☬¹⁴³☬
Una amarga Infancia.
❛ ━━━━━━・❪ ❁ ❫ ・━━━━━━ ❜
«⑥»
Continuación:.
Manteniéndose sereno hizo sus pasos más firmes sobre la densa nieve, definitivamente el llevar los clásicos zapatos de suela dura de trabajo no eran aptos para estas condiciones. Empuñando con fuerza el cuerpo y el gatillo del arma va acercándose sigilosamente a donde con anterioridad vio leves movimientos borrosos de una corteza para otra y por donde oyó el leve gruñido de un animal, básicamente el de un oso.
Cargando nuevamente el arma va acercándose a la bestia mientras con la mirada busca algún indicio que conlleve a dar con el pequeño infante, vaya reprensión se estaba ganando con su inocente actuar un tanto peligroso. Jugar con osos no es divertido ni mucho menos es seguro.
Temblando y abrazándose aun más fuerte parte de su ropaje abrigado quedo duro como un cartón, mientras el calor de su cuerpo intenta calentarlo el frío lo hace imposible, más aun cuando sus prendas debido al calor han provocado que la nieve se convirtiese en agua provocando lo que ahora sufre, un terrible frío que cala sus huesos y quema su piel.
Miro a todos lados intentando ubicarse, apenas pudo apoyarse sobre la corteza de un árbol antes de caer tendido boca abajo sobre la nieve. Estaba cansado, agotado, el esfuerzo que hizo para caminar supero todos sus limites y expectativas, hasta ese momento lo único que pensó era que moriría cuando aquel monstruo casi lo descubrió enterrado casi sobre la superficie en la nieve.
-Ma_mmma_mi...-suspiró entre tartamudeos, observando como su aliento se mostraba ante sus ojos idéntico al leve humo que sale de las tazas de café o chocolate caliente.
Acurrucandose en aquella corteza cerro sus pequeños ojos mientras intentaba conseguir más calor y recuperar sus energías.
Por otra parte, su tutor siguió su curso. Caminando cauteloso para encontrarse cara a cara con la bestia que bien conoce, claramente aquel robusto animal se molesto al verlo, rugió con ira al verlo nuevamente. Obviamente aquel animal jamás olvido su rostro, no desde que él lo dejo tuerto y con una horrible cicatriz en aquel lado izquierdo que sobresalta a la mirada.
Apuntando directo a su hocico que mostraba sus afilados y grandes dientes falló el tiro, pues aquel animal llego a ser más rápido. Un zarpaso hizo que el dispare diese contra la rama de un árbol mientras intentaba desesperadamente morderlo para cobrar su venganza. A punto de ser víctima de aquellas hambrientas y sedientas fauces hizo su último esfuerzo, el peso que aquel animal genera sobre sus brazos con su intento de matarlo provoca serio dolor y calambre en ellos. Mirando con desesperación, más bien ideando el como podría matarlo si aquella arma impide que lo mate.
Un buen movimiento, un golpe certero con el mango, una excelente maniobra logra su cometido. En el gatillo su dedo índice se ha posicionado dispuesto a disparar y a no cometer aquel error de hace años, de aquel error de haberlo dejado vivo por pena. La bestia abrió nuevamente sus fauces emitiendo un estridente rugido que incluso juraría haberse escuchado hasta por un radio de 12 metros del lugar, apunto sin pensarlo dos veces mientras lo vio descender hacia el y disparo, un disparo que hizo eco por todo el lugar.
El pesado cadáver de la bestia yacía encima suyo, fue empapado por su sangre mientras intentaba buscar la forma de apartarlo de su cuerpo. Ejerciendo mayor fuerza de la que le queda logro su cometido, respiro de forma agitada aun cuando aquel gélido y crudo aire provocaba un ardor en sus fosas nasales. Se limpio con las mangas de su elegante camisa los rastros de sangre que quedaban en su rostro mientras su mirada penetrante y serena se centraban en la bestia muerta que yace frente a sus pies. Pasando por encima siguió su camino, volviendo a cargar aquella escopeta por si algún animal salvaje se pusiese en su camino.
-¡Sirian! ¡Sirian!.-vocifero con todas su fuerzas, mirando a todas las partes del bosque siguió su rumbo al no hallar respuesta alguna.
Caminando y adentrándose aun más diviso un pequeño cumulo de nieve seguido de una profunda linea recta que se dirigía hasta un lugar, no dudo en que se tratara del pequeño y a paso apresurado siguió aquellas pistas. Corrió con todas sus fuerzas, ejerciendo mayor presión a sus piernas para dar con él hasta que lo consiguió.
Estaba ahí, tendido sobre la nieve y apoyado sobre la corteza de un árbol, por azares del destino era el mismo árbol que alguna vez de pequeño marcó cuando por primera vez se le enseño a cazar. Soltando aquella arma tomó de forma apresurada y preocupada aquel infante cuerpo entre sus brazos, sacándose el saco que llevaba lo puso sobre su cuerpo, lo envolvió con aquella tela fina que poseía pequeñas manchas de sangre y siguió su rumbo en dirección a su hogar.
No le importo caminar entre la tormenta apenas abrigado, no le dio importancia a aquella arma que dejo tirada en aquel lugar cuando procedió a tomarlo entre sus brazos, agudizando su vista logro atravesar la cruel tormenta que se había generado.
