El miedo en sus ojos
Cuando Bucky se fue, entraste nuevamente en la bodega y fuiste lo más rápido que pudiste hacia donde Dreykov estaba.
Al momento de abrir la puerta, Yelena y Cho se te quedaron viendo preocupadas mientras la doctora estaba terminando de limpiar las heridas del hombre.
–Déjennos solos.–Dijiste pasando la parte de atrás de tu mano por debajo de tu nariz, mientras ambas mujeres compartieron una mirada.–¿Acaso no me escucharon? ¡Déjenme sola!
–T/N no hagas algo de lo que después te vayas a arrepentir.–Te dijo Yelena viéndote seriamente frente a ti.
–Solo vete de aquí.–Le dijiste igual de seria.
Cho pasó por tu lado para salir, y Yelena le dirigió una última mirada a Dreykov y después a ti antes de salir y cerrar la puerta.
Una vez estando sola, bloqueaste la puerta desde dentro y te acercaste a la silla y desataste a Drekov, haciéndole caer al suelo donde no pudo afirmarse, y tosió botando sangre de la boca.
–¿Qué quieres ahora?–Te preguntó con voz ronca, tratando de acercarse hacia la pared.
Caminaste lentamente hacia él y le tomaste de la parte de atrás de su camisa completamente manchada con sangre, dándole un fuerte golpe en el rostro con tu rodilla.
Dreykov cayó al piso tosiendo con un hilo de saliva con sangre en la boca.
–Todo esto es por tu culpa.–Le dijiste volviendo a acercarte mientras él trataba de alejarse, y le diste una fuerte patada en el abdomen.
El hombre tosió con fuerza, y Yelena comenzó a llamarte desde el otro lado.
–¡T/N abre la puerta!–Te gritó pero no podías oírla al estar tan cegada por la ira y la rabia.
Tomaste a Dreykov de la camisa para hacer que se levantara y se pusiera de pie con dificultad, y le hiciste azotar la cabeza contra la pared, ensuciándola con sangre.
–Tu provocaste todo esto.–Dijiste agitada acercándote para darle otra patada.
Dreykov soltó un fuerte quejido y te posicionaste encima de él para comenzar a golpear su rostro una y otra vez con tus puños.
–¡T/N YA BASTA! ¡Déjanos entrar!–Gritó Cho, pero seguías sin escuchar.
–¡Todo esto es por tu culpa!–Gritaste mientras lo golpeabas una y otra vez.
Dreykov había dejado de quejarse o de emitir cualquier sonido, mientras tú seguías golpeándolo y la sangre salpicaba hacia tu rostro.
La cara del hombre estaba totalmente desfigurada y repleta de sangre que no podías ni si quiera diferenciar dónde estaba qué parte.
Le diste un último golpe y apoyaste ambas manos a cada lado de su cabeza, soltando un fuerte sollozo mientras las lágrimas caían sobre su rostro destrozado.
Te pusiste de pie dándole un vistazo, y tomaste el martillo de la mesa para darle fuertes golpes en el pecho, provocando que se escuchara como sus costillas se quebraban.
Ya cuando te cansaste, tiraste el martillo al suelo y caminaste hacia la puerta para abrirla donde Yelena y Cho esperaban preocupadas por ti afuera.
–¿T/N qué fue lo que hiciste?–Te preguntó Yelena al verte cubierta de sangre, mientras Cho entraba y se acercaba a Dreykov.
Ni si quiera le respondiste y subiste las escaleras dejándolas a ambas atrás.
Yelena se volteó y entró a la habitación donde vio la pared cubierta de sangre, y a Cho poniéndose de pie junto al hombre.
La doctora se volteó hacia ella y negó ligeramente con la cabeza, y Yelena soltó un suspiro volviendo a ver hacia el cadáver frente a ellas.
–Hay que sacarlo de aquí antes de que empiece a pudrirse.–Le dijo la rubia.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
–¡Pero miren quien se dignó a aparecer! Al parecer la cita duró más de lo que nos esperábamos.–Dijo Sam con una sonrisa juguetona viendo a Steve sentarse junto a Cassie en la mesa.
Bucky estaba en su lugar sentado en silencio comiendo su desayuno, mientras Cassie estaba frente a él y Steve a su lado, y Sam junto a Bucky.
