Capítulo 3.
Pov Kai.
Después de que Chen bajó, yo me dedique a pasear un rato más por el vasto cielo. Aún tenía sueño, el que nos hayan levantado temprano era una tortura, sabía que no debía quedarme despierto tan tarde, pero eso de irme a la cama tan temprano no es lo mío, bueno, si bien no necesitamos dormir y solo es un gusto nuestro, para mí es completamente vital si quiero mantener la perfecta imagen que tengo.
Obviamente, ser increíblemente guapo es un don que muy pocos poseemos, así que, bendito sea mi creador que me hizo con total dedicación, otorgándome un cuerpo bien proporcionado y sexy, además de mi característico tono de piel que es ligeramente canela. No me molestan las burlas de Chen o de los demás sobre mi tono, a mí me encanta, es único y diferente, y según varios alados, es sensual. Mis labios son gruesos y mis ojos tienen una cierta mirada seductora. Muchos seres me han pedido que sea su pareja, pero digamos que a mí me gusta solamente jugar un poco, ¿por qué pasarse una eternidad con una sola pareja, cuando hay mucha variedad en este mundo? Mis relaciones simplemente se resumen en una sola noche (si es que tienen suerte, porque si no, solo es una cita), kaelus, nelus, merlus o laelus, incluso me he liado con un demonio, de características femeninas o masculinas, da igual, aún no quiero perder mi libertad y la disfrutaría al máximo.
Ya tenía mucho tiempo divagando sin rumbo fijo.
Baje y comencé a recorrer las calles como todos los humanos, pero obviamente, era invisible a ellos.
Tenía las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras miraba todos los locales de alrededor. De comida, ropa, accesorios, herramientas, electrónicos; observaba gran variedad de cosas para los humanos. En una de esos, pase en frente de un restaurant y un delicioso aroma llego a mis fosas nasales, es algo muy primitivo, pero tuve la curiosidad de probar aquella comida que olía tan bien. Nosotros tampoco necesitamos comer, hacemos ese tipo de cosas cuando escondemos las alas y nos hacemos pasar por humanos.
He de decir, que hay humanos cumplen con algunas de mis expectativas, pero lo que siento es algo físico y ya, pero de pronto se envuelven en sentimentalismos y quieren casarse, tener hijos, formar familia y arg, no es lo mío.
Pero lo cierto es que son muy interesantes de observar.
— ¿En dónde estarás, KyungSoo? —Me dije a mí mismo.
Mientras buscaba un camino por el que seguir, un pequeño cachorro se me acerco y comenzó a olfatearme. Los animales pueden ver cosas que los humanos no, por lo que siempre hay que confiar en ellos. El cachorro era un Cocker Spaniel de color caramelo y unos ojos color ámbar muy grandes, aún era pequeño, podría tener al menos cinco meses. Me apoye en una rodilla y le rasqué una de las orejas, el cachorro se dejó hacer gustoso. Mis dedos chocaron con algo en su cuello y lo sujete para verlo. Era un collar y traía una plaquita.
—Con que tú nombre es Maddie. Mucho gusto, adorable Maddie —me llevé el puño derecho al pecho e hice una pequeña reverencia, la perrita se sentó sobre sus cuartos traseros y dio un suave ladrido. Le sonreí, los cachorros me gustan mucho y más cuando son niñas —. Pero necesitamos encontrar a tu dueño o dueña, así que te quedaras aquí conmigo a esperar —la perrita dio otro ladrido.
Me pase como media hora jugando con la perrita, cuando una niña, de casi 12 años, se acercó a buscarla.
—Maddie... ¡oh, Maddie! Me tenías muy asustada, no vuelvas escaparte de nuevo —la niña se fue acercando y la cachorra comenzó a menear su cola al reconocer a su dueña, se giró a mí y me lamió la cara para luego irse corriendo a los brazos de quien le llamaba. Los cachorros simplemente son maravillosos.
