del tiempo no habían asistido a un control médico.

El amor entre ellos florecía como el hermoso capullo de una rosa sin igual, no se daban cuenta o pretendían no hacerlo... Choque de miradas seguidas de pequeñas risas risueñas y nerviosas, la electrizante sensación abrumadora que recorría sus cuerpos al instante en que rozaban la piel de sus manos sobre las ajenas, el incesante latir eufórico de sus corazones que los ponían colorados o el extraño brillo de sus miradas eran entre otras más las más hermosas muestras claras del nacimiento de un nuevo amor. Como poder olvidar aquella velada mágica en la cabaña que ahora decidió llamar hogar...

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Era de noche, el crepúsculo había caído majestuosamente dando la bienvenida a la hermosa noche de estrellas que brillaban con fulgor y que podían divisarse de una manera espectacular en la bóveda oscura. La tenue luz de las velas iluminaban la sala, el calor de las brasas en la chimenea era satisfactorio, ambos sentados frente a un sutil banquete preparado por el turco disfrutaban del aroma de las flores de lavanda que armonizaban la mesa. El contraste cálido del calor se reflejaba en el rostro bicolor que degustaba con satisfacción la comida. Turquía no podía apartar su mirada y atención de Israel, quería acercarse y rozar sus labios sobre los de él, sentir el toque de su piel sobre la suya, sentir el choque de su respiración sobre su rostro al momento de besarse, era una velada romántica seguida de una hermosa canción que tocaba en la radio. Una cena deliciosa en la cual satisfecho halagaba la buen sazón de su anfitrión, su mirada agradecida era el mejor regalo para el enamorado turco quien se había parado y se había dirigido a su persona.

Israel.—lo llamó y el mencionado mantenía su atención fija en su mirada.— quiero que me respondas una pregunta con la más pura verdad.—mencionó con serenidad.

Turquía extendió su mano siendo aceptada por el hebreo mediante el cual lo ayudó a levantarse del asiento; tomo con sus rojizas manos casi temblorosas las cálidas y suaves manos blanquecinas de su invitado, era inevitable no sentirse nervioso, sumido en el pavor carraspeo un poco antes de hablar.

Aún amas a Egipto...?.—soltó después de cerrar los ojos con fuerza como queriendo evitar que el hebreo viera su pavor.

...—el silencio lo invadía y las palabras yacían hechas una maraña de ideas mal formadas, erradas y más de una no le brindaba la respuesta que buscaba.—No...no lo se...soltó de la nada, confundido y melancólico bajo su cabeza y cerro sus ojos.

Turquía abría lentamente lo ojos observando al hebreo, suspiro y con el dedo índice de su mano derecha sobre el mentón ajeno levanto la cabeza de Israel, su mano izquierda acariciaba con vehemencia los pómulos del bicolor que abría los ojos con sorpresa, un toque sutil y ejercido con decoro, suave...gentil...hicieron a Israel sentirse renovado y amado.

Cuando algo malo te suceda, tienes tres opciones.—bajo su mirada y alejo sus manos del rostro ajeno para tomar sus manos entre las suyas.—dejar que te marque, que te destruya o que te fortalezca...¿cual escogerías?.-cuestiono levantando su mirada.

Israel analizaba la pregunta y la comparaba con su experiencia, todo era repentino, un vaivén de emociones surgían en su interior generándole una severa confusión con sus sentimientos.

Dejar que me fortalezca...—sus manos se aferraban a las turcas intentando no sentirse nervioso ni solo.

Turquía se acerco más, podía fácilmente apartar la presencia del turco de su rostro pero no quería, es más deseaba con ansias que se acercará a tal punto de sentir su respiración sobre la piel de su rostro, ver de cerca el extraño brillo de su mirada de hermosos orbes turquesa.