–No fue una cita.–Murmuró con las mejillas sonrojadas y comenzando a comer.
–Signore Rogers, lamento mucho decírselo pero su rostro sonrojado dice lo contrario.–Rió la chica ligeramente.
Steve rió y levantó la vista para ver a Bucky que solo estaba jugando con su comida.
–Oye Buck, ¿estás bien?–Le preguntó provocando que los otros dos dirigieran su atención hacia él.
–¿Mm? Ah... si... si estoy bien.–Le aseguró con una sonrisa no muy convincente.
En ese momento bajaste por las escaleras e inhalaste profundamente al ver a Bucky en su lugar de siempre, y te acercaste para sentarte en la cabecera de la mesa.
–¡Mamá! Buenos días.–Te saludó Cassie con una sonrisa.
–Buen día a todos.–Saludaste con una pequeña sonrisa, llevando tu taza a tu boca mientras Scott traía tu plato.
–¿Oye T/N qué te pasó en las manos?–Te preguntó Sam al ver tus nudillos envueltos en unas vendas.
Scott te dirigió una mirada la cual preferiste evitar, y Bucky frunció el ceño viendo hacia tus manos.
–No es nada, fue un pequeño accidente, es todo.–Le respondiste tratando de sonar lo más convincente posible.
Cassie tragó lo que tenía en la boca mientras te veía preocupada, y Scott se alejó y desde la puerta de la cocina le hizo un gesto para que salieran de ahí.
–¿Oigan y si mejor ya vamos a trabajar? Hay mucho que hacer hoy y lo mejor es empezar temprano antes de que haga más calor.–Dijo ella con una sonrisa poniéndose de pie.
–Tienes razón, ya más tarde podemos descansar. Nos vemos, T/N.–Dijo Steve siguiéndola fuera de la casa.
Bucky se puso de pie sin decir nada y salió lo más rápido posible, mientras que Sam frunció el ceño ante su acción y luego se despidió de ti para salir.
Soltaste un suspiro y pasaste ambas manos por tu rostro, mientras Scott se acercaba para sentarse en el lugar donde Cassie había estado anteriormente.
–Eso no fue solo un pequeño accidente. ¿Qué fue lo que pasó realmente?–Te preguntó dejando el plato de su hija a un lado.
–James me vio... vio cuando estaba encargándome de Dreykov en la bodega.–Le dijiste viendo hacia tus manos en tú regazo.
–Qué fue exactamente lo que vio.
–Vio cómo le destruía el pie con un martillo.–Dijiste asintiendo ligeramente con la cabeza.
Scott soltó un suspiro mientras te veía y tú tratabas de contener las lágrimas.
–Ésta es la primera vez que me ve hacer algo así. Cuando nos conocimos en aquel callejón, yo había matado a una de las Viudas de Dreykov... pero él no vio exactamente el momento en que lo hice, solo vio el cuerpo y ya... Bucky nunca me había visto de ésta manera.–Le dijiste mordiendo la parte interna de tu boca, levantando la vista hacia él.–Debiste haber visto su cara... él... e-él estaba asustado. De mi... y sé que aún lo está.
Scott, enserio yo... traté... traté de todas las formas posibles de mantenerlo alejado de esto porque no quería que me viera de ésta forma... pero cuando noté que estaba ahí con nosotras, y-y vi el miedo en sus ojos yo...–Soltaste un pequeño sollozo, tratando de mantener la compostura y viendo hacia cualquier lugar menos al hombre junto a ti.
–Es normal que haya reaccionado de esa manera, es normal que se encuentre en estado de shok. Tu mejor que nadie sabe lo difícil que es ver por primera vez un cuerpo sin vida, incluso yo reaccioné mucho peor cuando vi uno por primera vez.–Rió ligeramente.
–Lo sé... sé que no es fácil... pero es por eso que quería mantener esa parte de mi vida alejada de él. Por eso no quería que Bucky me viera haciendo alguna de esas cosas porque me daba... me da miedo que ahora me vea de una forma distinta. Que piense que podría ser capaz de hacerle una cosa así a él...
