Parte VI
Ya al atardecer y recién saliendo de una reparadora ducha, desde una habitación aledaña a la principal en la suite presidencial de uno de los mejores hoteles de Toulouse, donde se encontraban (el lugar más lujoso y confortable donde alguna vez estuviera), Soleil decidió que era hora de realizar una llamada por celular, y alguien en algún lugar de Suiza contestó a la séptima timbrada.
-Hola Clau, ¡qué hay!-
-¡Soleil! ¡Por amor de Dios, dónde estás! ¡Te voy a matar! ¡Por tu culpa he tenido que apagar casi toda la tarde el teléfono!-
-¿Por qué, qué pasó?-
-¡Dímelo tú a mí, que apagaste el tuyo y tus papás por ende han estado llamándome!-
-¡Oh!, lo siento, de verdad. ¿Y qué les dijiste?-
-Tuve que fingir que había interferencia, que no alcanzaba a escucharles y luego apagarlo. Al parecer creyeron que íbamos a asistir también al último concierto de Michael en París y por eso no notaron antes tu ausencia... Pero por suerte con los chicos una vez en el tren de camino a Orléans, tomamos la decisión grupal de bajarnos en la siguiente estación y pegarnos una escapadita a Berna... Me pongo a pensar que si no fuera por nuestro espíritu aventurero en común, el "interrogatorio policiaco" hubiese caído obligatorio sobre nosotros ni bien llegar... Y menos mal tus pas tampoco tienen los números de los muchachos o también hubiesen estado acosándolos, pero ahora... puedes en realidad decirme, ¡¿En dónde diablos te encuentras y qué andas haciendo?!-
Después de soportar el repertorio y la descarga de su enfadada amiga, Soleil reconociendo que se merecía la reprimenda pero sin perder empero su buen ánimo, contestó,
-No se preocupen, todo está bien, y respecto a mis padres ya voy a comunicarme con ellos. Lo único que puedo decirte por ahora es que en estos mismos momentos me encuentro observando la Basílica de Saint Sernín a lo lejos- le compartió emocionada
-¿Qué? Pero eso es al sur... ¡Te encuentras en Toulouse! ¿Pero cómo? ¡Explícate mujer!... Yo creía que a estas alturas debías estar viajando a Vienna para el próximo concierto de Mike si es que te habías propuesto seguirlo- Claudia impresionada quiso saber
-¡Ay Clau, si supieras! Tengo muchísimo que contarte que casi no puedo esperar pero me detengo porque esta aventura aún no termina y no quiero que se me acabe el saldo...- suspirando de lo más ilusionada, Soleil confesó
-Chica loca dime la verdad, ¿Tienes un sugar daddy y no me has contado? ¡Se supone que soy tu mejor amiga! Ya suelta la sopa de una vez- con perspicacia la muchacha rubia, intuyó.
-Ok, ok, está bien, pero que quedé entre nos. Por favor, no les digas nada a los chicos. Prometo darles los detalles a todos después, cuando llegue- sin poder contenerse tampoco de querer conversar sobre el asunto, entusiasmada, Soleil buscó llegar a un acuerdo –Verás...- prosiguió -Sí pude encontrar a mi príncipe-
El silencio que se hizo entonces detrás del teléfono duró varios segundos
-Eh... ¿de qué me perdí?- profirió Claudia aturdida al final de cuentas, sin estar segura de qué creer –... ¿Es que acaso organizaste una cita en Occitania con alguien que conociste por internet con anticipación?-
-No tontita, me refiero a Él- Soleil tuvo que aclararle -Sí, al mismo en el que estás pensando ahora... o mejor dicho que no alcanzas a creer- dando saltitos de rodilla en la afelpada cama, de tal manera continuó – ¡Él, mi objetivo desde el principio, el magnífico e inigualable, el amor de mi vida desde siempre, por siempre y para siempre...!-
-Oh ok, vamos más despacio, a ver si termino de entender... Tú me estás hablando de... ¿ÉL?... ¿el ser iluminado por el que atravesamos parte de nuestro país sólo por verle?-
-¡Sí!- Soleil contestó en un chillido
-... ¿En persona?- Claudia tuvo que indagar más con claro nerviosismo en la voz, a punto de quebrársele ésta de la emoción y estupefacción
-¡Siiií!- Soleil entonces no se contuvo más y gritó en la bocina en corroboración, consciente de que la maravillosa vista de aquella tradicional y romántica ciudad al anochecer, desde aquel lugar tan privilegiado, incrementaba su estado de delirio, y la respuesta al otro lado del auricular fue casi igual.
