Noticias inesperadas
–Revisé las encuestas, y en tan solo pocas horas de que nuestros vinos hayan salido al mercado, ya han alcanzado más del cincuenta por ciento de popularidad en toda Europa. Eso, sin contar los otros países a los que se están distribuyendo.–Te dijo Vision con una sonrisa, tomando un sorbo de su té.
–Eso es bueno, significa entonces que a la gente le está gustando. Sin mencionar el éxito que tuvimos anoche en la fiesta.–Respondiste también sonriendo, para luego ver a Nat que estaba sentada junto a él.–¿Estás bien, Nat?
–Sí, si, tranquila. Solo seguía pensando en cómo es que Rumlow logró entrar anoche.
–¿Qué? ¿Rumlow estuvo aquí?–Preguntó Vision completamente desconcertado.
–Sí, pero no tiene importancia.–Le dijiste tomando un sorbo de tu café.
–De todas formas me gustaría echarle un vistazo a las cámaras de seguridad. Así que si me disculpan, iré a hablar con Luis.–Dijo mientras se ponía de pie.
Vision tomó su taza y bebió un sorbo, observando a la pelirroja irse cuando Bucky bajó las escaleras y tomó asiento donde siempre junto a ti.
–¡Ah! ¡Bucky! Buenos días, amigo mio. ¿Cómo dormiste? ¿Descansaste después de la gran fiesta?–Le preguntó dejando la taza sobre su plato.
–Sí... si pude dormir, el vino ayudó bastante también.–Rió ligeramente mientras le veías con una sonrisa, bebiendo de tu café.
–Bueno, aprovechando que están ambos aquí, quería hablar con ustedes acerca de la boda.–Dijo tomando una postura más seria.–Aún queda un mes y dos semanas para la boda, pero Wanda y yo estuvimos hablando, y nos gustaría adelantarla.
–¿Adelantar la boda? ¿Y eso por qué? Creí que querían tener todo bien organizado y perfecto para ese día.–Le dijiste con una sonrisa confundida, dejando tu taza en el plato.
–Sí, lo sé... pero la verdad es que ya no podemos esperar. Tenemos tantas ansias de finalmente estar casados, nuestra luna de miel, y empezar ésta nueva vida juntos, que ya no podemos esperar más. Un mes y medio parece una eternidad.–Les explicó sonriendo y apoyando ambos brazos en la mesa.
–Bueno... no veo porqué no se pueda. Por mi está bien, pero no soy yo la que se hace cargo de las decoraciones.–Reíste ligeramente viendo a Bucky.–¿A ti qué te parece, James?
–Ah... yo... s-si... claro, si. Es tu boda, tu decides cuando celebrarla.–Le dijo dándole un mordisco al trozo de pan en su mano.
–¿No supone algún problema para ti?
–No, no, claro que no. Puedo hablar con Cassie y el equipo para apresurarnos y tener todo listo cuanto antes. Pero... ¿cuando quieren celebrar la boda?
–En una semana.–Les dijo con una sonrisa.
Abriste los ojos ante la sorpresa y le quedaste viendo, mientras Bucky se quedó ligeramente boquiabierto con el pan en la mano, ambos viéndole directamente.
–¿Una semana?–Le preguntaste atónita.
–Sí, ¿por qué no? Ya está todo casi listo, solo faltan algunas decoraciones, ya están los invitados, y puedo organizar yo los viajes en avión y traerlos. Wanda llegaría acá dos días antes de la boda y ya todo lo demás estaría solucionado.
Tomaste tu taza y bebiste un gran sorbo, dirigiéndole una rápida mirada a Bucky, y después la apartaste.
–Bien, no hay problema. Nos pondremos a trabajar hoy mismo para tener todo listo ésta semana.–Le aseguró con una sonrisa.
–Muchas gracias... y Bucky, hay otra cosa que quiero hablar contigo, con T/N presente.
Durante éste poco tiempo que nos conocimos te volviste un gran amigo para mi, y por eso me gustaría que fueras mi padrino de bodas.–Dijo con una gran sonrisa.
–¿Q-qué? ¿Es enserio?–Preguntó viéndote a ti por un segundo y luego a Vision.
–Así es. ¿Qué dices? ¿Aceptas o no?
–Yo... sería un gran honor para mi.–Le dijo sonriendo, y Vision se puso de pie para darle un gran abrazo.
–¡Excelente! T/N es la dama de honor de Wanda junto con Natasha, y tú mi padrino junto con Scott. Ahora debo irme, voy a terminar algunos detalles para la boda.–Les dijo antes de salir de la casa.
