El plan perfecto

Cassie se había quedado dormida contigo la noche anterior en tu habitación, así que lo dejaste así ya que no querías despertarla.

A la mañana siguiente cuando despertó, no te encontró junto a ella en la cama, así que simplemente se quedó ahí pasando ambas manos por sus ojos y luego viendo al techo por quién sabe cuánto tiempo.

Al escuchar la puerta del baño de tu habitación abrirse, se volteó hacia ella y se sentó de piernas cruzadas en la cama.

–Buongiorno mamma.–Te saludó con una sonrisa algo adormilada.
(Buenos días mamá)

–Buongiorno hija, lamento haberme despertado tan temprano pero tengo trabajo que hacer y reuniones que atender, ya sabes cómo es esto.–Le dijiste mientras te ponías los zapatos sentada en el borde de la cama.

–Sí, no te preocupes.–Te dijo con una sonrisa.

–Trataré de terminar todo hoy para que así podamos pasar tiempo juntas. Puedo llevarte a recorrer la ciudad y así hacemos cosas las dos, ¿te parece?–Le dijiste con una sonrisa, acercándote a ella para dejar un beso en su cabeza.

–Sí, está bien. Que tengas un buen día.–Te dijo con una sonrisa mientras te ponías tu abrigo negro y tomabas tu bolsa.

–¡Nos vemos más tarde!–Le dijiste antes de salir de la habitación.

Una vez se aseguró de que te fuiste, Cassie se levantó rápidamente y buscó en uno de los cajones de tu mesita de noche una libreta tuya.

–¡Aquí está! A ver, a ver, a ver... siempre escribe todo en ésta cosa.–Se dijo para sí misma buscando entre las páginas.–Debe de estar por aquí... ¡SI!

Cassie en una de las páginas encontró la dirección de la casa de Bucky, así que con su teléfono tomó una foto y luego dejó la libreta donde mismo, para después abrir la puerta.

–¡Mamá! Creí que ya te habías ido...–Te dijo sorprendida la ver que ibas a abrir la puerta.

–Sí, solo olvidé esto. Pero ya me voy.–Le dijiste sacando la misma libreta, y luego dejaste un beso en su mejilla para salir de ahí.–¡Ci vediamo stasera, figlia mia!
(Nos vemos ésta noche, hija mía)

–Sí... adiós...–Dijo ella, hasta que saliste de su campo visual y soltó el aire que estaba conteniendo.

(.....)

–¿A dónde vas, Cassie?–Le preguntó Wanda con una sonrisa al ver que iba a salir por la puerta.

–Oh... solo quiero recorrer, es todo.

–¿Necesitas que te lleve a algún lado?–Le volvió a preguntar con una sonrisa.

–No, no te preocupes. Quiero recorrer la ciudad por mi misma, pero si necesito que me vayas a rescatar después de perderme, te llamo.–Le dijo con una sonrisa antes de salir por la puerta sin darle tiempo de responder.

–Okey... ¡que te diviertas!–Le dijo la pelirroja riendo ligeramente antes de irse a otro lado.

(.....)

Cassie iba caminando por las calles con su teléfono en la mano, viendo las direcciones hasta que llegó a la casa con el número que estaba escrito en tu libreta.

–Mil novecientos diecisiete... aquí es... supongo.–Murmuró para ella misma.

Guardó su teléfono en su bolsillo y subió los pequeños escalones hasta llegar a la puerta de la casa y golpeó la puerta, antes de meter sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

–¿Si?–Dijo Sam al abrir la puerta.–¿Puedo ayudarte?

–¡Hola! Disculpe molestarlo, soy Cassie Lang T/A y—. Le iba saludando con una sonrisa hasta que el otro le interrumpió.

–¡Oh si! ¡Ya sé quien eres! Eres la hija de T/N, Bucky nos hablaba mucho de ti cuando estaba en Italia. En más de alguna ocasión envió fotos y salías tu trabajando en los jardines.–Le dijo Sam con una sonrisa amistosa.

–¡Sí, exacto!

–Un gusto conocerte, linda. Soy Sam Wilson.–Le saludó él, extendiendo su mano.

–El gusto mio.–Le dijo ella para después soltar su mano.–Lamento haber llegado así sin avisar, realmente nadie sabe que estoy aquí. Pero me preguntaba si tal vez podía ver al Signore Barnes.

–No, linda, lo siento. Ahora mismo está en la florería. Y aunque pudieras verle, no creo que te recordaría.–Le dijo Sam con un tono de voz más triste.

–Claro, si...–Cassie bajó la vista y su sonrisa desapareció de su rostro.

–¿Pero por qué no entras? Así podemos charlar un poco.–Le dijo con una sonrisa, haciéndose a un lado para que pudiera entrar.

–Muchas gracias.–Cassie entró y Sam cerró la puerta, dirigiéndose a la cocina mientras ella se quitaba su chaqueta y pequeña mochila para colgarlas en el perchero.

