Nuestro juego

Os dedicado a TicciolfFatima2 eres buena con las adivinanzas XD

🌜🌝🌟

Yadir estaba muy cansado, la noche anterior se la había pasado jugando con su amigo Jael hasta muy tarde en su casa, miró el pequeño reloj que tenía en la mesita y definitivamente ya eran las doce del mediodía y quería seguir durmiendo.

-Quiero dormir más -dijo, bostezando en el proceso en el cual estiraba cada parte de su pequeño cuerpo.

-¡Yadir debe estar muerto! -esa definitivamente era la hermana mayor de Yadir.

-¡No digas tonterías, Hanna!

Y esa su madre.

Al escuchar más gritos provenientes de la planta de abajo, se dignó a levantarse por completo e ir a lavar su rostro al baño con total paciencia, algo que no era normal para un niño de su edad. Se supone que los niños deben ser enérgicos, ¿cierto? Pues el no era así y en ese momento la pereza era mucha como para armar escándalo, cosa que los vecinos de enfrente si hacían, podía entenderlos, Jael era un chiquillo demasiado enérgico pero aún así era su tierno amiguito; se secó el rostro con una toalla y entonces bajó.

-Buenos días -saludó al encontrarse a su madre a los pies de las gradas.

-Buen día, cachorro.

Su madre se acercó y beso su frente, acariciando sus mejillitas blancas naturales y su enmarañado cabello negro.

-Así que el cachorro no estaba muerto -dijo Hanna con media sonrisa pintada en su rostro -, sólo dormía como un oso hibernando.

-¿Será que es porque en realidad sí somos osos? -contesto el pequeño Yadir con una sonrisa sarcástica, haciendo a su hermana sonreír y darle una palmada en el trasero como hacia siempre que no sabía cómo contestarle.

-¡Es cierto! Que descuidada he sido, se aproxima el invierno -exclamó la madre osa.

Faltaban más o menos dos meses para esa época en la que la familia de osos debía preparar sus cuerpos para la larga hibernación, si bien, tenían conciencias y cuerpos humanos, su animal interior les exigía entrar en ese periodo en el cual sus cuerpos entraban en un letargo en el que permanecían en el borde de la conciencia por poco. Dormían por mucho tiempo y por esa razón comían demasiado para tener la grasa necesaria en sus cuerpos para sobrevivir esa etapa.

-No te preocupes, hemos comido muchos peces, tenemos la grasa necesaria -contesto el pequeño osesno con una enorme sonrisa en su rostro.

Ambos osesnos sabían que su madre y padre estaban demasiados ocupados en su trabajo como doctor y enfermera de la sección de urgencias del hospital lobuno, pues era el que estaba justo al centro entre la manada de lobos grises y la comunidad de los osos. Al ser esa la profesión de los osos mayores, podían entender el porque no pasaban tanto tiempo en casa, y no serían egoístas como para exigirles a sus padres que dejarán de trabajar para jugar con ellos, en vez de salvar miles de vidas.

"Héroes"

Sus padres eran sus grandes héroes y también de la ciudad y porque los admiraban, precisamente por eso, ellos no se permitirían nunca hacer un berrinche por no tenerlos con ellos.

Yadir quería tenerlos para el, pero si no se podía ¿Qué iba a hacer? Se sentía muy sólo en casa con sus padres trabajando un día entero uno y el otro durmiendo todo el día para irse el siguiente a trabajar y el otro llegará a dormir y con su hermana todo el día metida en la escuela de danza. No todo estaba perdido pues los vecinos de enfrente eran unos lobos grises muy amables y su tierno hijo un año menor que el, le brindaba su dulce compañía y eso era mejor que nada, mil veces mejor.

Sus padres se despidieron, este día les había chocado y ambos iban de la mano al coche para irse de inmediato al hospital, sin olvidar haberse despedido amorosamente de sus osesnos, con un fuerte abrazo de osos.

-¡Yadir! -escuchó que una tierna vocecita que bien conocía gritaba su nombre, sonando en una melodía que quería seguir escuchando.

-¡Jael! -gritó aún teniendo a dos pasos de distancia a su amado amiguito, después de un corto momento mientras terminaban de acercarse, ambos se fundieron en un cálido abrazo de amigos.

-¡Vamos a jugar! -ofreció Jael.

🌜🌝🌟

-Pero mira que lindos niños veo jugar allá abajo -la voz ronca de Tepew el Dios creador de todo en el mundo se hizo presente -. Tan apacibles, juguetones, únicos y creados con mucho amor por ti.

-¿Qué haces? -la voz de ixel se hizo presente al ver como su temible ahora enemigo jugaba con el hilo rojo que unía a aquellos pequeños inocentes -. ¡Dejalos en paz! -gritó, pero fue demasiado tarde, el hilo ya había sido cortado.

-Oops -dijo tomando entre sus dedos los extremos de lo que antes había sido un solo hilo -. Creo que jugué mucho con el.

Ixcel vio como la presencia de Tepew se iba de su lado, dejando así su amoroso corazón destrozado.

¿Cuándo ese maligno ser dejaría ser felices a sus amadas creaciones?

🐻

-¡Juguemos al doctor y al enfermero! -propuso el pequeño Jael.

-¡Si! Papi y mami dejaron un par de batas -dijo con mucho entusiasmo Yadir.

Jael sabía lo mucho que Yadir admiraba el trabajo de sus padres y la verdad, ese era un sueño que ambos tenían en mente para cumplir algún día juntos, eran amigos, sin embargo siempre hubo algo más que los ataba a estar siempre juntos, algo más que sólo una simple amistad.

-Seré el doctor  -dijo Yadir muy contento.

-¡Entonces yo seré tu enfermero! -exclamó con una dulce sonrisa Jael.

