Sorpresa
Cassie estaba sentada en su lugar en la mesa donde siempre junto a ti, y Scott frente a ella, solo que tu no te encontrabas en Italia.
Scott levantó la vista de su plato y frunció el ceño al ver que su hija sólo jugaba con su comida y tenía su mano apoyada en su mejilla para sostener su cabeza.
–La mia vita, tu cena se va a enfriar.–Le dijo con un tono de voz suave, captando la atención de Cassie.
(Mi vida)
–Claro... si... lo siento.–Dijo ella sentándose derecha y llevando un bocado a su boca.
–¿Cosa sta succedendo? ¿Por qué estás así?–Le preguntó suavemente, posando su mano sobre la de su hija.
(¿Qué está pasando/sucediendo?)
–No es nada... solo estoy preocupada por mamá. Hoy hablé con ella y a pesar de que trató ocultarlo de mi, sé que está triste y que comenzó a beber otra vez. Lo que pasó con el Signore Barnes y además con... con Vision, le afectó mucho más de lo que nos ha hecho creer, la conozco.–Le dijo ella viendo hacia su plato de comida.
Scott soltó un pequeño suspiro y acarició la mano de su hija.
–Lo sé... sé lo difícil que es para tu mamá, pero la conoces, no permite que nadie se le acerque, ni si quiera Natasha o Wanda han podido hacerlo.–Le dijo con suavidad.
–Aún así... cuando el Signore Barnes estaba aquí, se le veía feliz, alegre, sin tantas preocupaciones ni cargando con los problemas de los demás.–Soltó un pesado suspiro y apartó su mano de la de Scott, esparciéndose en la silla y dejando su espalda en ella.–Ojalá él pudiera recordar todo y volver con ella.
–Sé cuánto quieres que Bucky recuerde porque sé que tu también le tenías cariño y quieres ver a T/N feliz, pero sabes que no se le puede decir todo de una sola vez. Su mente necesita tiempo para procesar lo que pasó.
–¡Lo so, ma sono passate poco più di tre settimane!–Exclamó apoyando ambas manos en la mesa.–Lo siento... no quería hablarte así.
(Lo sé, pero han pasado poco más de tres semanas)
–Lo sé, pulce... entiendo tu frustración, de verdad que sí. Pero no hay nada que podamos hacer.–Le dijo con una pequeña sonrisa.
(Pulga)
Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, Scott comiendo mientras Cassie mordía la parte interna de su boca y movía su pierna con rapidez, de brazos cruzados.
–¿En qué estás pensando, figlia?–Le preguntó sin levantar la vista.
(Hija)
–¿Tú me permitirías viajar a Broocklyn a ver a mamá yo sola?–Le preguntó apoyando ambos brazos en la mesa e inclinándose hacia él.
Scott levantó la vista con el ceño fruncido y confundido.
–¿Ir tú sola a América?
–Sí, ¿por qué no? Ya soy mayor de edad y estoy grande, debo empezar a hacer las cosas sola. Además, así tal vez puedo distraer un poco a mamá y pasar tiempo con ella.–Le dijo con una sonrisa.
Scott se quedó en silencio por unos segundos, meditando en la posibilidad de que Cassie viajara sola, hasta que soltó un prqueño suspiro al ver la emoción en el rostro de su hija.
–Bien, okey, si... puedes ir a Estados Unidos sola.
–¡SI!–Exclamó poniéndose de pie para celebrar.
–PERO.–Le dijo apuntándole con el dedo índice.–Debes llamarme todos los días, escribirme y enviarme fotos, Cassandra Lang T/A. Vas a hacer todo lo que tu mamá te diga, y te vas a ir en el jet con Carol. Hablaré con Nat para que arregle todo eso y te vaya a recoger personalmente al aeropuerto.
–Lo que tu digas. ¡Gracias papá! ¡Sei il migliore!–Le dijo con una gran sonrisa, levantándose de su asiento para dar la vuelta a la mesa y abrazarlo por los hombros.
(Eres el mejor)
Scott rió ligeramente y dejó un beso en el brazo de su hija.
–Hablaré con ella ésta noche, pero ahora más te vale terminar de cenar si quieres ir a ver a tu mamá al otro lado del mundo lo antes posible.–Le dijo tratando de ponerse un poco más serio, pero fallando en el intento.
–A la orden, Capitán.–Le dijo ella con una sonrisa, volviendo a sentarse.
Días después...
Los días pasaron hasta que finalmente era tiempo de que Cassie volara a Broocklyn a visitarte.
Scott estaba nervioso, pero confiaba en que estaría bien con Carol pilotando, así que se despidieron y ella subió al jet privado.
Mientras tanto, Nat esperaba por ella sentada en su coche en el aeropuerto a la vez que hablaba con Wanda por teléfono.
–¿Cómo te encuentras?–Le preguntó con un tono de voz suave.
–Igual que todos los días, pero ya enserio debes dejar de preguntar siempre lo mismo. Ya ha pasado casi un mes completo, y créeme que no estoy hecha de cristal, Natasha.–Le dijo con una sonrisa al otro lado de la línea, a pesar de que no podía verla.–Soy más fuerte de lo que crees.