Bucky se volvió a sentar a tu lado, y tú le quedaste viendo con una pequeña sonrisa.
–¿Estás seguro de que vas a poder terminar todo en una semana?
–Eso espero... no había contado con que la boda se adelantaría.–Rió ligeramente tomando un sorbo de su café.–¿Tú sabías de esto?
–Ni idea. Wanda no me dijo nada cuando hablamos anoche.–Le dijiste bebiendo otro sorbo de tu taza.
—————
–¿Estás seguro de que no notaste nada extraño anoche?–Le preguntó Nat a Luis que estaba sentado en su silla en la oficina donde estaban las cámaras de seguridad, viendo las grabaciones.
–Bien segurito, Señorita Romanoff. Se lo juro por mi abuelita.
–¿Y no te quedaste dormido en ningún momento?–Le preguntó frunciendo el ceño al ver una grabación de Vision dirigiéndose a su auto para irse.
–No, claro que no. Yo me tomo mi trabajo muy enserio.
–Él tiene razón.–Escucharon a Rumlow decir desde la puerta.
Nat sacó su arma y le apuntó, y Luis dio un pequeño salto al escucharlo.
–Hackeé las cámaras para repetir una y otra vez el mismo video de ésta área para que así no notaran cuando entré. Necesitaba estar a solas con T/N cuando habláramos.–Le dijo acercándose lentamente.
–Ni un paso más si no quieres que te vuele el cerebro.
–Romanoff, necesito hablar a solas contigo. Necesito que me escuches, se trata de T/N.–Le dijo seriamente.
–¿Qué hago jefita? ¿Me quedo o me voy?–Le preguntó Luis confundido.
Nat se quedó pensando unos segundos sin quitarle la vista a Rumlow, antes de bajar su arma, pero manteniéndola en su mano.
–Puedes irte, Luis. Pero no le digas a nadie de esto.–Le dijo viéndole fijamente.
–Por supuesto que no, jefecita. Y tu más te vale no hacerle nada.–Le dijo a Nat poniéndose de pie, y luego le apuntó a Rumlow con el dedo antes de salir.
Una vez se fue, Rumlow cerró la puerta.
–¿Qué quieres, Brock? ¿Por qué estás aquí?
–Para decirte lo que no alcancé a decirle a T/N anoche.–Le respondió con seriedad y ambas manos delante suyo para que la pelirroja pudiera verlas.–Tengo razones para creer que T/N está en peligro, y que alguien muy cercano a ella está haciendo tratos con Dreykov.
–¿Por qué debería de creerte?
Rumlow desvió la vista soltando un suspiro antes de volver a la mujer ante él.
–Mira Natasha, T/N aún me importa. Es verdad, me comporté como un idiota—
–Cerdo imbécil bastardo y prostituto.–Le dijo ella, cruzándose de brazos y con una pequeña sonrisa.
–Sí, todo eso. Pero ella me importa.
–Ayer no se notó mucho.
–Tratarla mal me hace olvidarla más fácil.–Le dijo con una sonrisa.
–Eres un enfermo, tu lógica no tiene sentido.–Le dijo frunciendo el ceño y cruzándose de brazos, sentándose en el escritorio.
–Cómo sea, ayer nos desviamos de la conversación. Pero alguien muy cercano a T/N está trabajando con Dreykov. Puedo asegurarte que no es el florista, lo investigué, él no sería capaz de una cosa así. Pero los dos sabemos como funcionan éstas cosas, y cómo el dinero puede cambiar a la gente.
–¿Cómo puedo estar segura de que estás diciendo la verdad?
–No tienes razones para creerme, lo sé. Solo... piénsalo, ¿quieres? Mantente atenta a T/N y a quienes la rodean.–Le dijo seriamente, antes de abrir la puerta.–Nos vemos, Romanoff.
Nat se quedó en la habitación sola, pensando en la información que Rumlow acababa de darle.
Más tarde esa noche...
Bucky estaba en su cama usando su laptop terminando un poco de trabajo. Con el adelanto de la boda las cosas estaban algo complicadas, por lo que debía de adelantar lo máximo posible.
Su teléfono sonó y sin quitar la vista de la pantalla, contestó.
–¿Hola?
–James Buchanan Barnes, me presento por si te olvidaste de quien soy. Me llamo Sam Wilson, el amigo que ya no recuerdas.–Le dijo seriamente del otro lado.
–Hola, Sam. ¿Qué quieres ahora?
–¡¿Cómo qué que quiero?! ¡Detalles! Nunca me dijiste qué fue lo que pasó la otra noche con tu muy sexy jefa, y necesito saberlo. AHORA.