Ya en su hogar apresuro su paso a la chimenea, dejo al pequeño en el suelo mientras alimentaba las llamas con los troncos que ponía con desesperación. Sentándose frente a las cálidas brasas naranja tomo al pequeño en su regazo, suplicando en su idioma a Dios que no se lo quite, rogando que despierte intentando sonar fuerte. Que más deseaba llorar cuando el nudo en su garganta se lo ordena al no ver que sus llamados y sus caricias no son capaces de despertarlo.
Acerco su oído a su pecho y escucho sus moribundos latidos, aun vivía pero era incapaz de despertar, estaba cansado y la leve y lenta respiración que tiene es muestra clara de ello.
Preocupado permaneció abrazando aquel pequeño cuerpo frente a las brasas, aun cuando su cuerpo seguía temblando de frío y se mojaba por los cúmulos de nieve que trajo sobre sus hombros consigo.
Pasaron las horas y por fin despertó, después de verse frente a la chimenea y con su tutor abrazándolo mientras permanecía con la mirada fija en aquellas flamas se removió entre sus brazos, cosa que al instante llamo la atención del ya mencionado que lo soltó con molestia, su mirada también lo dijo con dureza aun cuando la misma yació preocupada durante esas dos horas. Lo vio marcharse corriendo al segundo piso mientras él permanecía aun frente a la chimenea y buscaba con su mirada a su mascota.
【Algunas horas más tarde...】
-Cuantas veces te dije que no fueras al bosque, que ni siquiera pensaras hacerlo ¡dime!.-estaba molesto y con clara razón, paso parte del día con el corazón apunto de salirse de su pecho a la par en que en ese tiempo fue incapaz de verlo hasta el instante en que lo hallo casi por sucumbir a la muerte.
Sirian estaba con la cabeza baja, obviamente tenia consciencia clara de su mal actuar y por ello creía algo justo la reprensión que tenia, al menos eso entendía.
Para Moscú era un tanto difícil gritarle, de hecho solo una vez lo hizo y las demás dejo de hacerlo hasta que en este punto explotó. Casi lo perdió a causa de su curiosidad y de aquel estúpido animal que decidió regalarle. Aun aquel pequeño no estaba listo para su regalo, no después de haberse comportado de la peor manera y haberlo sometido al peor susto de su existencia.
-Lo siento...solo seguí a Owi porque se adentro al bosque y me perdí.-se justifico con la mirada arrepentida de su error, cosa que en parte conmovió y molesto a su tutor.
-Y crees que mirándome así dejare pasar por alto esto!?.-se masajeo el entrecejo buscando calmarse para así no ser capaz de ponerle la mano encima, no es su padre para tomarse aquella atribución.-Escuchame Sirian, esto fue muy serio...fuiste demasiado lejos y esta vez no lo dejare pasar por alto, esta vez si habrá consecuencias.
Camino de un lado para otro pensando en su próximo movimiento, en la forma en que trataría a aquel pequeño y si debía o no darle una lección sabiendo que eso conllevaría a grandes problemas con sus padres.
-Pequeño...tu vida estuvo en riesgo, pudiste haber muerto ahí y más ante la presencia de aquel oso que rondaba por el lugar, pudiste haber muerto de la peor forma.-intento hacer conciencia en la mente infantil que claramente yacía pensante en otro lugar.
-Y que mas da que muera, a quien le importaría!. -molesto se mostró ante los ojos del ruso que mostró frialdad en sus ojos.
Un choque de miradas desafiantes antes de tomar la drástica decisión de privarle de aquello que por mucho ansió y anhelo todas aquellas noches en vela y que fueron parte de sus deseos de cumpleaños.
-Veo que no eres capaz de comprender la gravedad de la situación, esto.-mostro aquellos boletos de avión que trajo consigo cuyo destino era Siria.-ya es innecesario. -procedió a romper cada boleto frente a los ojos de aquel pequeño que derramo lágrimas al ver sus sueños destruirse frente a sus ojos.-No volverás a ver a tu madre, fin del asunto.-concluyó autoritario, imponiendo su decisión sobre el deseo claro del infante.
-¡No puedes hacerme esto! ¡Eres un maldito! ¡Te odio!.-grito dolido lo último antes de marcharse corriendo a su habitación entre lágrimas y encerrarse en la misma.
Para él fue difícil ponerse firme frente a aquel pequeño a quien empezó a agarrar cariño, aunque sabiendo de antemano lo que sucedió con Texas al sucumbir a aquel sentimiento paterno decidió ser más frío y rudo con aquel pequeño, si de hecho Texas casi se volvió loco cuando le quitaron al pequeño que cuidaba no dudaba que el se volvería un demente total cuando aquel pequeño saliese de su vida para siempre. Debía tomar una decisión y por más difícil que resultase debía cumplirla, no soportaría sufrir lo que el texano sufrió aquellos días antes y después de la aparición del israelí.
-Lo que haré más adelante sera por tu propio bien mi pequeña estrella...-adoptando el apodó que el joven sirio le puso al pequeño dio un profundo respiro antes de marcharse del lugar e irse a hacer sus deberes.
Sin duda alguna este fue una día lleno de emociones distantes que los puso en bandos opuesto y a la vez los hacían tan semejantes. Pronto su decisión se reflejaría de mejor forma, haciendo de aquel pequeño un ser que pronto aprendería sentirse humano, cuando lo humano comprende ser y saber amar.
Intentando cultivar aquello que sus verdaderos padres fueron incapaces de hacer, los errores de ellos someterán a lo que siempre más quisieron....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top