Capitulo 35
La música vibraba en el aire, las luces de neón parpadeaban con una intensidad casi hipnótica, y el sonido de las risas y conversaciones llenaban el cabaret. Jungkook, con una sonrisa cansada pero satisfecha, levantó su copa en un brindis final. Taehyung, a su lado, aplaudía con entusiasmo, mientras que Taeyang, con una expresión de cansancio similar, le daba una palmada en la espalda a Jungkook.
—¡A tu éxito, Amor! —exclamó Taeyang, alzando su bebida.
—¡Salud! —respondieron Taehyung y Jungkook al unísono.
El logro de Jungkook era monumental y merecía ser celebrado. Después de meses de arduo trabajo, su trabajo finalmente había sido reconocido con el premio que tanto había anhelado. Sin embargo, la euforia del momento empezaba a desvanecerse, dejando paso a un cansancio abrumador.
Taehyung, observando a Jungkook, notó la fatiga en sus ojos. Se inclinó hacia él y le susurró al oído
—Amor, ¿te gustaría que nos fuéramos a casa? Creo que tanto tú como Taeyang necesitan descansar.
Jungkook asintió lentamente, sintiendo un alivio al escuchar la sugerencia de Taehyung. La idea de regresar a la tranquilidad de su hogar le resultaba cada vez más atractiva.
—Sí, creo que es una buena idea. —respondió Jungkook, lanzando una mirada a Taeyang, quien también parecía estar considerando la opción de irse.
Taeyang, captando la mirada de Jungkook, asintió con una sonrisa comprensiva.
—Estoy de acuerdo. Ya hemos celebrado bastante. Es hora de ir a casa.
Decididos, los tres se levantaron de sus asientos y se dirigieron a la salida del cabaret. Mientras caminaban hacia el coche, las risas y los murmullos del interior del cabaret se desvanecían, reemplazados por el tranquilo murmullo de la ciudad nocturna.
El viaje de regreso fue silencioso, pero no incómodo. Había un entendimiento tácito entre ellos, una sensación de paz que llenaba el espacio. Al llegar a casa, Jungkook se sintió envuelto en una cálida sensación de alivio. La familiaridad del lugar lo reconfortó.
Taehyung fue el primero en entrar, encendiendo las luces suaves del salón. Taeyang y Jungkook lo siguieron, dejándose caer en el sofá con un suspiro conjunto.
—Esta noche fue increíble, pero estar en casa se siente aún mejor. —dijo Taeyang, estirándose.
Jungkook asintió, apoyando la cabeza en el hombro de Taehyung.
—Sí, gracias por convencerme de volver. Necesitaba esto.
Taehyung le acarició el cabello con ternura.
—Siempre es bueno celebrar, pero también es importante saber cuándo parar. Aquí es donde pertenecemos, juntos.
Jungkook cerró los ojos, permitiéndose relajarse por completo. Estaban en casa, rodeados de amor y comprensión. Había triunfado, y ahora podía descansar sabiendo que tenía a Taehyung y Taeyang a su lado, su mayor apoyo en todos los momentos.
Así, en la calidez de su hogar, los tres se dejaron llevar por una paz reconfortante, preparándose para enfrentar el próximo día con renovadas energías.
....
El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas, llenando la habitación con una luz dorada. Jungkook se despertó lentamente, parpadeando para ajustarse a la claridad del nuevo día. Giró la cabeza y sonrió al ver a Taehyung a su lado, todavía profundamente dormido, su respiración rítmica y tranquila. Taeyang, estaba a su otro lado, seguía durmiendo también, después de la larga noche anterior.
Jungkook se levantó con cuidado, tratando de no despertar a Taehyung y a taeyang, y se dirigió a la cocina. Decidió preparar un desayuno especial como agradecimiento por el apoyo incondicional de ambos. Mientras batía los huevos y cortaba frutas, se perdió en sus pensamientos sobre el futuro. Su reciente éxito había abierto muchas puertas, pero lo más importante era que tenía a sus seres queridos a su lado para compartirlo.
El aroma del café recién hecho y el sonido de la cocina en actividad finalmente despertaron a Taehyung. Apareció en la cocina con el cabello despeinado y una sonrisa adormilada, acercándose a Jungkook para abrazarlo por detrás.
—Buenos días, campeón —murmuró Taehyung, besándole el cuello.
Jungkook rió suavemente, disfrutando del calor y la cercanía de Taehyung.
—Buenos días, amor. Pensé en preparar algo especial para nosotros.
Taehyung asintió, sin soltar a Jungkook.
—Huele delicioso. ¿Necesitas ayuda?
—Podrías despertar a Taeyang. Creo que también necesita un buen desayuno.
Taehyung asintió y se dirigió a la habitación, mientras Jungkook continuaba cocinando. Momentos después, Taeyang apareció en la cocina, todavía medio dormido pero con una sonrisa en los labios.
—Buenos días, Amor. —dijo Taeyang, estirándose—. ¿Qué estás cocinando?
—Un desayuno especial para mis chicos especiales —respondió Jungkook, guiñándole un ojo.
Con el desayuno finalmente listo, los tres se sentaron alrededor de la mesa, disfrutando de los sabores y la compañía. La conversación fluyó fácilmente, llena de risas y anécdotas de la noche anterior. Hablaron sobre los futuros planes de Jungkook y cómo podrían apoyarlo en cada paso del camino.
