Capítulo 16.
Pov. Chen
Estoy en un espeso bosque. Rodeado de todos tipos de tonos verdes, amarillos e incluso rojos. Hay muy poco café, solo se puede ver en el sendero que estoy llevando y en los troncos de algunos árboles. No hay ruido alguno más que el cantar de los pájaros. Salgo en un hermoso claro donde el sol entra sin ningún obstáculo y le arrebata destellos al rocío que se encuentra como perlas sobre el pequeño césped. En medio se encuentra Minseok sentado mientras que alguien está parado frente a él, no le veo su cara porque tiene una capa negra encima. Están platicando y Minseok sonríe, apenas logro ver que el otro también sonríe pero no le veo completo el rostro. El extraño le entrega una botellita con algo dentro de color violeta, Minseok la recibe y la lleva a sus labios sin dudar tomándose el líquido. De un segundo a otro, Minseok cae a un costado y el césped ahoga todo ruido.
Intento gritar pero mi voz no se escucha así que me muevo. Siento mis pasos pesados y cada vez el cuerpo de Minseok se encuentra más lejos que cerca. El extraño de la capa negra nota mi presencia, gira hacia mí y lo reconozco.
Es Luhan.
Sus pupilas son rojas como la sangre y en su cara perfila una gran sonrisa. Todo él es completa satisfacción.
Minseok sigue sin moverse.
Corro con todas mis fuerzas y plumas rojas comienzan a caer sobre mí, adhiriéndose. Las plumas vuelven mucho más pesado mi cuerpo, me cuesta más trabajo moverme y caigo de rodillas. Alzo el rostro para verlo y ahora Minseok se encuentra justo frente a mí cuando antes estaba a metros. Distingo sus facciones pero el tono de su piel no me gusta, está más pálido de lo normal y sus labios de color lila.
Las plumas rojas ahora sujetan mis manos al suelo.
Luhan toma mi rostro y lo alza para que lo mire. Sus iris rojas me miran directamente y siento por mi columna un escalofrío.
- Tarde o temprano este sería el final, JongDae.
- Chen, despierta.
-¿Qué hora es? – siento mi cuerpo pesado, esto de estar en cuerpo mortal y dormir tal vez no fue una gran idea. Mi corazón se encuentra agitado, es la primera vez que experimento una pesadilla y aun no me recupero totalmente de ella.
- Ya casi las siete... ¿te encuentras bien? –La expresión de Minseok se volvió preocupada.
- Sí, ¿Por qué preguntas? –Cuestioné extrañado, sin descifrar porque tanta preocupación por mí.
- Porque estas llorando. – Lleve inmediatamente una mano a mi mejilla y lo confirme. No me había dado cuenta, pero mi cara estaba tibia por las lágrimas. Minseok continuaba con la misma expresión preocupada, sentado a mi lado en la cama.
- Ah, esto... no sé porque... –las limpie completamente con el dorso de mi mano, pero esas obstinadas gotas seguían surgiendo.
- ¿Estas enfermo? ¿Te duele algo? –Me preguntó Minseok más cerca, llevando una de sus manos a mi frente.
- No, es solo que... tuve un mal sueño –le respondí sin ganas e imágenes de su cuerpo inmóvil llegaron a mi mente, sacándolas con un movimiento de cabeza.
- Tranquilo, sea lo que sea, nunca pasara. –Acunó mi rostro con su manos y junto nuestros labios. En el beso podía sentir la menta de la pasta de dientes de la noche anterior. Enrolle mis brazos a sus cintura y lo pegue más a mí, no permitiría que distancias estúpidas me alejaran de él. Nuestras lenguas danzaban una con la otra, volviendo el beso más erótico e íntimo.
Sus manos se sujetan ahora de mis cabellos y los jalaba levemente. Mis manos se paseaban libres explorando la tersa piel debajo de la tela hasta recorrer su pecho llegando a dos pequeños obstáculos erizados y tomándolos como juguetes al apretarlos y estilarlos. Minseok se retorció debajo de mis manos dejando salir un melodioso gemido, el cual callé con mi boca.
- Espera... no... Pueden escucharnos... – tenía a Minseok recostado en la cama. Con una mano tenía sujetada su playera hasta arriba con sus manos amarradas arriba de su cabeza, la otra jugaba un botón rosa mientras que con mi lengua erizaba el otro y probaba cada parte de su pecho formado.
- Entonces evitaras hacer ruido –le mire a ver y le sonreí al hacerle un guiño. La cara de Minseok estaba ruborizada, jadeaba poco con los labios rojos e hinchados entreabiertos, tan brillantes y seductores.
- Pero... mph... – no termino de hablar y ahogó un gemido al morder su labio inferior cuando yo mordí uno de sus botones rosas.
- ¿Pero qué? –Pregunte mientras subía con mi lengua por su cuello.
- T-tengo que tra-mph-trabajar – logró terminar entre jadeos.
- Cierto. Tendremos que posponerlo para otra ocasión. –Me alejé un poco y contemple al ser debajo de mí: manos inmovilizadas arriba de su cabeza, cara roja, labios hinchados, jadeante, pecho marcado por detalles rosas, pero le falta algo más... mío. – Solo déjame... –
- Mph... –
- Listo – le deba el visto bueno a la marca roja que ahora pintaba su cuello.
- Tío Minnie, Tío Chen... que bajen a desayunar – la voz de Kibum me recordó que no era el momento indicado.
- Claro, mini-Minseokkie, en un segundo –le conteste con Minseok debajo mientras se mordía el labio para evitar gemir mientras le jalaba uno de sus botones. – Bueno, será mejor bajar. Te espero abajo para llevarte a tu trabajo. –Me bajé de él y salí del cuarto con una sonrisa en mi rostro.
Desayuno y trabajo... cada momento con él es valioso. Tan pronto como termino el día recordé el sueño de la mañana y el tiempo que me queda.
*Si tan solo de verdad nunca sucediera*
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