⇣ OO1 | Aquellos días en los que estaba solo y llegaste

Tú eres una fresa que quiere calle

Y yo con este swing que no le gusta a tu padre

El proceso tortuoso de infancia hasta la adolescencia de Min Yoongi había sido difícil, incluso parecía ser sacado de una película de terror sí se lo preguntaban.

Un padre alcohólico y violento, abusivo con su familia pero con un horrible final que merecía al ser atropellado una noche. Una madre amorosa pero muy enferma, condenada a pasar sus últimos días de vida en un hospital, dejando a un hijo con el corazón destrozado al no poder ser de ayuda luego de perderla una madrugada de primavera.

Min Yoongi había quedado solo. No contaba con nadie más más que de sí mismo y de la suerte en no morir por más que buscará la muerte.

Viajar sin rumbo se había vuelto cotidiano para Yoongi a la edad de 10 años, quedando huérfano en el mundo a temprana edad, tuvo que aprender a sobrevivir bajo sus propios méritos, cayendo en la desgracia de tener que robar para poder sobrevivir ante una fría y cruel sociedad que no sentía ni un poco de piedad o lástima de su persona.

Era peor que un perro, porque cuando menos ellos recibían misericordia, él no.

"Si no cuidas de ti mismo, nadie más lo hará por ti. No lo olvides nunca, es la ley de la vida"

Eso fue lo que aprendió con base a su experiencia, pero aquel pensamiento fue cambiando con el tiempo cuando conoció al señor Lee, un amable y sonriente bibliotecario que también era como él: Rechazado por la sociedad. Su caso de ser excluido era por ser gay ─y aunque la mayoría decía que era una aberración de ser humano ─, había uno que otro que sentía lástima por su persona, luego de que perdiera a su pareja en un accidente, había quedado solo.

Dos rechazados por la sociedad.

Dos personas que importaban menos que un animal.

Dos personas que por azar del destino se conocieron.

Yoongi fue confiando en ese hombre luego de que siempre le brindará un poco de comida en cada tarde cuando pasaba por la biblioteca, además de enseñarle a leer sin pedirle nada a cambio para que dejará de ser un analfabeta. Aún le costaba a Yoongi entender por qué la mayoría veía al señor Dong Wook como si estuviera sucio, cuando quien en verdad estaba sucio era él.

Así que cuando menos lo pensaba, ya consideraba al señor Lee como el padre que la vida no le había dado de niño, pero que ahora el destino le estaba regalando como recompensa para poder arreglar sus errores del pasado, fue así como Yoongi pudo regularizarse con sus truncados estudios y dejando complemente atrás las violentas peleas que lo dejaban mal herido y la vida de la calle que le acogió de niño hasta sus 15 años.

Entre libros, letras y algunas canciones que solían pasar en la radio ─también por el señor Lee ─, Yoongi aprendió que el amor se manifestaba de distintas maneras, una más hermosa que la otra y que no existía nada de malo en querer a otra persona del mismo sexo, por más que la mayoría dijera que estaba mal.

Amor era amor, pero no supo de ese sentimiento hasta una noche de otoño, caminando de regreso a casa y cerca de un callejón oscuro, se encontró por una pandilla de malandrines que conocía perfectamente, los cuales tenían rodeado a un chico ─que a juzgar por su apariencia ─, se podía notar que era aquello que solía conocer como "niño rico", porque sus ropas se veían del tipo finas y caras.

¿Qué hacía un chico de esa categoría en un barrio tan peligroso a oscuras?

¿Se habría perdido? No lo sabía y no estaba dispuesto a averiguarlo.

Debía alejarse del pasado.

‹‹ Bueno, no es mi problema. ›› pensó Yoongi al ver de reojo las acciones maliciosas de esos tipos y creyendo que tal vez era una pelea callejera por territorio.

Y aunque quiso avanzar para irse de ese lugar, no lo hizo y en cambio lo pensó por varios segundos antes de hacer algo.

No quería meterse a una pelea que no era suya, le había prometido al señor Lee en dejar su vida de la calle atrás y no volver a ese lugar junto a sus viejos hábitos, pero al ver el rostro abrumado del chico ─porque parecía un niño pequeño ─, le impulsó a ayudarlo, seguramente era algo que el señor Lee le diría que hiciera.

Era fuerte, sentía confianza de su fuerza y no dudaba de su determinación por la vida difícil que llevó años atrás, varias veces había ganado un sin fin de peleas por territorio, algunos tatuajes en su piel eran los trofeos de alguna de sus victorias, aunque nada de lo que fue en el pasado ahora existía, era libre, ya no pertenecía a la calle.