Turquía se movía al son de una tranquila melodía, lo guiaba con delicadeza a seguir sus pasos, apegados de forma tierna inician un pequeño vals eternizado en sus esencias primigenias. Un, dos, tres...un, dos, tres, pasos lentos donde su corazón se acelera y donde su rostro descansa sobre el pecho ajeno, la dulce melodía del palpitar del corazón turco eran una hermosa música celestial. Un, dos, tres...un, dos, tres, su alma bailaba junto al de Israel en un infinito soneto celestial. Dos corazones bailando al compás de una musica apasionada, en un movimiento medieval sus almas se encuentran queriendo sanear sus heridas provocadas por amar demasiado, se expusieron frente a la llama de la pasión y se quemaron en el intento de salir ilesos del incendio descontrolado que quemo todo lo que protegían con recelo.

Una noche que marca el inicio de un nuevo comienzo.

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Ambos estaban con la OMS, la organización había estado preocupado por el hebreo y la pronta solicitación de su presencia a pedido del turco era la oportunidad para realizar sus estudios con respecto a la gestación en Israel. Estaban en un consultorio privado e Israel estaba recostado sobre la camilla mientras la organización pasaba un gel por su vientre para que gracias al mismo con el aparato se pudiera divisar a la criatura.

Israel sostenía con miedo la mano de Turquía quien se había sentado a lado suyo, ambos nerviosos a mas no poder. Después de todo pronto llegarían a ser familia.

Respira tranquilamente Israel, en un par de minutos podrás ver a tu pequeño.—comentó alentador y tranquilo la organización manteniendo la mirada fija en la pantalla del monitor.

Israel cruzaba en reiteradas ocasiones su mirada con la del turco quien emitía una franca sonrisa dándole el valor necesario para no sucumbir al pavor que ahora quería atraparlo entre sus afanosas garras.

La organización permanecía estupefacto frente a la pantalla del monitor, su sorpresa y su silencio ponían nervioso y preocupado a Israel quien intentaba ver en aquel extraño monitor que era lo que estaba mal.

oh my god, this...this is amazing!.—exclamó emocionado sin despegar la mirada del monitor.

Que sucede?!.—estaba asustado por tan repentina exaltación producida por la organización.

Es sorprendente como tu cuerpo asimilo perfectamente el cambio, es...es un hallazgo increíble.

Turquía también estaba emocionado, veía en aquel monitor algo tal vez insólito, no le importaba el hecho de que la criatura no fuera de su sangre le valía y por ello su rostro demostraba felicidad y asombro.

Qué sucede?.—reiteró su pregunta claramente aun más preocupado de lo que estaba.

Israel...mira atentamente.sugirio el turco señalando la pantalla en donde figuras oscuras se movían.—tendrás gemelos!.—exclamó al borde de las lágrimas.

No.corrigió la OMS.—son mellizos!.

Israel retenía la ganas de llorar de felicidad, sus ojos estaban cristalizados y brillaban con fulgor, era un momento espectacular.

¿Podemos escuchar el ultrasonido?.—preguntó ansioso Turquía sosteniendo la mano del bicolor carcomido de emoción de ser padre.

La OMS asintió y todos en aquella sala estaban sumamente emocionados por lo que escuchaban, era el latir incesante de dos corazones diminutos dentro del cuerpo de Israel, dos criaturas que pronto llegarían a un mundo lleno de dolor y muerte. Sensaciones jamas vividas se presentaban en sus corazones, era algo impresionante como el milagro de la vida y la concepción de la misma. La felicidad embargaba el corazón del futuro padre, una emoción que casi lo hacia desmayarse, una sensación que lo abrumadora que lo dejaba sin aliento. Era un milagro...uno muy hermoso.

Hermosas imágenes de la ecografía llegarían a manos de quien daba un paso importante en aquel preciso instante.

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17 de Agosto, 15:35pm; Mezquita-madrasa del Sultán Hasán, El Cairo.


Había costado mucho dinero la dote de Libia, se sentía nervioso pero más que todo culpable. La mirada de su presidente lo inquietaba en demasía infundiéndole un miedo que no sabría definir como tal. Vivía en el dilema que sus emociones habían definido en su ser para que tomara la decisión de desposar a la libia y tomar el sendero que conducía al buen vivir.

