Capítulo 8.

Algunas partes que estan en cursiva, son como los pensamientos de Chennie :3

***

Mi misión se llevó cargando al pequeño humano hasta un gran sillón negro en medio de la sala de estar. ¿Será su hijo? ¡EL REPORTE NO DECÍA NADA DE UN HIJO! Porque lo leí, no es fácil sacar tiempo para leer la información de las misiones. El niño no parecía mayor a cuatro años.

— ¿Cómo estás? —Mi misión le hablo mientras lo sentaba sobre los cojines del sillón y le revolvía ligeramente el pelo.

— ¡Bien! Te estuve esperando... mamá no juega conmigo... —el niño frunció sus labios y sus ojitos brillaron húmedos.

— Porque necesita hacer cosas, ¿te gustaría vivir en una casa sucia y sin comida rica? —Le pregunto el mayor, miraba perfectamente su cara y se encontraba esperando la respuesta del niño.

— ¡Pero quiero que papi juegue conmigo!—Y se lanzó de nuevo a su cuello, apretándolo. Mi misión solo se rió por la acción del pequeño y yo quería golpearlo, ¿golpearlo? Creo que sería algo anti-angelical y me tiraría a los Merlus encima... pensándolo bien, mejor sigo observando.

— ¡KIBUM! Deja de ser tan malcriado. — Una voz femenina se escuchó y los tres volteamos a ver de dónde provenía.

— Sohee, déjalo... está bien. —La mujer se parecía mucho a mi misión, era él en versión femenina o... ¿era él en una versión mucho más femenina? Juuuummm...

— No, MinSeok, no deberías dejar que sea tan caprichoso —la recién llegada le reprochaba con la mirada.

—No dejo que sea caprichoso —se paró del sillón y enfrento a la joven.

— ¡PAPI ME QUIERE MUCHO! —El niño seguía aferrado a su cuello como koala.

— ¡YA DEJA ESO, KIBUM! Sabes que él es tu tío, no tu padre —le explicaba la mujer al pequeño Kibum.

—Pero cuando papi no está, tío Minnie es mi papi —el niño le contesto a su madre, haciendo que esta soltara un suspiro. Mi humano solo observaba la escena con una sonrisa.

AAAAAAAAAAHHHHH... Es su sobrino, no su padre... ¡Maldito paro cardiaco que me acaba de dar! Por eso se parecen mucho, la tal Sohee es su hermana, ya que también tiene la misma cara de ardilla, pero es más linda la de mi Minnie, ¡perdón! De mi misión.

Un peso invisible se quitó de mis hombros y suspire aliviado.

—Kibum, ¿adivina que traje? —Mi misión hablo atrayendo la atención de niño.

— ¿Pastel? — Preguntó inocente y sus ojitos marrones parecían brillar.

—Yep —dejo al niño en el suelo y se dirigió a donde antes había dejado su mochila: a un lado de la entrada. Tomo la cartera negra y la apoyo en el respaldo del sillón para abrirla.

—Yo quiero yo quiero yo quiero yo quiero yo quiero yo quiero yo quiero —Kibum saltaba de un lado a otro con sus pequeños piecitos. 

Mi misión saco dos piezas de pastel de frambuesa dentro de un traste hermético mientras cerraba inmediatamente la cartera para que el niño no viera las otras tres y la bolsa con galletas de mantequilla y chocolate. Mi misión en definitiva no quería compartirlos.

—Por favor, no coman mucho dulce que no tardará en estar lista la cena —la tal Sohee regreso por donde vino. El niño le quito de las manos de mi misión el traste con el pastel y fue a asentarse en el cómodo sillón negro. Mi misión se fue un momento y regreso con dos cubiertos para comer el rico dulce.

—Tío Dodo te manda saludos — le entregó un cubierto al pequeño y este lo recibió contento para insertarlo inmediatamente en una pieza y llevarse un pedazo de pastel a la boca.

—Me gugtan logs pogtregs del tío Dogdo  —el niño hablo mientras su pequeña boca era llenada de pastel con relleno de frambuesa.

—Hahahaha, traga antes de hablar, Kibum —mi humano también se metió un pedazo a la boca. ¿Aún sigue comiendo azúcar? Mientras lo observaba trabajar, fácilmente se comió un pedazo de chesse cake, una rebanada de pay de limón, como dos docenas de piezas de chocolate y tres malteadas... ¿acaso no se empalaga?