Bucky rodó los ojos terminando de escribir algo en su laptop, para después cerrarla y dejarla en la mesita de noche, recostándose en la cama.
–Eres un metiche, de verdad. Consiguete una vida.
–Vamos Buck. Dime. ¿Hubo beso? ¿Caricias? ¿Abrazos? ¿Hubo... s-e-x-o?–Le preguntó con tono de voz juguetón, y Bucky prácticamente podía imaginarse su sonrisa.
Pasó una mano por su rostro y gruñó ligeramente.
–Okey. ¿De verdad quieres saber?
–¡Por supuesto que si! ¡Por algo te estoy preguntando!
–Bien, si. Hubo de todo, y varias veces. ¿Contento ahora?
–¡¡¡OH POR DIOS!!! ¡¡¡LO SABÍA!!! ¡SABÍA QUE LOS CONDONES TE IBAN A SERVIR!
Bucky rodó los ojos, y volteó la cabeza hacia la puerta al escuchar que se abrió y te vio entrar por ella, una sonrisa formándose en su rostro.
Te acercaste lenta y silenciosamente mientras Sam hablaba del otro lado, y te metiste en la cama con él para abrazarlo.
–Sam te voy a tener que dejar. Tengo cosas que hacer.–Le dijo mientras te posicionabas encima de él y dejabas besos en su cuello, pasando tu mano por su cuerpo hasta quedar debajo de sus shorts de pijama.
–¿Qué? ¡No! ¡No puedes irte así como así!
–Adiós Sam.–Le dijo cortando el teléfono antes de que pudiera decir otra cosa, cerrando los ojos y soltando un pequeño gemido cuando tomaste su miembro en tu mano y comenzaste a masajearlo.
–¿Interrumpo algo, Señor Barnes?–Le susurraste al oído con una sonrisa y tono de voz coqueta, mordiendo ligeramente para después besar su mandíbula.
–Claro que no...–Respondió cerrando los ojos y llevando su mano a tu espalda hasta bajarla a tu trasero.
Reíste ligeramente sin dejar de besarlo dejando marcas a tu paso y moviendo tu mano lentamente.
Te acercaste a sus labios y lo besaste con gran pasión, introduciendo tu lengua en su boca mientras que tu mano la ibas moviendo con más rapidez a lo largo de su longitud.
Bucky soltó un gemido y apretó tus caderas, besándote con aún más desesperación.
Su miembro comenzó a retorcerse en tu mano, y poco tiempo después se corrió gimiendo en tu boca y mordiendo tu labio inferior.
Prolongaste aún más su orgasmo moviendo tu mano lentamente hasta que expulsara todo lo que tenía, manteniendo tu boca en la suya y sonriendo mientras él intentaba regular su respiración.
Dejaste besos por su mandíbula a su cuello y apartaste tu mano de él, para después recostarte a su lado, dejando tu pierna en su cadera y abrazándolo.
–Te extrañé hoy...–Le dijiste con una sonrisa, acariciando su mejilla dejando sus narices juntas.
–Yo también... si no hubiese habido tanto trabajo me habría escapado a verte.–Te dijo con una sonrisa, llevando su mano a tu mejilla.
Te acercaste y dejaste un tierno beso en sus labios, para luego volver a tu posición anterior.
–Supongo que... que como ahora la boda se adelantó, volveré a Broocklyn antes... y no te veré nunca más...–Te dijo con un tono de voz triste, acariciando tú barbilla y bajando la mirada.
–¿Quién dijo que no nos íbamos a ver?–Le preguntaste frunciendo el ceño con una sonrisa.
Bucky levantó la vista hacia ti con un toque de esperanza y brillo en sus ojos.
–James... ¿de verdad crees que lo que hay entre nosotros va a terminar a penas sea la boda y tengas que volver? No... quiero que esto dure para mucho más tiempo... aún no termino contigo, corazón.–Le dijiste sin borrar la sonrisa de tu rostro, llevando tu mano a su barbilla.
Bucky rió ligeramente y acarició tu mejilla, antes de volver a besarte y después ponerse de pie.
–Mejor me cambio y me limpio un poco.–Te dijo riendo con ligereza.
–O... podríamos quitarnos la ropa los dos.–Te acercaste hacia él, arrodillándote en la cama y pasando ambos brazos por su cuello.
Bucky dejó sus manos en tú cintura y te pegó aún más a su cuerpo.
–O podríamos hacer eso.–Susurró antes de volver a besarte y poco a poco recostarte en la cama.
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