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¿Un nuevo Comienzo?
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[Ⅰ]

Mes de Mayo.:

Las mariposas revolotean cerca de las flores que existen en los balcones de aquellas casas con clara vista al mar y al muelle, es un mes donde se puede sentir con claridad como la primavera se va desvaneciendo dando la bienvenida al otoño, varios arboles han teñido sus copas de un amarillo cobre y un naranja azufre frente a un hermoso verde esmeralda.

Estaban acurrucados en el salón de su casa, después de todo aun seguían siendo esposos. Egipto había estado un tanto preocupado por la salud de su pareja, las constantes migrañas seguidos de mareos y malestares estomacales que consistían en vómitos al estar en contacto con condimentos o alimentos condimentados que con anterioridad degustaba de los mismos. Lo que más le llamo la atención y preocupo al mismo tiempo fue esos mareos que terminaron llevando a lesionarse al hebreo; aquel mareo mientras bajaba de las escaleras habían terminado dejándolo con un esguince de segundo grado.

Apenas podía ponerse de pie y lo hacia con ayuda de una muleta puesto que llevaba una tobillera para esguince en la zona afectaba que delimitaba su movimiento mientras se recuperaba. De cierto modo al hacerse varios exámenes médicos con la OMS cuando estuvo por las tierras griegas hace una semana atrás estaba seguro de lo que sufría era simplemente producto de su estrés. No sabía lo que les esperaba.

Saldre un instante a comprar más analgésicos para tu tobillo, volveré enseguida.—le dio un pequeño beso en la frente y salio del lugar.

Israel simplemente como era usual asintió con la cabeza mientras comía su tercer tazón de ensalada frutal que con anterioridad había preparado su pareja. Dejo aquel tazón sobre la pequeña mesa de té que decoraba con sofisticación su sala. Subía lentamente a su habitación para tomar algunas pastillas que le había recetado la organización de la salud para aminorar un poco el dolor, su cuerpo era muy débil, las heridas que podría provocarse tardarían meses en sanar y un esguince de ese grado tardaría a lo máximo cuatro meses en sanar y dos en aminorar el dolor con los analgésicos que ahora tomaba con cuidado. La ventana de su habitación se abre de par en par asustándolo un poco y haciendo que cayera sentado sobre su cama observando curioso el papel que tenia justo debajo de su mano derecha. Un sobre de papel manila que tenia por destinario su nombre llamaban más aun su curiosidad. Abrió aquel sobre con cuidado temiendo por lo que podría estar dentro, un par de hojas se hallaba dentro y en la misma una tarjeta SD, leyó con cuidado aquella hoja, paso su vista por aquellas palabras en donde le daban a conocer que lo que contenía aquella memoria le serviría para abrir realmente los ojos y ver con los mismos la clase de persona que era su pareja.

Nervioso tomo aquella memoria y la puso en su teléfono, dudaba de lo que estaba dispuesto a hacer ¿por que le hacia caso a un desconocido? ¿Por que sentía la necesidad de ver lo que contenía aquella memoria?.

Sin más titubeos o dudas decidió entrar a galería, había solo un álbum el cual llevaba por nombre "fiesta", miraba asombrado cada imagen que detallaba la celebración del cumpleaños de la Liga Árabe a la cual pertenece su pareja, ahí estaban sus vecinos pero claramente entre ellos no se hallaba el turco. Las últimas tres fotografías eran de Egipto posando con Libia felices y abrazados para una fotografía pero las consiguientes lo dejaron devastado. No podía creer lo que sus ojos observaban con coraje e incredulidad, sentía que las manos se le congelaban y el corazón se le paraba, emitiendo casi moribundos latidos que apenas podía sentir, sintió que el aire se le escapaba a medida que veía aquellas fotografías tomadas de distintos ángulos. Su pareja compartía un beso con Libia y lo peor de todo fue que por más que intentara buscar algún detalle que le diera las esperanzas de que todo era un maldito montaje tuvo que resignarse a aceptar la verdad. Días cercanos se presentaban en una fotografía donde su pareja y la libia volvían a compartir un beso frente al mar. Lanzo con furia su teléfono lo más lejos que pudo en su habitación mientras cubría su boca y derramaba gruesas lágrimas como si diera origen en sus ojos a un cristalino y salino manantial de tristeza.

¿Como había sido capaz de traicionar su confianza?¿con que derecho se había atrevido a hacerle una escena cuando él había cometido una infidelidad?.