El niñito trago.

—Que me gustan los postres del tío Dodo —y se llenó de nuevo las mejillas, inflándolas. Aaawwwwnnn, ¿así de tierno se veía mi misión de niño? Me lo como.

—A todo el mundo le gustan sus postres —aseguro mi misión. Y eso que ni que, el smootie que me preparo en el local era delicioso, exquisito, magnifico... aaaahh, no puedo describir lo rico que estaba.

Pasaron unos minutos antes de que se dejara escuchar el sonido de los cubiertos.

— ¿Y tío Kris? —el niño pregunto inocente hacia mi misión, el cual trago ruidosamente. Arrrrggg, ya me lo recordaron.

—No lo sé... En su casa, creo —respondió con simpleza mientras se encogía de hombros.

— ¿Y cuándo vuelve? —Niño, me estas molestando.

—No lo sé... —dijo en el mismo tono que antes: sin importancia.

—Tío Kris quiere a tío Minnie —aseguró el niño y mi misión se sorprendió.

—¿Por qué dices eso? —La voz de mi misión si cambio esta vez, nervioso.

—Ví a tío Kris besar a tío Minnie como lo hace mi papi con mami —el niño comió otro pedazo de pastel.

—¡¿Q-qué?! —la cara de mi misión se volvió completamente roja y sus ojos se abrieron enormemente.

¡¿QUÉ?! ¡¿QUE QUE QUE QUE QUEEEE?! ¡¿EL MALDITO POSTE ÉSE SE ATREVIÓ A TOCAR LOS ROSADOS LABIOS DE MI HUMANO?!

¡MORTAL, ME LAS PAGARÁS!

—¿Y ahora, a ti que te pasa? —La mujer regreso después de escuchar la aguda pregunta de mi misión, él se encontraba articulando la boca pero no salía sonido alguno.

—Le conté que ví como tío Kris lo besaba como papi te besa a ti, mami —la vocecita del niño dijo lo que mi humano no pudo mientras el sonrojo cubría hasta sus orejas.

—Aaah, eso —la mujer no le dio importancia.

—¡¿QUÉ?! —Gritamos al mismo tiempo, aunque a mí no me escucharon.

—Sí, bueno... —

—¿Lo sabias? ¿Por qué no me dijiste? —Mi humano se encontraba indignado.

—Esperaría a que tú me contaras que sales con Kris, soy tu hermana y no te presionaría en decirme. Tengo que aceptar que Kris es muy guapo y un gran partido, si no estuviera casada intentaría hasta quitártelo, hermanito —la mujer le sonrió.

¿A alguien se le cayó un cristal? Podría jurar que escuche algo romperse en algún lugar.

—Espera, espera... yo no salgo con Kris. 

— ¿Ah no?

— ¡NO!

—Aaaahhh...

—¿Por qué ese "Aaaahhh"?

—Fue un simple "Aaaahhh"...

—No fue un simple "Aaaahhh", sonó como si estuvieras decepcionada.

— ¿Yo?

—Sohee, se reconocer un sarcasmo.

—Ya, bueno... si esperaba que salieras con Kris.

— ¿Por qué?

— ¿Preguntas "por qué"? ¡ES EL SUEÑO DE TODA FUJOSHI QUE SU HERMANO GUAPO SEA GAY Y TUVIERA UN NOVIO GUAPO!

—Dijiste la palabra guapo dos veces.

—Amo a los hombres guapos.

—Por supuesto.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Te gusta?

—¿Quién?

—Kris.

—¿Qué tiene que ver Kris en esto?

—¿Te gusta?

—¿Gustarme quién?

—¡¿TE GUSTA KRIS?!

—¿Es un nuevo postre? No lo he probado.

— ¡XIUMIN!

— ¿Qué?

—¡DIME SI TE GUSTA!

— ¿Cuándo?

— ¡AHORA!

—¿Por qué?

— ¡PORQUE QUIERO!

—¿Querer qué?

—¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!!!

¿Qué paso? Me desconecte del mundo por un momento.

