Parte VII
Michael no hacía mucho había regresado a la suite de su reunión de negocios importante, cuando Soleil, como previamente acordaran, se le unió para cenar allí los dos en privado. Una decisión tomada por él en vista de que solo con bajar al lobby del hotel ocasionaba revuelo y tener que soportar aquello todo el tiempo, a veces lo dejaba intranquilo, en especial si acontecía durante las comidas.
Ya se encontraba sentado a la mesa, que sus asistentes junto al personal del hotel se habían encargado de ordenar y arreglar con las más deliciosas especialidades del restaurant de aquel hotel de lujo, cuando ella hizo su entrada triunfal, impresionándolo.
Soleil para su dicha, lo notó claramente, dando gracias al cielo por aquellos preciados segundos en que tuvo la atención de su mirada viajando por todo su cuerpo. Por tal motivo, arreglándose un poco el cabello que había decidido esa noche llevarlo planchado y suelto, sonrió.
-¡Wow, luces maravillosa!- Michael no se contuvo encantado de exclamar –No puedo quejarme en definitiva de mi equipo de trabajo, en especial de los encargados de vestuario. ¡Sí que saben lo que hacen!... Han logrado que te veas como una joya, más preciosa aún de lo que ya eres- analizó observándola realmente impresionado.
Y en su honor, sintiéndose por completo halagada, ella alegremente dio una vueltita para complacerlo aún más y para que pudiera apreciar por completo el atuendo.
-No podía haberlo conseguido sin ti. Muchísimas gracias Mike... Michael, lo siento- se corrigió en medio de su agradecimiento, excusándose por ser tan atrevida, mas a él no le importó.
-No tienes porqué disculparte, no me incomoda. Es más, puedes llamarme como tú quieras en trato recíproco. Es lo justo y además me agrada... Fortalece la confianza entre los dos- opinó.
Soleil así, también se dio su tiempo para admirar lo sensual que lucía con su cabello recogido y enternado, con el atuendo que había llevado en la reunión que hasta hacía poco mantuviera y que le recordaba un montón a su look encantador en el video de "Who is it", con lo que con todo, bajando al final la mirada un poco ruborizada, se dispuso a tomar asiento frente a él, todavía resultándole de lo más increíble lo que estaba viviendo, y para su sorpresa lo vio levantarse de repente,
-¡Espera!- Michael enseguida exclamó
Ella lo contempló expectante y entonces asombrada le vio caminar hasta su lado para encargarse por sí mismo de retirarle la silla para que pudiera sentarse. Una acción en extremo galante que a decir verdad no se esperaba de su parte, siendo una estrella tan importante, todo un rey.
-Ahora sí, ya puedes sentarte. Es mi deber de caballero velar por tu comodidad porque eres mi cita- profirió dejándola impactada, en tanto así mismo, se encargó luego consecuentemente de acercarla despacio a la mesa.
-Gracias- ella apenas pudo proferir a media voz, sin poder creer tampoco lo que había dicho... que era su cita. ("La cita de Michael Jackson"... "¡Estaba saliendo con él!", su mente y su corazón gritaban al unísono de la emoción)
-No hay de qué, gracias a ti por sacarme de la monotonía y de mi mundo gris- él expresó sonriendo al tiempo que volvía a sentarse en su puesto -Eres como una lucecita Yanna alumbrando todo a tu alrededor. ¿Ya te lo habían dicho?- le preguntó
-Hoy no- ella bromeó –Eres el primero-
Ambos rieron de tal manera, y después de que él con un ademán le indicara que podía empezar a servirse lo que quisiese, se desearon buen provecho previo empezar a comer.
Soleil admiró en tanto qué cena más sustanciosa había, con platos típicos de la región llevados al nivel más refinado sumados a un gran festín de pollo frito de una reconocida cadena de comida rápida, según el gusto de Michael, y todo para ellos solos.
-Vaya, no dejo de preguntarme si en algún momento dejaré de soñar para volver en un abrir y cerrar de ojos a mi insípida realidad...- comentó mientras degustaba fascinada del especial menú, sólo que en eso notó la mirada de él algo preocupada desviarse hacia la ventana para perderse en las luces de la ciudad –Mike disculpa, pero... ¿estás bien?- no pudo por ende contenerse de preguntar
-No es nada de importancia, tan sólo decepción y un poco de estrés- confesó así él, un poco cabizbajo.
-¿Decepción, dices?- Soleil tuvo que seguir consultando, ahora siendo la preocupada ella.
-Es debido a las presiones en mi vida que no me dejan actuar como un tipo normal- Michael de tal forma, necesitando a simple vista un desahogo, comenzó a contarle –Yo adoro mi carrera, escribir canciones, componer, todo lo referente a la música, entretener a mi público, todo lo que hago, pero no puedo dejar de anhelar por otra parte dedicar más tiempo a mis hobbies. Los que me vi privado de realizar durante mis tiempos de infancia y mi juventud perdida... Muchas veces pienso en cuánto no hubiera dado por poder juntarme a jugar con mis amigos o salir pasear con ellos como cualquier muchacho normal. Incluso ahora, que no puedo pisar la calle sin que medio mundo me persiga... quisiera por ratos "ser" tan sólo eso. Tan sólo un tipo normal, común y corriente- con el corazón en la mano admitió finalmente. Siendo un mensaje que le llegó directo al suyo, que latía a cada segundo con mayor fuerza por su causa.
-Pues yo podría ayudarte. ¡Salgamos!- y de súbito, en una resolución de lo más sencilla y espontánea se le ocurrió proponerle –Te puedo llevar a conocer los sitios turísticos de la ciudad. Puedo encontrar las direcciones en la internet, no será tan difícil. Y también a encontrar otros que conocí de niña y aún recuerdo- le animó
Michael lo consideró un rato, en el que se guardó sus pensamientos para sí mismo, hasta que al término de unos pocos minutos, exclamó:
-¡Ya sé, se me ocurre una idea!, y para realizarla necesito de su completa disposición señorita Yana... ¿Te arriesgarías a hacerme un favor?- tomándole entonces delicadamente la mano, le consultó, y aunque no le explicó de inmediato sobre de qué iba su plan, ella sin chistar (tal como se lo prometiera a sí misma desde un principio) aceptó ayudarle, confiando en la bondad que veía en él que le decía que de ningún modo le haría daño.
-Lo que sea... Te apoyaré en lo que sea-
Michael de tal modo, contento de tener una nueva amiga y aliada, volvió a levantarse y caminar con una sonrisa ganadora y traviesa hasta su silla, donde frente a ella, que lo contemplaba en esos momentos estupefacta a la espera de lo siguiente qué le diría; se le arrodilló.
Sólo allí y con una confianza plena, como de años, que a Soleil casi le hizo dar un vuelco al corazón, procedió a contarle lo que tenía en mente.
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Continuará...
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