Se quedo ahí, sentado y sollozando en silencio, mostrando un rostro que carecía de emoción alguna, como si hubiese muerto aun estando vivo...sintiendo un fuerte dolor en su pecho. Lo sintió todo, sintió encarnizadamente la desilusión. Su corazón cayo al vacío y se destruyo en mil pedazos que tal vez no seria capaz de reconstruir. No tendría las fuerzas suficientes para volver a levantarse...no cuando siente que su mundo se ha caído en pedazos...no cuando siente que ha perdido algo que de seguro jamás existió.

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El amor es solo una palabra hasta que alguien llega para darle sentido.❞
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Egipto no sabia lo que le esperaba en casa, no sabia que aquella actuación suya tan falsa había sido descubierta por su pareja. Alguien le había hecho el favor de facilitarle la elección y sacarlo de la confusión en la que vivia desde hace varios meses. No se le notaba feliz, estaba inseguro y desconfiado. Tras la repentina separación que dieron a conocer Turquía y Grecia sus dudas crecieron aún más con respecto al hebreo a quien empezaba a dejar de amar...y no quería hacerlo pero ¿como podía evitarlo?.

Escucha el sonido de llamada entrante de su teléfono y procede a contestar, una conversación que no dura mucho pero que deja muy en claro la situación dejándolo preocupado, aun más de lo que sus sentimientos podrían generarle. Si la organización se encaminaba a su casa de seguro que la situación a tratar era demasiado seria.

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Turquía se hallaba en un bar bebiendo ya su segunda copa de coñac en el día, se sentía de lo peor pero debía hacerlo, debía porque de no hacerlo Él se centraría en su pequeño y eso es lo que más detestaba de él. Callar frente a quien era un amor, engañar a quien ama...mentirle y dañar a quien estima en demasía. Se sentía de lo peor pero creía firmemente que lo que hacia era lo correcto, Israel no merecía que le vieran la cara de estúpido, no merecía ser engañado de aquella vil manera, cuanto detestaba al egipcio...cuanto lo odiaba...

—Lo siento...solo  así podrás ver verdaderamente quien es aquel con quien te casaste...—trago en seco el coñac y pidió otro enseguida.

Todo estaba planeado, el estar en Grecia cuando ya no tenia nada que lo atase al griego era una simple "coincidencia". Hoy alguien celebraría frente a la desgracia de quienes no lo merecían...al menos no de aquel modo tan brusco.

Senin için İsrail ...—

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Pasa por favor.—cedio el paso observando como la organización pasaba con preocupación.

—Tengo una noticia que darles...podrías llamar a Israel por favor.—solicitó con preocupación y urgencia mientras sacaba de su portafolio un folder con múltiples papeles.

Egipto asintió con la cabeza y subió las escaleras, sus pasos se iban haciendo mas lentos mientras sus sentidos le daban a conocer los sollozos desconsolados de alguien que prácticamente estaba devastado. Aquellos sollozos iban muriendo a medida que sus pasos se acercaban a la puerta de su habitación que estaba cerrada, se acerco y toco la puerta con decoro de forma sutil y elegante. Tres sutiles toques, tres pequeños golpes con los nudillos de su mano derecha intentaban llamar a quien estaba del otro lado.

Israel...mi amor...¿esta todo bien?.—preguntó intrigado escuchando como las cosas en la habitación parecían removerse constantemente.—¿Israel?.

Israel estaba en silencio, escuchando aquella palabra simbólica que salia de los labios de su pareja, sintiendo una fuerte punzada en su pecho como si su corazón se contrajera de sobremanera dejando al mismo como un pedazo de papel viejo y arrugado. Limpio sus lágrimas con el dorso de sus manos mientras inhalaba y exhalaba de manera profunda intentando quitarse aquella sensación que lo estaba martirizando, sentía un nudo en su garganta y presentía que si lo seguía escuchando decir su nombre volvería a morir y desfallecería entre un mar de lágrimas y gritos silenciosos que jamás saldrían de sus labios pero que si su rostro seria artífice de aquel mar de lágrimas.

—No..todo esta bien...—intentaba camuflar la quebradez de su voz, intentaba no llorar en el intento de responderle, nuevas gotas salinas se presentaban en el borde de sus ojos dispuestas a desbordarse y dejar una linea de su trayecto.

—Baja por favor, OMS ha venido a darnos una noticia...no te tardes ¿vale?.—se mantenía frente a la puerta atento a la respuesta que daría su pareja.

—Bajo enseguida...—lo escuchó decir y conforme con la respuesta que parecía decaída bajo hasta la sala a esperarlo.