–Sé que eres una mujer fuerte, pero me preocupo por ti, ¿si?–Rió ligeramente.
–Como sea, de todas formas de quien debemos preocuparnos es de T/N.
–No la vi por la mañana cuando me fui.
–Salió de su habitación hace poco. Tomó una taza de café que creo era whisky y un sándwich rápido que se hizo. Después salió y no sé a dónde se fue a meter.–Le explicó de una forma resumida.–De verdad espero que teniendo a Cassie aquí le sirva para distraerse y para que también deje de beber tanto. No es normal la cantidad de alcohol que ingiere todos los días, y tampoco es como que la veamos cada vez que bebe.
–Hablando de Cassie, ya debo dejarte. Acaba de bajar del avión.–Le dijo ella bajándose del auto con la mirada fija en la chica donde charlaba alegre con quien bajaba su maleta.
–Bien, nos vemos más tarde. Te llamaré cualquier cosa.–Le dijo antes de que Nat colgara la llamada y se acercara a la chica.
–¿Cómo estuvo el vuelo?
–¡Nat!–Exclamó ella, acercándose para abrazarla.–Te extrañé tanto.
–Yo también niña. ¿Lista para irnos?–Le preguntó tomando su maleta y pequeño bolso de mano.
–¡Por supuesto!
Nat dejó las maletas en el maletero y luego se subió al coche para conducir hasta la mansión a las afueras de Broocklyn.
Una vez allí, Wanda le mostró su habitación y le dejó acomodarse tranquila.
(.....)
Era tarde por la noche cuando por fin llegaste a casa.
Caminaste hasta tu habitación y cerraste la puerta, para después encender la luz y ver a Cassie recostada en tu cama viendo televisión.
–Cassandra...–Dijiste sorprendida.
–¡Hasta que al fin llegas! ¿Sabes? Hai il letto più comodo su cui abbia mai dormito. El viaje fue largo y no pude evitar dormir una siesta.–Te dijo con una sonrisa, sentándose en la cama de piernas cruzadas para verte.
(Tienes la cama más cómoda en la que he dormido)
–¡Che gioia vederti, figlia mia!–Exclamaste con una gran sonrisa, acercándote a ella mientras se ponía de pie para abrazarte.–Mi manchi tanto.
(Que alegría verte, hija mía
Te extrañé mucho)
–Anche tu mi sei mancata molto, mamma.–Te dijo ella de vuelta con una sonrisa, alejándose un poco mientras posabas ambas manos en su rostro.–Espero no te moleste haya llegado así sin avisar, quería sorprenderte...
(Yo también te extrañé mucho, mamá)
–¡Por supuesto que no, figlia mia! Es la mejor sorpresa de éste último tiempo, me encanta que estés aquí.–Le dijiste con una sonrisa, dejando un beso en su frente.–¿Hace cuanto llegaste?–Le preguntaste alejándote de ella para quitarte tu abrigo negro y zapatos.
–Un par de horas. Después de comer vine a tu habitación a esperarte y me dormí.–Te dijo ella mientras se sentaba en tu cama y tu te cambiabas de ropa de espaldas a ella.
–Lamento haberte hecho esperar tanto, hija.
–No te preocupes, me dio tiempo para recorrer tu casa. ¡Y es inmensa! ¡Me encanta!–Dijo dejándose caer hacia atrás.
Soltaste una pequeña risa y te acercaste a ella ya con tu pijama puesto.
–Ésta también es tu casa, que por cierto, podría necesitar también un arreglo en el jardín, ¿tal vez tu podrías ayudar?–Le dijiste con una sonrisa.
–¡¿Enserio?!–Exclamó sentándose a tu lado.
–Claro que si. Pero eso será más a delante porque ahora vamos a ver unas películas antes de dormir, y quiero pasar tiempo con mi hija.–Le dijiste antes de comenzar a hacerle cosquillas, mientras ella empezaba a reír y se dejaba caer hacia atrás en la cama.
—————
–¿Jake estás seguro de esto?–Le preguntó Steven desde el reflejo del espejo retrovisor del coche donde estaba.
Jake estaba en el asiento del piloto, con su chaqueta negra y guantes puestos, con el coche aparcado frente a un club, pero lo suficientemente lejos como para que no le vieran.
–T/N quiere al mamón para encargarse personalmente de él. Lo único que nosotros vamos a hacer, es la entrega. Así que no te preocupes, todo va a salir bien.–Le dijo con una pequeña sonrisa, inhalando por la boca del cigarro en su mano.
–Aún así no creo que sea buena idea. T/N no está bien, y asesinar a Dreykov no le va a traer ningún alivio.–Le dijo Marc seriamente desde el reflejo de la ventana.
Jake no le dijo nada, apagó el cigarro en el cenicero en su auto y luego lo tiró fuera de la ventana a la nieve de la fría Rusia al ver a Dreykov salir y subirse a un auto, el cual partió casi al instante.
–Y por eso se lo voy a llevar. Para que se dé cuenta de que esto no le va a devolver la memoria al florista.–Les dijo antes de encender el coche y conducir detrás del auto.
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