–¿Te ofrezco algo? ¿Un café? ¿Té? ¿Chocolate caliente?–Le preguntó acercándose al mesón mientras ella se sentaba en la mesa.

–Un chocolate caliente, por favor.

–A la orden.–Dijo él con una sonrisa mientras buscaba los ingredientes.–Bucky hablaba mucho de ti, siempre decía que tenías un gran potencial. Dijo que si vivieras aquí, te habría llevado a trabajar con él en la florería.

–Sí... me gustaba trabajar con él, era un buen mentor.–Le dijo ella con una triste sonrisa, bajando la vista hacia sus manos en la mesa.–Sé que el Signore Barnes no es un florista tan reconocido, pero siempre he seguido sus trabajos aquí en Broocklyn viéndole desde Italia y me parecían magníficos, y conocerlo fue un sueño hecho realidad.

Sam se acercó y dejó una taza frente a ella y se sentó a su lado con un café.

–Me imagino lo mucho que lo extrañas. Sé que no se conocían desde hace mucho, pero por la forma en la que Bucky hablaba de ti se tenían un gran cariño.

–Sí... pero lo lamento más por mi mamá. Nunca la había visto así de feliz con nadie.–Le dijo tomando un sorbo de su taza.

–Te entiendo, Steve y yo tampoco habíamos visto a Bucky así, nunca. Ni si quiera con la perra cerda de Leah. Lamento que le diga así.–Se disculpó bebiendo de su café.

–No, tranquilo. Por lo que el Signore Barnes me dijo, se ve que realmente es una perra cerda.

–No sabes lo mucho que quiero que Bucky recuerde y vuelva con T/N. Sé que ella dijo que no le habláramos de su tiempo juntos por indicaciones del doctor, y que a pesar de que si recordaba era mejor que él estuviera alejado de ella, pero aún así... eran mi pareja favorita.–Se quejó apoyando la espalda en la silla y dejando caer su cabeza hacia atrás.

–¡Hacían una pareja maravillosa! Se les veía muy felices juntos y se veían muy bien...–Cassie también se dejó caer apoyada atrás en la silla.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, bebiendo de sus tazas hasta que una idea se le cruzó por la mente a Sam.

–¿Y si intentamos que Bucky se vuelva a enamorar de ella?–Dijo con voz algo emocionada, sentándose bien en la silla.

–¿A qué se refiere?–Le preguntó ella intrigada copiando los movimientos del otro.

–Eso, podemos repetir todo de nuevo. Que T/N le ofrezca un trabajo, él acepte, lo lleve a Italia, y tal vez así se enamoré de ella de nuevo. ¡O aún mejor, tal vez recuerde todo! Obviamente dejando un poco de lado el tiroteo.–Le explicó emocionado.

–Mi mamá no va a querer ofrecerle un trabajo otra vez...–Dijo ella algo desanidamada, hasta que se le ocurrió una idea y el rostro se le iluminó.–¿Y si el trabajo se lo ofrezco yo?

–¿Crees que funcione?

–¡Claro que si! Mi papá dijo que debía volver a Italia en dos semanas, y anoche hablé con T/N y dijo que ella se iría conmigo porque va a haber una fiesta de inauguración de un restaurante que va a poner junto con los hermanos Odinson allá en Italia. ¡Es la excusa perfecta!

Habrá una fiesta en la finca para invitados exclusivos un día antes de la inauguración, y después se abrirá el restaurante. ¡Eso nos da el tiempo que necesitamos! La fiesta en la finca será un mes después de su llegada a Italia porque tiene que hacer los preparativos, eso incluye el jardín que me pidió a mi que arreglara. Y luego, al día siguiente es el restaurante.–Le explicó ella con una gran sonrisa.

–Y si eres tu quien está a cargo del jardín, vas a necesitar un equipo.–Le dijo Sam cada vez más convencido.

–¡Exacto! Yo no soy experta, aún me falta mucho por aprender, pero el Signore Barnes sabe mucho de esto, y mi mamá nunca me dice que no. Puedo hablar con Natasha y Wanda para que me ayuden a llevar al Signore Barnes a Italia de sorpresa.

–¿Eso no le va a dar un ataque al corazón a tu mamá?

–No, tranquilo. Todo va a salir bien. Pero necesito que usted vaya conmigo a Italia, no puedo hacer esto sola.

–Dalo por hecho, niña.–Le dijo Sam con una sonrisa, extendiendo su mano para estrechar la de ella.

–¿Qué está hecho?–Preguntó Steve confundido.

Al estar los dos tan concentrados hablando, no notaron a Steve entrar.

–¡Steve! Que bueno que llegas, ella es Cassie, la hijastra de Bucky.–Le dijo Sam con una sonrisa.