–T/N, Bucky te ama, solo debes darle tiempo para procesar lo que vio en esa bodega. No es fácil quitarse de la cabeza esas imágenes, pero estoy seguro de que pronto se va a volver a acercar. Y si me lo preguntas, yo no creo que te tenga miedo, solo necesita pensar. Es todo.–Te dijo con voz suave.
Le miraste por unos segundos antes de asentir con la cabeza y volver a ver hacia tu regazo.
–¿Qué pasó con Dreykov después de eso?
Tragaste la saliva en tu boca y levantaste la vista hacia él para verle a los ojos.
–Perdí el control...–Susurraste mientras las lágrimas corrían por tus mejillas.
Scott soltó un suspiro y se puso de pie para abrazarte, mientras tu comenzabas a llorar y él acariciaba tu cabeza, dejando besos en ella.
–Ya... ya... todo está bien...–Susurró con voz dulce.
Mientras tanto, Bucky se había quedado en la puerta de la casa escuchando su conversación.
Oírte llorar hacía que su corazón se apretara, así que tragó el nudo en su garganta antes de alejarse y pasar una mano por su rostro mientras iba al jardín y se alejaba de la casa.
MÁS TARDE ESA NOCHE
Estabas en tu habitación en el baño, quitando las vendas de tus nudillos para tirarlas a la basura y ver el desastre que había en ellas.
Tenías los nudillos rotos e incluso aún salía algo de sangre de ellos.
Sacaste de atrás del espejo sobre el lavabo una botella de alcohol, unos algodones junto con más vendas y una crema especial para heridas, y abriste la botella para humedecer el algodón.
Comenzaste a pasarlo por tus nudillos izquierdos viendo hacia ellas tan concentrada, que no notaste cuando Bucky entró en la habitación hasta que tomó el algodón de tus manos.
Tragaste la saliva en tu boca quedándote helada en tu posición, temerosa de levantar la vista hacia él.
Bucky tomó tu mano izquierda en la suya haciendo que voltearas el cuerpo hacia él, comenzando a pasar el algodón por tus nudillos.
Finalmente levantaste la vista hacia él para verle con el miedo evidente en tus ojos, observando como limpiaba concentrado tu mano.
–¿Te duele?–Preguntó sin mirarte, pero al notar que no respondías, levantó la vista hacia ti.
Tragaste el mudo en tu garganta y negaste con la cabeza, mientras Bucky volvía a mirar hacia tu mano.
Una vez terminó, dejó el algodón a un lado y aplicó un poco de crema en tu mano antes de envolver la parte de los nudillos nuevamente en las vendas, para después humedecer otro algodón con alcohol y repetir la acción en tu mano derecha.
Cuando terminó, repitió lo mismo que en la otra aplicando crema y envolviendo tu mano en las vendas, y luego la acarició con sus pulgares.
–¿Estás bien?–Te preguntó con voz suave levantando la vista hacia ti.
–¿Tú lo estás?–Preguntaste de vuelta sin quitarle la mirada de encima.
–Yo pregunté primero.
–Y yo veo ese tipo de cosas prácticamente todos los días.
Bucky soltó un suspiro viéndote a los ojos, antes de bajar la vista a tu mano por unos segundos y luego volvió a verte.
–Estoy bien.–Te aseguró con una pequeña sonrisa.
Asentiste ligeramente apartando la vista de él para ver hacia sus manos.
Varios minutos de silencio pasaron mientras los dos estaban simplemente parados en medio del baño con tu mano en la suya, hasta que Bucky rompió el silencio.
–Yo no te tengo miedo, muñeca.–Te dijo con voz suave, provocando que levantaras la vista hacia él.–Jamás podría. Te amo demasiado y confío ciegamente en ti como para tenerte miedo.
–James me viste torturar a un hombre... ¿Cómo puedes decir una cosa así?–Le preguntaste con una sonrisa triste y viéndole a la cara.
–Lo sé, pero es lo que siento. Y perdóname por hacerte sentir lo contrario, solo necesitaba despejar mi mente... y no te voy a mentir, sí fue bastante... impactante verte de esa manera. Nunca te había visto hacer nada de eso, y a pesar de que sabía a lo que te dedicabas, fue... fue fuerte. Pero yo te amo, no importa lo que hagas.
