Capítulo 5.

Pov Kai.

Mi humano es muy trabajador y serio.

Se la pasa de un lado a otro de la cocina en búsqueda de utensilios, recipientes o trastos que le sirven para preparar o decorar algún pastel o postre. De vez en cuando, el cachetón entra y le avisa sobre un pedido a la carta que debiera realizar.

El simple hecho de verlo decorar con tal entusiasmo un pastel, ver cómo sus ojos brillan cuando las flores de azúcar decoran alegremente el betún, la completa concentración que muestra en su rostro cuando escribe en perfecta, limpia y fina manuscrita el "Feliz Cumpleaños", cuando se aleja para apreciar su obra final y mostrarle una sonrisa de satisfacción cuando no le ve error alguno, siento como en mi pecho algo crece y me hace sentir orgulloso. Me siento orgulloso poder conocer más de él, de que los otros conocerán jamás.

De seguro no saben... Qué frunce el ceño cuando cree que la decoración pudo haber fallado por algunos milímetros.

De seguro no saben... Qué cuando prueba una nueva mezcla, cierra los ojos para dejar que su lengua dicte su propia crítica.

De seguro no saben... Qué cuando encuentra el sabor deliciosamente correcto, sonríe inconscientemente y sus pálidos pómulos le hacen competencia al tono de los licuados de fresa.

De seguro no saben... De que si alguna gota traviesa logra llegar a su chemir, frunce el ceño e inmediatamente limpia la mancha para luego tener el pulcro blanco, sin signo de que alguna vez, intentaron osar en contra de la pureza de la tela.

De seguro no saben que... Cuando está buscando algo perdido entre las letras de las recetas, muerde ligeramente su labio inferior, tornándose de un rosa más tentador.

De seguro no saben... Qué cuando el horno está lleno y el temporizador tiene la cuenta regresiva, prefiere prepararse una taza de chocolate y sentarse a comer sus propias galletas de mantequilla mientras que se acomoda sus auriculares y cierra los ojos, dejando que las notas musicales sean el acompañamiento perfecto con las galletas y la taza de chocolate humeante.

Ni siquiera sabe... Qué aun sabiendo que no debo, quisiera recorrer las líneas de su rostro con los dedos, pero me limito a observar desde el otro extremo de la cocina, como se lleva la taza a los labios y sorbe cuidadosamente su contenido para luego pasar su lengua por sus labios y quitar los restos de chocolate.

—No le veas así... podrías desgastarlo —una risa muy familiar me distrajo levemente.

—Que te jodan, Chen —respondí mordaz sin dejar de ver a mi humano. — ¿No tienes a nadie quien cuidar? —Levante una ceja cuando mire a ver a su dirección.

—Mi misión est... —No terminó de hablar, ya que escuchamos risas del otro lado. Salimos para ver quiénes eran y resultaron ser el camarero y la misión de Chen. El humano de cabello castaño se encontraba casi imperceptible sonrojado y con una mano tapando su boca para evitar que su risa se escuchara por todo el local, el rubio también reía con él.

—Creo que te lo están ganando... — Dije cuando estuve cerca de la espalda de mi amigo.

—No eres para nada gracioso, Kai. — JongDae tenía la mirada fija en ellos y fruncía el ceño.

—No sé tú, pero yo veo lo que está pasando y posiblemente ellos se traen algo. —Para nada intentaba molestar a mi amigo, es solo mi opinión ante la situación y la situación es que el rubio está tomando la mano del otro y este, parece no estar muy incómodo que digamos.

Mi amigo soltó un gruñido.

—Kai, te juro que te arrancaré las alas —escupió lo último.

—Como tú quieras — me gire y entre de nuevo a la cocina —. Aaaaaaahhhh~ no hay peor ciego que el que no quiere ver. — Regrese a mi puesto y encontré a mi humano sacando moldes del horno, los acomodaba en la mesa y dejaba enfriar.

>>*<

Mi humano KyungSoo ya armaba un nuevo pastel (de chocolate y crema de avellana... ¡se veía delicioso!), cuando el humano de Chen entró muy agitado a la cocina, cerró la puerta cromada y se apoyó de espaldas a ella como si quisiera que nadie entrara.

— ¿Y a ti que te pasa? —Preguntó mi humano ante la repentina aparición de su amigo.

La cara del otro estaba roja y tenía los ojos más abiertos que KyungSoo y eso ya es decir mucho. Abrió ligeramente su boca y con su labio inferior temblando débilmente, dijo claramente —He visto a un ángel. —

¡¡¡¿QUÉEEEE?!!! ¡¿ACASO ESCUCHÉ BIEN?! ¡¿CÓMO ES POSIBLE?!

Si hubiera estado tomando algo, podría jurar que terminaría escupiéndolo.

