Prólogo
[1%... 3%... 7%... 15%... 30%... 50%... 70%... 80%... 90%... 100%]
[Instalación completa. Nuevo cuerpo cargado. El cuerpo anterior del jugador no puede ser transferido al nuevo mundo. Creando nuevo cuerpo según las preferencias del jugador...]
[Procesando...]
[¡Proceso completado!]
[El nuevo cuerpo del jugador contará únicamente con habilidades físicas. No se transferirán poderes. El cuerpo asignado se basa en los gustos del jugador.]
[Nuevo cuerpo: Tomura Shigaraki]
[Habilidades: Superfuerza, supervelocidad, superresistencia, crecimiento corporal, modificación corporal, mejor adaptación al entorno e intimidación.]
¡Ya cállate, maldita voz en mi cabeza, que no me dejas dormir! —gruñí frustrado, girándome en el suelo. Pero algo me hizo detenerme de golpe. —Pera... ¿estoy escuchando una voz en mi cabeza?
Me levanté rápidamente, pero un dolor insoportable en la espalda me recorrió el cuerpo.
¡Ah! ¡Maldición, creo que dormí chueco! —mascullé, recordando que había estado durmiendo en el suelo. Miré a mi alrededor, desconcertado.
El lugar donde estaba era extraño: un espacio completamente negro con un pequeño escenario bajo mis pies iluminado por luces misteriosas.
¿Qué chucha? —murmuré, girándome al notar algo frente a mí. Una pantalla transparente, visible pero surreal, apareció con palabras flotando en ella. Todo lo que había escuchado hasta ese momento estaba escrito ahí.
[Jugador despierto.]
[Aviso: Lamentablemente, el jugador murió en su anterior vida. Ahora iniciará una nueva en otro mundo, con una nueva apariencia y un sistema, es decir, yo.]
¿Cómo que estoy muerto? —pregunté incrédulo. Hace apenas una hora estaba en mi cama intentando dormir.
[Causa de muerte: Desconocida.]
¿Cómo que desconocida? ¿Me estás diciendo que simplemente me morí porque sí? —mi ceja se arqueó mientras golpeaba el suelo del escenario con el pie, esperando una mejor respuesta.
[Sí.]
¡Hijo de puta! —solté con frustración. Respiré hondo, tratando de calmarme. Estaba claro que ya no podía hacer nada al respecto. —Bien, bien, bien. Dijiste que voy a otro mundo, ¿cuál es? ¿Un anime, película, videojuego, serie, caricatura, tal vez?
[El mundo es de anime, específicamente High School DxD.]
¿High School DxD? ¿El anime donde parece que las tetas dan poder y donde hay más mujeres que hombres? —pregunté, recordando lo poco que sabía de esa serie. Si mal no recordaba, los humanos eran la raza más débil del universo, algo que siempre me había molestado.
Además, algunos humanos tenían cosas llamadas Sacred Gears, armas místicas que los demonios hijos de su puta madre, solían reencarnar a esos humanos como parte de su ejército para poder tener el poder de esas armas de su lado.
Espera, carnal. ¿Me vas a dar un poder o algo así? No quiero llegar ahí sin algo con qué defenderme. —Pregunté con recelo, mirando la pantalla y esperando alguna buena noticia.
[El jugador tendrá una nueva apariencia. Como su personaje favorito es Tomura Shigaraki, tendrá su apariencia y habilidades físicas.]
[Aclaración: No contará con Deterioro ni otros Quirks. Solo habilidades físicas obtenidas a través de la modificación corporal del cuerpo original.]
Bueno, no todo podía ser perfecto. —Me rasqué la cabeza, resignado. —Pero no me puedo quejar. Tendré superfuerza y crecimiento corporal. —Recordé que la habilidad de crear manos y dedos adicionales era algo natural en el cuerpo de Shigaraki.
[Transformación en proceso: 5%... 10%... 20%... 30%... 50%... 60%... 80%... 100%]
[Transformación completada con éxito.]
Miré mi cuerpo para confirmar el cambio. Mis manos, mi torso, mi rostro... todo era cierto. Ahora tenía la apariencia de Tomura Shigaraki, pero más joven, como de 16 o 17 años, con el cabello blanco hasta los hombros. Prácticamente el Shigaraki de la sexta temporada, pero más fresco.