-¡Ahhh! ¡Oh mi Dios, por Dios, cómo lo conseguiste!... O mejor dicho por qué no me llevaste, te pude haber acompañado en tu estrategia y después de verlo un ratito dejarlos solos... pero bueno (¡Santo cielo esto es tan increíble!) me alegro tanto por ti... y yo aquí pensando que ver a Louis y a Pierre peleándose por la atención de Didier, sin que éste para nada los registrase, era algo digno de contarte. Pero, verás que lo prometido es deuda y quiero por lo tanto todos los pormenores cuando nos volvamos a ver, ¿me entiendes?, TODO... y con lujo de detalles- en conclusión y riendo Claudia concertó –...La verdad, no sé cómo voy a poder guardarme esto- añadió,
-Les contaré todo, se los prometo- Soleil insistió, pensando también en lo mucho que les alegraría enterarse de esta noticia a los chicos. Constituían los cinco un grupo algo patoso, lo reconocía, con dos amigos gays y uno no tanto (puesto que parecía estar interesado en Claudia), pero lo importante al final era el gran cariño que entre todos se tenían.
-De acuerdo, sólo una última cosa...- Claudia pidió –No te olvides de darle ese beso a Michael que te dije. Hazlo por mí-
-Lo haré- Soleil convencida, en definitiva dio su palabra –Cuídate amie y que lleguen bien y disfruten mucho el paseo. Hablamos después-
-Hablamos luego, cuídate- Claudia así mismo se despidió
Una vez concluida la llamada, Soleil enseguida saltando fuera de la cama con renovadas energías se encaminó a tomar las elegantes cajas que le trajeran los asistentes de Michael a la puerta poco después de que llegaran y se instalaran. El contenido: un precioso vestido negro, corto, de Chanel, con sus respectivos zapatos stilettos a juego. Un obsequio que Michael se había encargado de mandar a comprarle luego de que hiciera que la más amable de sus secretarias, una mujer americana de la tercera edad, se pusiera a platicarle sobre su gusto por la ropa, elogiándole sus botines de cuero y preguntándole al final así como quien no quería la cosa sobre su talla de vestir y de calzado, lo cual era el objetivo. Una buena estrategia sin lugar a dudas, se decía al analizarlo.
Entonces, después de admirar una vez más los obsequios, se dirigió al bonito tocador de un blanco impecable que había en la pieza y se dispuso a arreglarse con el maquillaje de paquete que también pensando en todo le habían traído. Pero antes, eso sí, realizó la llamada a su casa que le prometiera a su mejor amiga, y valiéndose de la información que le diera Clau sobre su paradero con los muchachos, les explicó a sus padres que habían decidido hacer un corto eurotrip, ratificándole que estaría con ellos a más tardar en un par de días.
Luego contempló el hermoso y enorme bouquet de rosas rojas y blancas que yacía adornando la pulcritud de la cómoda de junto, regalo que Michael también le había enviado en retribución por su detalle del osito. El souvenir que comprara soñando con obsequiárselo de dársele la remota oportunidad de verlo de cerca en persona, sin perder la fe. Esa misma fe que había permitido al final de cuentas que se le diera su milagro.
Y ahora, consciente de que tenía únicamente esa noche y unas cuantas horas adicionales junto a su rey, se juró que lograría de alguna manera que ese tiempo valiera la pena.
-------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top