Parte XV (Final)
Soleil llegó a su casa pareciendo un zombie o al menos esa fue la impresión que les causó a sus padres en cuanto le abrieron la puerta, y la causa no se debía a maltrato alguno, puesto que del staff de Michael se encargaron, tal como acordaran previo, en trasladarla ellos mismos segura y con todas las comodidades que ameritaba el caso hasta al pie de su residencia en Orléans.
El problema que le afectaba venía de adentro y no era tan simple de resolver como cualquiera pensando en una chica de su edad hubiese creído. Se trataba de un amor encendido y truncado que obligada debía encontrar la forma de apagar.
"Te amo... no lo olvides" Solo esperaba que Él lo tuviese en cuenta. Recordaba bien esas últimas palabras que le dijera y que se repetían con frecuencia en su mente, en especial cuando se encontraba en la soledad de su habitación, donde todas las paredes yacían empapeladas con pósteres de su imagen, rememorándole aparte con intensidad todo lo que juntos vivieran.
Era en esos momentos jubilosos y al mismo tiempo tristes, cuando consideraba más útil ese pequeño y propio santuario en su honor, donde nadie la molestaba, donde podía deprimirse a gusto.
Sus padres por suerte, respetaban su espacio en todo sentido. No invadían su cuarto a inspeccionar cada rincón o le forzaban a hablar de temas que no quisiera, confiando plenamente en ella y en su proceso de transformación en adulta; habiéndoles dado también por su parte durante toda la vida los suficientes motivos para hacerlo al ser una niña buena (aunque inquieta) y responsable. Todo por lo que no podía estar más agradecida con ellos.
Pero alguien que sí conocía bien su pequeño rinconcito de sueños, siendo además una de las personas en quien más confiaba, era Claudia; quien por entonces enterándose de su regreso, iba a visitarla más a menudo. Habiéndoles resultado genial aparte que todo les hubiese salido bien al fingir que se habían embarcado en grupo en un ligero tour de tres días por algunas ciudades europeas. Y ella por lo tanto, como su mejor amiga y conocedora de sus verdades, se dio cuenta del duro momento que atravesaba ni bien verla.
-Créeme, me alegra muchísimo que hayas podido realizar tu sueño, aunque todavía lo encuentro de lo más increíble- le confesó con prudencia luego de que Soleil le contara todo lo de sus aventuras con Michael con lujo de detalles, tal como se lo prometiera.
Fue entonces que Soleil recapacitó en que no tenía una simple prueba de cómo demostrar lo que decía, ni siquiera una foto o algún accesorio de él con lo que pudiera dar veracidad a sus palabras... pero sin embargo no le importaba, pues encontró que no tenía nada que demostrar a nadie ya que su amor era verdadero y por ello se sentía satisfecha con todos los recuerdos que guardaría para siempre en el corazón.
-Si me crees, ¿verdad?- con todo, simplemente queriendo saber le consultó y Claudia respecto a aquello no dudó en expresar su opinión
-Por supuesto, nadie podría volverte más loca de lo que ya eres mas que el mismísimo Michael Jackson y en verdad que ahora sí llegaste al límite jajaja- riéndose observó, con lo que Soleil le agradeció por la recíproca confianza
-Y respecto a ti, ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Qué tal estuvo?-
-Bueno, respecto a eso no puedo quejarme, la pasamos increíble en Berna y de allí estuvimos una cuántas horas en Lucerna. Te extrañamos, nos hiciste mucha falta con tu impulsividad y ocurrencias- de tal forma le contó
-Gracias por lo que me atañe- Soleil sonrió con aquello, dándose cuenta cuánto le habían hecho falta también sus amigos, quienes eran justamente lo que necesitaba para ayudarle a salir de su depresión
-¿Y sabes que fue lo mejor de todo?... que Didier por fin dejó a un lado su timidez. ¡Se me declaró! y qué crees, ¡Lo acepté!- su amiga continuó con el relato, contenta de poder sacarla un poco de su opacidad
-¡¿En serio?! ¡Es genial!... y sobre todo que bueno que él no sea al final de cuentas como en un principio creímos jajaja- y con aquello las dos compartieron más de media hora de risas, rememorando sus antiguas sospechas sobre el delicado acostumbrado proceder del susodicho.