[Advertencia: Se ha detectado magia defectuosa en el cuerpo del jugador. Esto puede afectar su progreso.]
[¿Desea intercambiar esta magia defectuosa por una atadura celestial?] [Sí/No]
¿Atadura celestial? ¿Como las de Jujutsu Kaisen? —Pregunté algo curioso por esta oferta. —Si acepto, ¿qué me darás a cambio de la magia defectuosa?
[A cambio de perder toda la magia, obtendrás mayor destreza física y una mejora en tus sentidos.]
Entonces es una atadura celestial para fuerza física. —Lo pensé un momento. Era una oferta bastante tentadora. Perdería la magia, pero ganaría mucho en fuerza y adaptabilidad. —Está bien, acepto el intercambio.
[Felicidades, jugador. Ahora tienes una atadura celestial. A cambio de no poder usar magia, has recibido mayor destreza física y sentidos mejorados.]
Una leve sonrisa cruzó mi rostro mientras examinaba mi nuevo cuerpo y contemplaba las posibilidades.
Bueno, supongo que High School DxD está a punto de tener un nuevo tipo de villano... o héroe. —murmuré mientras me preparaba para lo que estaba por venir.
Bueno, ¿qué sigue ahora? —pregunté con pereza mientras miraba a mi alrededor. Estar en este lugar oscuro y vacío era, sinceramente, un completo aburrimiento. La soledad tampoco ayudaba.
[Reencarnación en proceso. El jugador perderá la conciencia y despertará en su nueva vida. Recompensas adicionales estarán disponibles una vez que despierte.]
¿Eh? ¿Qué cosa dijis... — No alcancé a terminar la frase antes de que mi cuerpo colapsara como un saco de papas. Sentí cómo me estampé contra el suelo con un golpe seco. Bien ahí, universo. No podías dejarme caer con un poco más de dignidad, ¿verdad?.
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El mundo parecía avanzar mientras yo dormía. En otra parte, una mujer de cabello castaño claro, que caía en ondas suaves hasta sus hombros, tocaba la puerta de una habitación con un gesto cariñoso. Sus ojos, del mismo color marrón cálido, brillaban con ternura mientras hablaba.
Tenko, cariño, tu papá y yo nos vamos a visitar a tus abuelos. Recuerda que estaremos allá por unos meses. También, no te olvides que en dos semanas será tu primer día en la nueva academia a la que te inscribimos. —La voz suave y maternal de Nao Shimura resonó al otro lado de la puerta.
Después de dejar su mensaje, Nao se alejó de la habitación para reunirse con su esposo. Ambos estaban listos para comenzar su viaje.
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¿Alguien me habló? —murmuré, medio dormido, mientras me incorporaba lentamente de la cama. Mis ojos todavía estaban pesados por el sueño. —Nah, no creo que haya sido importante.
Pero entonces me detuve. Los recuerdos de lo que había pasado volvieron como un tsunami. De inmediato miré mis manos y luego mi cuerpo.
No puede ser... —Respiré aliviado y emocionado al mismo tiempo al confirmar que no era un sueño culero. Mi cuerpo seguía siendo el de Shigaraki. —¡Gracias, destino, por no trolearme esta vez!
¡Sistema, pasa contexto! —Ordené mientras caminaba hacia el espejo que estaba al otro lado de la habitación, probablemente mi cuarto.
[El jugador se encuentra actualmente en el mundo de High School DxD. Tiene la apariencia de Tomura Shigaraki, sus habilidades físicas, y cuenta con una Atadura Celestial.]
Repasemos... —murmuré mientras me inspeccionaba frente al espejo. Mi cara no tenía las arrugas características de Shigaraki ni esos labios agrietados de momia que solía tener en el anime. Al contrario, tenía un aspecto más juvenil, más pulcro.
Carajo, hasta estoy guapito... ¿Quién lo diría? —dije mientras pasaba una mano por mi cabello blanco, que ahora me llegaba hasta los hombros. —Supongo que era de esperarse. Todo eso de las arrugas y los labios venía del Quirk, no de su genética.
De pronto, un sonido me distrajo.
[*Timbre*]
[Felicidades, jugador. Tu primera recompensa por iniciar esta nueva vida es un paquete de principiante. Contiene: un arma, un objeto, y una habilidad pasiva.]
[Felicidades, jugador. Has obtenido: Katana del Alma Partida, Anillo de Akatsuki, Aprendizaje Rápido.]