Ambos frente a quien leía pasajes del sagrado Corán escuchaban con firmeza las palabras y designios sagrados que Allah había transmitido al Gran Profeta. Su mente divagaba en los recuerdos de su matrimonio, una celebración formidable donde al igual que en esta muchas personas habían asistido, en si, su matrimonio era cerciorado por el mundo árabe; su testigo era Grecia... Fue una ardua discusión la que dio al griego la oportunidad de atestiguar un matrimonio "hetero" entre su buen amigo y Libia. Por parte de la fémina que lucia radiante y glamurosa como hermosa se presentaba como testigo Sudán, su mente lo lleva al pasado en donde su corazón se estremece al ver la peculiar mirada que poseía el sudanés. Se parecía en si demasiado a Nubia...al tierno e ingenuo nubio...por un momento sintió su escabrosa y abrumadora presencia en el lugar, justo a lado de aquel que le recuerda tanto a él.

Suspiro con nostalgia mientras cerraba sus ojos con fuerza intentando acallar las voces de su cabeza que insisten en revivir el momento en que el nubio desfallecía sobre sus manos antes blanquecinas teñidas de carmín. El remordimiento de su sanguinario actuar consignado por la manipulación de una fuerza oscura lo sigue después de tanto tiempo en el olvido.

Volvió a la realidad cuando escucho el carraspeo de su presidente quien hacia el papel de wali en su matrimonio, frente a sus ojos estaba el contrato matrimonial que temía firmar, la diestra de la libia firmaba con firmeza aquel contrato evitando a toda costa dirigirle la mirada, estaba atrapado y no había salida alguna que lograra salvarlo. Tomo aquel lapicero negro y empezó a firmar dichoso contrato, su diestra temblaba al momento en que firmaba y su mirada llena de temor leía con terror los párrafos que denotan su futuro atado a una dama que no merecía ser infeliz con su dañino amor.

La ceremonia acababa con notorio éxito siendo sus dedos anulares decorados por un solido anillo de oro puro que denota su unión frente a los ojos de Dios quien los bendice desde sus dominios. Quien diría que ambos novios mostrarían una falsa sonrisa a sus invitados y que aquella careta se les cayera al momento de tomarse una fotografía. Quien podría ser capaz de imaginar que Libia después de pregonar amor por Egipto un largo tiempo acabara odiando a quien estaba dispuesta a esperar el tiempo que fuera  necesario.

En el registro civil ambos eran ya una pareja unida legal y espiritualmente, después de todo su boda era la primera a la cual asistían los árabes que esperaban con ansias la tan así ansiada unión entre Siria e Irán quienes habían ya pospuesto su matrimonio por problemas de índole personal. Una fiesta que duraría por lo menos tres días.

Jamas el egipcio olvidaría las palabras de la libia; crudas muestras de la realidad en la cual se hallaba sumido por culpa de sus tan diversificadas emociones conflictuosas e inseguras.

«Es solo un contrato, no te hagas expectativas de que el daño que me hiciste quedo en el pasado. Jamas perdonare que hayas jugado conmigo de aquella manera.»

Libia era una hermosa fémina risueña a la cual él se dedico a quitarle la sonrisa y destruir un corazón cuyo error fue amarlo. Ella se canso de esperarlo, se canso de ser vista como platillo de segunda mesa. Se cansó de ser un juego.

¡que viva la feliz pareja!.—vociferaron los invitados siendo guiados por la Liga.

Sus rostros que dibujaban una falsa sonrisa y un forzado agarre de manos eran suficientes para disuadir a sus invitados de lo que realmente sentían a estas instancias. Atados para fortalecer la alianza y diplomacia entre sus tierras por deber... Solo eran papeles y nada más.

Sonrian!.

Vaya sonrisa de felicidad que mostraban frente a la cámara que inmortalizaba su unión, después de todo no había nada de por medio. Solo era un deber, una firma, un contrato...una alianza ¿por que debía de afectarle si eso era lo que quería?.

Un simple contrato...una firma, una vida junto a otra. Escogió su destino, los obligaron y no había marcha atrás.






¡Que vivan los novios!.












Destinados a vivir en una absurda mentira....

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