Epílogo.
JONGKEY
Pov Key.
Realmente no me lo esperaba. San SiWon nos abrió los ojos de una forma, aunque no fue dolorosa, fue como una cachetada proveniente de su mano cubierta con guantes blancos.
- Malditos kaelus.
- ¿Te sucede algo?
- ¿Ah? - se me olvido donde me encontraba en esos momentos, pero cuando escuché la voz de Jonghyun, regresé de nuevo al cuarto blanco que compartía con él.
- Desde que salimos de donde SiWon, has estado perdido en tus pensamientos y murmurando mientras hacías caras raras. - Me explicó. Jonghyun era simplemente hermoso. Piel blanca que contrastaba sus plumosas alas carmesí, ojos marrones con destellos rubíes que marcaban su descendencia merlu, su porte elegante que terminaba en una nariz pequeña y barbilla fina.
- No. Nada realmente. - respondí con un claro tono cansado.
- ¿Te sientes mal? Te ves un poco más apagado que de costumbre... No te pareces a mi Key de siempre. - lo último lo dijo en un susurro mientras desviaba la mirada y seguía revisando el armario de ropas.
- ¿Eh? - dije alto.
- ¿Qué? - preguntó.
- ¿Qué acabas de decir? - quería escucharlo y saber que no estaba loco.
- ¿Qué si te sientes mal? -
- No eso, lo otro. - le animaba.
- Te ves apagado... -
- ¡Después de eso! - terminé por hartarme. JongHyun recordó y desvío la mirada nuevamente, pero sus orejas estaban rojas. - ¡Jonghyun!
- ¡No dije nada! - intento excusarse.
- ¡Claro que lo hiciste!
- ¡No lo hice!
- ¡AAAHHH! - Olvídenlo, no lograré que lo diga. Terminé de acomodarme boca abajo en la cama, pero abracé una almohada para asentar mi barbilla y mirar fijo a su dirección. - ¿Sabes, Jonghyun? - le llamé y él solo respondió con un 'hmm' - Me gustas -.
Jonghyun dejo de rebuscar en las ropas y quedo estático. Yo tampoco decía o hacía nada, tan solo ver su reacción y no parecía una buena.
- Lo lamento. Necesito salir por algo. - Y así de simple, pasó a mi lado abandonando la pieza.
¿Qué pasó? ¿Porqué lo dije? ¡¿Qué me costaba callarlo durante un tiempo más?!
No soporté y comencé a llorar, ahogando mis gemidos y lágrimas en la tela de algodón de la almohada.
Pov Jonghyun.
¿Qué acaba de pasar? ¿Qué fue lo que hice? ¡¿Porqué carajos me fui?! - Me gritaba internamente mientras caminaba por los pasillos.
Ya fue más de unas décadas que recibí a un pequeño merlu asustadizo, delgado y pálido. Se me fue encomendado por SiWon como mi compañero, ¿pero que podría hacer cuando el niño ni siquiera me miraba? Cuándo me le acercaba, él me rehuía como un gatito y es que todas sus facciones hacían que pareciera uno. Tal vez es la reencarnación de uno, es lo más probable.
Pasó una semana para que tuviéramos una conversación.
- Key, ya traje el almuerzo. Si quieres puedes empezar sin mí, ahora vuelvo. - dejé los platos en la mesa del centro del cuarto y me disponía a salir.
- Gracias. - escuche una voz cantarina y melodiosa. Me detuve totalmente para girarme y encontrarme con su delgada espalda mientras se sentaba en el sillón para comenzar.
- Me hablaste. - dije y él se giró a verme. - ¡Me hablaste! - grité emocionado y fui corriendo sin pensar y lo abracé. - Ah, disculpa. Me emocionó que me hablarás. - me disculpe mientras me alejaba.
- N-no te preocupes - sonó temblorosa, pero ahí estaba de nuevo esa voz. Key comenzó a probar su comida pero tenía un tono rosa en sus característicos pómulos. Me sentí feliz que al fin se dirigiera a mí. Tomé un lugar en el otro sillón y también comencé a comer. - ¿No necesitabas salir? - me preguntó.
- No es importante. - solo escuché un 'oh' proveniente de él y siguió comiendo.
Durante todo el rato fue silencioso. Terminamos y devolvimos los platos.
- Emm... Este... Jonghyun-hyung, lamento haberme comportado tan arisco anteriormente, pero en mi anterior vida fui un gato callejero y las personas me maltrataban, por lo cual no confió mucho en ellas, pero Jonghyun-hyung es diferente. Él me trata bien y espera pacientemente por mí, le agradezco tanto. - Key se reverencio frente a mí y de sus cabellos cayeron unas cuantas gotas, desde antes que comiéramos, él tomo un baño y lo noté. Fui en la búsqueda de una toalla y poniéndosela en la cabeza, comencé a secar su cabello.