Israel estaba en la habitación de baño lavando su rostro para borrar las marcas de sus lágrimas, sus ojos enrojecidos por tanto llorar aun cuando las lágrimas escaseaban serian la clara muestra de ello, su nariz estaba roja como si se hubiese golpeado con el vértice de la puerta, sentía un raro cosquilleo en la zona de su abdomen que generaba una corriente eléctrica que recorría todo su cuerpo, seria difícil aparentar felicidad cuando lo embarga una tristeza profunda. Aprendió a como aparentar felicidad cuando no la hay...aprendió a como engañar en base a la apariencia de un matrimonio perfecto.

El silencio acompaña a la situación al margen de los constantes tics tacs del reloj que lo ponen nervioso, la organización poseía una clara mirada de preocupación mientras ordenaba sus papeles y mantenía una postura serena contraria a la que llevaba el egipcio; una postura encorvada donde deja descansar sus codos sobre sus piernas y suspiraba cada dos minutos.

OMS...¿a que debemos tu visita?.—pregunto extrañado el hebreo mientras bajaba de las escaleras y procedía a estrechar la mano que con anterioridad la organización había ofrecido.

Sientate por favor, es un tema bastante delicado el que he venido a tratar con ustedes.—argumentó de manera seria.—tienen un lugar más apropiado para tratar el tema?.

—oh, por supuesto, sigame por favor.—Egipto guiaba a la organización hasta el despacho observando lo distante que se ponía su pareja frente a su acercamiento.

La organización tomo asiento al mismo instante en que la pareja tomaba frente a él, la mirada seria que poseía la organización daban a conocer que el tema a tratar era bastante serio y posiblemente delicado.

Israel...he visto en tus análisis un claro descuido de tu salud, has aumentado de peso debido a tu ansiedad ¿Desde cuando llevas en ese estado?.—cuestionó con seriedad el de piel celeste mientras sostenía en sus manos aquellos papeles que con anterioridad había revisado con minuciosidad.

—Creo que ya llevo dos meses comiendo en demasía... —respondio dudoso mientras se abstenía de mirar al egipcio.

—Tu cuadro de estrés ha empeorado considerablemente y eso es preocupante, sin embargo lo que vengo a tratar va relacionado con los síntomas de tu cuadro estrés severo.—pasaba su vista por los párrafos de aquel análisis para conseguir las palabras necesarias con las cuales tratar.—Tus síntomas no son comunes y eso lo sabes ¿concuerdas conmigo verdad?.

—Si, me he dado cuenta de ello desde que empecé a vomitar cada vez que estaba frente a mi comida favorita.—su rostro mostraba preocupación y curiosidad por lo que se podría tratar.

—Disculpa OMS pero debo preguntar ¿que es lo que tiene Israel?¿que sucede con él?. —estaba preocupado y el tono de su voz lo daba a conocer, buscaba con su mirada a su pareja observando la frialdad en su mirar, una que lo inquietaba.

Israel lleva ya dos meses de gestación y va por el tercero.—argumentó despejando sus vista de los papeles y observándolos atento.

—¿¡Qué!?.—dijeron al unisono, estaban muy sorprendidos por la noticia que la felicidad en sus rostros era muy notoria y más aun en el rostro del bicolor.

—Es enserio!?.—su sonrisa no se borraba, estaba muy alegre por la noticia que hasta creía que era un milagro.

Si.—la forma en que había soltado aquellas palabras ponían preocupados a la pareja que relajaba su rostro para mostrar una expresión de notoria preocupación.

—¿Qué sucede, por que respondiste con aquella frialdad en tu voz?¿Es algo malo?.—cuestinaba Egipto sosteniendo entre sus manos las manos de su pareja que apretaba las suyas con fuerza.

—Es un tema muy complicado ya que su cuerpo tendrá notorios cambios que pueden como también no concretarse durante el periodo de gestación.—puso sobre la mesa unas imágenes impresas.—Veras, para la medicina es una maravilla el cuerpo de la mujer, la forma en como su cuerpo es capaz de generar vida es impresionante. El punto es que al ser entidades geopolíticas es muy difícil que puedan asumir cambios cuando asumieron una identidad concreta.—concluyo.

—Dices que puede surgir problemas durante la gestación?. —Egipto mostraba un claro temor en su rostro sintiendo como Israel entraba en un estado de pavor.

—Efectivamente, Israel debido a su estado de salud un poco deteriorado es posible que su cuerpo no pueda adaptarse al cambio, pueden suceder dos cosas durante su gestación.—junto sus manos y las extendió sobre el escritorio dándole un aspecto aun más serio.—la primera es que llegue a perder al niño durante el tercer mes, lo más probable puede ser que el niño nazca muerto y prematuro; la segunda llega a ser más delicada...—dio un hondo suspiro y prosiguió. —Israel puede morir durante el parto o lo más posible es que muera debido al cambio que su cuerpo llegara a sufrir.—concluyó.