—Y ahora, ¿a dónde voy? —Comencé a caminar de nuevo —. ¡Si serás tonto! El informe. —Se me olvido que en el reporte que nos entregaron tiene toda la información del humano en la misión. – Debo dejar de juntarme con Chen, se me está pegando lo estúpido —abrí de nuevo la carpeta y al fin encontré lo que buscaba: la dirección dónde trabajaba el humano de mi misión.
Resulto ser que estaba muy lejos de donde debería haber ido a un principio y caminar no se me apetecía, por lo que empecé a batir las alas de nuevo tomando altura.
Cuando llegue al lugar, supe que era el correcto. Mi humano era chef en repostería y tenía su propio establecimiento de postres. Entré y me encontré a Chen sentado en una de las sillas dentro del local. Observaba perdido a un joven que se encontraba tras una exhibición de dulces. Dirigí mi mirada a él y lo reconocí como el muchacho de su foto (Jojojo... Chen se ha ganado la humillación de su amigo).
—Cierra la boca que se te caerá la baba —tome asiento a su lado. Noté como dio un pequeño respingo en su asiento y me miro a ver de una forma que si fueran cuchillos, ya tendría cincuenta en mi pecho.
—Estúpido negro —dijo entre dientes —. ¿Por qué tardaste tanto?
—Vaya, que bienvenida —respondí con un tono dolido.
— ¡Oh! Que descortés de mi parte, ¿quieres un cafécito? —Habló de forma sarcástica, dramatizando.
—Con dos de azúcar y una rebanada de pastel de chocolate —le seguí el juego y sonreí, él solo rodó los ojos.
—En serio, ¿Qué te pasó? —
—Estaba dormitando y me peerrdiiiii- —alargué la última palabra porque algo captó mi total atención.
Eran los mismos labios en forma de corazón.
De la nada, mi corazón golpeteaba dentro de mi pecho con mayor frecuencia.
Recorría de arriba a abajo con la mirada a aquel ser de piel tan blanca que simplemente no podría ser humano. Sus ojos grandes atraían mi atención y por un momento creí reflejarme en ellos cuando miro a mi dirección. Portaba un chaleco negro y unos pantalones de mismo color que se ajustaban a su delicado cuerpo, llevaba una corbata color carmesí que destacaba de los otros dos, ya que el humano de Chen traía un moño negro y el otro rubio alto (de quien apenas me estoy dando cuenta que existía), no llevaba nada en el cuello, tenía el chaleco semi-abierto al igual que los dos primeros botones de la camisa blanca de mangas largas, desabrochados.
El porte del mío era muy elegante y serio. Tenía una mirada que te atrapaba completamente y se veía tan bien, me dio mucha ternura que su rostro pareciera de un bebé y según el informe, contaba con 23 años humanos.
Eso de las edades a nosotros no nos afecta en lo más mínimo, no contamos el tiempo de esa forma porque en nosotros es irrelevante, no tenemos edad. Una de las razones es que no tiene caso festejar nuestro tiempo de vida cuando trabajamos para la misma muerte. Otra es que a través de nuestros ojos pasa en tiempo tan lento, que se nos olvida incluso cuándo nacimos.
Y volviendo a la realidad...
KyungSoo comenzó a caminar en mi dirección y sentía su miraba sobre mí, sentí que realmente podía verme, no era invisible para él y esa idea, de alguna manera, me hizo sentir ¿feliz?, pero él siguió de largo y fue a la entrada del local para abrir las puertas.
Sentí como tomaron mi barbilla y la llevaron hacia arriba.
— ¿Qué decías sobre caerse la baba? —Fue Chen quien me cerró la boca y soltó una escandalosa carcajada. No me di cuenta en que momento abrí la boca y se quedó así. ¡Tsk! Ya no podré molestarlo luego o me la devolvería.
Solté un gruñido y volví a mirar a mi humano.
—Ha llegado la hora de abrir —y KyungSoo abrió las puertas de par en par.
*Esta no será una misión como las demás, ni para mí, ni para Chen... pero creo que será muy interesante.*
>>*<<
Creo que ya actualizaré más seguido~
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