- No necesitabas disculparte - decía -, no sabía tu vida pasada, pero me la suponía - él estaba quieto mientras yo continuaba con su cabello -, y de ahora en adelante, no necesitas esconderte, Jonghyun-hyung siempre te cuidará. - Él levanto la cabeza para mirarme, y noté en sus ojos cafés un brillo que destacaba más que el carmesí.
Ese brillo era hermoso.
Pov Key.
Ah, me quede dormido. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Al parecer mucho porque el cuarto esta oscuro. Sentía mi cara sucia por las lágrimas y me levanté para lavarla. La imagen en el espejo es peor de lo que imaginaba. Mis párpados hinchados, mis ojos rojos y se notan los caminos de que estuve llorando.
Después de lavarla y confirmar que estaba presentable, regresé al cuarto y ahí estaba Jonghyun en medio de la oscuridad. La poca luz que entraba por la ventana se reflejaba en su rostro, destacando su perfil. Hasta la luz tiene la dicha de acariciarlo y hacerme sentir envidioso.
Me dirigí al armario, necesitaba una ducha enseguida.
- Key. - Escuche su voz llamándome y en ese instante, mi corazón sintió una gran punzada.
- Por favor, hagamos que no pasó nada y continuemos como siempre. Te juro que no te daré problemas de nuevo. - dije sin mirarlo, ya era demasiado doloroso hablar sin que me tiemble la voz.
- ¿Qué? ¡No! - levantó la voz. - ¡No quiero cuando claramente pasó algo y tampoco quiero estar como siempre! - miré a verlo. De nuevo sentía las lágrimas a punto de salir. - Por favor, Key... Ya no quiero estar como siempre... - su voz sonaba sufrida.
¿Eso quiere decir que ya no quiere estar conmigo? ¿Acaso me odia tanto que fue a cambiarse de compañero? ¿Jonghyun me... Dejará?
Mis piernas fallaron y caí de rodillas al piso.
- Sí ya tomaste una decisión, no te detendré... Estás en la libertad de hacer lo que quieras. Por mí no te preocupes. - Me encontraba en el piso llorando nuevamente.
No había sonido alguno, solo escuchaba mi propio llanto, pero una mano me levantó la cara para encontrar el rostro de Jonghyun.
- No llores, ese no es mi Key. - y como la maravilla de un milagro, pude sentir sus labios con los míos, tan suaves, acoplados y tibios.
En ese momento, las lágrimas dejaron de ser saladas.
~*~
SULAY
-Myunnie~, lamento haberme alterado hace rato. – un inocente laelu hacía morritos en sobre una cama blanca.
- Tranquilo Lay, no pasó nada malo. – intentaba consolarlo Suho mientras terminaba de acomodar algunos documentos en su respectivas carpetas.
- ¿Estás molesto? – Lay se retiró de la cama y abrazó a Suho por la espalda, estando este aún sentado frente a las carpetas. Suho soltó un suspiro, sabía que Yixing no dejaría de fastidiar sino recibía una respuesta clara.
- Yixing –
- ¿Mmm? – apenas respondió el Laelu y ya se encontraba sentado en el regazo de Suho, con cada pierna a lado de la cadera del kaelu. Yixing no pudo evitar sonrojarse fuertemente al encontrarse a tal sugestiva posición.
- ¿Por qué tan rojo, Xing-xing? – Suho acariciaba delicadamente el mentón contrario, sosteniéndolo para hacer que le mirara – ¿Sabes? Verte defenderme de tal forma me hizo sentir tan feliz... – ahora, Suho se encargaba de hablarle cerca del oído, recorriendo el camino del cuello con su aliento. Lay no podía evitar estremecerse por la cálida caricia.– La cara de Xing-xing enojado fue taaaaaaaan excitante – la voz de Suho se volvía más rasposa y cargada de deseo, que cuando arrastro la penúltima palabra, Lay soltó un gemido por la doble tortura de JunMyeon: su sensual voz y el bulto que se restregaba con el suyo, haciéndole sentir descargas. –, fuiste un buen niño Lay, y los niños buenos merecen que les den una recompensa. – mientras hablaba, Suho desabrocho la camisa del blanco impecable mostrando la piel pálida con algunos rastros verdes, donde JunMyeon se encargaría de crear nuevas marcas. Recorrió todo ese camino hasta el cierre de los pantalones, donde con solo una ligera presión, Lay se encontró gimiendo de nuevo y aferrándose al cuello del kaelu.