—Debemos elegir entre tenerlo y no tenerlo?.—su voz temblaba y su mirada estaba llena de preocupación, miraba al egipcio observando que también llevaba una mirada llena de preocupación.

—Efectivamente, aun tienes oportunidad de salvar tu vida Israel, ten en cuenta mis palabras.—aclaró la organización mientras se paraba y alejaba del escritorio rumbo a la puerta.

—Te acompaño.—aludió de manera sorpresiva y fría soltando las manos de Israel que permanecía analizando aquellas palabras.

Mientras la organización se marchaba el egipcio lo detuvo, depósito su mano derecha sobre el hombro derecho de la organización que detuvo su caminar y lo miro atento.

—Hay alguna posibilidad de que Israel sobreviva durante el parto?. —el miedo afloraba de su piel mientras que su voz temblaba por temor.

Egipto, la posibilidad de que llegue a sobrevivir es muy baja, su descuido ha disminuido aquella mínima posibilidad a una casi nula, deben elegir juntos, debes hacerle entender que si muere generará problemas geopolíticos.—dio un par de palmadas suaves sobre el hombro derecho del tricolor.— Debes ser su apoyo, los esperare en mis instalaciones centrales durante las próximas tres semanas.—alegó marchándose con la frente en alto del lugar.

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Si solo me amas cuando estas por perderme la próxima vez me amarás para siempre.❞
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Llega la noche de manera fugaz y la tensión entre ambos se ha visto más severa y más incómoda, ninguno de los dos había cruzado palabra alguna ni siquiera una mirada, distanciados por la decisión que tendrían que tomar mantenían la seriedad y el silencio. Cada uno se daría cuenta de que retomar las cosas pasadas no fue una buena idea, que lo pasado quedo allí como un lindo recuerdo que ahora se convertiría en el final de una horrible pesadilla.

Israel...—se sentó a lado de su pareja y tomo sus manos con delicadeza, dándole lentas caricias.—No puedes arriesgarte por algo...por algo que no vale la pena..

Israel quien tenia una pose pensativa volteo a verle, una mirada que demostraba asombro y enojo mezclados de forma espeluznante. Sentía repugnancia por el toque ejercido sobre su piel, por las palabras que salían de la boca de quien se hacia llamar su pareja.

—Como...como te atreves a decirme algo así!.—alejo de manera abrupta sus manos mostrando molestia en su voz.

—Mi amor...no quiero perderte por algo que no vale la pena, podríamos intentarlo en otra ocasión, cuando estemos seguros de dar aquel paso...—intentaba acercarse mientras el hebreo retrocedía.

Israel se paro abruptamente del sillón y dio ligeras vueltas en su lugar, parecía que había enloquecido con sus palabras.

—Qué no vale la pena?¡¿Qué no vale la pena!?.—reclamó con enfado moviendo con ira sus manos.—¡¿Cómo te atreves a decirme una cosa así!? ¡¿Cómo puedes ser tan egoísta!?. —recriminó dolido mientras sus puños golpeaban con debilidad el pecho egipcio.

Egipto lo sostenía de los brazos intentando calmarlo y evitando que aquellos puños tomaran mayor fuerza.

Israel...calmate por favor, debes entender que eres lo más importante en mi vida y no quiero perderte por...—un nudo se formaba en su garganta, no quería decirlo peor no tenia de otra.—por un absurdo...por algo que no vale la pena...

—Con que soy lo más importante de tu vida ¿eh?.—paso sus manos por su rostro en señal de frustración y enojo.—Por eso fue que besaste a Libia en reiteradas ocasiones!? Por eso fue que me traicionaste? Contesta!!.

Egipto se quedo en silencio bajando la mirada con culpa, podía ver la desilusión en los ojos de su pareja, sentía la decepción en su forma de mirar, lleno de dolor mezclado con rabia, tristeza y melancolía. Aquel "romance" mal concebido y llevado de forma secreta con Libia seria el detonante para que su relación llegara a la conclusión. Este parecía ser el fin.

—Israel dejame explicarte... —sonaba arrepentido e intentaba acercarse pero su pareja retrocedía y marchaba veloz hacia las escaleras.—Israel, espera!!.

Egipto seguía rápidamente preocupado a Israel, temiendo que pudiera hacer algo malo, no quería perderlo y había temido por ello durante mucho tiempo y ahora se hallaba allí, preocupado por lo que podría estar sintiendo su pareja por su culpa. Temiera que pudiera tomar una decisión drástica.