Se han dado casos donde los humanos en verdad pueden ver a los ángeles, pero son muy pocos alrededor del mundo y la gran mayoría que anda compartiendo sus "dones" de ver a seres alados, resultan ser charlatanes y no les damos mucha importancia. Pero si de verdad este humano puede vernos, ¿habrá visto a JongDae y por eso se ha alterado? ¿Puede verme? Bueno, no creo que me vea a mí, porque normalmente el ángel asignado al humano, crea un vínculo y ningún otro alado puede interferir en él, así que, en pocas palabras: Estoy a salvo.

— Xiumin, no te entiendo nada. Explícate —le ordenó Soo.

El humano cerró los ojos e hizo sesiones de respiración para tranquilizarse, una vez logrado, empezó a relatar.

— Estaba en la barra y de la nada, llegó el ser más hermoso que haya visto, Dodo... — el humano se acercó a Soo, estaba muy emocionado. — Tiene los pómulos afilados, barbilla delicada, sus labios son delgados, rosas y se curvean, y cuando sonríe... ¡OhMaaiGaaa! ¡Es perfecto, Dodo! ¡¡¡Es como si el gato Chesire te sonriera!!! —Al escucharlo, me recuerda a las fangirls cuando hablan de su bias en su grupo de Kpop favorito, ¿qué cómo lo sé? *cofcof* me han contado. —Y lo mejor... ¡¡¡SUS OJOS!!! Son pequeños y marrones, pero al mirarlos, pareciese que pueden ver tu mismita alma. — Terminó con un suspiro.

Por la descripción, podría jurar que es Chen, pero solo que él no es tan guapo...

—Ajá... ¿Y? — Le dijo indiferente mi humano mientras levantaba una ceja.

— ¡¿Cómo que "Y"?! ¡¿Te digo que es el ser más hermoso sobre la faz de la tierra y tú solo dices "Y"?! — El loco humano agitaba los brazos de un lado a otro, dramatizando. —¡Ese hombre simplemente no es humano! ¡Es un ángel! ¡Un maldito, atractivo y sexy ángel!

— Xiumin, en primera, deja de comer la crema de avellana que es para el pastel —El nombrado dejo el bote de la crema marrón sobre la mesa y dio un ligero "lo siento" —, en segunda, los ángeles no existen. — Su voz sonó tan fría que me estremeció.

¿No cree en los ángeles? Pero... yo estoy aquí y existo... tal vez no seré un ángel blanco que se encargue de llevar amor a todos o tenga un alto cargo como un arcángel, que imponga respeto, pero me gusta el color de mis alas y a pesar de que es triste nuestro trabajo, es lo que forma parte de la vida y me agrada, hemos existido desde antes del comienzo de la humanidad y compartido tanto con los humanos, entonces... ¿Por qué no puede creer en nosotros? ¿Por qué no puede creer en mí?

Siento mi pecho doler.

—No, Dodo, que no los veas no quiere decir que no existan —le regaño el humano de Chen.

—Ajá, ¿y aparecerán con enormes alas emplumadas pegadas a su espalda y una aureola? — Soo levantó nuevamente una ceja. Bueno, tal vez no tengamos aureolas en nuestras cabezas, pero tampoco es como si fuéramos santos, ¿cierto?

—Dudo que lleven aureolas... — comentó un tanto inseguro el humano Xiumin.

—Ese no es el punto, Xiu, ¿y Kris? —

— ¿Qué pasa con él? —Preguntó sin darle importancia.

— MinSeok, tú le gustas —dijo serio Soo. *¡Oh! después de todo si se traían algo.*

—Pero sabes que a mí no, le quiero como a un hermano menor que es más alto que su hermano mayor, pero eso es todo... ya le he dicho... — Juum, después de todo no es algo seguro (parezco vieja chismosa).

— Parece no haberlo entendido —

— Ya sé... —

—Hyung, el smootie de fresa. — De pronto, entró el rey de Roma, causando que el par diera un respingo.

—AAAAAAHHH EL SMOOTIE SE ME OLVIDO — El cachetón metió todos los ingredientes en el procesador y sirvió la mezcla en una copa grande, todo en tiempo record. — ¡Listo! —Exclamó gloriosamente mostrando su creación.

— Gracias, hyung. Lo llevaré. —Pero antes de que el rubio lo tomara, el humano Xiumin lo alejó de su alcance.

—Este... bueno... mmmm... yo lo llevaré a la mesa... —La cara del humano se perdía con el tono del smootie, Soo sonreía ante las acciones de su amigo y el camarero le cuestionaba con la mirada.

— No te preocupes, hyung, yo lo llevo... —

—He dicho que yo lo haré y punto. — Con la cara roja, el humano MinSeok tomó una bandeja cromada y puso la copa en ella, pero antes de salir, se dirigió a mi humano. — De seguro tienes un ángel que está a tu lado y ¡te dejará por tonto! —Y abrió la puerta cromada para salir. De alguna manera, este humano me cae bien.

—Claro, cuando lo vea le haré un pastel y le pediré que jamás se vaya de mí lado. — El otro humano lo escuchó y soltó una risa. El humano rubio solo le miraba sin entender nada. — No nos hagas caso. – El rubio asintió y también salió.

*Mi humano KyungSoo... es un reto muy interesante.*

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