Mi misión se subió unas escaleras riéndose mientras que su hermana también se retiraba jalándose de los cabellos y chillando agudamente, dejándome solo con el pequeño que se encontraba con la boca manchada con betún del pastel.

— ¿Pues qué me perdí? —dije para mí mismo.

—Mi tío Minnie hizo que mi mami se alterara —la aguda voz del niño me hizo voltear a verlo.

—¿Puedes verme? —le pregunte al pequeño. Él asintió.

—Ship. Yo tengo un amigo que también tiene alas, pero las de él son blancas... ¿por qué las tuyas son negras? —ladeo ligeramente la cabeza. No podía decirle que soy él que protege la muerte de su tío. Es mejor mentir (niños en casa, no lo hagan, es malo).

—Por qué soy un ángel especial.

—Oh —el niño pareció complacido por la respuesta.

—Subiré con tu tío.

—¿Lo cuidas a él? —¿Qué debo decirle?

—Si... algo así...

—Está bien —Kibum se volteo y prendió el televisor, ignorándome. Después de todo no me cae tan mal este niño.

Después de subir los escalones, me encontré inmediatamente con el cuarto de mi misión ya que tenía la puerta abierta. Estaba dentro de un armario buscando ropa. Después de unos minutos y con un short y una playera sin mangas en la mano, se metió al cuarto de al lado, al parecer, el baño.

Recorrí toda la pieza con la vista. Estantes con libros, un escritorio con una laptop encima, el ropero y una gran cama con muebles a cada lado, y en la pared, una gran ventana que dejaba entrar mucha luz del exterior y la vista era muy agradable.

La melodía de alguien cantando 'marshmallow' me hizo parar mi reconocimiento intensivo de las cosas personales de mi misión (porque yo no stalkeo). Me acerque a su cama para ver su celular y resulta que era una llamada entrante, ¡¿Y ADIVINEN DE QUIÉN?! Del señor todo lo puedo porque muy pronto una galaxia tendrá mi nombre, del poste con patas, del edificio de veinte pisos, del "la camisa abierta is my style", del... ay, ya... le paro, no es que tenga un complejo con mi estatura ni nada por el estilo, que conste.

Al notar que nadie le contestaba, colgó haciéndome sonreír de lado.

Me recosté cómodamente en su cama y un delicioso aroma a vainilla se desprendió de las telas. Inhale profundamente disfrutando del exquisito aroma. Mi misión entro al cuarto con una toalla en la mano secándose el cabello. ¡Dios! Con esos shorts y la playera se veía jodidamente bien, así que no pude evitar relamerme los labios.

Tomo su celular y después de ver las llamadas perdidas, suspiró. De nuevo, la melodía se hizo escuchar y contesto.

— ¿Bueno?

>> ¿Hyung? Hola, ¿llego bien a su casa?

—Sí, llegue bien.

>> Me alegro. Sé que mañana tiene el día libre, ¿tiene su tarde ocupada?

—¿Mañana?

>> Sí. Si no le molesta, quería preguntarle si vamos a algún lado después de que yo salga del trabajo.

—No se podrá, ya quede con alguien y no puedo dejarlo mal.

>>Ah, ok... entonces nos vemos luego, hyung. Cuídese.

—Hasta luego, Kris. —Mi misión colgó y dejo su celular en el escritorio, donde lo puso a cargar. Tomó asiento y prendió la computadora. Paso unos minutos revisando su correo y perfil de Facebook.

La voz de su hermana le hizo bajar a cenar, pero yo preferí no levantarme de las acolchadas sabanas. El sueño ya me ganaba cuando un peso a lado de mí me hizo abrir los ojos. Era mi misión que se había acostado.

Su cara estaba apacible mientras intentaba entrar al mundo de los sueños. Esperen, ¿Qué hora es? Mire a ver el reloj en la pared de mi misión y descubrí que ya iban a dar las doce, mire la ventana y afuera se veía oscuro, ¡Me pase casi tres horas haciendo nada! Aaarrggg.

Pero tenerlo a lado mío me hacía sentir bien. Revisaba cada centímetro de su rostro y cada pequeña imperfección, me parecía perfecta. Realmente era muy bello.



Descansa, mi Minnie... yo velare tus sueños y espantaré todos tus miedos.

Por favor... acepta este cobijo que te ofrezco entre mis brazos.

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