– M-myeon... Myunnie, por favor... – el laelu apenas y podía crear palabras coherentes sin tener que gemir entre ella.
–¿Por favor qué, Xing-xing? – Suho continuaba con la tortura al pobre Laelu, quien tenía la frente con una capa de sudor e intentaba meter aire por la boca. – Los niños buenos dicen claramente lo que quieren.
Yixing sentía aquella pesada mano encima de su miembro masajeándole deliciosamente, quería responder ante lo que le pedían, pero las incesantes descargas hacían vibrar cada una de sus plumosas alas– Yo quiero... quiero... AAAHH – no pudo continuar por que la presión de aquella mano e volvió fuerte. Sí, eso era jugar sucio.
–Perdón Xing-xing, pero no pude escucharte. – Tal vez era su naturaleza Kaelu la cual le decía que tenía que torturarlo, o simplemente le encantaba la cara del Laelu excitada.
–Myunnie... Eres malo. – Lay al fin pudo organizar una pequeña oración, así como todo su autocontrol para mirarlo directamente.
–Lo sé amor, pero no puedo evitarlo.
Y aquel disfrute tortuoso continúo con una pelea de lenguas calientes entrelazándose entre sí, bailando una con la otra.
~*~
TAORIS
Pov Tao
*Detesto estar a prueba, como si el hecho de odiar ser Kaelus se pudiera resolver supervisando más muertes.*
Suspiré.
Nuevamente me encontraba recorriendo por las calles de Seúl anotando a todas aquellas personas que pudieran tener una muerte próxima. Ayer fue Venecia, hoy Seúl, por lo menos este trabajo me paga por hacer turismo.
–Quisiera morirme... – solté con otro suspiro.
–¿Me llamaste? – un tipo alto y rubio me saco de mis pensamientos, admito que me sentí intimidado por su mirada, tal vez no debería ser el más apropiado en miradas intimidantes, pero la de él si me susto.
–No, no lo hice, ¿Por qué creíste que si? – pregunté.
–Bueno, vi que hablabas pero no te escuche por los audífonos, por eso decidí preguntar si fue a mí. – el tipo rubio le restó importancia alzando los hombros y volviendo su mirada al frente.
–¿Por qué caminas si tienes una bicicleta contigo? – cuestione de nuevo.
–No es porque yo quiera, genio, pero mi moto está en el tallery a esta porquería se le poncho una llanta. En estos momentos es cuando quisiera volar. – termino aquel.
–No es tan maravilloso como parece... –
–Ah? –
–Olvídalo. – Tao idiota, ¿qué responderías si te hubiera escuchado?
Seguimos caminando en silencio por diversas calles, en silencio. Era extraño que dos desconocidos caminaran juntos, pero su compañía era agradable, así que sí, le estaba siguiendo.
–Parece que vamos por el mismo rumbo. – me hablo después de unas cuantas calles.
–Sí, bueno... algo así – respondí apenado.
–Mi nombre es Kris. Mucho gusto. – se detuvo para saludarme, pero desee que nunca lo hubiera hecho.
En sus pupilas podía distinguir la sombra de la muerte claramente. ¿Por qué? Creador, ¿Por qué tienes que hacerme sentir miserable en cada paso que doy? ¡¿ACASO DIFRUTAS DE MI DOLOR?!
–Ta-tao – respondí reteniendo todo el dolor acumulado en mi pecho. Al fin me encuentro con un ser que tranquiliza mi alma y se perderá de nuevo. Busqué alrededor por su Kaelus, pero ni rastros de él, entonces... ¿Yo sería quien tomará su vida?
–Ey, Tao, ¿a quién buscas? – Kris me llamó al verme perdido.
–N-nada importante. – intente sonar calmado.
–¿Te sientes bien? Te ves enfermo... – Kris toco mi frente para comprobar mi temperatura, pero en ese mismo instante imágenes de su muerte vinieron a mí. Tan horrorosas y crueles como siempre.
–¡NO! ¡Por favor no! – grite mientras agitaba mi cabeza. Quería sacar aquellas imágenes lo antes posible. En mi reloj apareció la marca donde sería la hora de su muerte, quedando solo unos cuantos minutos de ella.
-¡Tao! ¡Me estas asustando, joder! – la voz de Kris se escuchaba desesperada.
–Perdón. Vi una abeja y creí que me picaría. – intente tranquilizarlo, ¿Cómo hacerlo cuando claramente yo estoy en peor estado?
– Tranquilo. Estamos cerca de mi casa y podría darte un vaso de agua para que te sientas mejor. –
–Lo agradecería tanto. –
Seguimos caminando, y como avanzamos fui reconociendo las casas y cruces, las imágenes se veían más claras.