–No diría que hijastra... pero soy la hija de T/N. Es un gusto conocerlo, Signore Rogers. El Signore Barnes hablaba mucho de usted.–Le saludó ella, extendiendo su mano.

–Es un gusto. ¿Pero qué están planeando?–Les preguntó con el ceño fruncido dejando ir la mano de la chica.–Les recuerdo que la salud mental de Bucky aún es delicada y no se le puede obligar a recordar.

–Sí, lo sabemos, pero tenemos un plan.–Le dijo Sam emocionado.

–Sí, así es. Pero lo mejor será que me vaya así ustedes hablan tranquilos. De todas maneras no puedo desparecer por tanto tiempo sin que nadie sepa donde estoy.–Les dijo ella acercándose a la puerta para ponerse su chaqueta y mochila, con Sam siguiéndole detrás.

–Déjame anotar mi número en tu teléfono y así estamos en contacto.–Le dijo Sam mientras ella le entregaba su teléfono para así él hacer lo que dijo.–Ahí está.

–Bien, hablamos más tarde. ¡Adiós Signore Rogers! Nos vemos Signore Wilson.–Se despidió ella antes de salir por la puerta.

–¡Adiós!–Dijo Sam con una sonrisa antes de cerrar, y al voltearse, se encontró con Steve viéndole con el ceño fruncido y de brazos cruzados.–¿Qué? Es un excelente plan, no te vas a arrepentir.

–Ya lo estoy haciendo.–Le dijo el rubio mientras Sam lo guiaba para sentarse y así explicarle lo que tenía en mente.

—————

–¡NO PUEDEN TENERME AQUÍ! ¡LOS VOY A DEMANDAR A TODOS USTEDES! ¡CON UNA SOLA LLAMADA PUEDO INCLUSO MATARLOS!–Gritó Dreykov molesto.

Estaba sentado en una silla amarrado en un sótano y con un saco en la cabeza.

–Ya, ya... no grites tanto o tu garganta te va a doler.–Le dijiste quitando el saco de su cabeza, para luego posicionarte frente a él con Jake a tu lado y otros de tus hombres alrededor.

–Lo sabía. Era muy obvio que era cosa tuya, después de todo fue un secuestro mediocre.–Dijo Dreykov rodando los ojos.

Mediocre tu verga, pendejo culero.–Le dijo Jake molesto.

–A mi no me importa lo que pienses, Dreykov. Me importa lo que voy a hacer contigo de aquí en adelante.–Le dijiste con una pequeña sonrisa, jugando con el arma en tus manos mientras Jake te veía atento.–Por tú culpa, alguien quien me importa no me recuerda, aunque sí debo agradecer que me ayudaste a abrir los ojos y darme cuenta de la clase de persona que era Vision.–Dijiste mientras comenzabas a caminar en círculos alrededor suyo.

–No supo hacer nada bien ese cerdo.

–Lo sé.

–¿Y ahora qué? ¿Me vas a matar porque perdiste a tu florista?–Te preguntó con tono de burla.

Te detuviste detrás suyo con una sonrisa en el rostro, quitándole el seguro al arma para apuntar hacia él.

–No, no te voy a matar.–Dijiste sin dejar de apuntarle, mientras la expresión de Jake cambió a una más de preocupación, pero trató de disimular.–Te voy a hacer sufrir por un largo tiempo.

Una vez las palabras dejaron tu boca, diaparaste el arma en su hombro y Dreykov soltó un gran quejido mientras caminabas para quedar frente suyo.

–¡PERRA DESGRACIADA! ¡ME DISPARASTE!

–Cómo si no lo hubiera notado.–Dijiste con tono sarcástico, señalando a uno de tus hombres para que se acercara e hiciera presión en la herida con una toalla, mientras otro ponía algo en su boca para que no hablara.

¿Dama qué está haciendo?–Te susurró Jake confundido.

–¿De verdad pensaron que iba a dejar que muriera de una forma tan fácil y rápida?–Le susurraste de vuelta viéndole con el ceño fruncido, para después acercarte a Dreykov y te agachaste frente a él para que te viera.–De ahora en adelante, éste lugar va a ser tu nuevo hogar.

Todos los días va a venir alguien nuevo para torturarte, y todos los días vendrá un doctor para asegurarse de que no mueras. Seguirá así por un largo tiempo hasta que decida matarte con mis propias manos, de la forma más lenta y dolorosa que puedas imaginar, porque puedes meterte conmigo, pero jamás con a quienes yo amo.–Le dijiste seriamente, antes de ponerte de pie y escupirle en la cara.–Eres patético.

Te diste media vuelta y caminaste hacia la salida, mientras Jake se quedó viendo unos momentos a Dreykov y luego salió detrás de ti, a la vez que un médico entraba en la pequeña sala.

De todas formas el hijo 'e puta se lo merece.–Le dijo a los chicos, caminando detrás de ti.

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