Capítulo 14.

Pov Chen

¿Qué es esto? ¿Cuál es esta sensación? Es nueva para mí. Siento que algo cálido crece cada vez más, algo esta... ¿palpitando? Sí, siento que algo palpita por primera vez en mi pecho, ¿qué será? Sí nuestro cuerpo es fisiológicamente parecido al de los humanos, entonces es donde estaría el...

No. No puede ser. El Creador no sería capaz de hacernos sufrir, pero... Los humanos también sufren y son una de sus mayores creaciones... ¿Entonces porque a mí ahora? ¿Es solo un experimento cruel? ¿Quiere jugar con sus hijos?

Esa cosa no deja de estar cálida y palpitando, ¿Por qué ahora? Recuerdo estar pensando en Minseok cuando comenzó... ¡DE NUEVO! ¡ESA COSA SE MUEVE MÁS RÁPIDO! ¡QUIERE SALIR DE MÍ!

¿Es a causa de Minseok? ¿Él me hace sentir esto? Ahora que lo pienso, cuando tomé su mano por primera vez, esa cosa se despertó y una corriente cruzo mi brazo, estremeciéndome pero extrañamente agradable.

No puedo enamorarme de un humano y menos de ESTE humano. Las reglas lo dicen, no podemos interferir en el destino de aquellos con un fin trágico, y al mío le quedan solo tres días de vida... Pero... ¿Quiero que tenga ese fin? ¿Quiero que se termine todo así como empezó? ¿Acaso nosotros no tenemos también derecho de anhelar cosas?

¡DETESTO MIS ALAS! Estas oscuras plumas que se encargan de solo llevar sufrimiento a quienes las vea. Estas plumas que se encargan de oscurecer la visión humana y arrebatarles el último aliento. Estas plumas que son como seda porque se encargan de llevar el alma en ellas.

Estas plumas que marcan también mi sufrimiento.

Estas plumas que son parte de mí.

Estas plumas que lo matarán.

Estas plumas que me matarán.

Cuatro días.



Cuatro días que me han hecho sentir miles de cosas más que en toda mi larga existencia. Cuatro días que han significado el verdadero vivir humano, la felicidad, la diversión, el amor. Cuatro días que los he pasado con él. Cuatro días en los que he creado una galería completa de sus gestos, sonrisas, expresiones, actos... su voz, ojos, nariz, boca, labios... De todo ÉL.

Tres días.

Tres días que marcan las horas de tiempo restante antes de que su corazón se detenga. Tres días en cuenta regresiva que me hace odiar mi trabajo. Tres días y se termina todo.

No. No permitiré que sea así de fácil. No dejaré que se valla tan fácilmente de mi lado.

Sí tengo que oponerme a los Merlus, lo haré.

Sí tengo que recibir un castigo, lo haré.

Si me arrancan las alas con tal de que siga con vida... lo haré.

Lo que importa es él y nadie más.

Para: Baozi

Hey. Me prometiste una cita, ¿Acaso te has arrepentido? Más vale que no, porque pienso esperarte en la puerta de la repostería hasta que salgas :P

Para: TiranosaurioChen

Nop, no la he olvidado... No deberías hacer esas cosas, dan mucho miedo los acosadores D:

Para: Baozi

Pero yo solo te acoso a ti... No quisiera acosar a nadie más -3-

Para: TiranosaurioChen

Es bueno saberlo... creo...

Salgo a las 4... Hoy cerramos temprano :)

Para: Baozi

Va... Cuando salgas, ahí me verás.

Piensa mucho en mí y solo en mí.

Para: TiranosaurioChen

¡Como ordene, Capitán!

Aaaahhh... A las cuatro... faltan cinco horas... aaaaaaahhhhh.

- JongDae – me llamaron.

- Dime – me voltee para ver quién era. Kai estaba en frente de mí.

- No quiero continuar. –La cara de JongIn se veía demacrada (sí, increíble en un ángel), tenía ligeros tonos lilas debajo de los ojos y su cabello brillante estaba un tono más opaco.

- ¿Y a ti que te pasó? –Le pregunté ante lo obvio.

- KyungSoo, eso pasó. – comenzó a caminar en círculos frente a mí mientras pasaba una mano por sus cabellos, como aclarando sus ideas – No sé cómo explicarlo, pero de algo estoy seguro... Quiero que siga con vida. –Sus oscuros ojos penetraban en los míos y en ellos veía la misma maraña de sentimientos en la cual yo vivía.