Con unos cuantos golpes y patadas perfectamente logradas, es que pudo derribar fácilmente a los cinco chicos que estaban rodeando al joven, dejándolos en el suelo quejándose de dolor.

─Muchas gracias ─musitó con impresión el muchacho, observando cómo los cuerpos que lo habían estado acorralando, ahora se encontraban bajo sus pies.

─Ven, tenemos que irnos de aquí antes de que despierten ─Yoongi rápidamente se había acercado al chico para tomarlo del brazo y empezar a correr.

Por suerte pudieron perderlos de vista esa noche y mientras ambos corrían como si no hubiese un mañana, Yoongi supo que el chico misterioso tenía por nombre 'Park Jimin' y que se había perdido desde hace más de una hora.

Llegando a casa sanos y salvos, fue que pudieron hablar y reír con diversión por la adrenalina vivía.

─ ¿Por qué venir de tan lejos para llegar hasta estos barrios? ─preguntó el pelinegro confundido luego de estar más de una hora hablando con aquel chico bonito ─, no lo entiendo, pudiste haber muerto y no exagero, esos tipos son un maldito problema cuando se trata de "Invadir su territorio", lo cual me parece estúpido de su parte.

Es decir, Yoongi supo de antemano que Park Jimin provenía de una familia poderosa ─económicamente hablando ─, así que no tenía sentido que llegará por esos lares sí no conocía a nadie de allí, ¿Acaso no valoraba su vida? Podría haber muerto y no era por exagerar.

─Espero no ofender a nadie, Yoongi hyung ─se empezó disculpando Jimin algo apenado e incómodo de relevar la manera tonta en que se había metido en ese problema ─, pero todo inició por una apuesta con mis mejores amigos. Dicen que soy demasiado 'Princesa' la mayoría del tiempo y que por mi personalidad, no sería capaz de durar ni una media hora solo en los barrios bajos. Por supuesto me enojé bastante, no quería que me considerarán una gallina aunque tuviera un poco miedo de salir sin mi chófer al lado, así que me escapé de casa para venir en secreto hasta acá, pero fue un error venir solo hasta aquí, seguramente mis padres deben estar enojados conmigo por mi inmadurez.

─ ¿Tendrás problemas por escaparte? ─preguntó Yoongi, mientras comía uno de los tantos sándwiches que había traído su padre para ellos.

Jimin lo dudo por unos momentos y asintió.

─Supongo que sí, ellos son demasiado protectores conmigo, más que nada mi madre que mi padre. Ahora lo que me queda es llamar a casa y decir donde estoy para que vengan a buscarme ─respondió con pesadez y dio un mordisco a su sándwich, sonriendo encantado porque era la primera vez que comía uno ─, pero mi celular se ha quedado sin batería y no tengo como decirles la dirección.

Yoongi observó los rasgos de Jimin con curiosidad e intriga por varios segundos mientras el contrario hablaba, sintiéndose un poco extraño al respecto. En todos los años que tenía de vida y de la gente que conocía, era la primera vez que veía un chico al que podría catalogar como "Lindo", puesto a que era hermoso y no tenía otra forma más precisa para poder describirlo. Su voz, porte y elegancia eran acciones que nunca antes había visto en una persona, todo lo contrario de quien era.

─ ¿Quisieras utilizar nuestro teléfono? ─Yoongi reaccionó por impulso, despertando de su burbuja y señalando en donde estaba el teléfono para que Jimin pudiera verlo fácilmente ─, no es problema para nosotros, puedes usarlo.

Hablo tan rápido que hizo que Jimin riera un poco, mostrando una bella sonrisa en sus labios al igual que sus ojos.

─Terminando de comer iré a hablar con mi padre, gracias por tu ayuda, Yoongi ─agradeció el gesto con una leve reverencia.

─Está bien ─balbuceó en voz baja aturdido, se había perdido por algunos segundos en la bella mirada de Jimin.

Desvío rápidamente la mirada y su concentración volvió en lo que estaba comiendo. No entendía por qué había reaccionado de esa manera, ¿Qué le pasaba? Estaba aturdido.

Esa misma noche fue que Jimin se marchó, vinieron a buscarlo en un auto elegante y no dejo de agradecer en todo momento el gesto amable que recibió por parte de la familia Lee-Min. Prometió a Yoongi que volverían a verse muy pronto y que su nueva amistad no acabaría allí. Porque sí, Jimin había mencionado que podrían ser buenos amigos y con esas últimas palabras fue que se despidió del mayor antes de ingresar al auto y retirarse en compañía del chofer, dejando a Yoongi con una extraña amargura en el pecho, un sentimiento nuevo y agridulce.