Una tarde de divertidos juegos se hizo presente, con el pequeño Yadir como el doctor en una importante operación en donde un tierno osito de peluche necesitaba una transfusión de sangre urgente y con su pequeño ayudante enfermero Jael que estaba siendo muy eficiente como siempre.

-¡Perdemos al paciente! -gritó Yadir perdiendo sólo un poco la cordura.

-¿Qué podemos hacer, doctor? -abatido, Jael se movía por todo el salón de operaciones.

-Ha perdido mucha sangre, necesita una transfusión urgente, dígale al doctor Mich que la prepare -Dio la orden mientras señalaba a un gato de peluche con lentes y de cuerpo color café.

Jael siguió la orden, pero pronto hubo algo que lo sacó de juicio: no tenían bolsas de sangre ni nada para simular que era esta.

-Yadir -se acercó mientras susurraba a su oído, haciéndole sentir una descarga de cosquillitas en la piel contraria -. No tenemos algo para simular que es sangre.

Yadir serio busco en la habitación y era verdad, no tenían nada a la mano.

-Tal vez mami y papi tienen algo en su oficina.

Ambos niños se dirigieron a la oficina de los padres del osesno y encontraron un millón de maravillas para jugar con ellas.

-Tus padres son increíbles -dijo Jael maravillado antes todos aquellos artefactos médicos y papeles por todos lados -Esto nos servirá -exclamo   emocionado cuando encontró una jeringa con un líquido rojiso que parecía ser sangre -¡Auch!

-¡¿Qué pasó?! - Yadir se acercó demasiado asustado a Jael y vio como la sangre iba bajando por lo largo del dedo del lobito por medio de un pinchon.

-Me herí con esto -le enseñó la jeringa en sus manos y la puntiaguda aguja.

-A ver, dame tu dedito.

Yadir recibió de inmediato el dedo de su amigo y lo envolvió con sus labios, saboreando lentamente la dulce sangre que brotaba directamente del pinchon, hasta que la hemorragia se detuvo.

-Gracias- murmuro agradecido Jael con un poco de vergüenza notandose en sus mejillas que se encontraban de un tierno color rosa.

Su juego siguió por mucho tiempo hasta convertirse en un sueño que ambos harían realidad en poco tiempo, después de todo estando juntos lograrían muchas cosas y eso lo habían comprobado en todo este tiempo siendo amigos.

Un Jael con 17 años se encontraba tiritando de frío en su cama, desde hace aproximadamente dos meses cualquier enfermedad que le llegase se convertía en un grave problema y los doctores no sabían que es lo que pasaba con su cuerpo, mientras tanto Yadir con 18 años se quedaba con él siempre que enfermaba y le cuidaba como si fuera lo más preciado de su vida y es que en realidad sí lo era y se habían encargado de hacerlo oficial desde que se presentaron a los 15.

-No me siento bien, Yadir - La mirada opaca en el lobito asustó al alfa de oso, quien tomó sus manos y las apretó entre las suyas.

-Tranquilo amor, estoy contigo -consolo acariciando el cabello del Omega y besando con suavidad sus hermosos labios mullidos.

El tiempo no estaba a favor de Jael y al parecer tampoco de Yadir, quien comenzaba a sentir el malestar de su hermoso compañero como el suyo propio. Sus familiares estaban preocupados y es que con el paso del tiempo mismo ambos jóvenes se deterioraban con rapidez hasta que un día simplemente Jael dejo de respirar y de existir en este mundo y pudo por fin descansar en paz.

El oso interior de Yadir entonces comenzó a morir lentamente por culpa de la depresión que estaba consumiendolo al perder a su pareja y el humano estaba pendiendo de un delicado hilo entre la vida y la muerte.

Los osos mayores trataron de encontrar la verdadera causa de aquello que estaba llevándose la vida de su hijo y no había respuesta alguna más que sólo los mismos síntomas de una enfermedad a la que aun no podían  siquiera ponerle un nombre, a pesar de la millones de experimentos que habían hecho.

-Recuerdo u-una vez que Jael y yo jugábamos a ser el doctor y el enfermero -contaba Yadir a su hermana, padres y suegros mientras estaba en una camilla de hospital sufriendo la pérdida de su amado -. El se pinchó con una jeringa que tenía un líquido rojo y y-yo bebí de su sangre para tancarla y que ya no saliera.

Los osos entonces bajaron la cabeza, nunca de los jamases debieron llevar a casa trabajo que debían hacer en el hospital se reprocharon mientras el sensor que media los latidos del corazón hacia un constante pitido que anunciaba el paciente había muerto.

Unos meses después el 5 de Junio de 1981 se llevó a cabo una conferencia de médicos en las que se habló de un nuevo tipo de enfermedad de la que no sabían mucho, sin embargo se observó que está tenía ciertos patrones de infección en las que podía transmitir. En 1982 por fin se le pudo dar un nombre y los padres osos y lobos de aquellos dos jóvenes por fin pudieron saber de qué enfermedad sus pequeños hijos que tenían un brillante futuro por delante murieron: "Sida"

🌟🌝🌜

-Siempre me saldré con la mía, querida hermana -Tepew sonrió sombriamente mientras veía a la luna llorar pequeñas estrellas que morían en su nacimiento, pero lo que ignoró fue que estas a pesar de estar muertas:

"Seguían brillando"


Fin

NOTA

Perdón por agradarle con la dinámica y pué siento que no es la gran cosa pero lo hice con el corazón, espero les haya gustado.

Aquí les dejo la adivinanza:

"Vívido soy,
Verdadero también,
Se dice que soy
Un regalo muy fiel.
Qué soy?"

Estaré esperando por sus respuestas 😉😁

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