Después del desayuno, decidieron pasar el día juntos, disfrutando de la tranquilidad de su hogar. Se acomodaron en el sofá, viendo películas y hablando sobre sus sueños y aspiraciones. Jungkook se sentía increíblemente afortunado de tener a Taehyung y Taeyang a su lado, no solo como pareja, sino como amigos y compañeros de vida.
A medida que avanzaba el día, la conversación se tornó más seria. Taehyung tomó la mano de Jungkook, mirándolo a los ojos con una expresión de determinación.
—Sabes que estamos contigo en cada paso, ¿verdad? No importa qué desafíos enfrentes, siempre estaremos aquí para apoyarte.
Jungkook sintió un nudo en la garganta, emocionado por las palabras de Taehyung. Asintió, apretando la mano de Taehyung con gratitud.
—Lo sé, y no puedo expresar cuánto significa eso para mí. Ustedes son mi fuerza.
Taeyang, desde el otro lado del sofá, se unió al abrazo, creando un cálido círculo de apoyo y amor.
—Juntos, podemos superar cualquier cosa —dijo Taeyang con convicción.
.....
La tarde se aproximaba y la luz del sol comenzaba a teñir el cielo con tonos anaranjados. Jungkook había disfrutado de un día tranquilo y reparador en casa con Taehyung y Taeyang, pero algo le rondaba la mente. Su trofeo, el símbolo tangible de su arduo trabajo y dedicación, había quedado olvidado en el cabaret la noche anterior.
—Creo que debería ir a buscar mi trofeo al cabaret antes de que se haga demasiado tarde —dijo Jungkook, levantándose del sofá.
Taehyung, que estaba leyendo un libro junto a él, levantó la vista y asintió comprensivo.
—Por supuesto, amor. ¿Quieres que te acompañemos?
—No, está bien. No tardaré mucho —respondió Jungkook con una sonrisa—. Además, ustedes dos merecen seguir descansando.
Taeyang, que estaba jugando con su teléfono, también asintió.
—Está bien, pero ten cuidado. Nos vemos pronto.
Jungkook les dio un beso a ambos antes de salir de casa. El aire fresco de la tarde lo revitalizó mientras caminaba hacia el cabaret. La ciudad estaba en su apogeo, con personas yendo y viniendo, pero Jungkook se mantuvo enfocado en su objetivo.
Al llegar al cabaret, las luces de neón comenzaban a encenderse, preparándose para la noche. Jungkook entró y fue recibido por el familiar zumbido de actividad. Se dirigió al mostrador donde había dejado su trofeo la noche anterior.
—¡Jungkook! —exclamó lily, una de las empleadas del cabaret, al verlo—. ¿Vienes a buscar tu trofeo?
—Así es, Lily. ¿Lo viste por aquí? —preguntó Jungkook, mirando alrededor.
Lily sonrió y asintió, señalando una vitrina detrás del mostrador.
—Lo guardamos aquí para asegurarnos de que no se perdiera. ¡Felicidades de nuevo por tu logro!
Jungkook se sintió aliviado al ver su trofeo, reluciente bajo las luces. Lily abrió la vitrina y le entregó el trofeo con cuidado.
—Gracias, lily. Realmente significa mucho para mí.
—No hay de qué. Te lo mereces —respondió lily con una sonrisa cálida—. ¿Te quedas un rato o vuelves a casa?
Jungkook miró su trofeo, pensando en la tranquilidad de su hogar y la compañía de Taehyung y Taeyang esperándolo.
—Creo que me iré a casa. Ha sido un día largo y quiero compartir este momento con ellos.
Lily asintió, comprendiendo.
—Entiendo. Cuídate, Jungkook. Y felicidades de nuevo.
Con el trofeo firmemente sujeto, Jungkook se despidió y salió del cabaret. La caminata de regreso a casa fue tranquila, y Jungkook aprovechó el tiempo para reflexionar sobre todo lo que había logrado y lo afortunado que era por tener a personas tan increíbles a su lado.
Al llegar a casa, fue recibido por las sonrisas de Taehyung y Taeyang. Ambos se levantaron para abrazarlo, felicitándolo una vez más.
—¡Lo tienes! —exclamó Taehyung, mirando el trofeo con admiración.
—Sí, aquí está. —dijo Jungkook, levantando el trofeo para que ambos pudieran verlo mejor—. Quería compartir este momento con ustedes.
Taeyang lo abrazó, sintiendo el peso del trofeo entre ellos.
—Estamos muy orgullosos de ti, Jungkook.
Jungkook sonrió, sintiendo el calor y el amor que lo rodeaba.
—Gracias, chicos. No podría haberlo hecho sin ustedes.
Se dirigieron a la sala y colocaron el trofeo en un lugar de honor, un recordatorio constante de lo que Jungkook había logrado y de la fuerza de su vínculo. Se sentaron juntos, disfrutando de la compañía mutua, sabiendo que, siempre estarían juntos.
Esa noche, mientras la ciudad vibraba con la energía de la vida nocturna, Jungkook, Taehyung y Taeyang se acurrucaron en el sofá, viendo una película y disfrutando de la simple felicidad de estar juntos. El trofeo brillaba a la luz de la lámpara.
....
Les dejo un nuevo capítulo
Mis bell@s lectores 💕🥰🥰
Espero que les guste 🥰
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