Solté un suspiro.

- Te entiendo. Hoy llegue a la misma conclusión –me sinceré. Con Kai todo siempre es tan fácil.

- No podemos hacer nada si no queremos que nos atraviesen el corazón con una espada.

- Bueno... Alguien ya me atravesó el corazón y tiene nombre y apellido.

- ¡JA! QUÉ GAY SE ESCUCHÓ ESO – Kai soltó una carcajada. Su aspecto volvía a ser el mismo. – Me siento igual. Supongo que esta es nuestra declaración de suicidio – JongIn sonrió de lado.

- Y una muy estúpida, hermano – confirmé.

- Te veré luego, JongDae, bueno... si continuamos con nuestra existencia, claro – se despedía Kai.

- Fue un gusto atravesar las nubes contigo, JongIn –logré decir antes que levantará vuelo por completo, el cual solo se despidió con un movimiento de mano - ¿Y ahora qué?

Abrí mis alas y avancé del lado contrario. Tengo mucho tiempo libre.

- Empezaré a creer que de verdad me estás acosando – salía Minseok con una gran sonrisa y su mochila al hombro.

- En realidad no es a ti, es al tipo rubio alto de adentro. Esa mirada que dice 'Odio a todo el mundo', ese porte elegante y su cabello despeinado... – dije mientras veía en dirección al local.

-¡¿ES EN SERIO?! ¿TODO ESTE TIEMPO HAS VENIDO SOLO POR KRIS? ¡¿TE HAS ACERCADO A MÍ POR ÉL?! ¡¡¡ERES UN IMBÉCIL, JONGDAE!!! – gritó Minseok a todo pulmón mientras que su carita redonda quedaba roja de furia, pero se veía realmente adorable. Comenzó a caminar rápido.

-¡Espera! ¡Minseok! – Corrí detrás de él – Es broma, ¡solo era una broma! – le alcancé (una calle después) y lo obligue a que me mirara.

- ¿AHORA QUÉ? ¡¿ME DIRÁS QUE TU TIEMPO CONMIGO SOLO FUE UN JUEGO?! – sus ojitos color chocolate estaban rojos y brillosos.

- No, no, no, no... –Le abracé, no podía permitirle llorar por mi culpa. – Fue solo una broma. Juro que eres el único que ha podido hacer latir mi corazón – sentía sus lágrimas mojar mi playera mientras se aferraba a ella.

- ¿Se-seguro? –Preguntó entre hipidos.

- Por supuesto... No volveré a bromear de esa forma. Lo juro. –Minseok se zafó de mi abrazo y se limpió la cara con sus manos, parecía una ardillita con nariz roja - ¿Mejor? – Él asintió - ¿A dónde quieres ir?

- Bueno, yo... – el timbre de su teléfono le interrumpió – Perdón, un segundo – y contestó. - ¿Si?

-...

- ¿Necesitas algo? – su cara se veía preocupada.

-...

- Pero... ¿ahora? – preguntó mientras me daba una mirada.

-...

- Esta bien, ya voy... – soltó un suspiro – Cambio de planes. Vienes conmigo. – tomó mi mano y me comenzó a arrastrar.

- Oye, si me jalas de esa manera comenzaré a gritar que me están secuestrando – le sonreí pero estaba de espaldas a mí mientras caminábamos.

- Pff... Como si fuera a violarte... – se detuvo en un semáforo en verde.

- Pero quieres~ ¡Sucio! – le jalé la mano para que quedara frente a mí.

- ¡¿Qué?! ¡NO! NO NO NO... NO – soltó enseguida mi mano y se puso a negar frenéticamente con la cara muy roja.

-Tranquilo~ Tampoco es nada que no haya pensado en hacerte – rodee su cintura con una mano y le di un pico en los labios. Él se quedó estático con los ojos muy abiertos – Tenemos que seguir, Minnie, el semáforo ya quedo rojo. –Fui yo quien le tomó la mano para continuar.

*Opps, se me salió el apodo que le da su hermana. Espero y no se haya dado cuenta*

Llegamos a su casa y Minseok pasó la llave para abrir la puerta, y como si fuera un deja , el niñito cara de ardilla se le lanzó en brazos.

-¡APPA! –

- Kibum, ¿te sucede algo? – mi baozi le preguntó preocupado.