[Descripción de Katana del Alma Partida: Daña directamente el alma del rival.]
[Descripción del Anillo de Akatsuki: Se ve fachero.]
[Descripción de Aprendizaje Rápido: El jugador puede aprender un 45% más rápido cualquier cosa.]
¿Qué? ¿Katana del Alma Partida? ¿No es esa una de las armas que usaba Toji? — pregunté, completamente desconcertado mientras los objetos aparecían en mis manos.
En mi mano izquierda sostenía la famosa Katana del Alma Partida, y no cabía duda: era la misma arma legendaria que había utilizado Toji Fushiguro en Jujutsu Kaisen. En mi otra mano tenía un anillo con el kanji 朱 (Shu, que significa "bermellón" o "escarlata*).
¡Ooohhhh! ¡Es el anillo de Akatsuki que usaba Itachi! —exclamé emocionado mientras me ponía el anillo en el dedo anular derecho. Miré mi mano con una sonrisa de satisfacción. —¡Se ve bien chingón! Sí, definitivamente el estilo estaba on point. Gracias, sistema, eres todo un crack.
Después de admirar el anillo por un rato, mi atención regresó a la katana. Sabía que era una herramienta increíblemente poderosa, pero su verdadero potencial solo podía ser desbloqueado si el usuario tenía la capacidad de percibir las almas de los objetos inorgánicos. Eso podría ser un problema... o un desafío. Ya veremos cómo lo resuelvo.
Concha, yo no puedo hacer eso. Bueno, aún si no puedo usar todo su potencial, me sirve para cortar cosas normales. –Dije encogiéndome de hombros mientras le daba unas vueltas a la katana. Después de todo, con la habilidad pasiva de aprender un 45% más rápido, probablemente podría dominar cómo cortar el alma de cualquiera en poco tiempo. —En fin, creo que escuché a una mujer decir algo sobre ir a una escuela en dos semanas... ¡No mames! Ni en otra vida me libro de los malditos estudios.
Solté un suspiro mientras salía de la habitación, aún con la espada en mano. Tenía curiosidad por saber si había alguien más en la casa, pero había un pequeño problema: no recibí ni un solo recuerdo de esta vida. Genial, ahora tendría que actuar como si conociera a cualquier persona que viviera aquí. Una actuación digna de un Oscar... o un regaño si la cagaba.
Comencé a explorar la casa. Habitación tras habitación, inspeccioné cada rincón. Sin embargo, no había nadie. Solo yo... y un perro. El pequeño ocupante canino era un Welsh Corgi, algo rechonchito, con un pelaje anaranjado y blanco que parecía tan suave como un peluche caro.
Hijo de su pinche madre, yo te conozco. ¡Eres Mon! –exclamé, señalándolo dramáticamente. El perro, en lugar de indignarse como debería, solo movió la cola con entusiasmo, claramente feliz de verme. —Uf, referencias. –murmuré, satisfecho conmigo mismo por tan fino guiño cultural, mientras seguía explorando la casa. Mon, el corgi, me siguió fielmente como un guardaespaldas cuadrúpedo y adorable.
Finalmente terminé mi "tour" autoguiado y regresé al sofá de la sala. Me dejé caer en el asiento con un suspiro, todavía sosteniendo la espada en la mano.
A ver, recapitulando: estoy en High School DxD. Gracias a una nota que encontré, sé que en dos semanas tengo que ir a mi nueva academia, que casualmente es la Academia Kuoh... donde está ese idiota de Issei. —Resoplé, cruzando los brazos mientras procesaba la situación. —Bien, dos semanas. Dos semanas para entrenar, exprimirle el máximo jugo a mi atadura celestial, aprender a usar esta katana y sacar provecho de las habilidades físicas de este cuerpo.
Un pequeño destello de motivación cruzó por mi mente... solo para apagarse al instante. Me recosté más cómodo en el sofá y subí los pies a la mesa frente a mí.
Pero ahorita tengo hueva. —declaré, como si fuera un rey dando una orden. —Mañana empiezo con el ejercicio. Ocho eggs en la mañana, entrenamiento duro, y llegar directo al fallo.
Con eso dicho, me relajé mientras Mon daba vueltas por la sala, feliz de tenerme como compañía. El futuro podía esperar un poco más; hoy, mi única misión era... descansar como dios manda.
Fin del capítulo
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