Y sé que debería estar asustado. Sé que debería irme y correr de aquí para no volver a verte. Sé que al momento de haberte visto ahí en esa habitación debí haber hecho mis maletas y debí haber tomado el primer vuelo de vuelta a Broocklyn... pero ninguno de esos pensamientos fueron los que cruzaron mi mente en ese momento.
Lo único en lo que podía pensar, era en cuanto te amo.–Te dijo sin apartar la mirada de ti.–Sé que suena algo retorcido, pero esa es la verdad. Yo te amo, T/N. Créeme que tengo muy claro a lo que te dedicas, lo que haces, lo que haz hecho, y lo que probablemente vas a hacer en el futuro. Y sí es verdad que debí haber corrido esa misma noche cuando te vi con manchas de sangre en el rostro y en la ropa, pero no lo hice porque mi amor por ti es mucho más grande.
Yo te amo así. Hagas lo que hagas. A lo que sea que te dediques da igual, eso no me importa, porque yo sé que jamás podrías lastimarme. Y sé que es un riesgo quedarme contigo, pero no hay ningún otro lugar donde quisiera estar. Nadie me hace sentir como tú lo haces, muñeca.–Te dijo con una sonrisa y brillo en sus ojos, sacando de su bolsillo la pequeña caja.
Al ver el objeto en sus manos frunciste el ceño levantando la vista hacia su rostro, y luego volver a ver a su mano donde abrió la pequeña caja, arrodillándose ante ti.
–¿James qué estás haciendo?–Le preguntaste en voz baja y con el ceño fruncido, tus ojos repletos de lágrimas.
–T/N, ¿te quieres casar conmigo?–Te preguntó sosteniendo tu mano en la suya y viéndote con un brillo esperanzador en los ojos.–Ya no quiero pasar otro segundo alejado de ti, y sé que no nos conocemos hace tanto tiempo... pero yo de verdad te amo. Te amo y quiero hacerte feliz, ayudarte a cerrar y curar tus heridas, tanto físicas como internas sin importar cómo las obtuviste. Y lo más importante, y a pesar de que no puedo ofrecerte una vida llena de lujos, sí puedo prometer mantener tu jardín lleno de flores y de vida, tal y como te gusta.
–Oh dios...–Susurraste apartando la vista mientras lágrimas corrían por tus ojos, para después voltearte hacia él.–¿Estás seguro de que esto es lo que quieres? ¿De verdad quieres pasar el resto de tu vida metido en medio de éste tipo de cosas?
–Bueno... según mi perspectiva el que está arrodillado con un anillo en su mano soy yo.–Te dijo con una sonrisa.
–Buck estoy hablando enserio...
–Yo también, muñeca.–Te aseguró con una gran sonrisa.–Entonces... ¿aceptas?
Soltaste una pequeña risa limpiando las lágrimas, y asentiste con la cabeza.
–Claro que si...–Sollozaste ligeramente.
Bucky soltó un suspiro aliviado y se puso de pie para abrazarte con fuerza, dejando un beso en tu cabeza y sosteniendo el anillo.
Se alejó de ti para verte a los ojos sin dejar de sonreír, y se acercó para besar tus labios mientras dejabas una mano en su cintura y la otra en su mejilla.
Bucky volvió a alejarse y tomó tu mano para sacar el anillo de la caja y dejarla sobre la encimera del lavabo, y deslizó el anillo con cuidado en tu dedo donde una vez estuvo puesto, acercó tu mano a su boca y besó tus nudillos sobre las vendas y luego la palma de ésta.
–Te amo tanto, muñeca... prometo intentar estar siempre a la altura y hacerte muy feliz.
–No necesito que estés a altura de nadie ni de nada, James. Solo necesito que seas tu, con eso me basta y me sobra. Tú eres quien me hace feliz.–Le dijiste acariciando sus mejillas mientras llorabas de felicidad, juntando tu frente con la suya.–Solo necesito que seas ese florista de Broocklyn del que me enamoré...
–Aún no puedo creer cómo yo... "Un simple florista" pudo enamorar a una mujer como tu. No entiendo cómo es que pude ser tan afortunado de encontrarte.–Te dijo con una gran sonrisa.
Soltaste una pequeña risita y te acercaste para besar sus labios antes de volver a abrazarlo, mientras Bucky escondía su rostro en tú hombro y acariciaba tu espalda con ternura, ambos disfrutando del momento.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top