- Nop, solo te extrañaba – y sonríe. *Awwn, así de tierno debió verse mi baozi a esa edad* -¡Hola, Chen! - ¿Qué, que, qué? ¿Chen, dónde?

- ¿Se conocen? – me cuestionó mi misión.

- Sip. Él es un... –

-MAESTRO DE MÚSICA – corte al niño antes que me delate.

- Aaaaaah – Kibum captó la indirecta. Benditos sean los niños de hoy en día. – Sip, él es mi maestro de música.

- Es por eso que cantas tan bien, Chen. –Minseok dejó al niño en el piso y se acercó a mí con una sonrisa.

- Si... no creo que sea tan bueno, realmente –debía de mostrar un poco de modestia.

- Pero si todos en el Arcade comenzaron a aplaudirte la otra vez.

-¿Con quién hablas, Minnie? – preguntó una voz femenina.

- Con un amigo, Sohee – le contestó mientras ella salía de la cocina secándose las manos con una toalla.

- Su nombre es Chen, omma – completo Kibum.

- ¿Chen? ¿En dónde habré oído ese nombre? – Se cuestionó la muchacha - ¡AH! No era la cita que...

- AAAAHH QUE HAMBRE TENGO... VAMOS A LA COCINA SOHEE – y mi baozi se llevó arrastrando a su hermana.

- ¿Te gustan los videojuegos, Chen? – me preguntó Kibum.

- Claro, suelo jugarlos seguido.

Y fue así como comenzó la partida de Mario Car más épica de la historia.

- Kibum, Chen, dejen de jugar y pasen a cenar – la muchacha nos hablaba.

- ¡ERES UN TRAMPOSO, KIBUM!

- ¡NO ES MI CULPA QUE TU CARRO SE ATRAVIESE DONDE ESTÁN MIS LANZALLAMAS! –

- ¡¿CÓMO CONSEGUISTE UN LANZALLAMAS?!

- Fue después de desviar a Yoshi de la ruta...

- ¡¿EN QUÉ MOMENTO DESVIASTE A YOSHI?!

- Cuándo la Princesa se-¡TÍO!

- ¡¿MINSEOK QUE HAS HECHO?! ESTÁBAMOS CERCA DE LA META – me paré inmediatamente cuando Minnie apago la consola y casi tiro el mando.

- A cenar. Ambos. –Minseok esta serio... ¿Por qué esta serio? No me gusta verlo serio... da miedo~

- Creo que hay que ir a cenar, Kibum – le hablé a mi pequeño amigo y él solo asintió. Tenía la carita pálida. Dejamos los mandos sobre la mesita del centro y tomé su mano para ir al comedor.

- Vayan al baño a lavarse las manos – Sohee dijo mientras terminaba de acomodar los platos y me dejé guiar por Kibum.

Ya en la mesa, los platillos se veían exquisitos y su sabor lo era más. Una de las mejores tardes de mi existencia.

-Es muy tarde para que te vayas, ¿por qué no te quedas a dormir solo por hoy? – Minseok me preguntó cuándo recogíamos los platos sucios ya que Sohee se había llevado a Kibum a la cama.

- No quiero incomodarlos...

- No incómodas a nadie, Chen – me dedicó una sonrisa.

-¿Seguro? En la tarde te confesé que tenía intenciones de violarte – la cara de Minseok se tornó roja mientras abría enorme los ojos. Solté una carcajada – Es broma, Minnie. No pienso hacer nada que tú no quieras. – Le robe un pico y me dirigí a la cocina a llevar los trastos sucios.

Los lavamos en silencio, pero era un silencio cómodo entre sonrisas y miradas cómplices, con uno que otro roce de manos 'accidentalmente'.

-La oferta de que te quedes sigue en pie – repitió cuando terminamos.

- Creo que es mucha tu insistencia y poca mi resistencia, así que acepto. –Le mostré la más sincera de mis sonrisas.

- Lamentablemente no hay cuarto extra, así que dormirás en el mío... lástima – mostró una carita inocente. Ajá, y yo nací ayer.

- Que poco conveniente – me dejé arrastrar por Minseok a su habitación. El lugar era tal cual como lo ví en la mañana, solo que había una diferencia: Minseok sabe que estoy ahí con él.
Me prestó ropa sencilla para dormir y nos cambiamos. Nos tumbamos en la cama e intercambiamos algunos besos y caricias...

Pero solamente dormimos esa noche.

*Dulces sueños, mi pequeño ángel*

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