Israel abre la puerta por favor!!. —golpeaba reiteradas veces la puerta con preocupación sin recibir respuesta alguna.—Lo siento, no pensé que esto llegara a sucederme. Abre la puerta por favor.

Israel empacaba con rapidez algunas de sus cosas, gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas mientras apretaba los dientes con furia al ver aquella fotografía; pocas vestimenta suyas estaban en su maleta y con la rapidez en que empacaba había tomado parte de la ropa del egipcio. Dejo de empacar y tomo entre sus manos aquella fotografías presionando con fuerza los bordes y empezando a romper con rabia y desprecio dichosa prueba de la infidelidad de su pareja.

—Lo nuestro fue un error...UN ERROR!!.—lanzaba aquellos pedazos sobre su cama oyendo los repetitivos toques bruscos que generaba con desesperación Egipto.

Sus manos temblaban y su pecho se contraía en demasía, la respiración se le hacia más lenta al instante en que sentía que sus pulmones se colapsaban, tomaba rápidamente la argolla de su mano y la lanzaba frente a la puerta; aun cojeando caminaba en dirección a la ventana donde botaba por la misma su maleta y salia de ella con cuidado, se sentía amenazado y sentía que aquel lugar dejaba de ser un hogar y empezaba a ser la sucursal del mismísimo infierno.

Justo en el marco escuchó algo que lo dejo destrozado.

Israel abre la puerta!! Deja de actuar como la víctima aquí, es cierto erré, pero tú coqueteabas con Turquía frente a mis ojos ¡no lo niegues!.—recriminaba con enfado, golpeando con mayor fuerza la puerta e infundiendo miedo en quien pensaba huir.

—Cree lo que prefieras creer, dejame solo ¡¡VETE!!.—grito y salto por la ventana cayendo sobre su tobillo herido dando un ligero alarido de dolor que calló con sus manos.

—PERFECTO! QUEDATE AHI QUE YO ME LARGO.—vociferó dando una patada a la puerta y marchándose del lugar enfadado.

Israel limpiaba sus lágrimas mientras se ponía un abrigo y se encaminaba a la calle que tenia cercanía a la avenida principal por la cual pocos autos transitaban. Tomaba entre sus temblorosas manos su teléfono y marcaba a alguien en especial, esperaba con ansias que el turco contestará su llamada.

Israel ¿como estas?.—escucho decir de forma alegre al turco mientras que intentaba dejar de sollozar.—¿estas bien?¿te sucede algo? Contesta Israel.

La preocupación en la voz del turco era muy obvia, sus sollozos habían sido causantes de aquella preocupación, no podía evitarlo...se sentía decepcionado y desilusionado.

Turquia...podrías venir a recogerme...huí de casa...—decia de manera entrecortada debido a sus sollozos, cojeando hasta caer rendido por el esfuerzo sobre la acera bajo la tenue luz del alumbrado público.

—Donde te encuentras?. —

—Estoy a tres casas abajo de...de la mía.—

—No te muevas, ya voy para allá, mantiene la calma y por favor deja de llorar...él no merece que sufras, no merece tus lágrimas.—

Mu_muchas gracias...de verdad que  agradezco tu ayuda.—

Israel colgó y saco del bolsillo de su chaqueta aquel análisis que le había dado la organización, aun cuando su mirada demostraba una profunda tristeza  había un poco de alegría en la misma, una sonrisa rota se dibujaba en su rostro mientras ponía aquel papel sobre su pecho y lo apretaba sobre el mismo con alegría, estaba contento y a la vez devastado por lo que había acabado de suceder.

—Eres mi pequeño milagro, eres un regalo del cielo.—acariciaba su vientre mientras observaba una luz cegadora acercarse hasta donde descansaba.

Israel! ¿Qué sucedió?.—pregunto el turco acercándose de manera rápida al hebreo.

El turco lo tomaba de las manos con delicadeza ayudándolo a pararse, acerco el cuerpo ajeno a su cuerpo tomándolo de la cadera con una de sus manos ayudándolo a apoyarse sobre él. Tomo su brazo izquierdo y lo hizo pasar sobre su cuello mientras tomaba con su mano libre la pequeña maleta que lo acompañaba.

—Sube con cuidado...no te apresures...tomate tu tiempo.—lo ayudaba a entrar al auto procurando no hacerle daño.

—Gracias Turquía.—agradeció melancólico desviando su llorosa mirada de la preocupante de Turquía.

Sería un largo viaje en donde ambos descubrirían que la persona a la que tanto habían estando buscando sus esencias estaba más cerca de lo que creían.

Continuará...

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