Jamás se hubiera imaginado que ese sería el principio de muchísimas cosas por ocurrir, su tranquilidad se vendría interrumpida de sentimientos que se volverían su condena.

[...]

Los días pasaron como si de un parpadeo se tratase, la tranquilidad y monotonía habían vuelto a reinar nuevamente en el hogar Lee-Min y cuando Min Yoongi empezaba a creer que las palabras de Jimin habían sido vacías y una vaga promesa de "regresar", una visita sorpresiva se hizo llegar.

Cuando menos lo esperaban, habían un montón de hombres vestidos de negro en la pequeña sala del humilde hogar, haciendo que quedarán todos como sardinas: apretados en un mismo espacio.

La casa era pequeña, justa para dos personas o cinco y no para veinte.

─ ¡Buenos días, Yoongi hyung! ─saludó Jimin, acercándose al joven pálido con alegría de volver a verlo ─ ¡Por fin estoy aquí!

La presencia brillante de Jimin cegaba a Yoongi quien no podía pensar algo coherente en ese momento.

─Jimin, h-hola ─Fue lo único que pudo pronunciar con coherencia, estaba impresionado de que el castaño volviera.

Esta vez Yoongi podía visualizar a Jimin con más calidad, se veía hermoso.

─Por favor, pase a nuestro humilde hogar, señor Park ─dijo Dong Wook guiando a todos a la sala mientras se desarrollaba fluidamente la conversación.

Lo que Yoongi tenía entendido de la situación es que Jimin venía acompañado de su padre y de los guardaespaldas que cuidaban de él, esa era la razón por la que habían muchos hombres en el pequeño espacio y afuera de la casa.

─Muchacho ─El señor elegante se dirigió al pelinegro ─, estoy agradecido contigo por haber salvado a mi hijo.

Era la primera vez que Yoongi recibía un halago por sus habilidades de pelea callejera, la mayoría solía criticarlo e incluso por muchos años lo vieron mal, así que no sabía el cómo sentirse al respecto de ser elogiado. Incluso quiso llorar al sentirse por primera vez 'suficiente'.

─Estoy agradecido por haber intervenido en ese momento, Jimin me ha comentado que sino hubieras llegado a tiempo a salvarlo, no sabría que le hubiese pasado al estar rodeado por esos jóvenes. Gracias, Min Yoongi.

Según la charla con el señor Park, su hijo Jimin había comentado a su padre sobre el terrible suceso pasado y del cómo fue que Yoongi corrió a su rescate, llegando justo a tiempo y evitando que terminase herido.

─ Yoongi, mi hijo me ha insistido muchísimo en estos últimos días sobre este tema, así que ahora te lo pregunto a ti personalmente ─comentó el señor Park mirando a Yoongi con seriedad ─, ¿Tienes algún tipo de trabajo actualmente?

Yoongi observó de reojo a Jimin, el cual se hizo el desentendido ante la mención de su padre mientras sonreía.

─N-No, señor. No tengo ninguno.

La sonrisa del señor Park se hizo llegar.

─Jimin me dice que tienes un gran potencial en combate. Sabes, es difícil impresionar a mi hijo, así que confió en su palabra contigo cuando me dice que eres fuerte y valiente ─la respuesta de Park Hae Jin era segura a pesar de no haber estado allí en el momento, creyendo fielmente en su hijo ─, ¿No te gustaría tomar el trabajo como su guardaespaldas?

Yoongi observó a su padre sin saber que decir o cómo reaccionar, el hombre tampoco tenía palabra alguna para poder expresar algo coherente, estaba impresionado también.

─He querido contratar un guardaespaldas para mi hijo desde hace algún tiempo, pero ninguno le parece hasta el momento, sin embargo, me sorprendió mucho escuchar tus habilidades de combate al defenderlo.

Al escuchar esas palabras Yoongi quedo asombrado, no creyó que Jimin depositará su confianza en su persona de solamente un primer encuentro.

─Eres mi única esperanza muchacho, has sido el único a quien ha reconocido hasta ahora, no te puedo dejar ir.

Si Yoongi hubiera sabido que ese trabajo sería su condena, su respuesta hubiese sido que no. Pero lo hecho estaba hecho y no existiría nunca vuelta atrás para volver.

Pero cuando tú me tocas, se me descoloca la mente de niño delincuente.

No sé si son mis jeans, no sé si son mis tatuajes, solo tengo ganas de arrancarte ese traje.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top