-Es adorable en verdad- defendió al final Claudia a su nuevo enamorado y ante aquello Soleil no tuvo nada que refutarle
-Lo sé y me alegro muchísimo por ti. De corazón les deseo a los dos todo lo mejor que pueda haber. Ustedes saben cuánto los quiero- cabeza con cabeza entonces mientras ambas observaban el techo recostadas en la cama, profirió
Más la rubia chica pudo notar la tristeza en el silencio que le siguió a sus palabras, la misma que era fácil de leer en su semblante y dentro de sus ojos. Esa nostalgia de experimentar ese nivel de felicidad con alguien. Y no con cualquier alguien en su caso, sino con el magnífico e inigualable (como no existiría ningún otro cantante en la historia)... Rey del Pop.
-Lo superarás- le expresó no obstante con fe, en señal de apoyo aunque imaginaba (tal como Soleil lo notaba) lo difícil que debía ser
-Ni tú misma te lo crees- bromista a pesar de todo, la castaña por ende arguyó -Estaré bien, es que es solo como si me hubiesen quitado una partecita del corazón- admitió.
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Pasaron meses, muchos, sin que supiera nada de Michael más de lo que salía en los medios, interminables días con sus noches y sus lunas, recordándolo, imaginando como estaba, si se encontraba bien, y tratando de conseguir cualquier dato adicional y particular sobre su vida analizando a profundidad hasta el más mínimo detalle en la información que encontraba. Sufriendo en silencio por ese amor imposible que no estaba segura de si existía o no también en el corazón de él, pero en el cual no quería perder la fe...
El tiempo se encargó de ir proporcionándole las respuestas.
Michael se volvió a casar, tuvo hijos y se divorció de nuevo, en tanto que ella ingresó a la universidad, consiguió un nuevo trabajo, esta vez formal, y cuatro años después, luego de terminada su carrera se mudó a la capital, donde estableció su propio hogar gracias a una oportunidad para llenar una plaza dentro de la misma Compañía. Lejos de sus padres que continuaron por su parte con sus tranquilas vidas en su ciudad histórica del Valle del Loira, al igual que de sus amigos, quienes tomaron sus propios caminos formalizando con sus respectivas parejas, pero siempre llevándolos a todos en el corazón.
Continuó en resumen, tranquila con su existencia, hasta que una tarde encontrándose en la sala de su bonito departamento desde donde se podía observar la majestuosa Torre Eiffel brillando a lo lejos, poco después de volver de su jornada laboral, recibió una curiosa llamada a su línea telefónica. Una llamada de alguien que al oírle contestar cerró pero que enseguida arrepintiéndose de su cobardía le llamó de nuevo... y en esta ocasión al responder, como dentro de un sueño reconoció al instante la voz que le hablaba desde el otro lado del auricular, la misma que siempre le haría vibrar cada fibra del corazón.
-Hola, buenas tardes... Disculpa, ¿Yana, eres tú?... La chica más genial del mundo. ¿Me recuerdas?...-
-¿Mike?...- apenas logró musitar casi quebrándosele la voz
-¡Oh Soleil, gracias a Dios!, no sabes todo lo que he tenido que pasar para lograr volver a encontrarte...-
Y así fue como empezó su reencuentro, que se volvería el primero de muchos puesto que con el tiempo tan solo consolidaron su amistad, llegando a reunirse siempre que él visitaba la Ciudad Luz. Y aquello por supuesto, evolucionó también en amor.
-Te quiero- le dijo así Michael al oído una noche, una de esas tantas veces mientras observaban la belleza de París desde la terraza de unos de sus hoteles más emblemáticos -Gracias por ser mi amiga, mi amada, por estar siempre para mí-
Y ella en respuesta tan sólo girándose lo suficiente para no romper el abrazo, ya que la tenía rodeada por la cintura, le regaló un dulce beso en los labios, en corroboración de que su sentir era igual.
-Lo sé- profirió de tal modo victoriosa, orgullosa de sí misma de haber podido transformar un día su más hermoso sueño en realidad. El poder llegar a conocer a Michael Jackson en cuerpo, mente, corazón y alma, para acompañarle luego directa e indirectamente en muchos capítulos de su vida -Yo también a ti-.
...A Él, su sueño desde niña, su máximo ídolo, su rey de cuentos y su gran amor.
FIN
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NOTA: Discúlpenme porfis si las fechas sobre los matrimonios de Mike no son las genuinas, pues tuve que acoplarlas al curso de esta historia para crearle un nuevo y secreto amor.
Muchísimas gracias a todos quienes pasaron por aquí por acompañarme en esta aventura y ojalá podamos leernos pronto en una nueva.
Abrazos
Belén
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