Un semáforo marco en rojo y nosotros cruzamos. El camión que venía a nuestra dirección los frenos descolocados, el ruidoso claxon gritando.
Tan solo actué.
Empuje con mis fuerzas a Kris fuera del alcance del impacto, pero la bicicleta se enredó en mis piernas. El claxon no dejaba de sonar y las luces dieron directo en mi rostro...
Jamás mi pecho se sintió tan sereno y cerré los ojos sonriendo.
*¿Es mal momento para presentarte mi renuncia, SiWon?*
-Ahora, ¿tú también, ZiTao?
-Perdón, creo que no pude evitarlo...
-¿Qué les pico para hacer esto? Espero que no sea una epidemia, sino me quedaré sin ángeles.
-Entonces, ¿morí?
-No, no moriste. Nosotros hechos con esencia divina, jamás morimos, tan solo... renacemos.
-¿Bajaré a la tierra?
-Si esa es tu decisión, sí, pero tan solo hay una condición.
-¿Cuál?
-Es una dolorosa condición...
-No importa cuál sea, he soportado demasiado dolor durante toda mi existencia como Kaelu, un poco más no hará la diferencia.
-Tendrás que entregar tus alas.
-¿Y podré renacer como humano?
-Desde el momento que te las arranque, tú serás un simple mortal.
-¿Te puedo pedir otro favor, SiWon?
-Dime, pequeño.
-Aquel a quien salvé, ¿puede continuar con su vida?
-No sufras por eso, que tu sacrificio no será en vano... Esperaré por tu regreso, pequeño...
-Gracias.
Un pitido me hizo abrir los ojos de nuevo. Me encontraba en un cuarto de hospital humano, con intravenosas en mis muñecas y una pesadez en todo mi cuerpo. Las sombras comenzaron a tomar forma, y pude distinguir la luna llena que se veía por la ventana. Recorrí aquel vació cuarto y me encontré con una silueta que solo había visto una vez.
El tipo rubio, alto e intimidante que salve... Kris.
Estaba durmiendo sentado y recostado sobre mi cama. Su rostro se veía un poco más demacrado a como lo recordaba, e incluso parecía tener mis mismas sombras en sus ojos.
Sonreí por lo ridículo que sería eso.
–Ey, Kris... despierta – le moví suavemente para que despertara.
–Mmm–
–Despierta– continúe llamándolo.
–Mamá déjame, tengo que cuidar de Tao... – sonreí. Debía de admitir que cuando lo conocí se me hizo atractivo. Nunca nadie se había preocupado por mí de esa forma, más bien, siempre me encerraba cuando tenía una mala pasada.
–Kris, mamá dice que te levantes o no habrá desayuno. –
–¡QUIERO DESAYUNO! – Kris se levantó de inmediato y no pude evitar soltar una risa que termino en tos por no haber usado mi voz en un buen rato.
–Joder, no deberías hacer cosas tan impulsivamente. – Kris me acerco un vaso de agua, ayudándome a beberlo.
–Perdón, creí que estuviera tan seca mi garganta. – me disculpe una vez deje el vaso.
–No hablo solo de eso, con el camión fue igual. – su cara se mostró molesta. Se veía bien a pesar de todo.
–¿Cuánto tiempo estuve dormido? –
–Casi un mes. – Wow, si fue mucho tiempo.
-Bueno, creo que también me disculpo por eso, pero no debiste preocupar por mí, ni siquiera nos conocemos lo suficiente.
–¿Cuál es tu nombre completo? – fue más una orden que pregunta.
–HuangZiTao.
–Wu YiFan, pero dime Kris. Para mí, eso es suficiente. Ahora, me tendrás muy cerca para evitar que hagas alguna otra estupidez de nuevo, así que considérate bajo mis alas. Llamaré a la enfermera para que te revise. – Kris se retiró del cuarto dejándome solo.
¿Bajo sus alas? Qué irónico. Si supiera que él estuvo condenado bajo las mías... Bueno, viviré este nuevo renacer.
¿Quién dice que un Kaelus no puede ser salvado?
Por favor... que tus alas de luz destruyan la oscuridad de las mías.
AGDVFDJNSBDHJBV PROMETÍ NO LLORAR... PROMETÍ... WAAAAAHHH;;;;;
Espero que este epilogo les haya gustado. En lo personal, estuve matándome para poder cubrir con las cosillas sueltas que hubieron por ahí y que quedara lo más cercano a lo perfecto, pero tampoco quería terminarlo, es demasiado triste saber que Un simple Mortal llegó a su fin;;; disfrute mucho el hacerlo y el que me acompañaran y esperaran, también.
Gracias por sus estrellitas y continúen en mis próximas obras^^
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